Resumen - Los girasoles ciegos - Alberto Méndez PDF

Title Resumen - Los girasoles ciegos - Alberto Méndez
Author Rosa Mérida González
Course Lengua Castellana y Literatura
Institution Bachillerato (España)
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Summary

Resumen del libro "Los girasoles ciegos" de Alberto Méndez, calificado con un sobresaliente...


Description

Autor/a: Alberto Méndez

Nº de edición: 2ª edición

1. Breve biografía de la autora. Alberto Méndez nació en el año 1941 en Madrid, donde transcurrió su infancia. Estudió el bachillerato en Roma (Italia) y se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid. Trabajó siempre en grupos editoriales nacionales e internacionales de cuentos Max Aub, con uno de los relatos de Los girasoles ciegos, su primer libro narrativo. Los girasoles ciegos fue galardonada con el I Premio Setenil de cuentos y posteriormente con el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Narrativa. Falleció en el año 2004, en Madrid. 2. Argumento general. Situándonos en los instantes posteriores a la guerra civil española, Alberto Méndez nos muestra los estragos de una batalla que no solo ha sido de armas, sino de almas, las cuales están sumidas en un inmenso sentimiento de derrota. Nada volverá a ser igual para estas personas y sus historias, las cuales reflejan el estado de la conciencia humana y la lucha por la supervivencia en la hostilidad de un pueblo aterrorizado, asfixiado por la suela del zapato de los gobernantes, un pueblo hundido que no puede asomar el rostro por miedo a ser eliminado. Un mundo de desconfianza y causas perdidas. 3. Personajes. Carlos Alegría: es uno de los personajes más importantes de esta obra. Al principio puede parecer una persona bastante contradictoria, posicionado en el bando franquista se rinde a los republicanos horas antes de que estos iniciaran su retirada tras una larga resistencia ante el asedio del bando franquista. Entonces, ¿por qué Carlos se entrega sabiendo que era ganador? Porque se ha producido en ellos una pérdida de los valores humanos, dejando aflorar las mayores barbaries que pueden ser realizadas por venganza, por ira, por crueldad. Ante este espectáculo de muerte, Carlos se rige por su moral más allá de los bandos y decide actuar de acuerdo a sus valores, entregando así su vida, con el fin de mantener su conciencia limpia. Es un personaje atrapado en un conflicto del cual no encuentra salida que no sea la muerte. La complejidad anímica del personaje es de un alto nivel. Dice ser un rendido, no un desertor, pues él no ha escapado de ninguna parte, de haberlo hecho no habría ido directamente, con su bandera blanca hacia las líneas enemigas. Se ha rendido porque se ha enfrentado a la realidad: los franquistas no sólo querían derrotar a los republicanos, deseaban matarlos. Persona de gran corazón, ayuda a aquel que lo necesita, es fiel a sí mismo, decidido, testarudo,

no ceja nunca en conseguir su propósito, a pesar de que este le costara mucho más de lo que él habría pensado. Eulalio: joven idealista que se ve obligado a huir de su hogar junto con su mujer, Elena, por ser colaborador en un periódico socialista y defensor de la república, participando durante la guerra, pero en Contienda, pues decide no actuar con el fusil sino con la palabra, en forma de poesía. Tras las sucesivas derrotas y retiradas del bando republicano, decide huir, sospechando poder ser capturado por sus ideales. Emprenden su marcha bajo el frío invierno, forzado a comenzar un camino que no desea seguir pero que las circunstancias le han obligado a tomar. Llega finalmente a una pequeña cabaña allá en la serranía junto con su mujer, Elena, encinta, que da a luz a un niño, tras lo cual muere. Eulalio se ve sumergido en un duelo personal, de ideales muertos, de desconsuelo, de pérdida, de desilusión, de reflexiones, de soledad, de aflicción. En muchos casos la resignación e impotencia le hacen estallar, liberando a todo un espíritu encadenado en una época y tiempo que no le corresponden. Su aspecto idealista, bohemio e intelectual, y a la vez negativo y distópico le hacen ser muy diferente a todo estereotipo. Su forma de pensar puede parecer brutal, sin embargo es una persona sincera, una buena persona que como todos los personajes de la historia vagan perdidos. Rodeado por la nieve que va eliminando todo resquicio de color, luz y esperanza, que le ciega; la oscuridad, el desánimo, la agonía aumentan para este muchacho que trata de mantener a un hijo que no tiene madre, que es completamente dependiente a él y viceversa. La muerte, a cada rincón, supone un impulso que empuja a Eulalio a buscar la supervivencia de ambos, pero su destino ya estaba marcado mucho antes, y la muerte nunca deja pasar a ningún solicitante. Juan Serna: sanitario republicano, participa activamente en la guerra, siendo apresado por los franquistas. Una vez en el Tribunal, ante una inmediata condena a muerte, una mentira le salva de las listas negras, proporcionándole la supervivencia a cambio de una constante sarta de embustes que alimentan las ilusiones de unos padres y el tiempo de vida que le queda. Escribe cartas a su hermano, su única familia, cartas censuradas por transmitir los sueños de un joven perdido. En la cárcel llega a conocer a un chico, a quien se refiere como el chico de las liendres, Eugenio. Una estrecha relación, muestra la humanidad y el cariño que surge entre miseria y odio entre hermanos, cómo de la oscuridad puede surgir luz y esperanza. Las penas compartidas son menos penas, el tener a alguien a quien proteger, que te necesita, que depende de ti, es uno de los alientos y apoyos más importantes cuando estás solo, te hace sentir menos desgraciado. En su estancia en la cárcel conoce a Carlos Alegría, a quien llamaban “El Rorro”, un hombre muy peculiar, del cual poco se sabía y que nunca dejaba a nadie indiferente. Perdió la cordura en la guerra, eso era lo que se decía. Pudo contemplar como este se suicidó, dedicándole sus últimas palabras que marcarán en cierta medida el desarrollo posterior e inmediato del personaje. Tras el fusilamiento del chico de las liendres, Juan Serna no volverá a ver razón alguna para seguir luchando por sacar adelante una mentira. Contará a unos padres desolados que pretendían alejar sus mentes de la realidad, la verdadera historia de su hijo: un embaucador, asesino, interesado, embustero, desleal, cobarde, y cómo se merecía aquel tiro en la cabeza que acabó con aquel carroñero, lo que le hizo seguir así la suerte de su joven amigo. Elena: valiente, luchadora, que saca adelante a su hijo Lorenzo y a un marido abatido, dentro de un armario. Tras el final de la guerra Ricardo, su esposo, se ve amenazado como

consecuencia de ser una persona defensora de una convicción. No llega a entender porqué quieren apresarlo, sólo por pensar de forma distinta. Por ello, Ricardo vive en el interior de un armario, y Elena, “viuda”, saca adelante a un niño huérfano que dice a sus amigos y profesores que su padre ha muerto. Elena es la alegría de su marido y de su hijo, tratando de hacerlos sonreír y no sentir la carga que supone la suela bajo la que se encuentran, y que les va asfixiando poco a poco. Trabaja como costurera y traductora de textos en alemán, de los cuales se encarga su marido. Es una mujer atractiva físicamente, cuya belleza le hará convertirse en el capricho de un diácono que comenzará a perseguirla convirtiéndose en una maldición para su familia. Lorenzo: muestra las consecuencias de la guerra en los más pequeños, obligados a ser fuertes, a ser adultos antes de tiempo. Un niño de una madurez muy superior a la que cabría esperar en un crío de 7 años, que debe mentir para proteger a su familia. Dentro de su inocencia, es desconfiado y sus padres delegan parte de la carga sobre él, pero responde fielmente, siendo un apoyo muy importante para el matrimonio vencido. Tras la llegada de un nuevo profesor, diácono, comienza a ser sujeto de numerosas preguntas por parte del religioso que le inquietan, pues, y a pesar de que es sólo un muchacho, puede entrever que aquel hombre no es de fiar pues comienza a mostrar gran interés una vez que conoce a su madre y su estado de viudez. Para el niño eso solo supondrá una fuente de problemas. Salvador: el causante del desmoronamiento del arriesgado equilibrio en el que viven la familia de Lorenzo y sus padres. Es una mala persona, repulsiva, machista, cínica, hipócrita, que culpa de su grave falta a Elena por ser bella, y no a él, un hombre que ve el demonio en los demás, pero no se da cuenta de que el diablo es él mismo. Acosador, vanidoso, insolente, baboso, malvado, inhumano, un hombre que se deja guiar por sus instintos animales y que no es capaz de admitir que le atrae más una mujer que el servicio de Dios, del cual habla en vano y se escuda ante él por sus pensamientos libidinosos. Es una persona radical en todos los sentidos, intransigente, que aún tratando de pedir una disculpa, solo agrava la situación, pues su conclusión es que el mundo ha sido quien le estaba intentando atrapar en su trampa y no lo que realmente ocurría, que era él quien estaba preparando la trampa para Elena.

4. ESTUDIO DE LOS ELEMENTOS DE LA NARRACIÓN. 4.1. Narrador. Se trata de un narrador contundente, directo, revelador. La forma en la que describe el momento, el dolor, pérdida, alcanza la cumbre de las narraciones. Intenta mantenerse frío, sin tratar de mostrar los sentimientos escondidos tras los personajes, pero revela su identidad a través de distintas reflexiones cortas, pues el propio narrador siente con ellos, logrando ser fuerte en su labor, al igual que los personajes en sus propias vidas. No es un narrador atemporal, que se sitúa en un marco espacial anterior o posterior a los hechos, sino que es una tercera persona de la cual nada se conoce y que vive y avanza en la historia al ritmo de los personajes. El uso de los adjetivos y una manera de relatar apática y fría son los recursos utilizados para no solo contar una historia pasada en tiempos difíciles, sino para hacernos

reflexionar, trasladarnos hacia unos tiempos agónicos para unas personas que encuentran la muerte en todas las direcciones, obligados a tomar un camino. Debido a que la novela en conjunto consta de distintas historias, narrador y personajes se van renovando, de forma que este narrador desaparece en ciertos instantes tal cual lo contemplamos para pasar a sumergirse en los personajes por completo, como por ejemplo en el segundo y cuarto episodio, donde el narrador habla por Eulalio, el joven muchacho perdido en las montañas, y en el cuarto, a través de Lorenzo y Salvador. Un gran cambio en el registro del narrador es también portador de la turbulencia social de aquella época, pues en la historia de Carlos Alegría visualizamos un narrador sereno, moralista; mientras que en el segundo encontramos una persona abatida, sentimental, agónica, triste; en el tercero vuelve ese carácter sereno, en este caso mucho más objetivo y apático, y finalmente en el cuarto, encontramos la cumbre de la novela en cuanto a la narración se refiere, pues el narrador intercambia su apariencia varios veces, a través de un niño y un religioso en crisis, lo que supone todo un cambio de registro lingüístico y sobre todo, un gran cambio en el punto de vista desde el que se analiza el episodio. 4.2. Estudio jerarquizado de los personajes. Estas historias que en principio no parecen guardar una relación aparente, son historias que abundan en pérdidas y tragedias, estando los personajes, no solamente unidos por un hilo argumental, sino, cada uno de forma diferente, por compartir un gran peso a sus espaldas. La nostalgia, el deshonor, la culpa, el miedo, la angustia, la contradicción… Todos estos personajes son distintos, y son uno, pues todos se ven expuestos a un mundo que se tambalea, a un mundo que les oprime, a un mundo que los ahoga y mata. La unión de los personajes y sus sentimientos da lugar a una única palabra Derrota. Derrota para los hombres, derrota para las armas, derrota para el poder, derrota para la humanidad, derrota para la vida. Asimismo todos los personajes muestran de forma individual la forma en la que la guerra ha afectado a todas las clases y niveles sociales, militares, jóvenes, niños, mujeres y hombres, etc. Carlos Alegría es el ejemplo de la desolación en aquellos que están haciendo la guerra, en sus ideales, en su moral y en sus vidas. Hermanos matándose mutuamente no por la justicia, sino por saborear a la muerte en sus manos. La guerra, que comienza con un propósito, desencadena la liberación de aquellos instintos primitivos que el alma trata de consignar, y que las armas desatan súbitamente. Aún así, hay ciertos hombres que frente a esa desgracia humana, y antes que lavarse las manos, prefieren responder por toda una locura, por su sentimiento de culpa, dando de esa manera su vida, demostrándose así mismo que no todos los que luchan lo hacen por el mismo motivo. Ligado a él de una manera interior, encontramos a Eulalio, el cual también desea dar su vida pues el mundo se ha transformado ante sus ojos, y a pesar de su juventud, ya no ve razones para continuar con un camino de tragedias y resignación. El apogeo de todos aquellos miedos internos se expande hacia afuera, siendo un gran reflejo, no subjetivo, sino real, a pesar de que proviene de una sola persona, pero muestra la realidad tal como era percibida por los hombres, una realidad destruida. Juan Serna acabará uniéndose a la causa de los dos personajes anteriores, aunque al principio tratara de encontrar una razón para vivir y escapar de su propia conciencia. Tal y como Carlos Alegría le dijo, “Tú y yo vivimos de prestado. Tenemos que hacer algo para no deberle nada a

nadie.” La muerte de Eugenio fue el estruendo que hizo temblar los pilares donde se apoyaba la mentira de Juan, dándose cuenta de que, ni con las bases más fuertes, podría escapar a lo que su conciencia le dictaminaba, ¿para qué continuar con algo que solo podría alargarle la vida unos días, unas semanas, unos meses, unos años, si el seguiría siendo un derrotado? Aparece posteriormente una familia, los padres de Elena, la mujer de Eulalio. Una familia desmoralizada, un padre escondido, que contiene la respiración para no ser notado; una madre fuerte, no le queda otro remedio. Un niño valiente, listo, un niño que crece en la guerra. El miedo con cada golpe en la puerta del apartamento, el silencio con la subida del ascensor, el olvido, cuando salían de casa. Un fingir constante, una incertidumbre y zozobra que les dirige al trágico final, pero inevitable. Un hombre prefiere ser libre en su acción de suicidarse a que sean otros quienes decidan su suerte. Y, aunque reflejado tras un diácono, el último personaje, dentro de sus malas acciones, posesión, pensamientos de perversión, muestra la contrariedad que sufren algunos de los hombres de fe. También estos sucumben ante la guerra, nadie se libra de la derrota. Este personaje muestra el duelo personal, ese duelo que sufre Carlos Alegría, o Juan Serna, pues no sabe si continuar con el camino correcto o rendirse al pecado, al instinto más primario. En este caso se refleja la segunda opción, frente al camino tomado por los personajes anteriores, quienes prefieren seguir la vía humana, el diácono, va poco a poco alejándose de esa posibilidad, abrazándose al deseo de poseer a aquella mujer, quien remueve todos sus instintos escondidos. Aún así, no se siente conforme, a gusto consigo mismo, pues no era lo correcto, y su conciencia le persigue constantemente, con la cual se escuda en la tentación. La tentación nos acosa y trata de cazar, pero tiene la limitación de que no puede obligarnos a caer, nos sigue a una distancia prudencial, esperando…, él echó la culpa a la tentación, echó la culpa a la belleza de Elena, cuando fue él quien decidió caer. 4.3. Marco espacio-temporal. La novela es el reflejo de los instantes más próximos al final de la guerra, en un ambiente turbulento, de caos, de confusión, donde los hombres tratan de salir adelante, pero arrastran el peso de la muerte, un peso que va acortando la cuerda con la que se une a los hombres, poco a poco, amenazante. Se trata de aquellos momentos en los que todos son vistos como enemigos, vecinos, familiares, todos estaban bajo sospecha. Las cárceles iban llenándose poco a poco de reos de todas partes, de todos los orígenes e ideales, cada uno con su propia historia. A pesar de ser muy distintos unos de otros, a todos les espera el mismo e injusto final, el paredón. El general Franco realiza una criba interna para asegurarse de poder erradicar cualquier tipo de insurrección. Las gentes callaban para no aparecer en las listas de sospechosos, o gritaban acusando a alguien por temor a ser considerados cómplices de aquellos que antes eran aliados suyos. Ni siquiera los miembros del bando ganador viven tranquilos tras aquel triunfo. Persecución, huída y una fingida afabilidad son las señales que han quedado en los rostros españoles, marcas que permanecerán en los corazones, generación tras generación, a pesar del transcurso de la historia. 4.4. Estructura externa. En cuanto a la forma externa, la novela es muy variada, puesto que cada episodio sigue un esquema estructural distinto. Notamos esta diferencia, sobre todo en la segunda historia, que

es un diario, solo aparece el punto de visto de Eulalio, quien narra y vive a la vez, en 1ª persona, día tras día en un cuaderno sus vivencias; mientras que por ejemplo el cuarto se trata de cartas de Salvador, unidas a su vez a la visión de Lorenzo y a ciertos fragmentos donde es el narrador inicial el que interviene, por ello no tiene una estructura externa fija, lo que le proporciona más riqueza estilística. La novela está estructurada en distintos capítulos, los cuales son enumerados en 1ª derrota, 2ª derrota, etc., junto con una fecha y un título. El hecho de que la modalidad del lenguaje cambie también proporciona a la novela un carácter mucho más veraz, como si las historias ciertamente fueran reales. La aparición de lugares y momentos reales junto con este estilo variado le proporcionan un carácter más dramático, que favorece la lectura y desarrollo de la novela. 5. TEMAS QUE TRATA LA NOVELA Y COMENTARIO PERSONAL. Este libro alimentó mi espíritu lector desde el primer hasta el último momento. Se trata del culmen lírico de todas las novelas de este periodo de la Guerra civil Española que he leído anteriormente, tanto en temas como en expresividad, estilo, etc. A fin de cuentas puede parecer algo irreal y subjetivo, sin embargo creo que refleja a la perfección cada ápice de realidad, cada instante. Es tan humana que parece albergar realmente la vida de unas personas atrapadas en el tiempo gracias al estilo brillante, a la pluma de este escritor, cuya técnica y recursos rebosan, obteniendo, de un tema recurrente de la literatura española, una obra única. En esta novela reside uno de los mejores escritores de la literatura que hasta el momento he leído, por su originalidad, espíritu, elocuencia, y por ser un maestro de la costura, capaz de hilvanar todas las historias que constituyen la novela y crear una fuerte unión entre los personajes y entre mi propia persona. Esta novela es la imagen de numerosos temas, implícitos en algunas ocasiones, pero de gran magnitud y profundidad. La lealtad, una fidelidad no con respecto a los gobernantes sino hacia uno mismo, una lealtad de espíritu que obliga muchas veces a abandonar ciertas cosas, que nos obliga a luchar, aún cuando la derrota es inminente, que nos obliga a morir cuando esa lucha ha llegado a su fin. Una fidelidad que sobrepasa todo valor, la conciencia, el remordimiento que nos hace actuar de forma correcta, pues somos perseguidos por nuestra propia sombra, la sombra de nuestros tormentos, que va aumentando a medida que pretendemos huir de nuestro sino. La sinceridad dentro de la brutalidad, la pasión oculta tras el dolor. Eulalio, quien decide dejarse morir, acabando así con la vida de su hijo, es el portal de la realidad más brutal, humana, verdadera. Pues es leal a sus palabras, muestra simplemente lo que bulle en su interior, de la manera más abierta jamás vista. La evolución del personaje es magnífica, cómo poco a poco la angustia va sustituyéndose por la resignación; el odio va transformándose en amor y deseo por vivir. Un alma encadenada, es la de Eulalio, y la de tantas otras personas como él, atrapadas. A lo largo de todos los tiempos siempre ha habido personas que destacaban por el alcance de sus mentes, Eulalio es el ejemplo, pero en tiempos difíciles, este tipo de personas no podían llegar a metas altas, el ambiente no era el adecuado, estas mentes s...


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