2. Analizando el caso clínico psicología titulo PDF

Title 2. Analizando el caso clínico psicología titulo
Author Eduardo Mejorado
Course Psicofisiología
Institution Escuela Libre de Psicología
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actividad 1 de la materia de psicología infantil y añadido texto para complementar la longitud necesaria para cargar el documento en esta plataforma, no tiene sentido....


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INSTITUTO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS

Nombre: José Eduardo Mejorado Reyna Matrícula: 112605 Grupo: LP29 Materia: (27) PSICOTERAPIA INFANTIL Y DE GRUPOS Docente: Mtra. Marinett Hernández Rodríguez Actividad: 2. Analizando el caso clínico Lugar y fecha: Santiago, Nuevo León a 19 de abril del 2021.

Objetivo Revisar y analizar un caso clínico por cada uno de los trastornos de la presente unidad, con el fin de concretar el aprendizaje obtenido por medio de la información teórica.

Desarrollo Trastornos elegidos 

Enuresis: emisión repetida de orina durante el día o la noche en lugares inadecuados como la cama la ropa. En la mayor parte de los casos se presenta de manera involuntaria. Debe ocurrir por lo menos dos veces por semana durante mínimo 3 meses, o bien debe provocar malestar clínicamente significativo o deterioro social, académico o de otras áreas del niño.



Trastorno disocial: patrón de comportamiento persistente y repetitivo en el que se violan los derechos básicos de los demás y las reglas sociales adecuadas a la edad del paciente. Estos comportamientos se dividen en subgrupos: comportamiento agresivo que provoca daño físico o amenaza con él a otras personas o animales, comportamiento no agresivo que causa pérdidas o daños a la propiedad, fraudes o robos y violaciones graves de las normas. Generalmente aparece en la adolescencia.



Trastorno negativista desafiante: patrón recurrente de comportamiento desafiante, desobediente y hostil, dirigido a las figuras de autoridad, que dura al menos 6 meses y en donde aparecen al menos 4 de los siguientes: rabietas, discusiones con adultos, desafiar o negarse a cumplir las demandas o normas de los adultos, llevar a cabo actos que molestarán o irritarán a otros, acusar a otros de sus propios errores, sentirse fácilmente molestado por otros, mostrarse iracundo y resentido o ser rencoroso o vengativo. Puede aparecer en promedio a los 8 años de edad.

Nota: Debido a la extensión de los casos clínicos completos, los anexo con sus respectivos links en la sección de Bibliografía.

Informe Enuresis Antecedentes del Paciente: El paciente es un varón de 6 años y 8 meses de edad, mayor de dos hermanos. Es un niño sociable y afectuoso bien integrado en el contexto escolar y con buen nivel de aprendizaje. En su hogar ambos padres tienen estudios universitarios y trabajan fuera del hogar, en el cual se observa un nivel cultural alto. No existen antecedentes directos del trastorno en su familia, ninguno de los padres padeció enuresis de pequeño, aunque al parecer un tío paterno tuvo el mismo problema hasta aproximadamente los 9 años. Historial clínico: El paciente ha tenido un desarrollo evolutivo normal e incluso destacable en el área motora y del lenguaje, superando en esta área a sus compañeros de clase. Un año antes se le realizo una evaluación psicológica en donde se observo que es un niño muy sensible, con miedo a cometer errores y a no agradar a los demás.

El único problema de notoriedad es el hecho de que padece enuresis nocturna primaria, aspecto que le preocupa y disgusta, sobre todo cuando tiene que dormir fuera de casa en vacaciones, y que en cierto modo está limitando algunas de sus actividades, ya que sus padres no se atreven a dejarlo ir sólo a excursiones o campamentos, por lo que se siente bastante motivado hacia el tratamiento. Diagnóstico: El diagnostico de enuresis obedece a los siguientes criterios enunciados en el DSMV: A. Emisión repetida de orina en la cama o en la ropa, ya sea voluntaria o involuntaria. B. El comportamiento es clínicamente significativo cuando se manifiesta con una frecuencia de al menos 2 veces por semana durante un mínimo de 3 meses consecutivos o por la presencia de malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, académico (laboral) u otras áreas importantes del funcionamiento. C. La edad cronológica es de por lo menos 5 años (o un grado de desarrollo equivalente). D. El comportamiento no puede atribuirse a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., un diurético, un antipsicótico) u otra afección médica (p. ej., diabetes, espina bífida, epilepsia). Especificar si: Sólo nocturna: Emisión de orina solamente durante el sueño nocturno. Sólo diurna: Emisión de orina durante las horas de vigilia. Nocturna y diurna: Una combinación de los dos subtipos anteriores.

Diagnóstico diferencial: Vejiga neurogénica u otra afección médica. El diagnóstico de enuresis no se realiza cuando existe una vejiga neurógena u otra afección médica capaz de causar poliuria o urgencia, ni durante una infección aguda de la vía urinaria. Sin embargo, el diagnóstico es compatible con dichas afecciones si la incontinencia urinaria ya era habitual antes de la aparición de las otras afecciones médicas o si persiste después de haber instaurado un tratamiento correcto de las mismas. Efectos secundarios de la medicación. La enuresis puede aparecer durante el tratamiento con medicación antipsicótica, diuréticos y otros fármacos capaces de producir incontinencia. En ese caso, el diagnóstico no se debe hacer aisladamente, sino que puede constar como efecto secundario de la medicación. Evaluación: Los métodos de evaluación fueron la entrevista y los registros conductuales. La entrevista inicial, de una hora y media, se realizó sólo con la madre y tuvo como objetivo indagar sobre aquellos aspectos que han demostrado tener una relación determinada con la enuresis o el pronóstico terapéutico Los registros conductuales se destinaron a recabar datos objetivos sobre la frecuencia de enuresis, la respuesta de despertar y la capacidad funcional de vejiga, para conocer la línea de base antes de iniciar el tratamiento. Los resultados mostraron lo siguiente: el niño adquirió el control intestinal y la continencia diurna de orina a una edad relativamente temprana (2 años). El

control nocturno de la micción se inició cuando tenía 3 años, momento en el que comenzó a tener algunas noches secas. La madre preveía un desarrollo normal y rápido, pero un mes más tarde nació su hermano pequeño. A raíz de este acontecimiento se observó un estancamiento en el proceso de aprendizaje que no progresaba conforme a la pauta esperada, dado que se alternaban períodos de continencia prolongados con momentos en los que mojaba la cama a diario. Entre los cuatro y los cinco años, logró mantenerse seco durante 15 y hasta 30 días seguidos. Poco después de cumplir los cinco años, dejó de orinarse, pero en septiembre volvió a hacerlo con mayor frecuencia. El patrón intermitente describe la conducta enurética hasta el instante en que acude a consulta. Tratamiento seleccionado: Se decidió un período de línea base de cuatro semanas con el fin de obtener un número mayor de observaciones que permitieran apreciar la estabilidad de las respuestas objetivo, ya que como ha quedado de manifiesto en los comentarios anteriores el niño mostraba una pauta de enuresis intermitente. Los registros indicaron una frecuencia media de episodios enuréticos por semana de 75 (rango: 2-6) que normalmente ocurrían una vez por noche. Aproximadamente la mitad de las veces que se orinaba se despertaba al notarse mojado, un par de veces se despertó al inicio de la micción, y 0.75 veces (rango: 0-2) lo hizo ante la necesidad de orinar y fue al baño. La capacidad funcional de vejiga se obtuvo registrando la cantidad de orina evacuada (durante 48 horas consecutivas) en un recipiente graduado. La cantidad media fue de 95 cm3 y la cantidad máxima de 220 cm3. La evaluación del caso sugiere que el tratamiento más apropiado para conseguir instaurar de forma estable las respuestas de inhibir la orina (dormir seguido) y despertar ante el estímulo de plenitud vesical es el método de la alarma, dado que concurren muchos de los factores que se han encontrado asociados al éxito terapéutico de este procedimiento. Se utilizó un dispositivo de alarma tradicional, compuesto por una robusta unidad central, con zumbador que dispone de dos intensidades y una señal luminosa, y dos esterillas metálicas que se colocan en la cama. Se decidió emplear el sonido más fuerte con el fin de asegurar que el niño oyera la alarma y se despertara, dado que para aprender a despertarse ante las señales fisiológicas que preceden a la micción (estímulo condicionado), es necesario que primero se despierte ante el sonido de la alarma (estímulo incondicionado). Se instruyó a la madre para que si, a pesar de todo no la oía, se dirigiera a la habitación de su hijo, lo despertara para que se diera cuenta de que la alarma sonaba porque él se estaba orinando, y le pidiera que la apagara. La ingestión extra de líquido se empleó para incrementar la producción de orina nocturna, lo que genera dos efectos importantes: se producen más ensayos de condicionamiento y se fortalecen las respuestas condicionadas de despertar e inhibir la orina (contracción del esfínter), haciéndolas más resistentes a la extinción y previniendo las recaídas. El procedimiento se introdujo de forma gradual. Evolución del trastorno: Después de un primer periodo de tratamiento con el método de la alarma, se observo una recaída y un regreso del comportamiento de orinar la cama por lo que se diseño un nuevo periodo de tratamiento con mayor supervisión tanto de la madre del niño como del terapeuta. El nuevo período de entrenamiento duró un total de 9 semanas, desde la 18 a la 26 (contadas a partir del inicio del tratamiento

original) momento en que se retiró el tratamiento, esta vez de forma definitiva. Para no cometer los mismos errores que en la fase anterior, se llevaron a cabo 3 sesiones de supervisión conjuntas (madre y niño) con un intervalo entre ellas de unos 15 0 días. Durante los dos primeros meses de seguimiento se produjo un accidente, pero no ubo ninguno más. En este tiempo se efectuó una entrevista de control y varias llamadas telefónicas. Durante los dos años de seguimiento, hubo una ausencia completa de episodios de enuresis por lo que se ha resuelto definitivamente.

Trastorno negativista desafiante Antecedentes del paciente: Niña de 13 años y 9 meses que vive con su madre y su marido quien dirige un restaurante. La familia tiene un nivel socio-cultural alto. La madre informa que desde hace unos meses María está teniendo un comportamiento diferente tanto en casa como en el colegio. Siempre está a la defensiva, discuten a menudo, reprocha cualquier comportamiento de su madre y la desafía en multitud de ocasiones. Su madre refiere que María ha sido una chica sensible, obediente y con rendimiento escolar bueno, siempre han mantenido una buena relación entre ambas, así como confianza y no mostró cambios ni actitudes negativas durante la separación de los padres. La relación con su padre es difícil , ya que la madre relata que María no está de acuerdo en tener que irse con él fines de semana alternos, pues tiene dificultades a la hora de comunicarse y le da miedo hablarle sobre algunas cosas y pedirle ayuda con las tareas y el estudio, porque este se altera y le grita. La relación entre ambos padres no es buena, mantienen continuas discusiones sobre la manutención y la situación de su hija. María tiene una actitud pasiva en casa y es maleducada: no saluda ni se despide de los miembros de la familia, no recoge la habitación ni hace las tares correspondientes y que la comunicación con ella es prácticamente inexistente. En el colegio sigue con conductas problemáticas, estudia poco y falta a la entrega de trabajos y deberes. Los problemas de comportamiento y de rendimiento escolar de María se han suscitado solamente en el último año. Durante el curso anterior María empezó a salir con un grupo nuevo de amigas de clase y fue cuando empezaron los problemas, actualmente ya no frecuenta a estas personas. Historial clínico: En el periodo de embarazo, parto y desarrollo de María, no existieron problemas ni operaciones graves, solo una intervención quirúrgica a los 8 años en que le extirparon las amígdalas. En cuanto a enfermedades, no presenta ninguna actualmente ni ha padecido ninguna grave con anterioridad. En alguna ocasión ha tenido épocas de no querer comer y querer bajar de peso, por lo que actualmente todos en casa siguen una dieta equilibrada para controlar lo que comen y evitar el aumento de peso en exceso. No presenta problemas de sueño. Respecto a las relaciones sociales, la madre dice que actualmente son buenas, tiene un grupo de amigas fuera del colegio y un grupo dentro de colegio. Diagnóstico: Para diagnosticar el Trastorno negativista desafiante se siguen los lineamientos del DSMV.

A. Un patrón de enfado/irritabilidad, discusiones/actitud desafiante o vengativa que dura por lo menos seis meses, que se manifiesta por lo menos con cuatro síntomas de cualquiera de las categorías siguientes y que se exhibe durante la interacción por lo menos con un individuo que no sea un hermano. Enfado/irritabilidad 1. A menudo pierde la calma. 2. A menudo está susceptible o se molesta con facilidad. 3. A menudo está enfadado y resentido. Discusiones/actitud desafiante 4. Discute a menudo con la autoridad o con los adultos, en el caso de los niños y los adolescentes. 5. A menudo desafía activamente o rechaza satisfacer la petición por parte de figuras de autoridad o normas. 6. A menudo molesta a los demás deliberadamente. 7. A menudo culpa a los demás por sus errores o su mal comportamiento. Vengativo. 8. Ha sido rencoroso o vengativo por lo menos dos veces en los últimos seis meses. Nota: Se debe considerar la persistencia y la frecuencia de estos comportamientos para distinguir los que se consideren dentro de los límites normales, de los sintomáticos. En los niños de menos de cinco años el comportamiento debe aparecer casi todos los días durante un período de seis meses por lo menos, a menos que se observe otra cosa (Criterio A8). En los niños de cinco años o más, el comportamiento debe aparecer por lo menos una vez por semana durante al menos seis meses, a menos que se observe otra cosa (Criterio A8). Si bien estos criterios de frecuencia se consideran el grado mínimo orientativo para definir los síntomas, también se deben tener en cuenta otros factores, por ejemplo, si la frecuencia y la intensidad de los comportamientos rebasan los límites de lo normal para el grado de desarrollo del individuo, su sexo y su cultura. B. Este trastorno del comportamiento va asociado a un malestar en el individuo o en otras personas de su entorno social inmediato (es decir, familia, grupo de amigos, compañeros de trabajo), o tiene un impacto negativo en las áreas social, educativa, profesional u otras importantes. C. Los comportamientos no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno psicótico, un trastorno por consumo de sustancias, un trastorno depresivo o uno bipolar. Además, no se cumplen los criterios de un trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo. Especificar la gravedad actual: Leve: Los síntomas se limitan a un entorno (p. ej., en casa, en la escuela, en el trabajo, con los compañeros). Moderado: Algunos síntomas aparecen en dos entornos por lo menos. Grave: Algunos síntomas aparecen en tres o más entornos. Diagnóstico diferencial: Trastorno de conducta. Los comportamientos del trastorno negativista desafiante son claramente de naturaleza menos grave que los del trastorno de conducta y no incluyen la agresión a personas o a animales, la destrucción de la propiedad, ni un patrón de robos o engaños. Además, el trastorno negativista desafiante incluye problemas de desregulación emocional

(enfado e irritabilidad) que no se incluyen en la definición del trastorno de conducta. Trastorno por déficit de atención/hiperactividad. El TDAH es a menudo comórbido con el trastorno negativista desafiante. Los trastornos depresivo y bipolar a menudo conllevan sentimientos negativos e irritabilidad. Como resultado, no debería hacerse un diagnóstico de trastorno negativista desafiante si los síntomas se presentan exclusivamente durante el curso de un trastorno del estado de ánimo. El trastorno explosivo intermitente conlleva un alto grado de ira. Sin embargo, los individuos con este trastorno muestran unos niveles elevados de agresividad hacia los demás que no son parte de la definición del trastorno negativista desafiante. Evaluación: La evaluación del caso se realizó en 3 sesiones, comenzando con una entrevista con la madre donde dio parte del historial clínico de la niña, después durante la segunda reunión se entrevisto al tutor de la escuela, donde evidenció la baja en el desempeño de María durante el ultimo año, por ultimo se tuvo una entrevista con María donde con el apoyo de una entrevista clínica para adolescentes se buscó obtener más datos sobre su vida. Se le preguntó si sabía lo que era un psicólogo y qué cosas en su vida diaria le gustaría mejorar para estar más contenta. Reconoció que le gustaría cambiar su comportamiento que, en ocasiones, no era bueno y esto le llevaba a continuas discusiones con su madre, también admitió que le gustaría mejorar la relación con ella y aumentar las notas del colegio. María se mostró como una chica alegre, tranquila, inteligente y un poco insegura. Tratamiento seleccionado: El tratamiento que se utilizó para este caso fue el de entrenamiento a los padres y la economía de fichas el cual se considera el más eficaz en estos casos. Los objetivos del tratamiento acordados fueron: Eliminar o disminuir la frecuencia de las conductas disruptivas e instaurar conductas adecuadas. Con estos objetivos se diseñó un plan de intervención: Fase educativa (4 sesiones): Se trabajó tanto con la madre como con María la forma de abordar diferentes situaciones y problemas a través del manejo de contingencias. Fase de intervención (5 sesiones): Con la madre se trabajaron técnicas de resolución de problemas, técnicas de modificación de conducta (refuerzo positivo y negativo) y la administración y uso de economía de fichas. Con María se trabajaron técnica de resolución de problemas y economía de fichas. Fase de prevención de recaídas (1 sesión): Se dedicó una última sesión para valorar los cambios obtenidos a lo largo del tratamiento, las técnicas aprendidas y estrategias con las que solucionar posibles situaciones problemáticas futuras. La duración de la intervención se llevó a cabo durante 2 meses y medio en los cuales se realizaron 10 sesiones presenciales. Evolución del trastorno: A partir de la primera semana, tras la entrevista con la madre y con María empezaron a verse los primeros resultados, mostrando que las

ocasiones en las que la chica presentaba conductas disruptivas en casa habían disminuido tanto en frecuencia como en intensidad y. De discutir ambas de forma diaria, a lo largo de esa primera semana se disminuyeron las discusiones a dos semanales. Esta información se obtuvo tanto por parte de la madre como de María y además estaba corroborada por registros. Las siguientes semanas continuaron disminuyendo las discusiones en casa y empezaron a verse los primeros resultados en el cambio de interés que la chica presentaba en el colegio y se veían reflejados en las calificaciones de exámenes, trabajos y deberes. Sin embargo, respecto al comportamiento disruptivo y discusiones en clase no se veían cambios significativos según informaba el tutor. La economía de fichas propuesta tenía 5 conductas objetivo que eran: hacerse la cama y recoger la habitación, sacar a pasear al perro 3 días a la semana, hacer deberes, estudiar sin que tuviera que decírselo nadie y no traer nota de falta de deberes ni trabajos y no gritar ni desobedecer a mamá. Transcurridas 7 semanas desde el inicio del tratamiento, se administraron de nuevo los cuestionarios aplicados para establecer la línea base. La comparación de ambas medidas de evaluación indicó que la ansiedad de María disminuyó. Los resultados correspondían con lo observado en la consulta. La edad de María corresponde con la entrada a la adolescencia por lo que este puede ser un factor contribuyente a sus problemas conductuales.

Trastorno de la ingestión alimentaria de la infancia o la niñez Antecedentes del paciente: Andrés es un niño de 7 años de edad, hijo único, sus padres están separados desde que el niño tenía un año. La madre trabaja en casa, en labores de calza...


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