241739683 Analisis de El Cortesano de Castiglione pdf PDF

Title 241739683 Analisis de El Cortesano de Castiglione pdf
Author Maria Camacho
Course Teatro
Institution UNED
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 Los primeros humanistas en la Italia del Quattrocento, creyeron que en la antigüedad estaban los modelos universales, los valores que, debidamente adaptados a la civilización cristiana que vivían, eran la versión completa del hombre y del mundo. Los clásicos habían expresado tan perfectamente lo que ellos sentían y querían decir en todos los terrenos que no era necesario más que dar a conocer aquellos textos, debidamente depurados, y expresarse con los mismos modelos. El Humanismo conllevaba una forma, un arte de vivir. Una manera de vivir en la que la existencia humana y sus exigencias naturales ocupaban atención preferente. La afirmación de la personalidad, el gusto estético, la liberalidad, la cortesía, como rasgos humanos, merecen especial estima de los autores de este tiempo. El armazón intelectual de "El Cortesano" lo integran las ideas de numerosos autores de la antigüedad grecolatina: Platón, Aristóteles, Cicerón, Jenofonte ... revitalizados junto con otros tratadistas y escritores que Castiglione incorpora a su mundo cultural: Dante, Petrarca, Bocaccio e incluso algún contemporáneo suyo, Ficino. Castiglione consigue una flexible integración personal de un mundo cultural firmemente asimilado en su práctica humanística: lo ideal lo hace vida. Tiene además el mérito de reflejar no ya un prototipo humano idealmente diseñado, sino que, como indica en alguna de sus dedicatorias, son figuras existentes en la realidad histórica de su tiempo. Son diversísimos los personajes que intervienen o son aludidos a lo largo de los diálogos: Papas, reyes, clérigos, hombres de letras, cortesanos, bufones... El libro posee en este sentido un claro valor testimonial, aunque eminentemente subjetivista. Se percibe en todas sus líneas un fuerte sentimiento nostálgico de un tiempo muy concreto de su vida y para Castiglione especialmente entrañable: la corte de Urbino (1504-1513), exaltada como modelo ideal de corte por la brillantez

de ingenio de los cortesanos, por la finura de gustos y maneras, por la presencia de la sin par duquesa... Es importante para entender y estudiar la obra, poner especial atención al marco histórico y cultural del autor y las circunstancias externas de tal creación. 1.1. El autor Castiglione había nacido en Aldea de Casatico (Mantua) el 6-XII-1478. En su biografía confluyen varios factores representativos de la vida italiana de fines del s. XV y principios del XVI. Había nacido en el seno de una familia noble: su padre era hombre de armas de la familia Gonzaga, apellido que también correspondía a su madre. Estudió en Milán latín y griego con los humanistas Demetrio Calcondila y Giorgio Merula, educándose como gentilhombre en la corte de Ludovico el Moro, en el esplendor de las artes y refinamiento de costumbres. Allí permaneció hasta 1499, fecha de la muerte de su padre. Después de estar en Milán, vuelve a Mantua donde se puso al servicio del marqués Francisco Gonzaga, al que acompañó en la batalla de Garigliano, ganada por los españoles (1503). Poco después (1504), se instala en la corte de Urbino primero al servicio de Guidobaldo de Montefeltro y más tarde de su sucesor Francisco María de La Rovère. Estos años de Urbino son especialmente significativos en la vida de Castiglione, ya que marcan el comienzo de su carrera política y diplomática: se le asignan diversas misiones en Inglaterra y Francia y también participa, al lado de sus señores, en algunos hechos de armas. En 513, sus servicios son recompensados con el título de conde. La estancia de Castiglione en Urbino tiene además un significado cultural de primer orden. Inicia estrecha relación con hombres de cultura, amenos conversadores, algunos de los cuales protagonizarán más tarde el coloquio de El Cortesano. Según explica el mismo Castiglione esbozó en su mente el libro desde la muerte del duque Guidobaldo, conversaciones mantenidas con personajes reales como fueron Pietro Bembo, Ludovico de Canosa, el Unico Aretino, Fregoso... entre otros, y de los que hará encendidos elogios desde las páginas de su libro, cuando ya la muerte los había separado. Más tarde (1513-1516) permanece en Roma como embajador en la corte papal. De estos años data su amistad con el pintor Rafael que inmortalizó al escritor en el retrato que se conserva en el museo del Louvre. A partir de 1516, Castiglione se mueve entre Mantua y Roma en el desempeño de diversas tareas diplomáticas. En 1520, muere su esposa y decide abrazar el estado eclesiástico. Muerto León X, el breve pontificado de su sucesor Adriano VI y el nombramiento de Clemente VII (otro Papa Médicis) facilitan su reinserción en la corte de Roma de la

que faltaba desde 1522. En 1524 es nombrado pronotario apostólico y, casi inmediatamente, nuncio en España. Discrepan los historiadores acerca del verdadero papel desempeñado por Castiglione como nuncio papal. La tensión entre Clemente VII y Carlos V culminó con el Saco de Roma de mayo de 1527. El Pontífice recriminó a Castiglione por no haberlo sabido prevenir y evitar. Mención especial merece la actitud de Castiglione al entrar en polémica con el secretario del emperador Alfonso de Valdés, famoso erasmista de la corte española. En su Risposta (1528) ofrece una dura réplica a lo ocurrido en Roma expuesto por Valdés, justificando lo ocurrido, en el "Diálogo de lo acontecido en Roma" de fecha 1527. En esa Risposta se ve en Castiglione no sólo la actitud obligada del representante papal en España, sino la censura de un hombre convencido del desastroso y bárbaro Saco de Roma. Castiglione no verá firmados los acuerdos de Bolonia propugnados por él desde España, ya que muere en la ciudad de Toledo en febrero de 1529. Carlos V autorizó el traslado de sus restos a Mantua donde fue enterrado en junio de 1530. En la carta de condolencia al Pontífice que Carlos V escribió de su puño y letra se refiere a Castiglione como que "es muerto uno de los mejores caballeros del mundo". Definía así el emperador la virtud humana de la caballería, tal y como se entendía en el primer Renacimiento Español: caballero, hombre de corte y otros atributos culturales como eran su formación humanística y su capacidad literaria. Castiglione fue un producto genuino del refinamiento cultural y humano que se respiraba en las cortes italianas del Cinquecento, modelo inequívoco de ese mundo peculiar, lo que explica el nacimiento de un libro como El Cortesano. 1.2. El libro Concebido como ya se ha dicho en los años de Urbino, a poco de la muerte del duque Guidobaldo, fue al parecer redactado entre 1513 y 1518. Fue obra por tanto de larga gestación y sometida además a sucesivas correcciones por el mismo autor, según lo confirman diferentes códices. La redacción manuscrita circuló, como era habitual en aquel tiempo, en primer lugar, entre amigos y allegados. Al partir para España solicita el manuscrito a la marquesa de Pescara, gran admiradora del mismo quien lo hizo copiar permitiendo así que otras muchas personas tuvieran acceso a él. Finalmente y ya desde España, el nuncio autoriza su publicación en 1528. En la carta, dedicada al obispo de Viseo que precede al texto, alude Castiglione a la decisión de hacer imprimir el libro ante el peligro de que otros lo hicieran sin su consentimiento. Sale pues al mercado editorial precedido ya de fama y esperado por muchos. Se inserta en los moldes de los vigentes tratados renacentistas que a su vez conectaban con modelos de la antigüedad clásica: el libro traza un ideal de perfección humana —el Cortesano perfecto— y el mismo Castiglione legitima ese

trazado trayendo a colación ejemplos prestigiados: el perfecto rey, el perfecto orador, etc. El libro se plantea como evocada transcripción de conversaciones sostenida a lo largo de cuatro veladas por los contertulios de la duquesa Isabel Gonzaga. Junto a ella, la señora Emilia Pía. Ambas mujeres señalan el orden de la conversación. Dedicatorias Las dedicatorias van dirigidas, en sucesivo orden, a la muy magnífica señora doña Gerónima Paloma de Almogávar, firmada por Boscán, la primera y por Garcilaso de la Vega, la segunda. En la primera Boscán da cuenta a esta señora del encargo recibido por Garcilaso de traducir este libro y la constituye como juez de todo "vos veréis el libro y el cortesano y lo que yo he hecho por él en habelle puesto en vuestras manos"... En la segunda, dedicada a esta misma señora por Garcilaso, se apunta la mediación gestora de la dama para conseguir que Boscán aceptara el trabajo de esta traducción y el agradecimiento del mismo. La tercera dedicatoria va dirigida "AL MUY ILUSTRE Y REVERENDO SEÑOR DON MIGUEL DE SILVA, OBISPO DE VISEO" firmada por el mismo Castiglione, primera y única por tanto, en la mente del autor, en la que refiere la andadura del libro en sus inicios tal y como más arriba se ha expuesto y su carácter testimonial histórico y aún en cierto modo, autobiográfico. 1.3. "El Cortesano" en España: la traducción de Juan Boscán El mismo Boscán nos lo cuenta: "No ha muchos días que me envió Garcilaso de la Vega... este libro llamado El Cortesano, compuesto en lengua italiana por el conde Baltasar Castellón. Su título y la autoridad de quien me le enviaba, me movieron a leelle con diligencia." "...Todo esto me puso en gana que los hombres de nuestra nación participasen... que no dexasen de entendelle por falta de entender la lengua y por eso quise traducille luego." También explica sus dudas en hacerlo y su posterior decisión: "Andando yo en estas dudas, Vuestra merced (la señora Doña Gerónima de Almogávar a quien dedico el libro) ha sido la que me ha hecho determinar, mandándome que lo traduxese;"... Y da razón de cómo lo hace:

" Yo no terné fin en la troducción deste libro a ser tan estrecho que me apriete a sacalle palabra por palabra, antes, si alguna cosa en él se ofreciere, que en su lengua parezca bien y en la nuestra mal, no dexaré de mudarla o de callarla." Compuesto en italiano por el conde Baltasar de Castiglione y traducido en lengua castellana por Boscán, fue impreso en Barcelona por Pedro Mon Pezat, imprimidor, a dos del mes de abril de 1534. Esta es la traducción de cuyo texto iré transcribiendo algunos párrafos.

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cap. II: "Cómo fue nombrado por Emilia dama, y confirmado por la Duquesa, el conde Ludovico de Canosa para que tomase el cargo de formar un perfecto Cortesano, el actual acató el cargo, y comenzando, dixo que lo primero que le pertenece al cortesano es ser de buen linaje." cap. III: "En el cual se prosigue la plática sobre lo del buen linaje, en que hay contradicciones y hermosas réplicas, añadiendo primero el Conde a su cortesano que sea de claro ingenio y gentil hombre de rostro y de buena disposición de cuerpo." cap. IV: "En el cual, concluyendo el Conde que el cortesano ha de ser de buen linaje, dice que le conviene ser diestro en el uso y exercicio de las armas, y que debe huir el alabarse dello, sobre lo cual hay entre los cortesanos diversas razones y réplicas." cap. V: "En que se prosigue la plática de los exercicios del cortesano. Y habiendo dicho el Conde en las pláticas pasadas que en todo lo que hiciere el Cortesano lo haga con buena gracia y aire que a todos agrade, hace una pregunta miser César Gonzaga sobre esta gracia. Sobre lo cual pasan hermosas razones y réplicas." cap. VI: "En el cual, prosiguiendo la plática, dice el Conde que en el hablar y en el escribir es muy importante aviso al perfeto Cortesano huir como de pestilencia la afectación, que es una tacha que desbarata y destruye totalmente el lustre de la buena gracia; el cual aviso se dio en el capítulo pasado por una generalísima regla. Y sobre esta materia del hablar y el escribir pasa gran disputa entre los cortesanos." cap. VII: "En el cual, prosiguiéndose la plática del hablar y escribir, se afirma el Conde en su opinión, que es que las reglas que sirven para el hablar, sirvan para el escribir." cap. VIII: "En que, prosiguiendo el Conde su plática, dice que el uso es la guía del bien hablar y escribir." cap. IX: "Como al perfeto Cortesano le conviene ser ornado y ataviado en el ánima como en el cuerpo, y qué ornato debe ser éste." cap.X: "Cómo al perfeto Cortesano le pertenece ser músico, así en saber cantar y entender el arte, como en tañer instrumentos diversos." cap.XI: "Que al Cortesano conviene tener noticia del pintar, y sobre este punto pasaron sotiles razones entre los cortesanos." A. RESUMEN En este primer libro, después de una elogiosa descripción de los valores y encantos de la casa y corte de Urbino, los caballeros presentes se reúnen tras la

cena con la señora del palacio, la duquesa Isabel Gonzaga, esposa del duque Guidubaldo y con su cuñada Emilia Pía. Para abrir el coloquio se plantean varias cuestiones, sucesivamente desechadas hasta elegir la que parece más pertinente: las cualidades que ha de tener el cortesano perfecto. Tal cometido se encomienda a Ludovico de Canosa, quien desarrolla la cuestión con frecuentes interrupciones de otros contertulios. Este primer libro traza un detallado cuadro de los valores y cualidades del cortesano ideal y alterna, como será habitual a lo largo de toda la obra con la ejemplificación y relato de casos y sucedidos. También se trata el discutido tema de la época LA CUESTIÓN DE LA LENGUA, según la práctica de Castiglione de interpolar temas de divulgación culta o erudita. La plática concluye con la llegada del prefecto de Roma. Los contertulios prosiguen la velada entre danzas y juegos hasta que, al levantarse la duquesa, se retiran los demás a sus posadas. B. Algunas Observaciones A pesar del tono que ya desde este primer libro se advierte como moralizante en frases como: "peor es dexar de hacer bien por no querer que por no saber" (p. 90) "como en la mujer, la honestidad una vez alterada mal puede volver a su primer estado"... (p. 95). "muchas veces se muestra más el buen corazón en las cosas pequeñas que en las grandes" (p. 95). "castigado por lo que él erró, más aún por lo que hizo errar a otros" (p. 101). "perdonando mucho a los malos se hace perjuicio a los buenos". (p. 101); a pesar de que en dos ocasiones incluso nombra a Dios (una cuando habla de las letras como don de Dios, (p. 122) y otra cuando se refiere a la música como algo que Dios nos da para alivio de congoxas (p. 128), se aprecia un fondo, un modo de ver la vida en el que se excluye la trascendencia y se va sin embargo insistiendo en el aprecio, amor, apego y dependencia de todo lo terreno; con un consiguiente planteamiento moral —en el mejor de los casos— relativista, cuando no dependiente de horóscopos o de signos de astrología. (p. 80, 90, 102 y 103...) Cabe destacar, desde el punto de vista de la educación, la recta apreciación de las virtudes humanas: linaje, honor, honra (p. 91), de la positiva influencia de la familia y del ejemplo en la educación (p.91); (102 y 10); el desprecio de la homoxesualidad (p. 97); el elogio a la naturalidad y llaneza (p. 104 y 105); profesionalidad y cultivo del saber (p. 106), etc.

Esta visión reciamente humanista y en muchos momentos reduccionista de la vida, da lugar a frases como "es necesario mudar a ratos y con la diversidad remediar el hastío que anda siempre envuelto en nuestra vida"... (p. 100) o "al no ser conocido por sus obras... se duela que su valor se pierda entre la gente y hale de descubrir por fuerza en alguna manera por no carecer de la debida honra, la cual es la verdadera satisfacción (!) de los virtuosos trabajos" (!) (p. 96) Las exclamaciones no están en el texto. Se subraya siempre por tanto el afán de gloria humana (p. 123) tan propio, por otra parte de la mentalidad de su época que comentaremos en el conjunto "Valoración doctrinal". Son buenas las ideas sobre el modo de escribir (p. 107): "lo escrito no es otra cosa sino una forma de hablar que queda después que el hombre ha hablado" ... "hablar de lo que se sabe"... (p. 111 y 112) y las loas a la música y a las artes ... 2.2. Segundo libro del Cortesano (cap. I-VII) Prólogo: En el que Castiglione censura la tendencia de los viejos a la excesiva ponderación de las cortes del pasado y vituperio de las presentes. Desautoriza así el tópico del elogio de cualquier tiempo pasado y exalta los valores de la corte de su época, en especial de la de Urbino. cap. I: "En que se platica en cuál modo y manera, tiempo y sazón deba el Cortesano usar de sus buenas cualidades, y poner por obra todo lo que le conviene." cap. II: "En el cual, prosiguiendo miser Federico su plática, dice que tal ha de ser la conversación del Cortesano con el príncipe y con las otras personas". cap. III: "En que habiendo dicho miser Federico en el capítulo pasado cómo debe el Cortesano conversar con sus señores, dice agora en éste cómo debe conversar con sus iguales". cap. IV: "En el cual siguiendo miser Federico su plática, da ciertos avisos y reglas que el Cortesano debe guardar en su conversación". cap. V: "En el cual, miser Bernardo, a quien la señora Emilia dio la mano en el hablar, muestra cuáles son los términos y modos que debe usar el Cortesano en el decir de las gracias y motes para hacer reír, y cómo se deben fundar". cap. VI: "En el cual, prosiguiendo miser Bernardo su plática sobre el decir de las gracias, dice otros muchos y diversos fundamentos sobre que el Cortesano puede fundar sus gracias y donaires." cap. VII: "Cómo habiendo ya miser Bernardo concluido en el capítulo pasado su plática sobre el decir de las gracias y sus donaires, dice agora en éste las maneras y fundamentos de las burlas que suelen hacer los amigos unos a otros." A. RESUMEN

Después del prólogo brevemente descrito, se abre de nuevo el coloquio en la velada siguiente al libro I y la intervención principal corre a cargo de Federico Fragoso sobre modos, lugares y circunstancias en los que el buen cortesano usará las cualidades y maneras diseñadas por Ludovico de Canosa. El tema de divagación intercalado es el de las burlas y gracias que ha de practicar el cortesano en la conversación. En este punto se da la palabra a Bernardo Bibiena, quien esboza una verdadera tipología de gracias verbales y ejemplifica abundantemente con anécdotas y cuentecillos. El libro II termina con el problema de la "condición de las mujeres", suscitado por el asunto de las burlas y de la diversidad de puntos de vista pro y antifemeninos. Por ello se encomienda ...


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