08 Cantar de mio Cid 1 PDF

Title 08 Cantar de mio Cid 1
Author Clara Ortega Garcia
Course Introducció als Estudis Literaris
Institution Universitat Autònoma de Barcelona
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Cantar de mio Cid Cantar del destierro

De los sos ojos tan fuertemientre llorando,1 tornaba la cabeza e estábalos catando.2 Vio puertas abiertas e uzos sin cañados,3 alcándaras vacías, sin pieles e sin mantos,4 e sin falcones e sin azores mudados.5 Sospiró mio Cid,6 ca mucho habié grandes cuidados;7 fabló8 mio Cid bien e tan mesurado:9 «¡Grado a ti, Señor, Padre que estás en alto!10 ¡Esto me han vuelto mios enemigos malos!»11 1 Esto es, ‘llorando intensamente con sus ojos’. Se da a entender que el Cid

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llora en silencio, algo poco usual en la Edad Media, cuando el llanto se solía acompañar con gritos y lamentos, e incluso con golpes en el pecho. O sea, ‘volvía la cabeza y (e) los miraba (cataba)’. Como la primera página del Cantar se ha perdido, ignoramos a qué se refiere el pronombre los, aunque parece aludir a los palacios del Cid, es decir, a su mansión familiar. uzo : ‘postigo, puerta’; cañado : ‘candado’. Al irse el Cid, las puertas de su mansión quedan abiertas, pues el héroe se lleva todas sus pertenencias. alcándara : ‘percha’. De las perchas ya no cuelgan los mantos y túnicas de piel habituales, costosas prendas propias de un hombre rico. Las alcándaras se usaban asimismo para mantener atados a halcones (falcones) y azores, aves que eran amaestradas para cazar conejos y otras presas pequeñas. En concreto, se habla de azores mudados, es decir, ‘preparados para la caza porque ya han cambiado (mudado) las plumas’. El apelativo mio Cid (‘mi señor’) deriva de sidi (‘señor’), palabra de origen árabe que algunos musulmanes usaban al tratar al héroe. Al protagonista del Cantar tan pronto se le llama don Rodrigo como Campeador, Cid o Ruy Díaz (Ruy es una forma abreviada de Rodrigo). ‘Pues (ca) tenía (habié) grandes preocupaciones (cuidados)’. fabló : ‘habló’. En la Edad Media, algunas palabras aún conservaban la f inicial latina, que acabó enmudeciendo y se sustituyó en la ortografía por una h. Ya en el v. 5 leíamos falcones en lugar de halcones. tan mesurado: con tanta moderación, con tanta prudencia. ‘Gracias a ti, Señor, Padre que estás en los cielos’. El Cid agradece su destierro porque sabe que le permitirá conquistar nuevas tierras. ‘¡Esto han tramado (vuelto) contra mí mis enemigos malos!’. El Cid atribuye su destierro a las maquinaciones de sus rivales.

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Allí piensan de aguijar,12 allí sueltan las riendas. A la exida de Vivar hobieron la corneja diestra e entrando a Burgos hobieron la siniestra.13 Meció mio Cid los hombros e engrameó la tiesta:14 «¡Albricia, Álbar Fáñez,15 ca echados somos de tierra!» Mio Cid Ruy Díaz por Burgos entró, en su compaña sesenta pendones.16 Exienlo ver17 mujeres e varones. Burgeses e burgesas por las finiestras son, plorando de los ojos, tanto habién el dolor.18 De las sus bocas todos dicían una razón: «¡Dios, qué buen vasallo, si hobiese buen señor!»19 Convidarle ien de grado, mas ninguno non osaba;20 el rey don Alfonso tanto habié la gran saña.21 Antes de la noche, en Burgos d’él entró su carta con gran recabdo22 e fuertemientre sellada: 12 ‘Allí empiezan a espolear (aguijar) a los caballos’, es decir, a clavarles las

espuelas para que corran. 13 ‘A la salida (exida) de Vivar, voló una corneja por la derecha (diestra) del

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camino, y al entrar en Burgos salió otra por la izquierda (siniestra)’. En la época, se creía que el vuelo de los pájaros anunciaba el futuro. Que un ave saliera volando por la derecha de alguien era señal de buena suerte, y que volara por la izquierda anunciaba mala fortuna. El Cid, pues, recibe avisos contradictorios en los primeros momentos de su exilio. Esto es, ‘sacudió (engrameó) la cabeza (tiesta) en señal de negación’. El Cid no cree en los presagios, pues no es supersticioso. ‘Felicitémonos, Álvar Fáñez’. Álvar Fáñez es un personaje histórico: era primo o sobrino del Cid. El Cantar lo retrata como su mejor ayudante, su consejero más sabio y su guerrero más leal. Es decir, ‘su tropa (compaña) estaba formada por sesenta hombres’. El pendón es la banderola que cuelga de la lanza del guerrero. Sesenta pendones, pues, es una sinécdoque que equivale a sesenta caballeros. O sea, ‘salen a verlo’. ‘Los habitantes de la ciudad se asoman llorando a las ventanas (finiestras), tanto dolor sentían’. ‘Todos repetían lo mismo: «¡Dios, qué buen vasallo sería si tuviese buen señor!»’. Al haber sido rechazado por Alfonso VI, el Cid ya no es vasallo de nadie, es decir, ya no tiene un señor al que servir con sus armas. ‘[Los burgueses] lo habrían invitado con gusto, pero ninguno se atrevía’. gran saña: ira, cólera. Es decir, ‘con sumo cuidado’. 2

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que a mio Cid Ruy Díaz que nadi nol’ diesen posada,23 e aquel que se la diese sopiese vera palabra que perderié los haberes e más los ojos de la cara24 e aun demás los cuerpos e las almas.25 Grande duelo habién las gentes cristianas:26 ascóndense de mio Cid, ca no’l osan decir nada. El Campeador adeliñó a su posada.27 Así como llegó a la puerta, fallola bien cerrada:28 por miedo del rey Alfonso que así la habién parada29 que si non la quebrantás por fuerza, que non se la abriese nadi.30 Los de mio Cid a altas voces llaman, los de dentro non les querién tornar palabra.31 Aguijó mio Cid, a la puerta se llegaba, sacó el pie del estribera, una ferida l’ daba;32 non se abre la puerta, ca bien era cerrada. Una niña de nuef años a ojo se paraba:33 «¡Ya Campeador, en buen hora cinxiestes espada!34 El rey lo ha vedado:35 anoch d’él entró su carta con gran recabdo e fuertemientre sellada. 23 Esto es, ‘[el rey ordenaba que] al Cid nadie le diese alojamiento’. 24 ‘Y quien diera alojamiento al Cid, que supiese a ciencia cierta que perde25 26 27

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ría sus bienes (haberes), y los mismos ojos’, que le serían arrancados. ‘Y además la propia vida’, pues sería condenado a muerte. ‘Gran pena sentía todo el mundo’. ‘El Cid se dirigió (adeliñó) a la casa donde solían darle alojamiento’. Campeador, otro de los sobrenombres aplicados al héroe en el poema, significa ‘batallador’. ‘Cuando llegó a la puerta, la encontró (fallola) bien cerrada’. ‘Por miedo del rey Alfonso la habían dejado cerrada’. ‘Si no la rompían de un golpe, nadie les abriría la puerta’. ‘Los que estaban adentro no les querían responder’. ‘Sacó el pie del estribo (estribera) y le dio un golpe (ferida) a la puerta’. ‘Una niña de nueve (nuef) años se situó ante el Cid’. ya: ‘¡oh!’. La niña declara que el Cid se hizo guerrero (se ciñó la espada) en un día de suerte. La frase en buena hora ceñiste espada es un epíteto épico, es decir, una fórmula que se añade a veces cuando se menciona al Cid a fin de engrandecer su figura. ‘El rey ha prohibido (vedado) que os demos alojamiento’. 3

Non vos osariemos abrir nin coger por nada; si non, perderiemos los haberes e las casas, e demás los ojos de las caras. Cid, en el nuestro mal vós non ganades nada; mas ¡el Criador vos vala con todas sus vertudes santas!»36 Esto la niña dijo e tornós’ pora su casa.37 (Cantar I, series 1-4, vv. 1-49)

36 ‘Cid, con nuestro mal, vos nada ganáis (ganades), pero ¡que Dios (el Cria-

dor) os ayude con todos sus poderes santos!’. 37 ‘Y se volvió para su casa’.

Edición de Agustín Sánchez Aguilar, en Poesía española, ed. Francisco Antón, José Ramón López y Agustín Sánchez Aguilar, Vicens Vives, Barcelona, 2010, pp. 10-14. 4...


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