Un golpe a los libros PDF

Title Un golpe a los libros
Author Rodri
Course Historia Mundial II
Institution Instituto Superior del Profesorado Nº 62 Ángela Cullen
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Informe sobre la censura cultural durante la ultima dictadura argentina....


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Censura a los libros durante la dictadura militar argentina (1976-1983).

Institución: Instituto Superior del Profesorado N° 26 “Angela Peralta Pino” Nombre completo de la carrera: Profesorado de Educación Secundaria en Historia. Espacio curricular: Nombre del docente: Lazzaro, Jessica. Nombre del alumno: Rodrigo Bregy Año: 3er año Ciclo lectivo: 2020

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Índice Introducción. 3 Marco teórico. 4 Desarrollo.

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Capítulo 1: El contexto...........................................................................................................6 Capítulo 2: El plan del estado terrorista...............................................................................8 Capítulo 3: Los libros...........................................................................................................10 Conclusión.

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Anexo. 18 Bibliografía

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Introducción. Además del secuestro y la desaparición sistemática de personas, la última dictadura militar también llevó adelante una clara política de desaparición y sustitución de buena parte de la producción literaria de la época. La censura y prohibición de obras culturales acompañó a sangre y fuego la persecución, secuestro, asesinato y desaparición de autores durante la última dictadura cívico-militar. La presente investigación de la asignatura de Unidad de Definición Institucional de la carrera de Profesorado de Historia, intentara demostrar que la dictadura militar Argentina (1976-1983), utilizó como forma de represión ideológica la censura literaria; con el objetivo de mantener el sistema de dominación terrorista y autoritario a través de la manipulación de la información. Se señalará que ésta apuntó a textos con temática y vocabulario marxista y que abarcó a varios niveles. Ayudará a la comprensión de los motivos y las formas de represión cultural y brindará información sobre las temáticas y libros prohibidos por ser considerados “subversivos”. Dicho periodo es relevante debido a la persistencia de esta práctica impuesta desde el estado en nuestro país, con el objetivo de cambiar y de moldear el pensamiento de la sociedad. Sé definirá al estado durante el periodo estudiado como Terrorista y se emplearán como fuentes algunos libros que fueron objeto de censura durante el proceso, con la finalidad de extraer ideas que permitan el análisis y el esclarecimiento de las causas de las prohibiciones y los temas considerados “peligrosos”.

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Marco teórico.

El 24 de marzo de 1976 asume el general Jorge Rafael Videla como presidente de la Nación Argentina, derrocando a la presidenta María Estela de Martínez del Congreso Nacional, dando comienzo al autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. La Junta Militar, daba a conocer a través de comunicados las medidas que imperarían en el país a partir de ese momento. Se dictaron un total de 31 comunicados, del cual, solo resulta de vital importancia para esta investigación, el comunicado N° 19. Según dicho comunicado, los medios de comunicación serían reprimidos con reclusión por tiempo indeterminado si difundían imágenes correspondientes a asociaciones ilícitas o a grupos dedicados a actividades subversivas o al terrorismo. De no cumplirse esto, el castigo era ser recluido por diez años al que por cualquier medio difundiere o propagare noticias, comunicados o imágenes con el objetivo de perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades de las Fuerzas Armadas. Los medios de comunicación fueron concebidos como un sector estratégico para poder llevar adelante la dictadura cívico-militar, ocultando, las atrocidades y los crímenes cometidos, y, además, para legitimar el golpe y la posterior dictadura convirtiéndose en una pieza clave de la propaganda militar. Así, se instalaba la censura. Las Fuerzas Armadas concibieron a los medios de comunicación como la forma de difundir y defender sus propósitos y su ideología. La finalidad del gobierno de facto era eliminar a todo aquel que impidiera la instalación de su proyecto económico recesivo y desindustrializador y que atentaran contra los valores occidentales y cristianos. Los medios eran utilizados para informar, desinformar y para desplegar grandes campañas de propaganda a través de las cuales se instaló una ideología monolítica. El organismo que tenía a cargo el control y censura de libros era la Dirección General de Publicaciones. El procedimiento era muy amplio; se analizaba una denuncia o pedido de evaluación realizada por un organismo oficial. Luego el libro era sometido a un análisis ideológico-político, para más tarde pedir informes a los organismos oficiales pertinentes sobre los antecedentes del autor, de la editorial e investigaciones especiales, realizadas al efecto. Para que, de esta manera, poder determinar si el libro era merecedor de prohibición o no.

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De esta manera, muchos de los grandes medios gráficos fueron más allá de limitarse a cumplir órdenes, sino que se convirtieron en voceros de las Fuerzas Armadas en el poder, publicando en sus artículos, argumentos, visiones y vocablos de estas mismas. Durante la última dictadura, el Ministerio del Interior fue el principal operador dedicado a la censura. Actuaban en la conformación de listas negras, grises o blancas según el grado de peligrosidad de determinado producto cultural. Como ya mencioné anteriormente, los documentos eran sometidos a un análisis del para determinar su prohibición, pero también este análisis servía para calificar dicho documento a través de “formulas” que iban de la Formula 1 (carece de referencias ideológicas contrarias a régimen dictatorial) hasta la Formula 4 (atenta contra la ideología dictatorial). El Ministerio del interior era el organismo central de las actividades y disposiciones destinadas a reprimir la cultura. De él surgieron la mayoría de los informes, documentos y decretos de prohibición. La Dirección General de Publicación (DGP) dependía del Ministerio del Interior, y centralizaba a nivel nacional el control sobre toda clase de impresos, exceptuando a los diarios. Disponía de poder de policía para sancionar y controlar. La Dirección General de Publicación se mantenía en contacto permanente con el Ministerio de Educación para realizar cualquier operación de prohibición u observación de publicaciones. Aunque este mecanismo era meramente formal y por una razón jerárquica, dado que todos los informes eran devueltos sin objeciones el Ministerio de Educación avalaba todas las decisiones y acciones de esa Dirección dependiente del Ministerio del Interior. La Secretaria de Interior era la que intermediaba entre este organismo y las provincias, asesorando a las policías provinciales en el control cultural e informando cuales eran las publicaciones prohibidas u observadas. La Dirección General de Asuntos Jurídicos se ocupaba de asegurar el marco “legal” de las normas de prohibición que se elaboraban. El Ministerio de Relaciones Exteriores intervenía en los casos en que los libros eran importados o de autores extranjeros, a pedido de la Dirección General de Publicaciones. La Dirección de Culto, cuyo organismo dependía del Ministerio de Relaciones Exteriores, brindaba asesoramiento en los casos en que las publicaciones estaban relacionadas con alguna congregación religiosa.

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Desarrollo. Capítulo 1: El contexto. La historia de nuestro país, se desarrolla dentro de dos contextos, uno mundial y otro latinoamericano, ambos interrelacionados. En el primero, los años comprendidos entre 1976 y 1983 son testigos del enfrentamiento entre dos bloques, el Soviético y el Capitalista; en la llamada “Guerra Fría”1. Dentro de este y expresamente vinculado, se encuentra la situación de América Latina, que desde los años 60’ vio surgir en su seno una serie de dictaduras militares en clara dependencia de Estados Unidos y acorde con la Doctrina de Seguridad Nacional2, elaborada por el Estado Mayor Conjunto de ese País, que pone énfasis en la defensa de la seguridad de la nación supuestamente amenazada por la “agresión” e infiltración de elementos subversivos influenciados por el Marxismo. Este breve marco histórico es necesario e importante para entender el accionar del gobierno militar argentino. El 24 de marzo de 1976, la Junta de los jefes, integrada por el General del Ejercito Jorge Rafael Videla; el Almirante Emilio Eduardo Massera y el Brigadier Orlando Ramón Agosti de la Aeronáutica, se hizo cargo del poder y comenzó lo que se llamó Proceso de Reorganización Nacional3. La dictadura derrocó al gobierno justicialista que había contado con la mayoría más aplastante de la historia electoral del país, pero que estuvo plagado por años de violencia, signado por el fracaso del modelo de concertación económica, el rebrote de la guerrilla y la aguda crisis económica. La principal arma del gobierno dictatorial fue el Terror, tanto para adaptar el comportamiento político a la obediencia absoluta, como para modelar las actitudes a fin de obtener obediencia voluntaria. Así se controlarían y se cambiarían los actores sociales. Consecuencia del Terror fue el surgimiento de una “cultura del miedo”, que dominó el proceso y apuntó a reducir el número de actores sociales y al

1 HOBSBAWM, Eric. Historia del siglo XX. 2° parte. Capítulo 8. “La Guerra Fría”. Critica. Buenos Aires. 1998. 2 GARCIA, Alicia. S. La Doctrina de Seguridad Nacional (Biblioteca política N° 333 y 334). Bs As Centro Editor de América Latina. 1981 3 ANSALDI, Waldo. “Matriuskas del Terror”. Algunos elementos para analizar la Dictadura Argentina dentro de las dictaduras del Cono Sur. En Bethell Leslie. Volumen 12. 1997.

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disciplinamiento social4. En este sentido podemos pensar en las palabras de Rodolfo Walsh al respecto: “... el accionar de los que comandan la dictadura militar, es un plan premeditado y sistemático de eliminación física de personas y de allanamientos por la fuerza y la represión de los movimientos sociales y políticos-los contestatarios o los simplemente solidarios -, de la libertad de expresión y de pensamiento disidente, de cualquier manifestación cultural, desde las más transgresoras o revolucionarias hasta las que apenas se atrevieran a manifestar un pensamiento crítico y libre...”5. Además del secuestro y la desaparición sistemática de personas y de la consolidación de las bases del plan económico de Martínez de Hoz, la Dictadura también llevo adelante la práctica de desaparición y sustitución de buena parte de la producción literaria de la época. Sobre esta cuestión los investigadores Invernizzi y Gociol cuentan: “Primero había una evaluación política del libro, y luego venia la censura, que era una herramienta de control político en manos del Estado, no había ninguna improvisación, ningún capricho. Sabían muy bien lo que hacían”6 .

4 CALVEIRO, Pilar. “Segundas Partes”. El Poder Desaparecedor. Disciplina militar. Obediencia Debida. En Política y/o Violencia. Una aproximación a la guerrilla en los años 70. Bs As. Norma. 2005 pág. 68. 5 www.telam.com / www.rodolfowalsh.org. 6 INVERNIZZI, Hernán y GOCIOL, Judit. “Un Golpe A los Libros”. ED. Eudeba. Bs As 2001.

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Capítulo 2: El plan del estado terrorista. El Estado Terrorista militar suprimió los derechos y garantías constitucionales. En su lugar estableció una serie amplia de comunicados, para reglamentar la vida de la nación. En las primeras horas del golpe, la libertad de prensa fue suprimida en el comunicado de prensa N°19: “Se comunica a la población que la Junta de Comandantes a resuelto, que sea reprimido con la pena de reclusión por tiempo indeterminado; el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare comunicados o imágenes provenientes o atribuidas a asociaciones ilícitas personas o grupos notoriamente dedicados a actividades subversivas o al terrorismo” El Proceso no se propuso modificar el sistema jurídico, sino colocarse por encima de él, asumiendo al mismo tiempo la potestad de dictar la ley y de violarla a su manera, de este modo se impuso un duro control sobre los medios de comunicación, incluyendo, la prensa, la literatura y una vigilancia estricta sobre las manifestaciones artísticas. Logrando así silenciar cualquier tipo de opinión o información considerada peligrosa para el gobierno. La dictadura se dedicó a elaborar un proyecto cultural claro y eficaz; con objeto de erradicar cualquier forma de oposición de desarrollo económico y de contestación a las políticas emanadas desde el estado. En esta tarea el principal medio utilizado fue la censura: Entendida como; función consistente en controlar el contenido ideológico o moral de las informaciones, ideas, representaciones graficas o dramáticas destinadas a llegar público a través de diversas formas de comunicación social como la prensa escrita, la radio, la televisión y el cine entre otras. La censura respondía al propósito de lograr la depuración ideológica, por medio de la conquista del “poder cultural; para formar una nueva mentalidad en la sociedad a saber con el predominio de los valores del individualismo, el pragmatismo y la eficiencia, compatibles con el modelo neoliberal; dejando atrás los valores de solidaridad social, la acción comunitaria y la conciencia política y revolucionaria de las décadas anteriores. Para comprender las razones de la censura a los libros, es interesante tener en cuenta las declaraciones del propio Jorge Rafael Videla al Times de Londres; este decía: “Un terrorista no es solamente alguien con arma de fuego o una bomba; si no también alguien que difunde ideas contrarias a la civilización occidental y cristiana”7. El general en cuestión refleja claramente la ambigüedad del discurso 7 diario La Opinión .31 de diciembre de 1976. Art: “La subversión tuvo 4000 bajas en 1976

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emanado hacia la sociedad imponiendo el miedo; ya que no se especifica quienes son considerados enemigos y cuál es el accionar que recibiría posibles sanciones. Al ser un discurso amplio no se aclara que ideas atentan contra la civilización occidental y cristiana. No había reglas que permitieran discriminar entre las conductas “permitidas” y las “desviadas “, la inmensa mayoría de ciudadanos pasaron a percibirse como posibles víctimas. Tal situación llevo a muchos intelectuales a incurrir a la autocensura o al exilio. Al respecto Invernizzi y Gociol afirman “... no se argumentaba que tal o cual libro les atacaba y les contradecía y, por lo tanto, era legal censurarlo. Hubo un plan de represión cultural: la desaparición de personas tenía que corresponderse con la desaparición de los símbolos culturales”8. Además de la destrucción de material literario, el gobierno se aboco a tratar de llenar ese “hueco”, con producciones orientadas hacia su proyecto de sociedad, basado en la premisa “Estado, religión y familia”. “La dictadura tuvo una política basada en un plan sistemático de persecución a cierto tipo de cultura, y de sustitución de un tipo de cultura por otro” 9. El proyecto que se buscaba lograr tenía en esencia la represión cultural y física; y la intención de imponer una nueva cultura obsecuente; con el nuevo poder político y económico de la Junta.

8 Diario La Capital. Año CXXVII N° 48327. Art: “Los libros que la dictadura no pudo destruir” Domingo 14 de marzo del 2004. 9 INVERNIZZI y GOCIOL. Un Golpe a los Libros” Eudeba. 2001.Pag.1.

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Capítulo 3: Los libros. La censura se dedicó a varias temáticas y niveles. Uno de los focos que puso más atención, fue en los libros escolares e infantiles; ya que los ejecutores de las prohibiciones sentían que era una obligación moral preservar a la niñez de aquellos libros, que, a su entender, ponían en cuestión valores sagrados como la “familia, la religión o la patria”. En relación a tal cuestión el General Antonio Vaquero, Segundo jefe del Estado Mayor del Ejercito (1977) decía: “Mientras no se combata a la subversión en el ámbito cultural, la misma podrá continuar con la captación de mentes juveniles pues el ciclo no habrá quedado interrumpido...” 10. El ataque a la literatura infantil tiene su principal causal en el hecho de que la niñez, es una etapa de gran importancia en la formación intelectual de una persona, definiendo el carácter del futuro ciudadano o el futuro trabajador. Se creó una comisión de previa y se hizo circular documentos como “Subversión en el ámbito educativo; conozcamos a nuestro enemigo” que daba instrucciones a padres y maestros para detectar la bibliografía “subversiva”. Entre las prohibiciones de literatura infantiles más resonantes son los libros de Laura Devetach; uno era “La Torre de Cubos”; con el argumento de que “tenía graves falencias tales como simbología confusa, cuestionamientos ideológicosociales, objetivos no adecuados al hecho estético, ilimitada fantasía, carencia de estímulos espirituales trascendentes, critica a la organización del trabajo, la propiedad privada y el principio de autoridad”. Lo subversivo de esta obra, se puede ver en el fragmento donde los duendes le explican a Irene su técnica para defender a los que lo necesitan: “Blanco, blanco, -le decimos- que el fino papel que te envuelve no te diferencie de otro hombre. El pan en que hincas el diente es igual al de otro”. Si bien, la dictadura no perseguía por el color de piel, era inaceptable que se dicten textos donde predominen la igualdad. La otra cuestión era “La Planta de Bartolo”, que trata sobre un hombre que se solidariza con los niños del vecindario regalando cuadernos; y se opone a las presiones e intereses de un comerciante que no quiere perder clientes. El protagonista rechaza los bienes materiales que el comerciante le ofrece y frustra un intento de represión policíaca a una multitud que lo apoya: “Los soldaditos azules iban a obedecerle cuando llegaron todos los chicos silbando y gritando y también llegaron los pajaritos y los conejos”. Este relato tiene un rico 10 ANSALDI, Waldo.” Artina 1976-2006; Entre la sombra de la dictadura y el futuro de la democracia; El silencio es salud. La dictadura contra la política” Homo Sapiens.2007.

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lenguaje poético e intenta abrir mentes, crear libertades y propone sostener compromisos con la gente y con la diversidad cultural. Esto demuestra que se hizo un trabajo minucioso para “depurar” la mentalidad de la sociedad, tratando de eliminar o sacar de circulación la literatura que podía una forma de oposición a su proyecto de sociedad, En este caso la ilimitada fantasía constituía un paso hacia el cuestionamiento de un orden que reprimía cualquier tipo de estímulos. No era deseable que las personas tengan una visión crítica de la realidad; no era conveniente formar ciudadanos libres y pensantes. Otro caso significativo fue la prohibición de “Un Elefante Ocupa Mucho Espacio” de Elsa Bornemann, en 1977 mediante un decreto que señalaba, que: “Se trataba de un cuento destinado al público infantil con la finalidad de adoctrinamiento que resulta preparatoria a la tarea de captación ideológica del accionar subversivo, De su análisis surge una posición que agravia a la moral, a la iglesia, a la familia, al ser humano y a la sociedad que este compone”.11 Este cuento fue un blanco fácil de la censura porque; relataba una huelga de animales y enseñaba a los niños valores como la solidaridad y la cooperación entre pares. En un fragmento de la obra, narra clara y explícitamente el motivo de censura. –¡Al fin una buena pregunta! –exclamó Víctor, entusiasmado, y ahí nomás les explicó a sus compañeros que ellos eran presos... que trabajaban para que el dueño del circo se llenara los bolsillos de dinero... que eran obligados a ejecutar ridículas pruebas para divertir a la gente... que se los forzaba a imitar a los hombres... que no debían soportar más humillaciones y que patatín y que patatán. (Y que patatín fue el consejo de hacer entender a los hombres que los animales querían volver a ser libres... Y que patatán fue la orden de huelga general...). Al respecto Elsa Bornemann recuerda: “... los quince cuentos tienen que ver con la justicia. Entonces sabiendo todo lo que pasó, llego a la conclusión de que mi libro era intolerable para determinado grupo que estaba al mando en nuestro país; estaba prohibida la ...


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