Resumen Sobre la libertad, Mill PDF

Title Resumen Sobre la libertad, Mill
Course Derecho Constitucional
Institution Universidad del País Vasco
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SOBRE LA LIBERTAD, J.S. MILLS Capitulo 1: Introducción. John Stuart Mill abre su ensayo discutiendo la histórica «lucha entre la autoridad y la libertad», que describe la tiranía del gobierno, que, en su opinión, debe ser controlada por la libertad de los ciudadanos. Divide este control de autoridad en dos mecanismos: derechos necesarios que pertenecen a los ciudadanos, y el «establecimiento de controles constitucionales mediante los cuales el consentimiento de la comunidad, o de un cuerpo de algún tipo, supuestamente para representar sus intereses, se convirtió en una condición necesaria a algunos de los actos más importantes del poder gobernante». Debido a que la sociedad estaba —en sus primeras etapas— sometida a tales condiciones turbulentas (es decir, población pequeña y guerra constante), se vio obligada a aceptar la regla". Sin embargo, a medida que la humanidad avanzaba, se hizo concebible que las personas se auto-gobernaran.  Establecimiento del Gobierno Representativo. Mill admite que esta nueva forma de sociedad (Democracia) parecía inmune a la tiranía porque «no había miedo a la tiranización sobre sí mismo». A pesar de las grandes esperanzas de la Ilustración, Mill sostiene que los ideales democráticos no se cumplieron tan fácilmente como se esperaba.  "Lo que ahora se exigía era que los gobernantes estuviesen identificados con el pueblo". (Página 70) En primer lugar, incluso en la democracia, los gobernantes no siempre eran el mismo tipo de personas que los gobernados. En segundo lugar, existe el riesgo de una «tiranía de la mayoría» en la que muchos oprimen a los pocos que, de acuerdo con los ideales democráticos, tienen igual derecho a perseguir sus fines legítimos. En opinión de Mill, la tiranía de la mayoría es peor que la tiranía del gobierno porque no se limita a una función política. Donde uno puede ser protegido de un tirano, es mucho más difícil estar protegido «contra la tiranía de la opinión y el sentimiento prevalecientes». "El pueblo que ejerce el poder no es siempre el mismo pueblo sobre el que se ejerce, y el gobierno de sí mismo, de que se habla, no es el gobierno de cada uno por sí mismo, sino de cada uno por los demás. La voluntad del pueblo significa, en realidad, la voluntad de la porción más numerosa y activa del pueblo, de la mayoría, o de aquellos que consiguieron hacerse aceptar como tal mayoría. Por consiguiente, el pueblo puede desear oprimir a una parte de sí mismo, y contra él son tan útiles las precauciones como contra cualquier otro abuso del poder". (Página 71) Por ello se debe ejercer la limitación del poder:

 "Por esto no basta la protección contra la tiranía del magistrado. Se necesita también protección contra la tiranía de la opinión y sentimientos

prevalecientes; contra la tendencia de la sociedad a imponer, por medios distintos de las penas civiles, sus propias ideas y prácticas como reglas de conducta a aquellos que difieren de ellas: a ahogar el desenvolvimiento y si posible fuera, a impedir ella formación de las individualidades diferentes; y a obligar a todos los caracteres a moldearse sobre el suyo propio." (Página 7273) Las opiniones prevalecientes dentro de la sociedad serán la base de todas las reglas de conducta dentro de la sociedad; por lo tanto, no puede haber salvaguardia en la ley contra la tiranía de la mayoría. La prueba de Mill es la siguiente: la opinión mayoritaria puede no ser la correcta. La única justificación para la preferencia de una persona por una creencia moral particular es que es la preferencia de esa persona. En un tema en particular, las personas se alinearán a favor o en contra de ese problema; el lado del mayor volumen prevalecerá, pero no es necesariamente correcto. Como conclusión de este análisis de gobiernos anteriores, Mill propone una norma única para la cual se puede restringir la libertad de una persona: Que el único propósito para el cual el poder puede ejercerse legítimamente sobre cualquier miembro de una comunidad civilizada, en contra de su voluntad, es evitar daños a otros, la protección. Su propio bien, ya sea físico o moral, no es una garantía suficiente. Sobre sí mismo, sobre su cuerpo y mente, el individuo es soberano.

 "La única parte de la conducta de cada uno por la que él es responsable ante la sociedad es la que se refiere a los demás. En la parte que le concierne meramente más a él, su independencia es, de derecho, absoluta. Sobre sí mismo, sobre su propio cuerpo y su espíritu, el individuo es soberano" (Página 80) Mill aclara que este estándar se basa únicamente en la utilidad. Por lo tanto, cuando no es útil, puede ser ignorado. Por ejemplo, según Mill, los niños y las naciones "bárbaras" se benefician de una libertad limitada. Los déspotas, como Carlomagno y Akbar el Grande, fueron históricamente beneficiosos para las personas que aún no estaban en condiciones de gobernarse por sí mismas, consideradas por el autor como "menores de edad". De manera que el despotismo es legítimo para el gobierno de lo que llama "bárbaros", siempre que se justifique en su mejoramiento o reeducación civilizadora; a lo que cualquier medio o fin sirve (uso de violencia, represión de minorías y lenguas, saltarse derechos humanos a la torera, etc.).

 "Los que están (...) cuidados por otros deben ser protegidos contra sus propios actos, tanto como contra daños exteriores. Opinión de un Servidor acerca del meapilas de J.S. Mills (Mills como buen liberal british, tenía un marcado sentimiento paternalista anglosajón hacía los que no eran ni de su clase y ni raza, que sólo supone una defensa del imperialismo y su política colonial. Una posición desde la hipocresía del caritativo gobierno de su majestad la

reina Victoria y el parlamento de Westminster para civilizar y redirigir según los preceptos colonialistas e imperialistas a los "negritos, irlandeses alcohólicos, indios y demás parias del Glorious Bristish Empire. Vamos que el imperio británico era como una ONG con la estructura de un reformatorio) J. S. Mill concluye la Introducción discutiendo lo que él reclamaba eran las tres libertades básicas en orden de importancia: 1. La libertad de Pensamiento y Emoción (Expresión): Esto incluye la libertad de actuar de acuerdo con dicho pensamiento, es decir , la libertad de expresión. 2. La libertad de buscar tus gustos: (siempre que no dañen a otros), incluso si se los considera "inmorales". 3. La libertad de Asociación y Reunión: la libertad de unirse siempre y cuando los miembros involucrados sean mayores de edad, los miembros involucrados no sean forzados y no se haga daño a los demás. Respecto que es una Sociedad Libre J.S. Mills considera:

 "No es libre ninguna sociedad, cualquiera que sea su forma de gobierno, en la cual estas libertades no estén respetadas en su totalidad; y ninguna es libre por completo, si no están en ella absoluta y plenamente garantizadas. (...) La libertad (...) de buscar nuestro propio bien por nuestro camino propio, en tanto que no privemos a los demás de lo suyo o les impidamos esforzarse por conseguirlo. Cada cual uno es el guardián natural de su propia salud, sea física, mental o espiritual. La humanidad sale gananciosa a cada cual vivir su que obligándolo a vivir a la manera de los demás" (Página 84). Mientras que Mill admite que estas libertades podrían, en ciertas situaciones, ser dejadas de lado, afirma que en las sociedades contemporáneas y civilizadas no hay justificación para su remoción. Aún como decíamos anteriormente, las sociedades pueden dejar de lado las libertades individuales de lado, (Como su amado Imperio Británico) por fruto de unos intereses permanentes que buscan el progreso humano y que autorizan la apelación a la utilidad y por consiguiente, al ejercicio déspota del poder o control externo de los individuos.

 "Una persona puede perjudicar a sus semejantes no sólo a causa de sus acciones, sino también por sus omisiones, y en ambos casos, será responsable del daño que se siga". (Página 82) Por ello la omisión del poder de garantizar los derechos individuales o se prevean males mayores, justifica que la conciencia individual pueda tomar por cuenta propia sus decisiones al dentro o si es necesario al margen de la legalidad si los garantiza. (Siempre que seas WASP: White, Anglo-Saxon & Protestant).

 "A menudo encontramos buenas razones para no exigirle tal responsabilidad; pero estas razones deben nacer de las circunstancias especiales de cada caso, ya sea porque se trate de un caso en que el individuo actúe mejor abandonado a

su propia iniciativa, que sometido a cualquier clase de control que la sociedad pueda empicar sobre él, o bien porque una tentativa de control pueda producir males mayores que los que se intenta evitar. Cuando razones como éstas impidan la exigencia de una responsabilidad, la conciencia del que actúa debe tomar las atribuciones del juez ausente, para defender los intereses de los que carecen de protección exterior, juzgándose a sí mismo, en este caso, tan severamente, cuanto que no está sometido al juicio de sus semejante" (Página 83) Capítulo 2: De la libertad de pensamiento y expresión En el segundo capítulo, J. S. Mill observa las consecuencias de suprimir las opiniones y concluye que las opiniones nunca deben ser reprimidas, afirmando: "Tal prejuicio, o descuido, cuando ocurre, es en conjunto un mal, pero es uno del que no podemos esperar estar siempre exentos, y debe considerarse como el precio pagado por un bien inestimable." (Página 142) Afirma que hay tres tipos de creencias que se pueden tener, todas las cuales, de acuerdo con Mill, benefician al bien común:   

Totalmente falsas Parcialmente verdaderas Totalmente ciertas

"Primero, si cualquier opinión se ve obligada a guardar silencio, esa opinión puede, por lo que ciertamente podemos saber, ser cierta. Negar esto es asumir nuestra propia infalibilidad. Negarse a oír una opinión equivale a afirmar que uno posee la verdad absoluta. Las épocas tampoco son infalibles o más que los individuos, todas las épocas posteriores han demostrado que opiniones anteriores son falsas o absurdas, y que a posteriori también se dará. El juicio ha sido dado a los individuos para ser aplicado, prohibiendo lo que consideran pernicioso no los proclama exentos de error. La libertad completa de contradecir y desaprobar una opinión nos lleva a la seguridad racional. Ya que el individuo es capaz de rectificar sus equivocaciones por medio de la discusión y la experiencia. La persona que posee el hábito constante de corregir y completar su propia opinión comparándola con los demás, puede considerarse sabio o con un juicio superior. Aún así el intelectual por muy capacitado que este y confianza tenga en su juicio; necesita de la justificación del "más paleto" según Mills. En segundo lugar, aunque la opinión silenciada sea un error, puede contener, y muy comúnmente lo hace, una parte de verdad; y dado que la opinión general o prevaleciente sobre cualquier tema rara vez o casi nunca es la verdad completa, es solo por la colisión de opiniones adversas que el resto de la verdad tiene alguna posibilidad de ser conseguida. En tercer lugar, incluso si la opinión recibida no solo es verdadera, sino toda la verdad; a menos que se considere que es, y de hecho es, impugnada enérgicamente y con seriedad, la mayoría de los que la reciben la considerará un prejuicio, con poca comprensión o sentimiento de sus fundamentos racionales.

Cuando nos volvemos a asuntos infinitamente más complicados (morales, religiosos, políticos, negocios, relaciones, políticos, etc.), las 3/4 partes de los argumentos en pro de una opinión consisten en destruir apariencias que destruyen las contrarias. Quien solo conozca un aspecto de la cuestión no conoce gran cosa de ella. Y no solo esto, sino que, en cuarto lugar, el significado de la doctrina corre peligro de perderse, debilitarse y privarse de su efecto vital sobre el carácter y la conducta: el dogma se convierte en una mera profesión formal, ineficaz para siempre, pero agitando el terreno, y evitando el crecimiento de cualquier convicción real y sincera, de la razón o la experiencia personal." (Página 144) Un plan muy a propósito para conservar la paz en el mundo intelectual, dejando que las cosas vayan sucediendo poco más o menos como antes. Pero el precio que se paga por esta especie de pacificación intelectual es el completo sacrificio de todo el ímpetu moral del espíritu humano. La especie de hombres que en él se producirán serán o meros repetidores del lugar común o servidores circunstanciales de la verdad, cuyos argumentos sobe todos los grandes problemas están hechos a la medida de sus oyentes, sin serlos que a ellos mismos les han convencido. Hay otros que intentan conciliar u ingenio con la ortodoxia del pensamiento de la comunidad, lo que normalmente no logra realizar. "El mayor perjuicio se irroga a quienes sin ser herejes ven todo su desenvolvimiento mental entorpecido, y su razón intimidada por el temor a la herejía."(Página 115-16) "No es que la libertad de pensar sólo sea necesaria para la formación de grandes pensadores[..] es indispensable para que el promedio de lo hombre pueda alcanzar el nivel intelectual de que sea capaz" (Página 116) Mill pasa una gran parte del capítulo discutiendo implicaciones y objeciones a la políticas de no suprimir opiniones. Al hacerlo, Mill explica su opinión sobre preceptos de la ética cristiana, argumentando que, si bien son loables, están incompletos por sí mismos. Por lo tanto, Mill concluye que la supresión de la opinión basada en la creencia en la doctrina infalible es peligrosa. Entre las otras objeciones que Mill responde está la objeción de que la verdad sobrevivirá necesariamente a la persecución y que la sociedad solo necesita enseñar los fundamentos de la verdad, no las objeciones a ella. La historia nos ofrece ejemplos de verdades arrolladas por la persecución que si no suprimidas para siempre, han sido, al menos retardadas durante siglos. La persecución siempre ha triunfado salvo donde los heréticos formaban una partido demasiado poderoso para ser eficazmente perseguido y si se propagaron y predominaron fue porque las persecuciones fueron solo ocasionales, de corta duración y separadas por largos tiempos de una propaganda casi libre. La ventaja de la verdad frente a las mentiras, es que la primera puede ser extinguida muchas veces, pero durante el tiempo habrá personas que la redescubran y una de estas reapariciones escapará a la persecución con la fuerza necesaria para suprimirla. Hoy en día existen ciertos residuos de persecución un tanto minoritarios. Respecto a la religión: [...] El renacimiento de la religión es siempre, al menos en los espíritus estrechos e incultos, renacimiento del fanatismo. [..]Es el renacer de los sentimientos de intolerancia.[..] La clase media [..], necesita poco para provocarle a perseguir

activamente a aquellos que nunca dejó de considerar como dignos de persecución. [..] las opiniones que los hombres mantienen y los sentimientos que abrigan respecto a aquellos que distienden en creencias que consideran importantes son los que hacen [..] un país un lugar en el que no existe libertad de pensamiento.(Página 121-22) Cerca del final del capítulo 2, Mill afirma que : "La vituperación (divinización o imposición) no medida, impuesta por la opinión dominante, disuade a las personas de expresar opiniones contrarias y de escuchar a quienes las expresan»." (Página ) Capítulo 3: Sobre la individualidad como uno de los elementos del bienestar. En el tercer capítulo, Mill señala el valor inherente de la individualidad ya que la individualidad esex vi termini (es decir, por definición) la prosperidad de la persona humana a través de los placeres superiores. "[..] el libre desenvolvimiento de la individualidad es uno de los principios esenciales del bienestar; que no sólo es un elemento coordinado con todo lo que designan los términos civilización, instrucción, educación, cultura, sino que es una parte necesaria y una condición para todas estas cosas.[..]" (Página 150) "[..] la espontaneidad individual no forma parte del ideal de la mayoría de los reformadores morales o sociales, sino que más bien la consideran con recelo, como obstáculo perturbador y acaso invencible para la aceptación general de lo que en su fuero interno consideran sería lo mejor para la humanidad." (Página 151) Argumenta que una sociedad debe tratar de promover la individualidad, ya que es un requisito previo para la creatividad y la diversidad. Con esto en mente, Mill cree rutinizados son un privilegio y dotadores de madurez facultativas que consisten en utilizar y interpretar la experiencia de manera individual. De aquí extrae que las facultades humanas (Percepción, juicio, discernimiento, actividad mental y moral) sólo se ejercitan cuando se hace una elección. "Debe emplear la observación para ver, el razonamiento y el juicio para prever, la actividad para reunir los materiales de la decisión, el discernimiento para decidir, y, cuando ha decidido, la firmeza y el autodominio (self-control) sostener su deliberada decisión." (Página 153) "Se concederá probablemente que es deseable que los hombres cultiven su inteligencia, y que vale más continuar inteligentemente una costumbre, y aún ocasionalmente apartarse de ella con inteligencia, que seguirla de manera ciega y simplemente mecánica." (Página 155) No obran mal los seres humanos porque sus deseos sean fuertes, sino porque sus conciencias son débiles. La misma fuerte sensibilidad que hace a los impulsos personales vivos y poderosos es la fuente de la que nace el más apasionado amor a la virtud y el más estricto dominio de sí mismo (self-control). Pero ahora la sociedad absorbe lo mejor de la individualidad y el peligro que amenaza la naturaleza humana es la falta de impulsos y preferencias personales. Esto supone doblegar el espíritu al yugo de la conformidad. La gente subordina hasta sus placeres a la conformidad, es lo primero en lo que piensan: se interesan en masa, ejercitan su elección sólo entre las cosas que hacen corrientemente, la singularidad de gusto o la excentricidad de conducta

se evitan como crímenes; a fuerza de no seguir su natural. Consumen sus capacidades humanas, no poseen ideas y sentimientos propios. (Lo relaciona con la visión calvinista del mundo). Afirma que teme que la civilización occidental se aproxime a esta conformidad bien intencionada con máximas dignas de elogio caracterizadas por la civilización china. Para el Europa es el ejemplo a seguir, ya que gracias a su pluralidad, variedad de situaciones y la libertad le han llevado por el camino del progreso y multilateralidad. Por lo tanto, Mill concluye que las acciones en sí mismas no importan. Más bien, la persona detrás de la acción y la acción en conjunto son valiosas. Escribe al respecto: "Realmente es importante, no solo lo que hacen los hombres, sino también qué tipo de hombres son quienes lo hacen. Entre las obras del hombre, que la vida humana se emplea con razón para perfeccionar y embellecer, la primera en importancia es seguramente el hombre mismo. Suponiendo que fuera posible construir casas, cultivar, luchar, probar, e incluso erigir iglesias y orar, por autómatas de forma humanas sería una pérdida considerable para el intercambio de estos autómatas incluso los hombres y mujeres que en la actualidad habitan en las partes más civilizadas del mundo, y que con toda certeza son muestras de lo que la naturaleza puede producir. La naturaleza humana no es una máquina para ser construida a partir de un modelo, que se establece para hacer exactamente el trabajo prescrito para ella, sino un árbol, que requiere crecer y desarrollarse por todos lados, de acuerdo con la tendencia de las fuerzas internas que lo hacen un ser vivo." (Página 154) La individualidad vale tanto como desenvolvimiento y el cultivo de esta produce seres humanos bien desarrollados y genios en los diversos campos. Respecto a la genialidad dirá: "En primer lugar, pues, me atrevo a decir que podrían aprender algo de ellas. Siempre son necesarias personas que descubran nuevas verdades[..] o para iniciar nuevas prácticas, dando ejemplo de una conducta más esclarecida, de un mejor gusto, y sentido en la vida humana. Es verdad que no todos son igua...


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