3.Tecnicas para Identificar y Enfrentar Situaciones adversas PDF

Title 3.Tecnicas para Identificar y Enfrentar Situaciones adversas
Course matematica financiera
Institution Universidad Tecnológica del Perú
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instituto pedagogico san marcelo...


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Tema Nº 03 [email protected]

Práctica e Investigación II Ciclo - II Lic. César Castillo Reyes

Técnicas para identificar y enfrentar situaciones adversas Todos atravesamos en la vida situaciones adversas, podemos llamarles experiencias, y las clasificamos de una u otra manera de acuerdo a la programación de nuestro cerebro. Pero bien, como enfrentar experiencias de esta naturaleza?, la mejor manera de hacerlo es viviendo esa experiencia en su totalidad, sin dejar nada pendiente, vivirla al 100%, pues la enseñanza es que toda, toda experiencia, nos permite aprender y desaprender, nos permite seguir disfrutando de este maravilloso regalo que es la vida. Aprender de las pérdidas de cualquier naturaleza, en el entendido que nada es nuestro, nada en absoluto nos pertenece, más que nosotros mismos, que somos los responsables por nuestras decisiones, nuestros actos, nuestros pensamientos, nuestra realidad. Y bueno si la experiencia es dolorosa, ya sea dolor físico o emocional, y hay emociones (expresiones de tu ego alterado, tus huecos de personalidad, tu propio paradigma), pues atiende el dolor, pero dale un tiempo para terminarlo. No es sano pasar quejándote y llorando toda una vida. A menos que así lo quieras y esa será tu decisión. Si te amas a ti mismo, recibirás toda la solidaridad del universo y si das a otros, recibirás el doble o triple a cambio. Formas de afrontar las adversidades: estrategias de afrontamiento La ACEPTACIÓN como estrategia para combatir el dolor, descubríamos cómo utilizar esta herramienta también para las adversidades de la vida en general. No obstante, como podemos deducir a partir de observar nuestra propia experiencia, no es la estrategia más fácil de aplicar ni la más utilizada, es más, existen diversas formas de afrontar situaciones adversas diarias. En el presente artículo abordaremos los distintos estilos de afrontamiento, el porqué aplicamos unos y no otros, y nos detendremos en cómo saber si estamos utilizando el adecuado. Imaginemos una situación conflictiva cotidiana, como tener problemas en el trabajo o hacer frente a una enfermedad. Ambas circunstancias configuran un problema pero si consideramos dos personas diferentes para encarar la misma situación, sus respuestas serán también distintas. El afrontamiento de una misma situación crítica varía de una persona a otra y cada una sacará y pondrá en marcha unos recursos diferentes. Pero, ¿qué hace que afrontemos de manera diferente los problemas? Antes de responder a esta cuestión, es vital que definamos qué es un problema o situación crítica. Los problemas son algo habitual en la vida. Un problema surge cuando hay una discrepancia entre “lo que es” y “lo que debería ser”, se nos exige determinadas respuestas que no podemos dar para eliminar esa discrepancia. Como resultado, no actuamos o lo hacemos mal, apareciendo así el desbordamiento y las dificultades. No obstante, hay que recordar que a menudo, un conflicto es una percepción de la persona, no es sólo un hecho del entorno, externo. Por este motivo, tiene tanto sentido la afirmación que dice que un problema no depende de sus características en sí, sino de cómo lo afrontamos. Tal afrontamiento implica tanto un esfuerzo cognitivo, emocional como una acción, puestas en marcha para manejar esa demanda. Así pues, ¿qué hacemos cuando aparece una piedra en nuestro camino? Podemos REACCIONAR ante una adversidad a través de dos caminos o vías: 1. Vía de lo Emocional negativo o experiencial. Tras presentarse el problema, nos sumergimos en emociones de rabia, enfado, miedo, desorientación, es decir, predomina una emoción primaria, lógica pero inadecuada. Dando lugar así a un estado de temor, bloqueo, impulsividad o no reflexión. 2. Vía Racional o Emocional positiva. Ante el mismo problema, VALORAMOS la situación, su gravedad, importancia, priorizando acciones y aceptando nuestra responsabilidad. De esta manera, dejamos el problema “en reposo”, lo que suele desembocar en una mayor serenidad para sopesar la situación, unas emociones más neutras y en la creencia de que podemos afrontarlo. Volviendo a la pregunta inicial de qué hace que actuemos más racionalmente o más impulsivamente y, por tanto, afrontemos de distinto modo una misma situación, hay varios factores presentes: nuestra educación, nuestros miedos, las expectativas que tenemos sobre nuestras capacidades y sobre los resultados, la sensación de control sobre la situación, las creencias sobre si nosotros mismos podemos controlar lo que ocurre o si más

bien lo que nos pasa depende del entorno, la motivación, las actitudes. Estos ingredientes forman nuestro estilo de afrontamiento, exitoso o ineficaz. En función de estos elementos, las estrategias de afrontamiento varían. Veamos las más comunes divididas en 2 tipos: 1. Afrontamiento Activo o Positivo: la premisa fundamental es ver el problema como una OPORTUNIDAD para crecer, para aprender algo de la vida, esto implica: planificar, priorizar, buscar soluciones, concentrar los esfuerzos en aplicar una solución, reinterpretarla positivamente, buscar apoyos. Aplicar la ACEPTACIÓN si no hay solución, autocontrol, confrontación, considerar que tengo control sobre la situación y que voy a resolverla. Todo ello aumenta nuestra confianza y eficacia. 2. Afrontamiento Pasivo o Negativo: la base está en encarar la adversidad como una AMENAZA o daño personal. Huiremos, evitamos encarar el conflicto, lo aplazamos, abandonamos cualquier esfuerzo para afrontarlo, lo delegamos a otra persona, nos distanciamos. En ambas, las emociones juegan un rol importante en nuestro estilo de afrontar, en nuestra percepción de éxito, ya sean negativas –provocando sensación de inutilidad, pesimismo, pasividad- como positivas, generando una visión de autoeficacia orientada al problema, a la acción. Y una de las situaciones que menos contribuye a la resiliencia son los consejos de las personas a quienes recurrimos para que nos orienten. El campo de la psicología se ha dedicado por décadas a investigar temas como la capacidad de resiliencia, el desamparo aprendido, los mecanismos de adaptación frente a la adversidad y la correlación entre el estilo cognitivo y la salud. El trabajo de estos estudios considera que la gente puede desarrollar altos niveles de resiliencia en sí mismo y en la gente que le rodea saber cómo piensan respecto a la adversidad. El término Resiliencia ha sido usado desde los 90 como un concepto y como un calificativo, para designar la superación positiva de situaciones adversas. Desde diversas corrientes en Psicología, la resiliencia ha sido considerada un proceso y una capacidad del sujeto, dando lugar al desarrollo de estrategias técnicas y programas de intervención que intentan promoverla y/o fortalecerla; para identificar claramente la resiliencia, la psicología la asocia con la identidad, ubicándola como parte de ese proceso en el cual el sujeto humano se construye como único y a la vez dependiente de los otros. Por otra parte se han establecido indicadores de resiliencia asociados con capacidades y destrezas del sujeto que supera una situación adversa, sumadas a condiciones específicas del entorno. Surge una relación entre el concepto de resiliencia y el de competencias, que define la característica de un sujeto para saber hacer y saber sobre el saber hacer en un contexto específico. Dicha relación ayuda a la identificación de la resiliencia de una manera clara y concreta conectándola con el mundo simbólico, el del discurso que le da vida a la acción humana. APORTE DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Respuesta positiva a situaciones adversas A menudo nos preguntamos cómo personas o grupos que viven situaciones difíciles que parecen imposibles de superar no sólo las vencen, sino que hasta salen reforzados. Esa capacidad humana para enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido o transformado por experiencias de adversidad se ha llamado RESILIENCIA. Cabe insistir en que la resiliencia tiene dos componentes importantes: La resistencia frente a la destrucción; es decir, la capacidad de proteger la propia integridad bajo presión…y La capacidad de forjar un comportamiento vital positivo pese a circunstancias difíciles reconstruir sobre circunstancias o factores adversos. Dicha respuesta positiva, según Grotberg ( modelo referido a los niños, pero también aplicable a personas adultas) está relacionada con factores de resiliencia que se visualizan a través de expresiones verbales como: YO TENGO (Apoyo externo) · Una o más personas en mi familia en las que puedo confiar y me aman incondicionalmente. · Una o más personas fuera de mi familia en las que puedo confiar ciegamente · Límites a mi comportamiento. · Personas que alientan mi independencia. · Buenos modelos de roles. YO SOY/ ESTOY (Fortalezas intrapsíquicas) . Una persona que agrada a los otros. · Una persona que se respeta y respeta a su prójimo. · Una persona empática y que ayuda a los otros.

· Responsable de mi comportamiento y que acepta las consecuencias. · una persona segura, optimista portadora de esperanza y fe. . Estoy seguro de que todo saldrá bien. . Estoy rodeado de gente que me aprecia. YO PUEDO (Capacidad resolutiva e interpersonal) · Terminar lo empezado. · Valorar el humor en mi vida y utilizarlo para reducir tensiones. · Expresar mis pensamientos y sentimientos en mi comunicación con los otros. · Resolver problemas en diversos entornos (académico, laboral, personal y social). · Controlar mi comportamiento –sentimientos, impulsos, actitudes. Ante una situación adversa, dichos factores se van combinando y permiten si no cambiar la situación (a veces irreversible), sí la percepción sobre la misma, hecho importante para reevaluar una situación. El modelo de Grotberg- y la noción misma de resiliencia- aportan además una fuente importante para el trabajo preventivo, para desarrollar conductas resilientes desde diferentes ámbitos: la familia, la escuela, la empresa, la sociedad en general. Asimismo, resulta estimulante saber que la resiliencia no es un atributo personal, como capacidad se puede desarrollar y está también en nuestras manos: en las del herido que ante una situación difícil prueba sus recursos internos para el afrontamiento; en las del entorno en su sentido más amplio que puede generar una respuesta, un comportamiento positivo. Y en este último sentido, no siempre es necesario un presupuesto económico. A veces- basta con el encuentro con una persona significativa: una maestra que devolvió la esperanza, un monitor deportivo que le hizo comprender que las relaciones humanas podían ser fáciles, un jardinero,, un comediante, un escritor,… usted mismo que está leyendo estas líneas y puede ofrecer o recibir una señal. A continuación enlistamos 7 claves para enfrentar una crisis poderosamente y salir de ella fortalecidos. Mantén la calma y la fe A menudo, nuestra reacción ante una crisis es entrar en pánico, molestarse, atemorizarse, preocuparse y/o tomar acciones reactivas. Un líder sabe que este es el momento más crucial de su liderazgo; cualquiera puede serlo cuando todo está saliendo de maravilla, pero un verdadero líder es aquel que mantiene la calma e infunde fe en otros cuando las cosas no están saliendo como uno quisiera. Analiza la situación e identifica el problema adaptativo Una crisis, por definición, presenta situaciones adversas desconocidas en su solución y/u origen para la empresa. Tomar las mismas acciones de siempre o reaccionar de manera instintiva seguramente no va a resolver el problema. Así, es importante en momentos de crisis que te tomes el tiempo para analizar la situación e identificar el problema adaptativo; es decir, la transformación que se requerirá en ti, en los demás y en la organización que tiene una mayor probabilidad de éxito. Convierte el problema en una oportunidad Aunque los hechos de la situación son externos a nosotros y por ende independientes, la manera de interpretarlos sí depende totalmente de nosotros. La mayoría de las personas tiene una interpretación negativa de un momento de crisis y le asigna automáticamente adjetivos negativos, tales como “esto está muy mal y es injusto”. Esta manera de interpretar la situación te deja como víctima y con poco poder para lidiar con ella efectivamente. Una manera alterna e igualmente válida de interpretar una crisis es relacionarse con esta como una oportunidad. Henry Ford solía decir: “El fracaso es la oportunidad de empezar de nuevo de una manera más inteligente”. Haz equipo Una crisis se presenta con situaciones adversas y en gran medida desconocidas para nosotros. También nos exige cambios radicales en nuestras maneras de ser y operar. Estos cambios a menudo implican sacrificios por parte de los miembros del equipo o los integrantes de la organización, así como una mayor necesidad de contar con la inteligencia colectiva del grupo.

Para poder sobrepasar exitosamente momentos de crisis es absolutamente necesario hacer equipo y enfrentar la situación como tal. Ninguna persona por sí sola puede lograr lo que un grupo de personas comprometidas y alineadas como equipo puede lograr en conjunto. Ponte en acción Lo único que produce resultados en esta vida son las acciones. Una vez que hayas analizado la situación y hayas hecho equipo para resolverla, es necesario que te pongas en acción. Estas acciones tienen que ser diferentes y contundentes, de manera que produzcan resultados extraordinarios en el menor tiempo posible. Aprende e innova constantemente Los momentos de crisis nos ofrecen oportunidades de oro para aprender y evolucionar, pero no es necesario ni recomendable que esperes hasta que tengas el agua en el cuello para hacer esto. Puedes aprender e innovar constantemente, los tiempos altamente dinámicos y complejos en los que vivimos lo exigen. Si no lo haces, es muy probable que desaparezcas o decaigas drásticamente, En momentos de crisis, las personas tendrán que elegir entre ser reactivos o ser proactivos. Ser proactivo implica afrontar la situación tal y como es pero dentro de un contexto poderoso que facilite su resolución. Sigue estas 7 prácticas para evitar crisis innecesarias y enfrentar aquellas que no puedan evitarse. Cuestionario 1.- ¿Qué entiende por RESILIENCIA ? 2.- Señale cual es el aporte de la inteligencia emocional para la solución de problemas...


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