¿Pueden los legos ejercer el analisis? PDF

Title ¿Pueden los legos ejercer el analisis?
Author Sasha Jazmin Lopez de Ubeda
Course Psicoanalisis
Institution Universidad Nacional del Comahue
Pages 2
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Summary

resumen breve y conciso del texto ¿pueden los legos ejercer el análisis? de sigmund freud...


Description

1 texto: ¿pueden los legos ejercer el análisis? Este artículo, aparecido en 1926, consta de siete capítulos y un epílogo aparecido un año después de su publicación. Los cinco primeros capítulos constituyen algo así como un resumen de qué es el psicoanálisis, redactado en un lenguaje llano y extraordinariamente claro. Se habla allí de la peculiaridad del psicoanálisis, sus diferencias con los procedimientos médicos y lo que constituye el edificio básico de la teoría y la técnica analíticas. Figuran entre otros: la importancia de los sueños, la estructura del aparato psíquico, (las tópicas), las pulsiones, la angustia señal, la represión, la importancia de la sexualidad en la vida anímica del hombre, etc. Sólo los dos últimos capítulos están dedicados de lleno al tema que da título a la obra. La palabra “lego” es usada por Freud como sinónimo de “no médico”, teniendo en cuenta que por esa época se consideraba que siendo el psicoanálisis una técnica especial de terapia, su ejercicio debería estar reservado a los médicos. Freud, creador del psicoanálisis, opina diferente y más aún, considera que la formación que reciben los médicos es más bien una desventaja para el ejercicio de esta técnica. Muchos de ellos incluso, practican el psicoanálisis sin haber sido formados convenientemente. La formación del futuro analista transcurría por fuera del circuito académico oficial, en institutos privados. La universidad, por el contrario, otorga una formación que va en dirección contraria a la que se requiere: se concentra en la fisiología, la anatomía, los hechos físicos y químicos susceptibles de medición objetiva, pero no le presta atención a los aspectos anímicos. La psiquiatría se ocupa en algo de ellos, pero desde un punto de vista similar al que se aplicaría para cualquier dolencia física. El psicoanálisis, por el contrario, se abstiene de cualquier procedimiento de exploración y diagnóstico que no se base exclusivamente en la palabra del paciente. Los estudios médicos –y en esto Freud es tajante-, no contribuyen en nada –lo que se dice en nada- subraya, en la apreciación y el tratamiento de la neurosis. (p. 217). No descarta Freud la posibilidad remota de que algún día la biología y la química hagan algún aporte en ese sentido, pero por el momento la declara inexistente. Los médicos, generalistas, psiquiatras y neurólogos, se ocupaban de los neuróticos, pero lograban con ellos poco o nada. Es verdad que un médico no formado en psicoanálisis no es tan peligroso para el paciente como alguien que pretenda usar un bisturí sin ser cirujano; mayormente sólo se limitarán a hacer perder el tiempo y el dinero a los pacientes, desacreditando de paso al psicoanálisis como algo inservible. Freud opina que para ejercerlo es necesaria otra formación que la que reciben los médicos y que la universidad (la de esa época) no disponía de la misma. La formación que se precisa para ejercer el psicoanálisis es independiente de la formación o los títulos previos. Es accesorio que se trate o no de un médico. La situación era en Austria legalmente complicada para estos últimos (los no médicos), y Freud veía en su patria un “furor prohibendi”, que se inclinaba a tutelas, intervenciones y prohibiciones oficiales que sólo dieron malos frutos. En Alemania en cambio, los analistas no estaban tan estorbados por preceptos legales. Freud se plantea la pregunta: ¿es el psicoanálisis una actividad que deba estar regulada y sometida a la intervención gubernamental? Freud no responde directamente la pregunta, pero sus comentarios laterales lo sitúan en contra de ese tipo de burocracia. ¿A quién se le ocurriría dice, poner multas o sanciones a una persona que se dedicara a dar consejos de vida a sus semejantes, por ejemplo los religiosos? Expresamente, Freud se inclina por una política de laissez faire, dejar hacer (p. 223).

2 En cuanto a los psicoanalistas que opinan que sólo los médicos pueden ejercer la técnica, Freud los respeta pero no comparte la opinión. Juzga que piensan así porque no quieren quedar aislados de la sociedad médica. Ahora, admitiendo que también los no médicos, formados en el psicoanálisis, puedan ejercerlo, ¿no sería preferible, ventajoso, que se tratara de profesionales médicos? Una neurosis puede confundirse al principio con una afección orgánica, por lo que un diagnóstico inicial debería estar sólo en manos de un médico, pero la enorme mayoría de los casos neuróticos son de naturaleza exclusivamente psicógena, e insospechables desde el punto de vista patológico (p. 228). Una vez descartada la organicidad de la dolencia, no hay ningún problema en que un no médico tome en sus manos el tratamiento. Incluso es preferible que, en los casos mixtos, no sea la misma persona la que emprende p. ej. un tratamiento farmacológico y la que conduce uno psicoanalítico. El vínculo transferencial se vería afectado si, p. ej. el analista revisara corporalmente al paciente. En cuanto a los pacientes, es indiferente que quien conduce un psicoanálisis sea médico o no. Incluso la mayoría no se hace eco del prejuicio y elije a aquel con quien se siente mejor. Por otra parte, la enorme mayoría de los “legos” no son personas ordinarias cualquiera, sino de formación académica, doctores en filosofía, pedagogos e incluso personas sin título pero de gran experiencia personal y cualidades sobresalientes de percepción de los fenómenos psíquicos. (P. ej, Melanie Klein había estudiado historia, algo de medicina y arte, pero sin llegar a tener ningún título formal) No tiene sentido hacer obligatorio el rodeo por los estudios médicos a una persona que aspira a liberar a otra de las penas neuróticas. De enseñarse el psicoanálisis en alguna escuela superior, deberían incluirse algunos aspectos médicos, biología, los cuadros psicopatológicos que maneja la psiquiatría, pero también historia de la cultura, mitología, psicología de la religión, literatura, además de –obviamentelos fundamentos propiamente psicoanalíticos. Pero de nada le serviría el estudio de las articulaciones, la constitución de los hidrocarburos, el circuito neuronal en detalle, la bacteriología, etc. Freud considera indeseable que el psicoanálisis sea absorbido por la medicina bajo un capítulo de la psiquiatría. En cuanto a la formación del futuro analista, Freud repite que es necesario que éste transite primero por un análisis en condición de paciente. A estos análisis Freud los llamó “didácticos”, más por su finalidad (formar analistas) que porque tengan alguna cualidad diferente de los análisis de cualquier neurótico. Freud, al final de esta obra, no presenta objeciones a la combinación del psicoanálisis con otras disciplinas (pedagogía, asistencia social) (pp 233 y 234) . En el epílogo, declara que el psicoanálisis no es una rama de la medicina, sino una pieza de la psicología, pero no en el sentido de la psicología clásica sino la base, el fundamento de ésta....


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