Resumen - Resumen sobre los videos de la serie \"Baby human\" PDF

Title Resumen - Resumen sobre los videos de la serie \"Baby human\"
Author Judit VB
Course Aprendizaje y Desarrollo Infantil I
Institution Universidad Autónoma de Madrid
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Resumen sobre los videos de la serie "Baby human"

...


Description

APRENDIZAJE Y DESARROLLO INFANTIL I.

RESUMEN DE LOS VIDEOS DE LA SERIE “BABY HUMAN”



CAPÍTULO:

CAMINAR

El ser humano es el que tarda más en desarrollarse, en madurar. Durante los primeros 18 meses se produce un periodo de cambios, experimentación y exploración en el cual adquiere nueva información y desarrolla capacidades motrices. Estas son, por el siguiente orden: sentarse, gatear y posteriormente ponerse de pie, dominando así los movimientos en cada etapa, los cuales le permiten pasar de una a otra y no retroceder. Desde que nacemos, lo hacemos programados para el movimiento humano, porque los componentes básicos del movimiento ya están incorporados en nosotros mismos, pero la manera de desarrollarlo depende de uno mismo y del paso del tiempo. Cada movimiento que realizamos desde bebés abre nuevas vías a nuestro cerebro y sienta las bases para el futuro desarrollo. Lo que nos diferencia de los animales es que nosotros al nacer no somos capaces de ponernos de pie y andar por sí solos. De ahí que necesitemos de tiempo y varias fases para adquirirlo. Se habla del reflejo de marcha automática (talón-dedos, alternando las piernas). Con un poco de ayuda se consigue realizar pequeños pasos utilizando de apoyo al adulto. Este reflejo aparece para después desaparecer y meses siguientes aparecer de nuevo (se dice que por indicaciones que manda el cerebro). Aunque si no está presente y por ejemplo metemos al bebé en agua, vemos como se activa ese reflejo de marcha automática como consecuencia de la reacción que lleva a cabo el bebé al verse en semejante situación. Se han utilizado varios experimentos, uno de ellos es el que se conoce como “cinta sin fin”. Se hizo para realizar investigaciones sobre la desaparición de este reflejo de marcha automática. Se llegó a la conclusión de que no desaparece sino que lo que ocurre es que las piernas del bebé pesan demasiado para que sus músculos superen esa gravedad a esa edad, y aunque el reflejo de marcha está ahí al nacer, la capacidad de controlar ese movimiento va muy por detrás cuando somos tan pequeños. A los dos meses una de las mejores cosas que hacen los bebés es dar patadas, las cuales simulan el reflejo de marcha pero desde otra posición. Es una actividad importante porque estimula y refuerza los músculos del bebé. También se han realizado experimentos con bebés para probar este reflejo, en los cuales se le atan las cuerdas de un móvil de su cuna a las piernas. Con esto se pretende analizar el movimiento de las piernas del bebé y ver el número de patadas que da de manera involuntaria. Cuando las da, lógicamente el móvil se mueve, esto hace relacionar al bebé que son sus patadas las que hacen que el móvil se mueva, de que esas patadas pueden ser muy útiles y por tanto cada vez las realiza aún más fuertes para ver el movimiento del móvil. Así el bebé también entiende que puede dirigir el movimiento de sus piernas y que por un instante puede controlar su entorno, lo cual le gusta, porque le hace sentirse al mando del entorno que le rodea. A los dos meses también quiere explorar este mundo que le rodea, es por ello que tiene que intentar darse la vuelta cuando está situado boca abajo, ya que el peso de su cabeza es mayor que el de su cuerpo y no puede mantenerla durante mucho tiempo en alto para ojear lo que hay a su alrededor. Con ayuda puede participar en un mundo más amplio, el cual será suyo cuando logre darse la vuelta solo, es más, será el propio bebé quien elija a dónde quiere dirigir su mirada y el qué desea ver, pero hasta que llegue ese momento tendrá que conformarse con esto. Con el paso de los meses ya tienen fortalecidas algo más las piernas. Esto le permite ir girando poco a poco y por fin darse la vuelta por sí solo. Una vez conseguido esto, el propio bebé ya puede controlar la vista y se abre un mundo completamente nuevo donde explorar y desarrollar sus capacidades.

El bebé humano nace también con el reflejo de agarre, lo que le permite sujetar la mano del adulto pero no soltarla. Antes de agarrar objetos con las manos lo hace incluso con los pies porque aún no tiene desarrollada la capacidad de movimiento de las manos ya que requieren más acciones que la de las piernas y pies. Tiempo después adquieren la capacidad de guiar con la mirada sobre el objeto que quieren y así lo consiguen agarrar, alargando las manos hacia adelante poniendo la mirada fija sobre lo que quiere conseguir. El propio deseo de conseguir lo que quiere hace que descubra nuevos movimientos. Con esto la actividad cerebral se estimula cada vez más. Por fin se consiguen sentar, adquiriendo equilibrio con ayuda de las manos y pies. Así pueden controlar lo que ven y se empiezan a percibir como seres algo más independientes. Durante el proceso de adquirir la capacidad de estar en vertical aprenden el valor de la perseverancia. Cuando logran controlar su equilibrio estando sentados, el siguiente paso es controlar ese equilibrio a la hora de intentar coger un objeto (cabeza, brazos, ojos y piernas. Ambos deben trabajar de manera conjunta). Una vez dominado esto, se abren nuevas experiencias para el bebé en las cuales tiene que conseguir llegar a un objeto situado en otras zonas, en el cual pone fija su mirada en el lugar en el que se encuentra, pero ya no le sirve únicamente con alargar la mano para agarrarlo sino que tiene que ir más allá. Gracias al fortalecimiento de sus articulaciones y a su perseverancia por lograr descubrir cosas nuevas, consigue averiguar el modo de llegar hasta el objeto. Esto significa que comienza a gatear y con el gateo llega el momento de mayor independencia para los bebés. La mayor fuerza motriz en el aprendizaje son los movimientos activos del bebé, es decir, que cuanto más tiempo estén en movimiento por sí mismos, más rápido adquirirán la noción de altura o peso porque habrán experimentado por ellos solos. Posteriormente utilizan objetos de apoyo para mantenerse en vertical, lo que le permite conseguir la posición erguida a lo largo de los meses y adquirir la posición correcta para andar. Para adquirirlo totalmente necesitan equilibrio, al igual que pasó cuando logran sentarse. El último paso es lograr el acto exclusivamente humano, andar. Esto ocurre cuando el bebé se ve seguro de sí mismo y sus articulaciones están fortalecidas, lo que le permite avanzar sin apoyos y con equilibrio. Entienden que la verdadera finalidad de andar es llegar a un sitio.



CAPÍTULO:

PENSAR

Se pensaba que la mente de los bebés era un caos absoluto, pero nacen con la capacidad de pensar, razonar, observar, buscar la verdad y aprender del mundo y de sí mismos.. A lo largo de su vida aprende sobre números, objetos, causa-efecto e intenciones humanas. Operan como científicos intuitivos. Recién nacidos, responden a una serie de estímulos que aún carecen de significado para ellos. Sin embargo, ya están inmersos en el mundo de dar sentido a todo lo que les rodea. Sin duda, al estímulo que más responden los bebés es al rostro humano, a pesar de que aún su vista no está desarrollada y únicamente ve un contraste de luces y sombras. Se llevó a cabo un experimento con un bebé de 10 meses para averiguar cómo se desarrollan los 3 primeros meses de vida. Fue denominado “reconocer las caras” y fue realizado por Daphne Maurer en Canadá. Consistía en colocar al bebé frente a una lámina con dos imágenes, una de ellas tenía tres puntos, los cuales representaban con gran certeza los elementos del rostro humano, mientras que en la de la izquierda los puntos estaban invertidos. El bebé se había fijado en la que contenía los puntos del rostro humano. Para averiguar qué es lo que le atraía realmente de la imagen le muestran una nueva lámina con dos imágenes distintas. En una de ellas se muestra la imagen borrosa de una cara, mientras que en el otro solo se han representado los contrastes de luces y sombras de los rasgos del rostro humano. En este caso el bebé prefiere mirar a este último, lo que quiere decir que no son los rasgos los que atraen la mirada del bebé, sino las zonas de contraste creadas por esos rasgos (ojos, boca y el pelo de la persona) a pesar de que aún no sabe lo que significa. Este experimento se realiza con un bebé de 6 semanas. A diferencia del anterior, este se fija ya en la imagen que representa el rostro humano. Lo que ha ocurrido en estas semanas de diferencia según los investigadores es, que creen que es el momento en el que el cerebro superior del bebé sensible a los estímulos visuales se despierta. Al mismo tiempo otras zonas del cerebro preparan al bebé para razonar y pensar. Esto es una de las características que diferencian al ser humano de los animales. Alrededor de las 8 semanas el mundo que le rodea adquiere un nuevo significado. Esto sucede a que cuantas más cosas ve el bebé más desarrolla la capacidad de pensar. A los 2 meses empieza a relacionar todo entre sí. Se descubre que el sonido de la voz y los movimientos que la acompañan están relacionados, y es aquí cuando comienza a asociar vista y sonido, así como también empieza a distinguir el mundo de los objetos. Se inician en el mundo de las 3 dimensiones (ver objetos que se mueven y otros están estáticos; ver que los que se mueven pasan por delante de los que no; ver que existen bordes que separan un objeto de otro). Se realizan experimentos para conocer si los bebés saben o no que los objetos en el momento en que desaparecen de su vista, siguen aún existiendo o no. Uno de ellos es “ permanencia de un objeto”, en el cual se sitúa al bebé frente a un objeto tapado, después aparece por un lado y desaparece para aparecer en el otro. Tras varias repeticiones el bebé sigue con la mirada el objeto, lo que da a entender que lo tiene en mente. Después se realiza lo mismo pero con dos columnas separadas. El objeto aparece por una y el bebé espera que desaparezca por la misma para aparecer de nuevo ahí, pero resulta que aparece por la otra, lo que hace que se quede confuso con la acción. Esto quiere decir que sabe que sabe que están los objetos a pesar de no verse, incluso que permanecen en el tiempo. Por otro lado, una vez adquirida la permanencia del objeto, los bebés tienen que ser capaces de buscar un objeto oculto. Esto se adquiere una vez el bebé lleva a cabo una serie de fases. En primer lugar, retener la imagen del objeto mientras desaparece; planificar dónde debe poner las manos para encontrarlo; poner en práctica su habilidad para alcanzarlo; y por último organizarse, ya que el bebé es muy dado a perder el interés si encuentra otra distracción. A los 8 meses ya es capaz de encontrar un objeto que se le muestre a pesar de ser tapado por otro.

A medida que el bebé va descubriendo el mundo, empieza a formar categorías como debajo, delante, detrás y dentro, y las aprenden de una en una. Al principio observando, pero posteriormente a través de la experimentación. Cuando se enfrentan a más de una a la vez, como es el caso del experimento que se realizó denominado “ doble obstrucción”, en el cual se ve que a los 9 meses aún no son capaces de unir dos leyes (no quiere decir que no las entienda por separado), ya que se desliza por una rampa una pelota, la cual sigue con la mirada el bebé adivinando perfectamente de qué lado va a caer. Pero cuando se juntan una barrera que impide que ruede más y una lámina en frente del bebé que no permite ver más allá de ella, al lanzar la pelota el bebé sabe dónde cae pero al tener la pantalla en frente reacciona desconcertada sin saber dónde buscar ya que algo se lo impide. Posteriormente tienen que clasificar esas leyes en categorías. La habilidad para las matemáticas comienza según los investigadores sobre los 6 meses, cuando se considera que los bebés pueden tener un concepto rudimentario de los números. Mediante los números y la acción de contar, los humanos organizan sus pensamientos sobre el mundo que les rodea; clasificar y formar categorías ayuda también a este desarrollo. Por otro lado, los seres humanos utilizamos herramientas con las manos. Una de las primeras es la cuchara, aunque al principio cuesta un poco dominarla. Llevarse la comida a la boca es un proceso complicado, de ahí que no extrañe el que se manchen tanto. Cuando ven dificultades, utilizan las manos, lo que les permite coger los trocitos más pequeños. Como digo, la cuchara es un elemento importante, de ahí que se realice un estudio sobre cómo va aprendiendo a usarla el bebé. Se le denominó como su propio nombre indica “ la cuchara”, y consistió en cambiar la orientación de la cuchara en cada intento (una vez con el mango hacia la derecha y otra hacia la izquierda). Aquí se ve la preferencia por la mano dominante, ya que en función de la orientación de la cuchara, es capaz de cogerla con mayor o menor problema. A los 18 meses ya son capaces de utilizar las herramientas que le rodean para resolver muchos de sus problemas cotidianos, como por ejemplo usar una banqueta de plástico para alzarse por encima de la mesa y llegar a ella. A muy corta edad el bebé entiende perfectamente los objetos. A los 18 meses suben y bajan las escaleras mientras se agarran a algo firme ya que les da seguridad. En esta edad también se enfrentan a entender a los demás, saben sus propias intenciones pero no conocen las de los demás. Para averiguar en qué momento del desarrollo del bebé, entiende qué prefieren los demás, se hizo un experimento en el cual se le daba a elegir al bebé dos comidas y elige una. Después el adulto le muestra lo que prefiere él, que es lo contrario a su elección. A continuación el adulto le pide al niño/a que le ofrezca un poco de la comida, no le dice cual, simplemente le muestra la bandeja con las dos comidas y extiende la mano. La respuesta del niño es darle lo que él prefería, a pesar de haber visto que el adulto escogía lo contrario. Sin embargo, al realizarse con un niño de un par de meses más, la respuesta obtenida es contraria, es decir, sí entiende que puedan discrepar en gustos. Por tanto, el paso del tiempo entre uno y otro hace que adquiera la capacidad de entender a los demás. A los 2 años exploran el mundo de los sentidos, aprenden sobre los demás y se esfuerzan por entenderles y pueden desarrollar sus propias capacidades creativas. Se plantean las grandes preguntas que rondan a todo ser humano durante su existencia: ¿quién soy? ¿cómo se que existo?. Esto aumenta su entendimiento y les conducen a descubrir los secretos del mundo. Es lo que se conoce como “ consciencia”, lo cual explorará durante el resto de su vida.



CAPÍTULO:

HABLAR

De todos los seres vivos solo uno tiene la capacidad de comunicarse mediante la palabra, y ese es el bebé humano. De ahí que se diga que nacemos para hablar. Los dos primeros años son un viaje lleno de exploración y alegría, pero incluso antes de poder pronunciar una palabra, el bebé ya se entretiene a través de la experimentación que lleva a cabo con su comunicación, mediante ruidos, balbuceos, gestos… Es decir, escuchar e imitar hasta que por fin domine la capacidad de articular palabras completas. El proceso de aprendizaje de la adquisición del habla comienza mucho antes de que el bebé llegue al mundo. El feto experimenta todo tipo de sensaciones en el útero de la madre bajo un entorno idóneo en el cual desarrolla el sentido del oído. Esto le permite estar en contacto con la lengua a pesar de aún no estar en el mundo y por supuesto de no dominarla. A las 24 semanas el oído interno del feto se ha desarrollado y ya puede oír sonidos, como por ejemplo el sonido del latido del corazón de la madre y los sonidos del mundo exterior, incluso el más fuerte de todos y hasta la voz de la madre. En los meses siguientes el feto se familiariza con las voces de ambos progenitores y esto es el principio de una comunicación constante entre el bebé y el mundo exterior. El bebé llega al mundo preparado para comunicarse y al principio la mejor forma es llorar, y con ello obtiene una respuesta inmediata. Llorar es un acto involuntario que muestra angustia. El bebé todavía no puede emitir otros sonidos debido al tamaño tan pequeño de su boca, la lengua grande y a esta edad su laringe está muy arriba para evitar que se ahogue, pero aunque los lloros son involuntarios su madre responde. Es la primera forma para los bebés de saber que los sonidos que emiten son un medio de comunicación y que cuando lloran alguien les escucha. La voz de la madre les tranquiliza de inmediato. La investigación muestra que desde los primeros días de vida los bebés prefieren la voz humana a cualquier otro sonido, pero lo sorprendente es lo habituados que están al lenguaje. Se realizó un experimento a cargo de Darwin Muir llamado “cara inmóvil” en el que la madre se sienta frente a su hijo y le habla. El bebé atiende y sonríe pero cuando la madre deja su cara inmóvil el bebé emite todos los sonidos posibles en busca de comunicarse con la madre y cuando ve que no obtiene respuesta se siente frustrado. Se concluyó que la razón por la que el bebé se disgustaba era porque la madre había roto el canal de comunicación sin avisar. En el experimento llamado “cara al revés” en el cual el bebé se sienta delante de una televisión en la cual se proyecta la imagen de la madre. Mientras ésta mantiene comunicación con el bebé, éste sonríe, pero de repente la imagen se da la vuelta y queda boca abajo la cara de la madre, lo que provoca en el bebé que deje de sonreír y se impacienta, porque ya no reconoce la cara de la madre. Otro de los tres experimentos realizados se denomina “cara alegre-triste” y consiste en poner al bebé junto al televisor y proyectar una imagen alegre con voz alegre, lo que hace que el bebé sonría, después la cara que ve en la pantalla cambia y pasa a ser triste con una voz triste también, lo que hace al bebé dejar de sonreír. A continuación la cara que ve muestra alegría pero va acompañada por una voz triste, lo cual desconcierta al bebé. Se concluyó de que a una edad muy temprana las emociones se expresan con la cara y la voz y que ambas deben mostrar el mismo estado de ánimo. El último experimento se llama “mirada fija”, el cual consiste en mantener la mirada fija con el bebé, pero después cambia la mirada únicamente. El bebé hace todo por llamar la atención de la madre pero al ver que no es así se enfada. Se concluyó que algo tan pequeño como los ojos juega un papel fundamental.

Hay que tener en cuenta que el bebé tiene una capacidad innata asombrosa para aprender cualquier idioma, de hecho se convierten en especialistas en un idioma vinculado a una cultura concreta. Para conocer el motivo de ello, se llevó a cabo un experimento con un bebé de 6 meses a manos de Janet Werken denominado “ba-dá”. Consiste en colocar al bebé delante de un juguete colorido para llamar su atención mientras de fondo se escucha dos sonidos en una cinta, uno es “ba” y el otro es “da”. Cuando suena el segundo, aparece un conejito iluminado y cuando suena el primero desaparece. Posteriormente cuando vuelve a sonar el segundo, incluso antes de que se ilumine el conejito, el bebé ya gira la mirada hacia donde está situado. Esto significa que empieza a asociar los sonidos con los objetos que le rodean y a distinguirlos, de ahí que se diga que a esta edad de 6 meses sea un oyente universal. Este mismo experimento se realiza con un bebé de 10 meses el cual nunca ha oído hablar en el idioma que ponen los sonidos “ba-da”. De ahí que al escucharlos muestre más interés por el juguete que por ellos. Esto llevó a la conclusión de que a los 10 meses el bebé deja de ser el oyente universal y ya no diferencia todos los sonidos que se le muestran. No es que pierda su capacidad de distinguir sonidos de otro idioma, sino que el cerebro va clasificando el caótico mundo de los sonidos y selecciona los de su idioma, comienza a filtrar sonidos que el bebé no escucha en su entorno. Esto hace que el bebé sea incapaz de distinguir sonidos de otros idiomas. Según un experimento que realiza Patricia Kuhl llamado “ exposición al mandarín”, se leen a niños entre 9 y 10 meses cuentos en Mandarín, y aunque nunca halla escuchado este idioma, se mantiene atento sin perder detalle. Unas sesiones después realiza de nuevo el experimento y permite ver que al haber escuchado Mandarín durante el período sensible del bebé, que es cuando la...


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