1º Parcial DSI PDF

Title 1º Parcial DSI
Course Doctrina Social de la Iglesia
Institution Universidad Católica San Antonio de Murcia
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Apuntes desarrollados del 1 parcial de DSI de UCAM Cartagena...


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DSI. 1º PARCIAL

¿Qué es la doctrina Social de la Iglesia? La Doctrina Social de la Iglesia se define como la enseñanza moral que en materia social, política, económica, familiar, cultural, enseñanzas que al ser aplicadas permiten orientar y propiciar cambios que sirvan al verdadero bien del hombre a la luz del Evangelio, a generar en las personas un nuevo modo de conocer y leer la realidad, expuesta en diversos escritos y pronunciamientos radiales por el Papa, organizaciones eclesiales y los Obispos. Es entonces, el conjunto de enseñanzas de la Iglesia Católica acerca de las realidades y de los problemas, que afectan históricamente al hombre y a la comunidad humana a nivel nacional e internacional. Su fundamento se encuentra en la ley natural, en la revelación contenida en la sagrada Escritura, en la reflexión y en la praxis teológica y pastoral; junto con el aporte de los métodos y de las ciencias sociales. Con el objetivo de ofrecer un análisis de la realidad de manera integral, elementos de juico y criterios de acción a los cristianos, a la comunidad humana en general y a los estados; en orden a promover la organización de una sociedad más humana, justa y fraterna. El recorrido histórico y conceptual por la Doctrina Social de la Iglesia, es mediante la Iglesia expone desde la fe y la revelación y desde su propio Magisterio, los principios y los criterios para lograr una convivencia universal de paz, justicia y amor en el mundo creado por Dios. Por su propia naturaleza teológica y moral, la Doctrina Social de la Iglesia no se presenta como una alternativa política, tampoco como una tercera vía entre el capitalismo y el socialismo o una nueva manera de organizar la sociedad. Es simplemente una parte de la Teología Moral que orienta, desde los principios de la fe cristiana, los principios y criterios morales aplicados a la sociedad y a las relaciones entre personas, comunidades y estados, nacionales e internacionales. El desarrollo de la Doctrina Social de la Iglesia muestra claramente que ella misma no es una ideología cristiana, sino una teología moral social cuyos fundamentos están en el Evangelio, el Magisterio de la Iglesia y la tradición apostólica. Y que la Fe, e n interacción con la razón. Es importante resaltar que la Teología siempre se ha unido con la filosofía en la búsqueda de la verdad. Ahora bien, sabemos que además que la filosofía, interactúa con las ciencias sociales y humanas, porque considera que en la búsqueda de la verdad sobre hombre, el mundo y Dios. No se debe excluir ninguna fuente del saber, sino que más bien, se debe procurar una mutua complementariedad y el diálogo permanente entre fe y razón. También, el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia da cuenta de la enseñanza social católica. De manera completa y sistemática, aunque de forma sintética, se puede afirmar que la Doctrina Social es fruto de la sabia reflexión del Magisterio y expresión del compromiso constante de la Iglesia, en fidelidad a la gracia de la salvación de Cristo y en amorosa solicitud por el destino de la humanidad (Consejo Pontificio “Justicia y Paz”, 2005). El Compendio pretende ser un instrumento para construir el diálogo ecuménico (universal) e interreligioso de los católicos con todos los que buscan sinceramente el bien del hombre, tal y como define el horizonte de las responsabilidades relativas a la construcción, organización y funcionamiento de la sociedad, haciendo énfasis particular en los desafíos que la Iglesia tiene en el mundo de hoy: el desafío cultural, el desafío de la indiferencia ética y religiosa y el desafío pastoral. Vale la pena señalar que los derechos humanos, la paz, la justicia social y económica, y el desarrollo, se erigen como aspectos claves y centrales de la praxis de la Iglesia y su diálogo interreligiosos y e intercultural, con todos los pueblos y sectores de la sociedad nacional internacional. Página | 1

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¿A quién va dirigida la DSI? Los documentos oficiales por los que se da a conocer de manera oficial la Doctrina Social de la Iglesia están dirigidos en primer lugar a los Pastores de la Iglesia y a todos los fieles católicos. Sin embargo, desde la Encíclica Pacem in terris es habitual que estos documentos se dirijan estos a “todos los hombres de buena voluntad”, porque se tiene el convencimiento de que dichas enseñanzas son razonables y pertenecen al mundo de la verdad humana. Así pues, la Doctrina Social de la Iglesia se ha hecho también ecuménica y universal, desde su dimensión antropológica centrada en la búsqueda de la dignidad de la persona humana, imagen de Dios, el bien común y la paz. La Iglesia recibe del Evangelio la plena revelación de la verdad del hombre. Cuando cumple su misión de anunciar el Evangelio, enseña al hombre, en nombre de Cristo, su dignidad propia y su vocación a la comunión de las personas; y le descubre las exigencias de la justicia y de la paz, conformes a la sabiduría divina. En este sentido, las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia, tiene tres características: Es una síntesis teórica, es decir un conjunto de principios, que abarcan todos los aspectos del orden temporal o de la realidad humana. Tiene un alcance práctico, puesto que la teoría o el magisterio ilumina la acción y el compromiso de los cristianos en la vivencia de la fe, en relación con la razón y las realidades históricas sociales. Y finalmente es moralmente obligatoria para los cristianos, deben vivirla, transmitirla y actuar según sus principios. ¿Para qué vale la DSI (Objetivos)? Entre los objetivos de la Doctrina Social de la Iglesia están: Orientar la reflexión y la conducta de las personas y de toda la comunidad humana a nivel mundial, en la tarea de construir un orden social justo y fraterno, que contribuya a la convivencia pacífica y al desarrollo humano integral. Que los cristianos busquen con su vida entera el bien común que sean conscientes de sus derechos y deberes, que se sientan responsables del bien de los demás, sobretodo, de los más pobres. Finalmente, que puedan vivir todos los ámbitos sociales desde su dimensión cristiana, con claro compromiso con la promoción de la justicia y la paz. Con la Doctrina Social, la Iglesia quiere ofrecer una contribución en la búsqueda de la verdad sobre el lugar que ocupa el hombre en el mundo y en la sociedad, escrutada por las civilizaciones y culturas en las que se expresa la sabiduría de la humanidad. Orientado a construir un orden social, político, económico, cultural y ecológico, justo y solidario para todo ser humano, en el que la comunidad nacional e internacional pueda desarrollase y vivir en paz. Así pues, la Doctrina Social de la Iglesia quiere fomentar un humanismo integral y solidario, fundamentado en el respeto a la dignidad de la persona, en el respeto a los derechos humanos y a los derechos de todos los pueblos.

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¿De qué se compone la DSI? Se compone de libertad, verdad y justicia. 

LIBERTAD: La libertad es, en el hombre, signo eminente de la imagen divina y, como consecuencia, signo de la sublime dignidad de cada persona humana: ≪ La libertad se ejercita en las relaciones entre los seres humanos. Toda persona humana, creada a imagen de Dios, tiene el derecho natural de ser reconocida como un ser libre y responsable. Todo hombre debe prestar a cada cual el respeto al que este tiene derecho. El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana ≫. No se debe restringir el significado de la libertad, considerándola desde una perspectiva puramente individualista y reduciéndola a un ejercicio arbitrario e incontrolado de la propia autonomía personal: ≪ Lejos de perfeccionarse en una total autarquía del yo y en la ausencia de relaciones, la libertad existe verdaderamente solo cuando los lazos recíprocos, regulados por la verdad y la justicia, unen a las personas ≫. La comprensión de la libertad se vuelve profunda y amplia cuando esta es tutelada, también a nivel social, en la totalidad de sus dimensiones. El valor de la libertad, como expresión de la singularidad de cada persona humana, es respetado cuando a cada miembro de la sociedad le es permitido realizar su propia vocación personal; es decir puede buscar la verdad y profesar las propias ideas religiosas, culturales y políticas; expresar sus propias opiniones; decidir su propio estado de vida y, dentro de lo posible, el propio trabajo; asumir iniciativas de carácter económico, social y político. Todo ello debe realizarse en el marco de un sólido contexto jurídico, dentro de los límites del bien común y del orden público y, en todos los casos, bajo el signo de la responsabilidad. La libertad, por otra parte, debe ejercerse también como capacidad de rechazar lo que es moralmente negativo, cualquiera que sea la forma en que se presente, como capacidad de desapego efectivo de todo lo que puede obstaculizar el crecimiento personal, familiar y social. La plenitud de la libertad consiste en la capacidad de disponer de sí mismo con vistas al auténtico bien, en el horizonte del bien comun universal.



VERDAD: Los hombres tienen una especial obligación de tender continuamente hacia la verdad, respetarla y atestiguarla responsablemente. Vivir en la verdad tiene un importante significado en las relaciones sociales: la convivencia de los seres humanos dentro de una comunidad, en efecto, es ordenada, fecunda y conforme a su dignidad de personas, cuando se funda en la verdad. Las personas y los grupos sociales cuanto más se esfuerzan por resolver los problemas sociales según la verdad, tanto más se alejan del arbitrio y se adecuan a las exigencias objetivas de la moralidad. Nuestro tiempo requiere una intensa actividad educativa y un compromiso correspondiente por parte de todos, para que la búsqueda de la verdad, que no se puede reducir al conjunto de opiniones o a alguna de ellas, sea promovida en todos los ámbitos y prevalezca por encima de cualquier intento de relativizar sus exigencias o de ofenderla. Página | 3

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Es una cuestión que afecta particularmente al mundo de la comunicación pública y al de la economía. En ellos, el uso sin escrúpulos del dinero plantea interrogantes cada vez más urgentes, que remiten necesariamente a una exigencia de transparencia y de honestidad en la actuación personal y social.

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límites obrero- patrón. Analiza los retos de la realidad social como los derechos de los pueblos subdesarrollados y de los trabajadores. Afirma que para afrontar los retos del orden social, es necesario que la persona sea el fundamento y el fin de toda actividad política. Insiste en que la doctrina social cristiana o de la iglesia es una parte integral de la vida cristiana y de la misión evangelizadora; finalmente, llama a los cristianos a trabajar por un mundo más justo, fraterno, solidario y pacífico, como expresión del Reinado de Dios en la historia. Página | 5

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ámbito social. Afirma los derechos de las naciones pobres a un desarrollo humano pleno y desaprueba las estructuras económicas que promueven la injusticia. Y enseña que los recursos deben ser compartidos a través de la ayuda, la asistencia técnica, las relaciones comerciales justas, y aboga por un Fondo Mundial que se dirija hacia los pobres los fondos que ahora se gastan en armas.

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Respecto al capitalismo, distingue entre los elementos básicos económicos que acepta aunque haciendo una crítica a los anti valores que muchas veces genera en la sociedad, como el individualismo que prescinde de la solidaridad y tiene como objetivo básico el tener; además denuncia al predominio del capital sobre la persona, consumismo creciente y sus consecuencias en el deterioro del ser humano. Afirma que la libertad debe estar abierta a la verdad; que la propiedad privada no debe ser tenida como derecho absoluto; que la economía de mercado debe basarse en el comercio justo, el respeto a la creación y a los derechos de las personas y de las naciones, desde un sistema ético cultural.

sociedad, que interpreta toda conciencia y la invita a interactuar libremente con las demás.

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Reino son puntos obligados de referencia en toda mentalidad que quiera ser cristiana y la proclamación de la Buena Noticia a los pobres, la liberación de los oprimidos es referencia obligada en la tarea evangelizadora. Página | 9

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bienes de la tierra deben ordenarse en función de la persona humana, centro y cima de todos bienes. No se trata de la persona en abstracto, sino del hombre y mujer concreto e histórico: se trata de cada hombre y mujer, porque a cada uno/a le llega el misterio de la redención y con cada uno/a se ha unido Cristo para siempre. De ahí se sigue que la Iglesia no puede abandonar a la persona humana, y que éste es el primer camino que la Iglesia debe recorrer en el cumplimiento de su misión. Los derechos fundamentales de cada persona no son concesión de los Estados. Son de cada hombre y mujer en virtud de su dignidad de persona, son universales, de todos/as. Renunciar a ellos, negarlos o restringirlos constituyen una violación a la dignidad humana, Los Estados deben garantizar, promover y defender el conocimiento y ejercicio efectivo de los derechos de todos los ciudadanos.

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En toda convivencia humana bien ordenada hay que establecer como fundamento el principio de que todo hombre y mujer es persona, esto es naturaleza dotada de inteligencia, de libre albedrío y que por tanto tiene por sí mismo derechos y deberes que dimanan directamente de su propia naturaleza. Estos derechos y deberes son por tanto universales e inviolables, y no pueden renunciarse por ningún concepto.

bienes en las manos de unos pocos/as, crea injusticias y viola el derecho fundamental de todos los hombres a una vida digna. Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa bajo la égida de la justicia y con la compañía de la caridad…jamás debe perderse de vista este destino universal de los bienes.

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Por tanto, el hombre, al usarlos, no debe tener las cosas exteriores que legítimamente posee como exclusivamente suyas, sino también como comunes, en el sentido de que no le aprovechen a él solamente, sino también a los demás. La tierra ha sido dada para todo el mundo y no solamente para los ricos. Es decir, que la propiedad privada no constituye para nadie un derecho incondicional y absoluto. El bien común exige, algunas veces, la expropiación, si por el hecho de su extensión, de su explotación deficiente o nula, de la miseria que de ello resulta a la población, del daño considerable producido a los intereses del país, algunas posesiones sirven de obstáculo a la prosperidad colectiva. Existe otra forma de propiedad, concretamente en nuestro tiempo, que tiene una importancia no inferior a la dela tierra: es la propiedad del conocimiento, de la técnica y del saber

Este principio es uno de los más dinámicos para organizar la sociedad, es aplicable a todos los ámbitos y tiene una doble significación - las instancias superiores no deben sustituir a las inferiores, sino actuar sólo cuando éstas sean incapaces de hacerlo - Las instancias superiores deben ayudar a las inferiores para que puedan conseguir mejor sus objetivos. Página | 12

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De aquí se sigue que a todo aquel que desea realizar obras buenas, orientadas al bien común, los poderes públicos deben concederle libertad para que las realice y prestarle la ayuda necesaria. Según el principio de subsidiariedad una estructura social de orden superior no debe inferir en la vida interna de un grupo social de orden inferior, privándola de sus competencias, sino que más bien debe sostenerla en caso de necesidad y ayudarla a coordinar su acción con la de los demás componentes sociales, con miras al bien común. El deber de justicia y caridad se cumple cada vez más contribuyendo cada uno al bien común según la propia capacidad y la necesidad ajena promoviendo y ayudando a las instituciones así públicas como privadas, que sirven para mejorar las condiciones de vida del hombre.

- Valores fundamentales de la vida Social: (Relación entre principios y valores de la DSI: Verdad, Libertad, Justicia). -

La Caridad: Entre los valores sociales y la caridad hay un vínculo profundo. De todas las vías, la más “excelente” es la vía de la caridad. Los valores de la verdad, de la justicia y de la libertad, nacen y se desarrollan de la fuente interior de la caridad. Estos valores constituyen los pilares que dan solidez y consistencia el vivir y actuar. La caridad presupone y transciende la justicia y deben complementarse ya que el amor es capaz de restituir el hombre. La caridad es la única que puede animar y plasmar la actuación social para edificar la paz, pero para que eso suceda se debe mostrar la caridad no solo de forma individual, sino también como fuerza capaz de suscitar vías nuevas para afrontar los problemas del mundo. Por tanto, la caridad sería social y política, la primera siendo la que nos hace amar el bien común y nos hace buscar el bien de todas las personas

GAUDIUM ET SPES Constitución pastoral sobre "la Iglesia en el mundo de hoy” consta de dos partes; en la primera expone la Iglesia su doctrina sobre el hombre y el mundo, donde se refleja una nueva concepción de ser comunidad de creyente y pueblo de Dios, suscrito a un nuevo interés por la doctrina; en la segunda atiende a diversos aspectos de la sociedad actual, y particularmente ciertos problemas urgentes. En la exposición preliminar afirma que “es necesario... conocer y comprender el mundo en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones y el sesgo dramático que con frecuencia lo caracteriza”. La obra profunda de reflexión y renovación que se elaboró supuso:

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Familia. Dignidad del matrimonio: Fecundidad, se exalta la paternidad responsable que supone no solo la procreación sino la educación adecuada de la prole, y se reconoce que el amor mutuo entre los esposos es un fin primario del matrimonio, fin que tradicionalmente se había relegado ante el de la procreación; “por eso, si la descendencia, tan deseada a veces, faltare, sigue en pie el matrimonio, como intimidad y participación de la vida toda”. Cultura: Toda autoridad ha de discutirse. Se apoya en el progreso de las ciencias y las técnicas. En el aula conciliar se pronunciaron juicios muy duros sobre la Inquisición y sus excesos, sobre la base del reconocimiento de que la cultura en un derecho personal y exige una búsqueda libre del saber. Vida económico-social: en línea con las encíclicas sociales se propugna la participación de los trabajadores en la empresa, la eliminación de las desigualdades excesivas de nivel económico, se estudian las condiciones de trabajo, la regulación de los conflictos laborales, el ascenso a la propiedad. Como medios de defensa del trabajador se defiende la actividad sindical y la licitud de la huelga. Vida en la comunidad política: Siguiendo las directrices señaladas por Juan XXIII en la Pacem in Terris se exaltan en el texto conciliar los derechos de la persona, “como son el derecho libre de reunión, de libre asociación, de expresar la propia opinión y de profesar privada y públicamente la religión”, y la participación de los ciudadanos en la vida política. Por otra parte se postula la armonía e independencia entre la Iglesia y el Estado, “la comunidad política y la Iglesia son independientes y autónomas, cada una en su propio terreno”, de donde se deduce el propósito de la Iglesia de no identificarse con ninguna opción política concreta, y se reafirma su deseo de renunciar a privilegios otorg...


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