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11/11/2020

Crítica a “Las aventuras de la China Iron” por Gabriela Cabezón Cámara

He de abordar profundamente algunos fragmentos de este libro. He de comenzar mencionando que es muy particular que la autora resulte ser una persona del sexo femenino. Es probable que existan escrituras de mujeres, pero ha sido la primera vez que he leído un texto de semejante magnitud y longitud escrito por alguien de ese género. He quedado impactada. Lo cierto es que esta lectura deviene original y atrapante desde el comienzo y una de las peculiaridades que ostenta, es que el personaje protagonista es una mujer. En esta época ello es algo extraño, rara vez he leído algo así, por no decir que jamás me he imaginado que una mujer podría ser la protagonista de una historia y que sin embargo me gustara la lectura de principio a fin. He de mencionar que este libro parecería ser real, pero al comienzo, en cierto punto he decidido colocarlo en el género fantasioso ya que me ha inquietado la siguiente pregunta: ¿Cómo hará una mujer para viajar sola, sin ningún hombre que la acompañe? Esto es imposible y absolutamente novedoso para la época en que me encuentro viviendo. Sin embargo, a medida que he avanzado en la lectura, he entendido que pertenece al género de novela y no al mencionado líneas arriba. La autora merece elogios de parte de quien se encuentra escribiendo estas líneas. Ha relatado el viaje de la protagonista de un modo tan descriptivo que he utilizado todos los sentidos corporales del ser humano al haber leído su libro. Por un lado, he sentido la aromada de la carreta, el gusto de la lengua de Kaukalitrán “a peperina, a pata de ñandú, a puma, a ombú, a humo de margarita dulce, a caña y a algo amargo que no pude identificar” y a pesar de que lo que he de decir resulte extraño y entrañable, he oído las voces de los personajes a medida que avanzaba en la lectura, he escuchado con claridad sus diálogos, susurrándolos en mi oído. Me he imaginado con bastante claridad al campo de “Piernas trenzadas” como consecuencia del fragmento que reza “Las sombras todavía eran largas y todos los verdes del campo, y el campo mismo, parecían brotes tiernos aunque ya casi nada brotara…”. He pasado días y noches sin dormir por el solo efecto de este libro, he sido arrastrado por sus líneas. Me he detenido en más de una oportunidad y he vuelto a leer en varias ocasiones los distintos fragmentos de la historia del increíble viaje de la protagonista. De su atrapante aventura, de la cual la autora ha hecho partícipe a cada lector. Lo que me ha demostrado esta lectura es que no se precisa ser un hombre para realizar viajes, para ser el protagonista de una historia. En esta época, a pesar de

encontrarnos avanzados con el asunto del feminismo, lo cierto es que no hemos brincado, aún no hemos realizado el gran salto que tendremos que hacer en algún momento de la historia de la humanidad. Sin embargo, a pesar de lo mencionado y la apertura de ojos que intenta realizar este libro, lo cierto es que la sociedad aún observa a la mujer como una persona que anhela encerrarse en su casa y vivir únicamente para el cuidado de su hombre y crianza. Es un libro muy avanzado para nuestra época ya que resulta impensable para quien se encuentra escribiendo estas líneas que una mujer pueda recorrer el mundo como lo hace la China en Las aventuras de la China Iron de Gabriela Cabezón Cámara. He de destacar un dato que no es menor sobre la protagonista de esta historia, y es que la China era la mujer del famoso gaucho de esta época, Martín Fierro. No he de comprender de qué modo la protagonista ha podido salir adelante, siendo una mujer abandonada por su marido, para quien ella vivía junto a sus hijos. Entonces me he preguntado: ¿Acaso ha de existir igualdad entre los hombres y las mujeres? Todas las historias de los distintos géneros que he leído a lo largo de mi vida han sido siempre llamadas “machistas” en las cuales ha de triunfar el hombre y en extraña ocasión ha de aparecer su mujer en el relato. Sin embargo, con el solo fin de culminar con el artículo que he escrito en la presente revista, mayores elogios merece este libro toda vez que ha de enseñar una nueva mirada al hombre. He de expresar desde mi humilde opinión que esta ha sido la primera vez que me ha fascinado un libro escrito por una mujer y cuyo personaje principal es del género femenino. Me encuentro convencida de que la autora le ha abierto los ojos a más de un lector, al igual que ha logrado hacerlo con mi persona....