20,21 incompleto - conferencia de freud 20 y 21 resumido PDF

Title 20,21 incompleto - conferencia de freud 20 y 21 resumido
Author Lola Puentes
Course Teoría Psicoanalítica I
Institution Universidad de Belgrano
Pages 4
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conferencia de freud 20 y 21 resumido...


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SEXUALIDAD. Conferencia 20. ha de entenderse por «sexual». Y bien, ante todo, lo sexual es lo indecoroso, aquello de lo que no está permitido hablar. Todo lo que se relaciona con la diferencia entre los dos sexos: sexual es todo lo que con el propósito de obtener una ganancia de placer se ocupa del cuerpo, en especial de las partes sexuales del otro sexo, y, en última instancia, apunta a la unión de los genitales y a la ejecución del acto sexual. Ahora bien, si convierten a la función de la reproducción en el núcleo de la sexualidad, corren el riesgo de excluir toda una serie de cosas que no apuntan a la reproducción y, no obstante, son con seguridad sexuales, como la masturbación y aun el besar. nos han hecho conocer a grupos de in-dividuos cuya «vida sexual» se aparta, de la manera más llamativa, de la que es habitual en el promedio. Una parte de estos «perversos» han borrado de su programa, por así decir, la diferencia entre los sexos. Sólo los de su mismo sexo pueden excitar sus deseos sexuales; los otros, y sobre todo sus partes sexuales, no constituyen para ellos objeto sexual alguno y, en los casos extremos, les provocan repugnancia. Desde luego, han renunciado así a participar en la reproducción. A estas personas las llamamos homosexuales. Los dividimos en dos grupos: aquellos en que se ha mudado el objeto sexual (como en el caso de los homosexuales) y aquellos en quienes principalmente se alteró la meta sexual. Al primer grupo pertenecen los que renunciaron a la unión de los dos genitales y en el acto sexual los sustituyen, con un compañero, por otra parte o región del cuerpo; al hacerlo se sobreponen a la falta del dispositivo orgánico y al impedimento del asco. Otros, todavía, han resignado enteramente como objeto los genitales, elevando en su remplazo otra parte del cuerpo a la condición de objeto anhelado: el pecho de la mujer, el pie, una trenza. Vienen después los que no se interesan ni siquiera por una parte del cuerpo, pues una pieza de indumentaria les llena todos los deseos: un zapato, una ropa interior; son los fetichistas. Por último, las personas que reclaman el objeto total, pero le hacen determinadas demandas, raras u horrendas, incluida la de que se convierta en un cadáver inerme, y llevados por una compulsión criminal hacen lo preciso para poder gozarlo así. El otro grupo está constituido por los perversos que han establecido como meta de los deseos sexuales lo que normalmente es sólo una acción preliminar y preparatoria. Son los que anhelan mirar y palpar a la otra persona, o contemplarla en sus funciones íntimas; o los que desnudan las partes pudendas de su cuerpo con la oscura esperanza de ser recompensados con una acción idéntica del otro. Después siguen los enigmáticos sádicos, cuya aspiración tierna no conoce otra meta que infligir dolores y martirizar a su objeto, desde muestras de humillación hasta graves daños corporales; y, como para contrabalancearlos, sus correspondientes, los masoquistas, cuyo único placer es soportar de su objeto amado toda clase de humillaciones y martirios, tanto en forma simbólica como real. :junto a unos que buscan su satisfacción sexual en la realidad, existen otros que se contentan con imaginarse meramente esa satisfacción; a estos no les hace falta ningún objeto real, sino que pueden sustituírselo por la fantasía. No se les escapa a ustedes, tampoco, que vuelve a aparecer aquí el carácter de lo indecoroso, adherido a la práctica sexual; pero a menudo se extrema hasta lo salaz.

En efecto, si no comprendemos estas conformaciones patológicas de la sexualidad ni podemos reunirlas con la vida sexual normal, tampoco comprenderemos esta última. En cuanto a las dos experiencias, se han obtenido a raíz de la indagación psicoanalítica de los neuróticos; están destinadas a influir de manera decisiva sobre nuestra concepción de las perversiones sexuales. Entonces advertimos también en qué gran medida los órganos de la recepción de alimentos y de la excreción pueden convertirse en portadores de la excitación sexual. Si es cierto que el estorbo de una satisfacción sexual normal o su privación en la vida real hace salir a la luz inclinaciones perversas en personas que nunca las habían exhibido, es preciso suponer en estas algo que contrarrestaba esas perversiones; o, si ustedes quieren, tienen que haber preexistido en ellas en forma latente. En suma, la sexualidad perversa no es otra cosa que la sexualidad infantil aumentada y descompuesta en sus mociones singulares. Comoquiera que sea, ahora verán ustedes las perversiones bajo otra luz y ya no desconocerán su trabazón con la vida sexual de los seres humanos.

Inicios de la sexualidad. Quiero exponerles ahora lo que más claramente puede averiguarse acerca de la vida sexual del niño. Permítanme que en aras de la conveniencia introduzca el concepto de libido. Exactamente igual que el hambre, la libido está destinada a nombrar la fuerza en la cual se exterioriza la pul sión: en este caso es la pulsión sexual Las primeras mociones de la sexualidad aparecen en el lactante apuntaladas en otras funciones importantes para la vida. Su principal interés está dirigido, como ustedes saben, a la recepción de alimento; cuando se adormece luego de haberse saciado en el pecho, expresa una satisfacción beatífica, lo cual se repetirá más tarde tras la vivencia del orgasmo sexual. Así nos enteramos de que el lactante ejecuta acciones cuyo único propósito es la ganancia de placer. Somos de la opinión de que primero vivencia ese placer a raíz de la recepción de alimento, pero que pronto aprende a separarlo de esa condición. Sólo a la excitación de la zona de la boca y de los labios podemos referir esa ganancia de placer; llamamos zonas erógenas a estas partes del cuerpo y designamos como sexual al placer alcanzado mediante el chupeteo. Sin duda, todavía tenemos que someter a examen nuestra justificación para darle este nombre. El mamar del pedho materno pasa a ser el punto de partida de toda la vida sexual, el modelo inalcanzado de toda satisfacción sexual posterior, al cual la fantasía suele revertir en momentos de apremio. Incluye el pecho materno como primer objeto de la pulsión sexual. es resignado por el lactante en la actividad del chupeteo, y sustituido por una parte del cuerpo propio. El niño se chupa el pulgar, chupa su propia lengua. Por esa vía se independiza del mundo exterior en cuanto a la ganancia de placer, y además le suma la excitación de una segunda zona del cuerpo. No todas las zonas erógenas son igualmente generosas; por eso es una vivencia importante para el niño, según nos informa Lindner, descubrir en las exploraciones de su cuerpo propio sus zonas genitales particularmente excitables, con lo cual halla el camino que va del chupeteo al onanismo. Tras la consideración del chupeteo tomamos conocimiento ya de dos caracteres decisivos de la sexualidad infantil. Esta aparece apuntalándose en la satisfacción de las grandes necesidades orgánicas y se comporta de manera autoerótica, es decir, busca y encuentra sus objetos en el cuerpo propio. Lo que se ha mostrado de la manera más nítida a raíz de la recepción de alimento, se repite en parte respecto de las excreciones. Inferimos que el lactante tiene sensaciones placenteras cuando vacía su vejiga y sus intestinos, y después

organiza estas acciones de tal manera que le procuren la máxima ganancia de placer posible mediante las correspondientes excitaciones de las zonas erógenas de la mucosa. En este punto, como lo señaló la sutil Lou Andreas-Salomé [1916], el mundo exterior se le enfrenta por primera vez como un poder inhibidor, hostil a sus aspiraciones de placer, y así vislumbra las luchas externas e internas que librará después. No debe expeler sus excrementos cuando a él le da la gana, sino cuando otras personas lo determinan. Para moverlo a renunciar a estas fuentes de placer, se le declara qué todo lo que atañe a estas funciones es indecente y está destinado a mantenerse en secreto. En este momento, por primera vez, be intercambiar placer por dignidad social. Su relación con los excrementos mismos es al comienzo muy diversa. No siente asco ninguno frente a su caca, la aprecia como a una parte de su cuerpo de la que no le resulta fácil separarse, y la usa como un primer «regalo» para distinguir a personas a quienes aprecia particularmente. el carácter común a todas las perversiones es que han abandonado la meta de la reproducción. Justamente, llamamos perversa a una práctica sexual cuando ha renunciado i dicha meta y persigue la ganancia de placer como meta autónoma. Permítanme, entonces, que prosiga con mi sucinto cuadro de la sexualidad infantil. Lo que he informado con relación a dos sistemas de órgano [el de la nutrición y el de la excreción] podría haberlo completado tomando en cuenta los otros. En efecto, la vida sexual del niño se agota en la práctica de una serie de pulsiones parciales que, independientemente unas de otras, buscan ganar placer en parte en el cuerpo propio, en parte ya en el objeto exterior. La investigación sexual infantil empieza muy temprano, a menudo antes del tercer año de vida. No arranca de la diferencia de los sexos,^^ que nada significa para el niño, pues —al menos el varón— atribuye a ambos idénticos genitales, los masculinos. Si después el varón descubre la vagina en una hermanita o en una compañera de juegos, primero intenta desmentir el testimonio de sus sentidos, pues no puede concebir un ser humano semejante a él que carezca de esa parte que tanto aprecia. Así cae bajo el imperio del complejo de castración,^* cuya configuración tanto influye sobre su carácter si permanece sano, sobre su neurosis si enferma, y sobre sus resistencias en caso de que emprenda un tratamiento analítico. De la niñita sabemos que a causa de la falta de un gran pene visible se considera gravemente perjudicada; envidia al varón tal pertenencia y por este motivo, esencialmente, desarrolla el deseo de ser hombre, deseo que se retomará más tarde en la neurosis sobrevenida a causa de un fracaso en su papel femenino El interés sexual del niño se dirige primero, más bien, a saber de dónde vienen los bebés. La respuesta tradicional, que es la cigüeña la que trae a los niños,^ choca con incredulidad ya en los más pequeños más a menudo de lo que sospechamos. Primero supone que los niños nacen cuando se ha comido algo en particular, y no sabe que sólo las mujeres pueden tenerlos. Más tarde advierte esta restricción y deja de creer que los niños vienen de la comida, teoría que subsiste en los cuentos. Cuando crece, pronto observa que el padre tiene que desempeñar algún papel en la venida de los niños, pero no puede colegir cuál. Si por casualidad es testigo de un acto sexual, lo ve como un intento de sometimiento, una violencia: el malentendido sádico del coito. Pero al comienzo no conecta este acto con el nacimiento del hijo. Y si descubre rastros de sangre en la cama o en la ropa interior de su madre, lo toma como prueba de que el padre le infligió una herida. A una edad más avanzada, sospecha que el órgano masculino tiene una participación esencial en la generación de los niños, pero no puede atribuir a esta parte del cuerpo otra función que no sea la micción. Desde el principio los niños están contestes en que el nacimiento del hijo tiene que producirse por el intestino; por tanto, vendría al mundo como una porción de excremento. Sólo tras la desvalorización de todos

los intereses anales esta teoría será abandonada y sustituida por el supuesto de que es el ombligo el que se abre o que la región del pecho entre las mamas es el lugar del nacimiento. Sin duda habrán oído decir ustedes, estimados señores, que el psicoanálisis extiende de manera abusiva el concepto de lo sexual, con el propósito de sustentar las tesis sobre la causación sexual de las neurosis y sobre la significación sexual de los síntoma. Lo que fuera del psicoanálisis se llama sexualidad se refiere sólo a una vida sexual restringida, puesta al servicio de la reproducción y llamada normal. CONFERENCIA 21.

VIDEO. Perversión  conferencia 20. Es perversa toda persona que lleve adelante la meta sexual y que deje de lado la meta reproductiva....


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