Módulo 1 - Lectura 3 - Apuntes 12 PDF

Title Módulo 1 - Lectura 3 - Apuntes 12
Author Milagros Papinutti
Course Ética y responsabilidad social
Institution Universidad Siglo 21
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apuntes...


Description

El lobbismo: naturaleza, tipologías y legislación

La presente lectura aborda la cuestión del lobbismo, tomaremos un caso como punto de partida para detallar la naturaleza de esta práctica, su importancia en las relaciones público-privadas y en los asuntos de gobierno entendidos desde las relaciones públicas. Se desarrollará a su vez una comparación entre el lobbismo regulado por las leyes como el que existe en Estados Unidos con el caso argentino. Para ello, usaremos un artículo periodístico que se enfoca en la discusión parlamentaria, empresarial y social sobre la necesidad de darle un marco regulatorio en nuestro país. Es importante comprender qué significa el concepto de lobbismo debido a que, con frecuencia, se usa como sinónimo de prácticas fraudulentas como el tráfico de influencias. En esta lectura desarrollaremos las diferencias y caracterizaremos al lobbismo como una parte necesaria de las relaciones públicas entre organizaciones, gobiernos, legisladores y la sociedad civil.

Naturaleza del lobbismo

Referencias

Lección 1 de 2

Naturaleza del lobbismo

Para comenzar a caracterizar el tema que vamos a analizar, tomaremos una definición del Webster’s New World Dictionary presente en Wilcox, Cameron y Xifra (2006) que define el término lobbista como “la persona... que procura influir en las votaciones legislativas o en las decisiones de los administradores gubernamentales”. Es decir, el ejercicio del lobbismo se centra en obstaculizar, enmendar o aprobar propuestas legislativas y normas del

poder

ejecutivo.

Está

muy

relacionado

con

las

relaciones

gubernamentales y las campañas de comunicación enfocadas en convencer al público para influir en un proyecto, pero se trata de una actividad más específica, aunque existen distintos tipos de lobbismo.

Tomemos un caso para desarrollar la presente lectura. En la Cámara de Diputados de la Nación se está tratando un proyecto de ley que busca regular el nivel de azúcar que pueden tener los productos alimenticios dirigidos al consumo infantil y limitar los recursos que las empresas pueden usar para promocionar alimentos de bajo valor nutricional (golosinas, altos en grasas saturadas, etc.). Es decir, buscan prohibirse recursos como la aparición de famosos y celebridades en los comerciales, el apelar a la pertenencia, a la promesa de fuerza o salud como maneras de promocionar un producto. Para facilitar nuestro ejercicio, imaginemos entonces que hay dos grupos de

interés que engloban a aquellos que están a favor del proyecto (organizaciones no gubernamentales de defensa de los derechos del niño, agrupaciones de padres, entidades de lucha contra la obesidad, etc.) y a aquellos que están en contra (representantes de productores de azúcar, empresas de alimentos que se especializan en estos productos, agencias de publicidad que llevan adelante las campañas de ventas, etc.). Cada uno de estos grupos va a tratar de influir en los legisladores y, posiblemente, en sus votantes, para lograr su objetivo.

G RU PO 1 ( A FA V O R)

G RU PO 2 ( E N C O N T RA )

Los lobbistas de este grupo buscarán convencer a los legisladores de que los altos niveles de azúcar están dañando la salud de los niños, niñas y adolescentes. Además, argumentarán que sus votantes verían con buenos ojos que se apruebe esta ley ya que protege la salud y limita las libertades de grandes corporaciones con grandes ganancias. Se apelará a juntar firmas, lanzar peticiones (en change.org, por ejemplo), tener reuniones con legisladores y sus asesores técnicos.

G RU PO 1 ( A FA V O R)

G RU PO 2 ( E N C O N T RA )

Por un lado, el lobby de este grupo se centra en los puestos de trabajo que se perderían en la industria azucarera que se sostiene en la demanda de las

empresas de producción de alimentos, argumentando, además, que varias de las provincias más pobres del país sustentan su economía regional en esta actividad. Por otro lado, las empresas productoras de golosinas intentarán convencer a los legisladores de que no hay un impacto real en la salud de la población y que una ley como esta solo limitaría la producción nacional y desincentivaría la competencia.

En este caso podemos ver como las campañas de lobbismo que compiten entre sí se contradicen mutuamente, como pasa muy a menudo. Esto obliga a legisladores y funcionarios a sopesar los pros y los contras de un asunto antes de proceder a la votación (Wilcox, Cameron y Xifra, 2006).

Relaciones gubernamentales

Los especialistas en relaciones gubernamentales, a menudo denominados especialistas en asuntos públicos, desempeñan una serie de funciones: recopilan información, divulgan el punto de vista de la dirección, colaboran con el Gobierno en proyectos de beneficio mutuo y motivan a los empleados a participar en el proceso político (Wilcox, Cameron y Xifra, 2006, p. 607).



El lobbismo está relacionado estrechamente con los asuntos públicos, pero es una actividad más específica que puede ser ejercida por especialistas en asuntos públicos o por empresas especializadas en lobby, tal como existen, por ejemplo, en Estados Unidos. Las agencias de lobbismo que pueden contratarse para realizar la actividad ad hoc están reguladas y tienen límites a su actividad, cuestión que todavía no se ha logrado concretar en nuestro país, por lo que la conceptualización y los límites son mucho más difusos.

Figura 1: Habilidades de un responsable de asuntos públicos

Fuente: Wilcox, Cameron y Xifra, (2006). Relaciones Públicas, estrategias y tácticas. Madrid, ES: Editorial Pearson.

¿Qué es el lobbismo?

Una definición de lobbismo que es posible tomar para profundizar nuestro análisis es la presente en Xifra (1998) que lo caracteriza como aquel proceso

planificado de comunicación, en el marco de la política de relaciones de una estructura u organización social con los poderes públicos, ejercido directamente por esta o a través de un tercero a cambio de una contraprestación (agencias de lobbying), cuya función es intervenir sobre una decisión pública o promover una nueva.

Entonces, vemos que el lobbismo es un proceso de comunicación persuasiva que se concreta en la relación con los poderes públicos. Es decir, el lobbismo responde a una planificación estratégica previa a su ejercicio. No se trata de acciones espontáneas o improvisadas. En el caso desarrollado, el grupo de influencia a favor de la ley podría desarrollar una estrategia coordinada nucleada en los responsables de asuntos públicos de las ONG de defensa de derechos de los niños, niñas y adolescentes o de agrupaciones de lucha contra la obesidad infantil, generando peticiones y juntando firmas de manera coordinada mientras se gestionan reuniones con legisladores. Esta sería una acción de lobbismo.

Si nuestro caso estuviera desarrollándose en Washington D.C, es probable que los encargados de llevar adelante esta estrategia serían contratados a través de una agencia especializada en lobbismo.

El problema del tráfico de influencias

Como vimos anteriormente, el lobbismo puede ser una actividad legítima en el marco del ejercicio democrático. Sin embargo, hay cuestiones que deben

ser reguladas para prevenir que, por ejemplo, antiguos legisladores o funcionarios saquen partido de sus contactos y cobren grandes sumas de dinero llevando adelante un tráfico de influencias. Esta actividad hace referencia a una utilización por parte de ex-servidores públicos de sus contactos en altas esferas de gobierno para influenciar en sus decisiones.

En Estados Unidos, por ejemplo, la Ley de Ética en el Gobierno (Ethics in Government Act), estipula que un funcionario público no puede dedicarse a agencias o actividades de lobbismo, al menos, por un año después de dejar su cargo.

La legislación norteamericana y la legislación argentina

Desde que se logró aprobar la normativa sobre lobbismo en Estados Unidos en 1946, hubo al menos diez campañas para modificar la ley que fracasaron tras toparse con obstáculos legislativos. Sin embargo, en 1995 el Congreso sacó por fin adelante una reforma del lobbismo que sancionó el presidente Clinton (Wilcox, Cameron y Xifra, 2006). Esta ley define como lobbista a “la persona contratada para influir sobre los legisladores y los funcionarios públicos o sus asesores directos, y que dedica al menos el veinte por ciento de su tiempo a representar a un cliente durante un periodo de seis meses” (Wilcox, Cameron y Xifra, 2006).

En nuestro país, aún no contamos con una ley que regule la actividad, por lo que los límites y conceptos están mucho menos claros y desarrollados. A

continuación, dejamos un artículo escrito por Santiago Rossi para Infobae sobre la discusión presente entre legisladores, empresarios y la sociedad argentina inspirado en las series Borgen y Suburra:

Tipologías de lobbismo Lobbismo directo y lobbismo indirecto

El lobbismo directo es la creación de relaciones con los representantes de los poderes públicos, es decir, con los legisladores o funcionarios. En nuestro caso de estudio, el lobbismo directo sería por ejemplo una serie de reuniones de trabajo entre el grupo de influencia en contra de la ley (tal como un representante de la industria azucarera) con un grupo de legisladores cuyos votos dependen en gran parte de las provincias dependientes de esta actividad. En cambio, el lobbismo indirecto es establecer relaciones con otros públicos que coadyuven a fortalecer el respaldo del interés defendido. En este caso, por ejemplo, el grupo de influencia a favor de la ley podría reunirse con organizaciones de padres o escuelas para informarles sobre los peligros del exceso de azúcar en los niños o convocar a expertos para hablar del tema en los medios de comunicación.

 A través del lobbismo indirecto se pretende crear un estado de opinión favorable a los intereses en pugna para reforzar la influencia sobre los poderes públicos (Wilcox, Cameron y Xifra, 2006). En el marco del lobbismo indirecto, tiene especial incidencia el lobbismo movilización de base o

grassroots lobbying. Su fundamento estratégico reside en la movilización de la opinión pública (bases populares), mediante la publicidad de defensa de una causa (advocacy advertising), peticiones, correos electrónicos, cartas o llamadas del pueblo a los decisores políticos. Una vez más, en nuestro caso podemos verlo en, por ejemplo, la táctica del grupo de influencia a favor de la ley de iniciar una campaña en change.org y canalizar el pedido en la ciudadanía. El opuesto del lobbismo de base es el lobbismo de altura (grasstop lobbying). En este caso la influencia no se ejerce a través de los ciudadanos, sino a través de un grupo de individuos u organizaciones muy influyentes sobre el tema.

CONTINUAR

Lección 2 de 2

Referencias

Rossi, S.(2020). En busca de una ley delobby posible: el equilibrio entre el modelo

Borgen

y

Suburra.

Recuperado

de

https://www.infobae.com/def/desarrollo/2020/11/21/en-busca-de-una-leyde-lobby-posible-el-equilibrio-entre-el-modelo-borgen-y-suburra/

Wilcox, D.; Cameron, G. y Xifra, J.(2006). Relaciones Públicas, estrategias y tácticas.Madrid, España: Editorial Pearson.

Xifra, J.(1998). Lobbying: Cómo influir eficazmente en las decisiones de las Instituciones Públicas.Barcelona, España: Gestión 2000....


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