Mapa del año 500 PDF

Title Mapa del año 500
Author Elena Figueroa
Course Historia Medieval
Institution Universidad Carlos III de Madrid
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Mapa del año 500...


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COMENTARIO MAPA DEL 500 D.C 1- Exposición del mapa: Como bien es sabido, el periodo histórico conocido como Edad Media comienza en el año 476 d.C. De este modo, el presente mapa constituye un esquema visual de la situación del continente europeo a comienzos del medievo. Así, en este momento encontramos dos poderes dominantes: el Imperio Romano de Oriente en torno al mar Negro y los poderosos reinos germánicos -conformado por los francos y los ostrogodos fundados en la Galia Septentrional y la Península Itálica respectivamente-, que ocuparon el lugar anteriormente dominado por el Imperio Romano Occidental. También cabría destacar la relevancia del pueblo visigodo, instalado en la Península Ibérica y el sur de la actual Francia; los vándalos en la costa norafricana; o el Reino Burgundio, localizado en torno al río Rin. Además, ejerciendo presión en la frontera oriental, localizamos al Imperio Sasánida o Persa. Finalmente, aparecen presentes en la Europa del 500 poblaciones suevas –entre las cuales se incluyen los alamanes y otras muchas tribus germánicas-, sajonas, turingias, lombardas o gépidas; así como pueblos de origen eslavo o iranio –como es el caso de los alanos-. Por otra parte, en la frontera con la Galia Septentrional localizamos al pueblo bretón, quienes emigraron a la península de Bretaña durante el siglo V tras la caída del Imperio; siendo sustituidos por pueblos paganos del norte como los pictos o los escotos, e invadidos por pueblos germánicos tales como los anglos, los sajones o los jutos. De igual manera, a lo largo de la cornisa Cantábrica descubrimos a los pueblos cántabro, vascón y astur; cuyos nombres fueron dados por los romanos en su llegada a la península. 2- Explicación: Como anteriormente mencionábamos, la hegemonía repartida entre el Imperio Romano Oriental y los reinos Franco, Ostrogodo y Visigodo marcaron la evolución del mapa político europeo durante este periodo. En relación a la primera potencia –el Imperio Romano de Oriente, que posteriormente pasará a ser conocido como Imperio Bizantino-, podemos afirmar que fue fruto de la división del vasto Imperio iniciada durante la tetrarquía de Diocleciano; consolidándose finalmente con Teodosio y su reparto de territorios entre sus hijos (396 d.C.): Honorio recibe Occidente, Arcadio domina en Oriente. Así, el segundo de los hermanos mantendrá un poder considerable en sus manos, debido al mayor peso demográfico y la gran cantidad de riquezas aglutinadas en el extremo oriental de antiguo imperio. Además, estos factores se vieron reforzados por la ‘’relativa inmunidad’’ del territorio gobernado por Arcadio ante la presión bárbara, alejándose de la peligrosa influencia que los mercenarios germanos ejercieron sobre occidente. Todo ello, unido a la fuerza ganada por el cristianismo entre la población, supuso un refuerzo de la ahora divina autoridad imperial. En contraposición, encontramos que las grandes brechas socioeconómicas en Occidente se vieron agravadas por la inestabilidad política –provocada por las continuas revueltas incitadas por la élite cortesana, así como por la propia descentralización territorial-; lo cual contribuyó en el crecimiento de culturas no romanas y en la aparición de alianzas políticas locales anteriores a los efectos de las migraciones bárbaras del siglo V.

La primera penetración germánica se produjo en el año 376 d.C.; momento en que las tribus visigodas y ostrogodas que habitaban la otra orilla del Danubio trataron de establecer tratados y convertirse en aliados romanos o foederati. Sin embargo, la tensión generada tras este momento desembocó en el estallido de la batalla de Adrianápolis, en la cual fue derrotado el ejército romano. Pese a que el tratado concluyó favorablemente, los visigodos fueron asolando y ganando terreno bajo el mando de Alarico, quien exasperado finalmente saqueó Roma en el 410 d.C. Tras la muerte del líder godo, su sucesor y familiar Ataulfo guió al pueblo godo hasta la Galia Meridional donde fueron reconocidos como foederati. Finalmente, este pueblo acabó por constituir un reino muy poderoso con capital en Toulouse: el Reino Visigodo. Por otra parte, cabe destacar un hecho de suma relevancia para la constitución de los reinos germánicos antes mencionados: la caída de la frontera del Rin (406). A lo largo del Rin se establecieron grupos francos muy poderosos. Aunque con un gobierno amenazado – especialmente en su ala más septentrional- por el pueblo bretón entre, campesinos rebeldes y generales excesivamente ambiciosos; este pueblo supo aprovechar el vacío de poder creado especialmente por el enclave galo-romano de Egidio y Siagrio conocido como Reino de Soissons. Así, la dinastía franca de Childerico y su hijo Clodoveo estableció su hegemonía sobre el territorio y comenzó su paulatina expansión por medio de conquistas – como es el caso del reino de Siagrio, que cae en manos francas en el 486 d.C.- y alianzas; fundando finalmente el Reino Franco. La caída de la frontera del Rin también fue determinante para el sino de otros poderes preponderantes durante este periodo: por un lado, la confusión reinante tras su ocupación dio paso a su dominación por parte de una fuerza ‘’bárbara’’ mixta constituida esencialmente por vándalos, suevos y alanos. Los alanos quedaron divididos: unos se convirtieron en aliados romanos de la Galia, otros se unieron a la invasión vándala. Los suevos, por su parte, quedaron asentados en la actual Galicia, donde conformaron un pequeño reino. Por otro lado, los vándalos trataron de invadir la península Ibérica. Sin embargo, no pudieron combatir la presión visigoda, por lo que se vieron obligados a navegar hasta las costas norafricanas; donde obtuvieron tales territorios por medio de tratados. Tras la ocupación de Cartago (439 d.C.), los vándalos ocuparon el resto de territorios romanos en África junto a las islas de Córcega, Cerdeña y Sicilia. Finalmente, alcanzaron su máximo apogeo con el saqueo de Roma en el año 455 d.C., tras el cual adoptaron un régimen más conciliador y romanizante. Además, a partir de este mismo momento comenzó la fundación del importante Reino Burgundio, asentado en la parte alta del Rin hasta su traslado en el 443 d.C. a la zona colindante con el sur de la Galia. Construyeron, pues, un reino romanizado que acabó por incorporar los territorios de Lyon y la Vienne. Por último, cabría resaltar la importancia del Reino Ostrogodo, establecido en la actual Italia tras la conquista del anteriormente conocido como Reino de Odoacro en el 492 de la mano del rey Teodorico, proclamado por invasores hérulos en el 476 d.C.; siendo este el momento que marca el paso de la Edad Antigua a la Edad Media. Ya en el año 500 no quedan vestigios del Imperio Romano occidental; el cual había sido sustituido por una multiplicidad de reinos germánicos. Desaparece la estabilidad en occidente: tras su victoria en Vouillé (507 d.C.), el rey Clodoveo desplaza al reino visigodo

obligándoles a establecer una nueva capital en Toledo. Por otra parte el reino Ostrogodo se degrada tras la muerte de Teodorico debido a la incertidumbre dinástica así como por las tensiones socioculturales. Por otra parte, entre los años 533 y 534 los territorios burgundios pasan a manos francas y el Reino Vándalo finaliza con las campañas emprendidas por el general bizantino Belsario, subordinado del emperador Justiniano. Éste último puso, además, su mirada sobre el Reino Ostrogodo, derrotándolo en el año 553 bajo el mando de Narsés. Sin embargo, aun quedaron reductos gobernados por este pueblo hasta al menos diez años más tarde de la caída de su gobierno. Por otra parte, también arrebatará al reino visigodo en torno al año 551 el enclave de Cartagena y los territorios colindantes, los cuales permanecerán en sus manos hasta el 620 d.C....


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