U4 Clase 16 Archenti Por que¦ü se cae un puente LA Vanguardia PDF

Title U4 Clase 16 Archenti Por que¦ü se cae un puente LA Vanguardia
Author Rodrigo Vazquez
Course Quimica
Institution Universidad de Buenos Aires
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TRAS LA TRAGEDIA DE GÉNOVA

¿Por qué se cae un puente? Los expertos reclaman mayor celo en la conservación de los pasos elevados antes, durante y después de construirlos

Una de las desoladoras imágenes del puente Morandi de Génova, que se derrumbó en el transcurso de una tormenta sobre la ciudad italiana (Nicola Marfisi / AP) MAYTE RIUS, BARCELONA 21/08/2018 01:08 | Actualizado a 21/08/2018 11:17

Unos 840 puentes franceses, de los 12.000 mantenidos por el Gobierno galo, tienen “riesgo de derrumbe” en los próximos años si no se dedica más dinero a su mantenimiento, según una auditoría publicada por el Journal du Dimanche. En Alemania, un informe del Instituto Federal de Investigación de Carreteras indicaba que el año pasado el 12,4% de los puentes de su red viaria estaban en mal estado. En Estados Unidos, 54.000 de los 613.000 puentes revisados a principios de año tenían deficiencias. Y en Italia se calcula que hay más de 30.000 puentes con riesgo y 300 de ellos en situación crítica.



La tragedia provocada por el hundimiento del viaducto de Génova hace una semana ha suscitado un gran interés y notable inquietud sobre el estado de los puentes en todo el mundo, sobre qué hace que se mantengan en pie o que en un instante se vengan abajo. Y también sobre quién y cómo vigila ese peligro.





Tipos de puentes (LVD)

“Lo primero que hay que decir es que la siniestralidad en puentes es muy baja, porque hay millones de puentes, y decenas de miles de ellos importantes, y muy pocos accidentes, que por eso siempre son noticia”, aclara Santiago Hernández, catedrático experto en puentes de la Escuela de Ingenieros de Caminos de la Universidad de A Coruña. Y enfatiza que los puentes son estructuras muy estables y seguras porque los ingenieros manejan perfectamente las leyes de la física, la tecnología está muy avanzada y los puentes se diseñan y construyen controlando de forma precisa las cargas que soportarán y cómo estas se transmitirán hasta la cimentación para que aguante.

Se ha dicho que el puente de Morandi en Génova estaba mal diseñado, que su caída era un fracaso de la ingeniería, y eso no es cierto, no puede calificarse como fracaso una infraestructura que ha servido magníficamente durante medio siglo y por la que habrán pasado más de mil millones de vehículos; el puente estuvo bien diseñado, lo que probablemente no ha tenido es un buen mantenimiento, y cualquier construcción necesita que la conserven”, afirma Hernández. Y la reflexión es compartida por otros muchos expertos que, a la espera de los informes de ingeniería forense que determinen con precisión qué pasó en el puente de Génova, avanzan que todo apunta a deficiencias de mantenimiento. “La gente cree que los puentes caen del cielo y se quedan ahí para siempre, pero los puentes nacen, tienen vida y con el paso del tiempo envejecen, y necesitan no sólo que se les revise sino que se les ayude a envejecer con calidad”, dice Òscar Maza, miembro de la junta del Col·legi d’Enginyers de Camins, Canals i Ports de Catalunya.



El diseño, el terreno, el clima, el uso y los materiales determinan el mantenimiento que necesita cada uno En España, la inspección y el mantenimiento de los puentes dependen del Estado, las comunidades autónomas, las diputaciones o los ayuntamientos en función de la titularidad de la carretera donde están ubicados. Según datos del Ministerio de Fomento, en la red de carreteras del Estado existen más de 25.000 estructuras de paso (puentes y viaductos). Y en Catalunya, el Departament de Territori i Sostenibilitat tiene inventariados más de 4.800 puentes en la red que depende de la Generalitat. Pero, independientemente de quién los gestione, los puentes españoles están sometidos a similares protocolos y métodos de inspección y mantenimiento, basados en la guía publicada por el Ministerio de Fomento y que aplican también las autonomías. “Se realizan tres tipos de inspecciones: la básica o rutinaria –que es una inspección visual por parte de un técnico y se hace de forma periódica–, la principal –que depende del plan de mantenimiento de cada puente, es más exhaustiva y la llevan a cabo empresas especializadas con toma de muestras y pruebas de ensayo en el laboratorio– y las especiales, que se realizan en profundidad cuando se detecta algún daño o se ha producido algún impacto”, detalla Maza. Fomento prevé que las inspecciones rutinarias se realicen cada 15 meses y que haya una revisión principal cada cinco años, calendario que también siguen muchas autonomías.

Cámaras de seguridad captaron el momento del derrumbe de…



No obstante, Santiago Hernández asegura que cada puente es distinto y por tanto cada uno debe tener su propio plan de mantenimiento fijando la periodicidad y las características de las revisiones necesarias en función del tipo de puente, del terreno donde se ubica, de los materiales con que está construido, de la climatología del lugar, del uso que tiene... Porque los riesgos de un puente atirantado no son los mismos que los de un puente de arco, ni la conservación que requieren los puentes metálicos es la misma que necesitan los de hormigón. En los atirantados, explica el especialista en Puentes de la Universidad de A Coruña, resulta primordial vigilar el estado de los tirantes (los cables que trasladan la carga hasta los pilares y de ahí a la cimentación) y la conexión de estos con el tablero (la superficie por la que pasan los vehículos). En los puentes colgantes (como el de Amposta), es clave el estado de la catenaria, el cable curvo al que transmiten la carga los cables o estructuras verticales. En los puentes de hormigón, la prioridad es impedir que penetre el agua y vigilar que el drenaje funcione bien, porque si el hormigón se vuelve poroso, disminuye su pH y el acero interior puede corroerse y debilitar la estructura del puente. La corrosión de los materiales es también la principal amenaza para los puentes metálicos, en cuyo mantenimiento resulta fundamental la pintura.

Pero que esté claro cuándo y qué elementos deben inspeccionarse en los puentes no quiere decir que sea fácil hacerlo ni que siempre se lleven a cabo todas las tareas de conservación necesarias. Y no siempre por falta de presupuesto o de diligencia de las administraciones. Basta revisar algunos de



los informes sobre conservación de puentes que se debaten en los congresos y las revistas especializadas sobre construcción e infraestructuras para saber de las dificultades que tienen los especialistas en ingeniería civil para detectar fallos en las cimentaciones o en algunos elementos de los puentes porque no siempre son accesibles para los técnicos. “Uno de los mayores problemas para la conservación es que quien proyecta se suele olvidar de que las obras (todas) necesitan su posterior mantenimiento”, aseguran los ingenieros José María Fraile y Jerónimo Gamallo de Cabo en su Decálogo para la conservación de puentes. Y apuntan que si en el momento de diseñar y construir la obra ya se pensara en su mantenimiento, algunas cosas se harían distintas o se prevería dejar ciertos elementos para facilitar la conservación.

A veces no se detectan fallos en los cimientos o en otros elementos porque no se planificó que fueran accesibles

Maza coincide en que “el mantenimiento tiene que tenerse en cuenta desde la fase de planificación y diseño, porque todo va ligado”, pero también comenta que la tecnología está ayudando a superar algunas de esas dificultades de acceso que tienen los técnicos para revisar y cuidar los puentes. “Se han comenzado a realizar inspecciones con drones dotados de cámaras de alta resolución que permiten llevar el ojo humano a sitios de difícil acceso para las personas, y en los puentes nuevos se están instalando sensores que permiten conocer el estado de la infraestructura desde el minuto cero de su construcción, proporcionando a los ingenieros un flujo completo de datos que facilita un diagnóstico más preciso”, señala.



Santiago Hernández está convencido de que la monitorización de los puentes va a contribuir mucho a que estén mejor conservados. “Hay sensores de humedad, de viento, de temperatura, del número de vehículos que pasan, de ruido... y toda esa información, que llega a los técnicos al móvil o al ordenador, sin desplazarse, permite tener la infraestructura controlada y saber cuál es el estado del puente durante toda su vida”, afirma. En el Hammersmith Flyover, un puente esencial en la red de carreteras de Londres, la instalación de 400 sensores acústicos permitió detectar cuándo y dónde se rompían las hebras del cable de acero, confirmando el deterioro que sufría la estructura, lo que provocó que el puente se cerrara de inmediato para su renovación en el 2011.



VIVIR CONFINADOS

Cómo conseguir la vitamina D que el cuerpo necesita sin salir de casa Una terraza, balcón o ventana son suficientes para alcanzar el nivel deseable. Si no, la alternativa está en los suplementos Guía para el encierro: cómo preservar un espacio físico y mental para ti mismo Aprovecha el confinamiento para mejorar tu vida sexual



La vitamina D se sintetiza a partir de una reacción química en la piel que se activa con los rayos solares (RapidEye / Getty Images/iStockphoto) ROCÍO NAVARRO MACÍAS 26/03/2020 07:00 | Actualizado a 26/03/2020 08:34

Mantener el sistema inmunológico en un nivel óptimo es fundamental ante la amenaza del Covid-19. Uno de los sustentos para su perfecto funcionamiento es la vitamina D. No solo es necesaria para la función protectora del cuerpo, ya que de una cantidad suficiente de este activo depende, por ejemplo, la salud ósea. La particularidad de esta vitamina es que en su gran mayoría la produce la piel mediante la acción de los rayos solares. Pero, ¿cómo se consigue que no decaiga cuando el confinamiento en interiores es obligado? Hacemos un repaso sobre por qué se necesita, cómo obtenerla y en qué cantidad sin salir de casa.

“La falta de vitamina D es un factor de riesgo para presentar osteoporosis y, con ella, fracturas óseas, y raquitismo en los niños; no en vano se conoce como la vitamina de los huesos. Pero, además, se le atribuyen muchas otras funciones, en especial el buen funcionamiento del sistema inmunológico, propiedades antineoplásicas, la regulación de la glucosa, los lípidos y del sistema cardiovascular, por citar algunos ejemplos”,



explica Rosa Taberner, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología y dermatóloga en el Hospital Son Llàtzer (Palma de Mallorca).

Papel esencial

“La vitamina D, entre otras funciones, está relacionada con el buen funcionamiento del sistema inmunológico” ROSA TABERNER Dermatóloga, AEDV

Se trata de una sustancia esencial para la salud, por lo que los expertos coinciden en que preservarla durante la crisis sanitaria es fundamental. En lo que la comunidad científica no coincide, es en el tiempo y la cantidad diaria recomendada. Pero, sea cual sea,, los especialistas nos ofrece luz para que no decaiga durante el estado de alarma.

El sol, fundamental A diferencia del resto de vitaminas que obtenemos fundamentalmente a través de la dieta, la D, en gran medida, se sintetiza a partir del 7-dehidrocolesterol que tenemos en la piel. “Para que esta reacción se active es imprescindible la acción del sol. En concreto, necesitamos la acción de los rayos ultravioleta de tipo B, que son los que van a desencadenar la primera reacción química a partir de la cual vendrán otras, en el hígado y el riñón, para crear la forma activa de vitamina D, el calcitriol”, comparte Taberner.

La dermatóloga indica que es la longitud de onda cercana a los 297 nm la que desencadena ese efecto. “Paradójicamente, esta es también la que cuenta con mayores efectos carcinogénicos sobre la piel”, subraya. De esta forma surge la paradoja: Necesitamos



exponernos al sol pero sabemos que provoca lesiones en la piel en forma de quemaduras, fotoenvejecimiento y hasta cáncer de piel.

Bastan 15 minutos de exposición directa al sol en manos y cara, tres veces a la semana, para conseguir la 'dosis' adecuada (freemixer / Getty Images)

Pero, ¿cuánto necesitamos? Existe una manera de evitar los efectos adversos del sol y conseguir sintetizar de forma suficiente la vitamina D. “Nuestro sistema se satura a partir de los 20 minutos, aproximadamente. Es decir, que aunque nos expongamos más tiempo no vamos a ser capaces de fabricar más vitamina D”, comparte la dermatóloga, que aconseja exponerse directamente al sol durante 15 minutos en brazos y piernas, o en cara, manos y brazos. Es suficiente hacerlo dos o tres veces a la semana en la franja de 12 a 16 horas en primavera y verano para tener unos niveles adecuados.



Aunque esta medida es muy variable, ya que intervienen otros factores como la latitud a la que nos encontremos, la estación del año y el tipo de piel. Las pieles más oscuras tendrán más dificultad para sintetizar vitamina D. “A pesar de la síntesis cutánea y de la dieta se estima que más del 50% de la población está en riesgo de padecer deficiencia de vitamina D”, comenta Ramón de Cangas, doctor en Biología Funcional y Molecular. Por ello, es esencial prestar atención a esta exposición.

Solearse en casa Ahora que no es posible salir a pasear y exponerse al sol en la calle, el consejo de los expertos es que quienes dispongan de un balcón, terraza o jardín, sigan las recomendaciones antes indicadas, exponer la piel al sol durante las horas centrales unos 15 minutos, tres veces por semana. Para los que no disponen de lugares exteriores pero sí de ventanas, también hay esperanza. Ahora bien, teniendo en cuenta algunas salvedades. “Es importante remarcar que el sol que nos llega a través de una ventana cerrada no sirve, ya que el cristal filtra ese tipo de radiación”, advierte la especialista. Pero si se abre y la radiación llega hasta la cara y los brazos, es suficiente.

Por otra parte, Taberner sugiere que las persona que se encuentran enfermas en la cama y no pueden exponerse directamente a esos rayos solares pueden conseguir unos niveles correctos de vitamina D a través de suplementos prescritos por el médico.

La alimentación también cuenta



Alimentos ricos en vitamina D (cegli / Getty Images/iStockphoto)

Aunque la síntesis de la vitamina D requiera del contacto de la piel con los rayos solares, hasta el 20% de la que es vital para el organismo se puede conseguir mediante la dieta. Claro que, como advierte Ramón de Cangas, también dietista-nutricionista y miembro del Comité Asesor Científico del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, los nutrientes ricos en vitamina D no suelen consumirse en abundancia, así que conviene estar atentos a qué comemos estos días de confinamiento. “Los pescados grasos como el salmón, el atún y la caballa, el hígado, los lácteos enteros y la yema de huevo son fuentes significativas de vitamina D”, señala el experto que, además, los valora como una buena opción en la dieta. En este aspecto coincide Taberner, que apunta también a la leche enriquecida, las sardinas en conserva y las setas como otras alternativas válidas para lograr el aporte vitamínico que compense la falta de exposición solar durante el tiempo que dure esta emergencia sanitaria que nos mantiene recluidos en casa.



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