12.- Política. Francia e Inglaterra, la Guerra de los Cien Años PDF

Title 12.- Política. Francia e Inglaterra, la Guerra de los Cien Años
Author Libertad Sevilleja
Course Historia Medieval
Institution UNED
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XII POLÍTICA. FRANCIA E INGLATERRA INGLATERRA:: LA GUERRA DE LOS CIEN AÑOS Durante la Baja Edad Media la guerra contribuyó a la crisis general, alcanzando una intensidad hasta entonces desconocida en Europa. Así destaca la Guerra de los Cien Años, llegando a dimensiones continentales.

1. FRANCIA E INGLATERRA A COMIENZOS DEL XIV 1.1 FRANCIA Felipe IV -1285-1314- hizo de Francia la monarquía occidental más poderosa. LA SUCESIÓN AL TRONO FRANCÉS HA CONSTITUIDO LA EXPLICACIÓN TRADICIONAL AL ORIGEN DE TAL CONFLICTO. Tres candidatos aspiraban a la corona gala: Felipe de Evreux, Eduardo III de Inglaterra y Felipe de Valois , resultando elegido este último con el nombre de Felipe VI. Dicha elección provocó resistencias entre sus oponentes.

1.2 INGLATERRA A comienzos del XIV, Inglaterra era un Estado unificado bajo Eduardo I. Sin embargo su obra se vió en la ruina por la incompetencia de Eduardo II . La nobleza, encabezada por su primo Thomas de Lancaster, impusieron al rey los lores ordenadores del Parlamento para supervisar nombramientos y políticas reales. A la debilidad del monarca que hizo posible este hecho contribuyó la independencia de Escocia. Eduardo III se hizo con el control efectivo del poder, recuperando la fortaleza monárquica.

2. PRIMERA FASE DE LA GUERRA DE LOS CIEN AÑOS A la reclamación de los derechos de Eduardo III al trono francés como principal explicación a este conflicto se unen diferentes razones político-económicas como el apoyo francés a Escocia o el control del estratégico Ducado de Bretaña. Sin embargo, el desencadenante fue Flandes debido a su dependencia de la lana inglesa y subordinación política a Francia. Tras una primera batalla naval -1340-, Eduardo III llevó la guerra a territorio francés con la excusa de apoyar a un noble normando. En la batalla, los arqueros ingleses derrotaron en campo abierto a la caballería francesa, revolucionando la estrategia bélica. Poco después Inglaterra conquistó Calais, clave para la guerra. En los años posteriores Inglaterra arrasó el sur francés culminando con una nueva victoria en Poitiers en la que Juan II cayó prisionero. La derrota militar motivó el descontento de Francia. A las debilidades políticas se sumaron insurrecciones burguesas y revueltas campesinas que obligaron a la monarquía a buscar la paz de Brétigny-Calais: Eduardo III renunciaba al trono a cambio de terreno aquitano, Calais y un rescate por Juan II. Las duras condiciones del acuerdo supusieron la victoria inglesa de esta primera etapa, por lo que la tregua fue efímera. En el tercer cuarto del XIV la guerra se amplió a toda Europa occidental. Carlos V buscó contrarrestar la hegemonía inglesa interviniendo en la península Ibérica con una alianza que permitió la derrota de la flota inglesa, suponiendo la recuperación de los territorios cedidos por la paz de Brétigny. El agotamiento condujo a la paz de Brujas, con victoria francesa. Durante algunos años los problemas internos coincidieron con un relevo generacional de los protagonistas políticos de Occidente. Pronto Inglaterra encontró una nueva excusa para reanudar el conflicto en la sucesión portuguesa en la que apoyó al maestre de Avis frente al rey castellano Juan I que sufrió la posterior invasión de las tropas anglo-portuguesas, con las treguas de Leulinghem-Monçao durante veinte años. La evolución de los distintos reinos conduciría a un nuevo estallido bélico.

3. SEGUNDA FASE DE LA GUERRA DE LOS CIEN AÑOS El proyecto político y militar de Enrique V fue más allá de la recuperación del territorio perdido al pretender la doble monarquía con la unión de las coronas de Francia e Inglaterra,

desembarcando en Normandía en 1415 contando con la alianza borgoñesa. En 1419 completó la ocupación del territorio normando mientras el duque de Borgoña, Juan Sin Miedo, se hizo con París aprovechando la demencia de Carlos VI. Enrique V consiguió la doble monarquía en los acuerdos de Troyes aceptados por la mayoría francesa esperando la paz. Sin embargo, el centro y sur del país, ajenos a la presión militar anglo-borgoñona, se negaron a acatar lo acordado en Troyes. Los choques militares fueron favorables a la alianza en primer momento, hasta que la configuración de un sentimiento nacionalista francés manifestó su deseo de expulsar a los ingleses. Este sentimiento se mostró encarnado en la figura de Juana de Arco, cuya fugaz carrera militar contó con los éxitos del levantamiento del cerco sobre Orleans y la coronación en Reims de Carlos VII. Inglaterra empezó a acusar el esfuerzo que suponía mantener la guerra en territorio continental, cada vez más hostil. Durante estos años maduró el acercamiento entre Francia y Brogoña que culminaba en el acuerdo de Arras, clave en el desenlace del conflicto. Felipe el Bueno rompió su alianza con Inglaterra a cambio de una compensación económica y su independencia política. A cambio, Carlos VII fue reconocido como rey. Así, la presencia inglesa en el continente se reducía a Normandía y Guyena, por lo que el monarca francés se consideró en condiciones de expulsar a Inglaterra de su reino. La guerra finalizó en 1453. Tras el conflicto, ambos se constituyeron como Estados modernos: Francia alcanzó unas dimensiones y cohesión social inauditas, mientras Inglaterra abandonó sus pretensiones continentales. En los dos países la monarquía aprovechó para imponerse como fuerza política hegemónica frente al resto de poderes y grupos sociales.

4. FRANCIA E INGLATERRA A FINAL DE LA EDAD MEDIA Desde mediados del XV el perfeccionamiento de los aparatos de gobierno permitirá a las coronas occidentales alcanzar la Edad Moderna con un poder indiscutido.

4.1 FRANCIA: LUIS XI Y LA RESOLUCIÓN DEL PROBLEMA DE BORGOÑA Luis XI ejerció una política autoritaria de consolidación de la estructura monárquica y expansión exterior. El principal obstáculo seguía siendo la alta nobleza , agrupada en la Liga del bien público. La capital se mantuvo fiel al rey, disolviendo la Liga cediendo Normandía y las ciudades del Somme. Estas concesiones crearon un conjunto de territorios dotados de gran autonomía y peligrosos para los intereses monárquicos. La amenaza se acentuó cuando Carlos el Temerario se convirtió en duque de Borgoña y contrajo matrimonio con la hermana de Eduardo IV de Inglaterra, resucitando la alianza anglo-borgoñona. Luis XI tuvo la habilidad de aislar al borgoñón de la nobleza mediante una política que mezcló concesiones territoriales con victorias militares al tiempo que desactivó su alianza con Inglaterra. Entonces, acometió su destrucción apoyando a los enemigos que Carlos el Temerario se había creado con su agresiva política expansiva, con lo que pudo incorporar buena parte de sus territorios a Francia, que se convirtió en la monarquía más extensa y compacta de Occidente.

4.2 INGLATERRA: LA GUERRA DE LAS DOS ROSAS En Inglaterra, durante el reinado de Enrique IV los desastres militares y los ataques de demencia del rey provocaron un estado de anarquía en el que se desataron rivalidades dinásticas. De este modo, Ricardo de York -rosa blanca- tomó el poder ante la locura del rey hasta que en 1455 Enrique VI de Lancaster -rosa roja- recuperó el juicio y Ricardo de York fue expulsado de la corte. Esta decisión motivó la guerra civil que enfrentó a las Dos Rosas durante 30 años. Ricardo reclamó el trono, obligando a Enrique VI a nombrarle heredero, pero Ricardo de York fue derrotado y muerto en batalla. Sus partidarios de la casa de York entronizaron a su hijo Eduardo, quien derrotó totalmente a los Lancaster en Towton -1461-. Así, alegando la locura de Enrique VI, se proclamó como Eduardo IV y encerró al Lancaster en la Torre de Londres. Sin embargo su estabilidad dependió del apoyo de los clanes nobiliarios. El matrimonio de Eduardo IV con Elisabeth Woodwile supuso el auge de esta familia y el desplazamiento del duque de Warwick, lo que precipitó su alianza con Margarita de Anjou. Con este apoyo Warwick logró restituir a Enrique IV, motivando la huida de Eduardo IV junto a Carlos el Temerario hasta que las muertes de sus enemigos y la derrota total de los Lancaster dejaron el trono en sus manos. Hasta su muerte, Eduardo IV no consiguió consolidar la dinastía de York, dejando el trono a sus hijos menores bajo tutela de su hermano Ricardo, conde de Gloucester, quien usurpó el trono coronándose como Ricardo III. Pronto se formó una coalición que derrotó y asesinó al nuevo rey. Enrique Tudor -VII- se proclamó rey, poniendo fin a la Guerra de las Dos Rosas en 1485 . Su reinado supuso el comienzo de la dinastía Tudor y la reorganización de la monarquía con el apoyo de la pequeña nobleza urbana.

5. LOS ORÍGENES MEDIEVALES DEL ESTADO MODERNO Por génesis medieval del Estado moderno se entiende el proceso bajomedieval por el que las monarquías occidentales pasaron de una organización feudal a otra centralizada estatal y consolidaron su poder. La centralización, así pues, se basó en el tránsito de una estructura feudal y en la evolución del pensamiento y de las doctrinas políticas con la aparición de conceptos novedods como el de soberanía, patria o la propia idea de Europa como comunidad político-cultural. La articulación territorial de los Estados se realizó por medios administrativos, militares, jurídicos o judiciales. Pero lo más importante fue el crecimiento y transformación de los aparatos de gobierno caracterizado por el auge de la burocracia al servicio de los reyes sin desplazar a la nobleza. La capitalidad fue consecuencia de este proceso de fortalecimiento estatal. La fiscalidad evolucionó mediante la renovación de las fuentes de ingreso, regularizándose y actualizándose los impuestos indirectos y directos, así como a partir de rentas eclesiásticas, del monopolio estatal de la acuñación de moneda y de sistemas de crédito primarios. Todo ello derivó en un fuerte crecimiento de los ingresos. La actividad bélica contribuyó a la consolidación de las nuevas estructuras estatales que hicieron posible la creación de ejércitos mercenarios, si bien su falta de control derivó en ejércitos permanentes al servicio del rey. El desarrollo de la artillería también fue decisiva en la renovación bélica, acabando con la concepción defensiva de la guerra feudal e inaugurando la ofensiva. La diplomacia perseguía la definición territorial frente a los poderes exteriores. Desde el punto de vista ideológico, las monarquías se beneficiaron de doctrinas que reforzaban su autoridad política -como el empleo del arte como factor de prestigio-. También en estos siglos se fueron configurando sentimientos de lealtad dinástica más que nacional que condujeron hacia una mayor cohesión de las comunidades políticas occidentales. Por último, los cambios estructurales también se reflejaron en el ámbito económico. La expansión de las últimas décadas del XV motivó el desarrollo de los grandes puertos atlánticos y la consolidación de organizaciones de gran poder financiero....


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