5. JOHN LOCKE - Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil PDF

Title 5. JOHN LOCKE - Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil
Course Teoría Política I
Institution Universitat Pompeu Fabra
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JOHN LOCKE SEGUNDO TRATADO SOBRE GOBIERNO CIVIL El Segundo Tratado comienza con la pregunta “¿qué es el poder?” y Locke afirma “es un derecho a dictar leyes (…) encaminadas a regular y preservar la propiedad, así como a emplear la fuerza de la comunidad en la ejecución de tales leyes y en la defensa de la República de cualquier ofensa que pueda venir del exterior; y todo ello teniendo como único fin la consecución del bien público”.

Estado de naturaleza Locke sostiene que los hombres en el estado de naturaleza son perfectamente libres e iguales en el que “todo poder y jurisdicción son recíprocos, y donde nadie los disfruta en mayor medida que los demás” y piensa que “todos los hombres están naturalmente en este estado y permanecen en él hasta que por su propia voluntad se convierten en miembros de una sociedad política”. En el estado natural encontramos una ley natural, la razón, que enseña a toda la humanidad que “ningún hombre debe dañar a otro en lo que atañe a su vida, salud, libertad o posesiones”. No obstante, que el estado natural sea un estado de libertad no quiere decir que lo sea de licencia, este estado no consiste en que “cada uno pueda hacer lo que le venga en gana”. Locke consideraba que la ley natural está inscripta “en el corazón de los hombres” y obliga a todos antes que cualquier ley positiva, aunque existan hombres que no quieran seguirla. Consiste en ciertas reglas de la naturaleza que gobiernan la conducta humana y que pueden ser descubiertas con el uso de la razón. El deseo más fuerte de los hombres es el de autopreservación y el de preservar la humanidad de dañar al otro, pues la vida, la libertad y los bienes son propiedad de toda persona, en tanto son sus derechos irrenunciables. Para Locke, la ley natural tenía un sentido moral universalmente obligatoria, promulgada por la razón humana como reflejo de Dios y sus derechos, de la relación del hombre con Dios y de la igualdad fundamental de todos los hombres en cuanto criaturas racionales. Locke creía también en la existencia de derechos naturales. Por ejemplo, todo hombre tiene derecho a la propia conservación y a defender su vida, así como derecho a la libertad. Un hombre tiene derecho a la propia conservación y por consiguiente a defender su vida, porque tiene obligación de hacerla. Y puesto que está moralmente obligado a emplear todos los medios a su disposición para conservar su vida, no tiene derecho a acabar con ella, ni sometiéndose a la esclavitud en el más amplio sentido del término, a dar a otro el poder de disponer de ella. El hombre natural tiene derecho a juzgar y castigar a quien no respeta la ley, y quien la transgrede

se convierte en un peligro para la humanidad, ha renunciado a la razón y a la ley. Por eso, “cualquier hombre tiene el derecho de castigar al culpable y de ser ejecutor de la ley natural”. Pues el transgresor “ha declarado la guerra contra toda la humanidad, por la violencia y asesinato cometido sobre uno de sus miembros; y en consecuencia puede ser destruido igual que lo sería un león o un tigre, o cualquier bestia salvaje”.

Propiedad Uno de los pilares fundamentales de la teoría de Locke es la propiedad, anterior al estado político y considerada como un derecho natural: “Dios entregó al género humano la naturaleza como su propiedad, para que fuera compartida por toda la humanidad”. Como el hombre tiene el deber y el derecho de la propia conservación, tiene derecho a las cosas que le son necesarias para este fin. Dios ha dado a los hombres la tierra y todo lo que hay en ella para que les proporcione sustento y bienestar. Pero aunque Dios no ha dividido la tierra y las cosas que hay en ella, la razón nos enseña que está de acuerdo con la voluntad de Dios la existencia de propiedad privada, no sólo de los frutos de la tierra y de las cosas que hay en ella y sobre ella, sino de la misma tierra. En el estado de naturaleza, el hombre trabaja para sí y hace suyo lo que saca de su estado originario mezclándolo con su trabajo. La propiedad nace del trabajo, los hombres tienen derecho a todo aquello que “ha mezclado su trabajo y le ha añadido algo que es suyo, y de este modo lo hace propiedad suya (…) El trabajo que fue mío, al sacar todo aquello de ese estado común en que se hallaba, ha fijado mi propiedad, en todo aquello”. No obstante, la propiedad es limitada: los hombres no deben tomar más de lo que pueden producir y usar, y que se debe dejar recursos suficientes a los otros, pero con excepción del oro y la plata, que no se deterioran por falta de uso. Así pues, “la misma ley de la naturaleza que nos da por estos medios la propiedad, la limita también”. Los frutos de la tierra son dados para usar y gozar, y de “la misma forma que cada uno puede hacer uso de su vida en su propio beneficio antes de que se consuma, así también puede adquirir la propiedad por medio de su trabajo; todo lo que excede de esto, pertenece a los demás”. La acumulación de propiedades hará surgir la acumulación del dinero, de la riqueza, que permitirá que unos pocos acumulen riquezas y propiedades más allá de las necesidades básicas y se generarán desigualdades y con ellas los conflictos. La propiedad privada es lo que incentivará a los hombres a unirse en sociedad y crear un gobierno: “el principal fin que mueve a los hombres a unirse en comunidades económicas y a someterse a

un gobierno es la conservación de su propiedad individual (…) la mutua preservación de sus vidas, libertades y patrimonios, que llamamos de modo general «propiedad»”. La invención del dinero es una posibilidad pactada (anterior a la constitución de la sociedad civil y política) de acumular riquezas y propiedades más allá de las necesidades del individuo y su familia. La consecuencia de ello es la extensión de la posesión de tierras y el crecimiento de la sociedad comercial. Esto produce desigualdades en la propiedad, lo cual originará conflictos en torno a ella y terminará con la idílica existencia del estado de naturaleza, conflictos que sólo podrán ser resueltos con la constitución de leyes positivas en la sociedad civil o comunidad política (Estado).

Estado de guerra Locke distingue el estado de guerra del placentero y pacífico estado natural: “el estado de naturaleza, para hablar con propiedad, se caracteriza porque los hombres viven juntos según la razón, sin que haya en la tierra un superior común para dirimir los conflictos entre ellos”. La fuerza, cuando se ejerce fuera de la esfera del derecho, crea un estado de guerra; pero éste no debe identificarse con el estado de naturaleza, puesto que constituye una violación de éste El estado de guerra se origina cuando algunos individuos intentan aprovecharse de otros y cuando hay disputas entre dos o más personas, y como no hay un juez, este conflicto se regirá por la “ley del más fuerte”. El problema es que una vez que da comienzo el estado de guerra, éste no cesa, y la pretendida armonía en el estado de naturaleza no existe. Ello hace necesario que los hombres se constituyan en sociedad civil para evitarlo y es una de las grandes razones que mueven a los hombres a reunirse en sociedad y salir del estado de naturaleza. Para salir de este estado de guerra, los individuos realizan un pacto o contrato por el cual se constituye la sociedad civil, la comunidad política = estado civil. Desgraciadamente, existen algunos hombres que no están guiados por la razón y pretenden despojar a otros de sus propiedades, transgrediendo la ley natural y actuando como seres irracionales. El estado de naturaleza degenera en un estado de guerra cuando éstos atentan contra la propiedad de otros. Para salir de este estado de naturaleza similar al estado de guerra, los individuos realizan un pacto o contrato por el cual se constituye la sociedad civil y la comunidad política.

Del Estado natural al Estado civil: el pacto social El estado natural ideado por Locke no es perfecto, no hay un poder común que pueda resolver los conflictos y controversias de la ley natural, es necesario un sistema judicial, ya que los hombres carecen de poder para castigar crímenes. El estado de guerra convence a los hombres para que ingresen en una sociedad política, en un estado civil, en donde el gobierno actuará como juez y protegerá los derechos (ya preexistentes) a la vida, a la libertad y a la propiedad. Para evitar o salir del estado de guerra, los hombres deben unirse y llegar a un pacto para crear la sociedad civil o comunidad política, esto es, el estado civil. El objetivo último del contrato es garantizar la seguridad y la propiedad de los individuos (vida, libertad y bienes). Según Locke, “el principal fin que mueve a los hombres a unirse en comunidades económicas y a someterse a un gobierno es la conservación de su propiedad individual”. Los hombres se agrupan en sociedad “para la mutua preservación de sus vidas, libertades y patrimonios, que llamamos de modo general, ‘propiedad’”. La sociedad política surge dondequiera que una serie de hombres en estado de naturaleza entran en sociedad para constituir un pueblo, una comunidad política, bajo un gobierno supremo; o bien cuando algún hombre se asocia e incorpora a una comunidad política ya establecida. Por ser los hombres libres, iguales e independientes por naturaleza, ninguno de ellos puede ser sacado de este estado y sometido al poder político de otro sin su propio consentimiento. El único modo que alguien tiene de despojarse de su libertad natural y someterla a los límites de la sociedad civil es acordar con otros hombres unirse y asociarse en una comunidad para vivir cómoda, segura y amablemente unos junto a otros, en el disfrute tranquilo de sus propiedades y con gran seguridad frente al que no pertenece a ella. Lo que obliga a instaurar el orden político es la impotencia de la sociedad cuando su orden natural es amenazado por enemigos internos y/o externos. Se crea la sociedad civil y política a través de un contrato, y se crea al gobierno como agente de esa sociedad. La sociedad está subordinada al individuo, y el gobierno a la sociedad. La disolución del gobierno no implica la liquidación de la sociedad. A este contrato entre gobernantes y gobernados, Locke lo denomina confianza. El poder político legítimo deriva de ese contrato entre los miembros de la sociedad, que no es un contrato al uso, porque se basa en la confianza. El hombre, al unirse a una comunidad, hace entrega de todo el poder necesario para cumplir los fines para los que se ha unido a la sociedad civil, y esa entrega se lleva a cabo mediante el mero acuerdo de unirse en una sociedad política, lo cual es todo el pacto que se precisa para que los individuos ingresen o constituyan una república. Justamente ese consenso de hombres libres es lo que da principio a cualquier gobierno legítimo en el mundo.

Pese a todas las ventajas en el estado de naturaleza, los hombres sienten la necesidad de ingresar en el estado civil. El gobierno civil es el remedio más adecuado para las inconveniencias que presta el estado de naturaleza, esto es, los problemas causados por el estado de guerra (provocado por los irracionales que atropellan la vida, la libertad y propiedad de los hombres laboriosos.

Estado civil Reconocida la incapacidad del estado de naturaleza para preservar el orden natural y el desarrollo del ser humano, se hace necesario el establecimiento de un estado diferente en el que exista una autoridad competente que pueda dirimir satisfactoriamente los conflictos entre los seres humanos. Ahora bien, esta necesidad debe ser percibida por todos los hombres, de tal manera que se llegue al estado civil mediante un consenso general, el cual implica la renuncia del poder individual con el que cada hombre vino al mundo, en favor de la comunidad que se constituye a partir de este consenso. Este consentimiento debe ser totalmente libre y responder a la legítima voluntad de los hombres implicados. El consenso debe concebirse como un instrumento básico para permitir que se afirme un principio de legitimación de la comunidad que surge como consecuencia. Puede ser: - Expreso: clara expresión de la voluntad de los hombres. - Tácito: para lo cual bastaría que el sujeto en cuestión se mantuviera al interior de un Estado determinado, disfrutando de los beneficios provenientes de pertenecer a él El consentimiento implica un sometimiento a las leyes de ese Estado y también que los bienes de

este sujeto que presta su consentimiento se incorporan con él a este estado civil. Es la expresión clara de voluntad lo que hace al sujeto súbdito verdadero de la sociedad política. Como consecuencia del pacto entre los seres humanos surgirá la comunidad o gobierno, lo cual implica que a partir de ese momento los hombres han dado origen a un cuerpo político y se han sometido a él de manera indefinida, siempre y cuando los objetivos para los que fue creada la sociedad civil se respeten. El objetivo principal del Estado es la protección de los bienes del ser humano frente a los atropellos de cualquiera que desconozca la ley natural y decida apropiarse de lo que no le pertenece. Locke reconoce la limitación de la ley natural al carecer de sanción ajena a la que puede ejercer el hombre en defensa de sus bienes. En el estado civil, los poderes naturales de los hombres se convierten (mediante el contrato) en poderes políticos de la sociedad civil, ya que sólo así podrá llegarse a una sociedad política o civil: “la sociedad política se dará allí y sólo allí donde cada uno de sus miembros se haya despojado de este poder natural, renunciando a él y poniéndolo a manos de la comunidad (…) [que] se convierte en el árbitro que (…) dictamina sobre todas las diferencias que puedan tener lugar entre los miembros de esa sociedad (…) Las personas que se unen en cuerpo y disponen de una ley común, así como una judicatura a la que apelar, con autoridad para decidir en las controversias que surjan entre ellos y poder para castigar a los delincuentes” son las que constituyen la sociedad civil. Cuando un hombre entra en la sociedad civil y se convierte en miembro de una república, renuncia al poder que tenía de castigar los delitos contra la ley de la naturaleza: éste es el origen del poder legislativo y ejecutivo. Los poderes naturales del hombre en el estado natural se transforman, gracias al contrato, en los poderes políticos de la sociedad civil. Forman una sociedad civil las personas que se unen en un cuerpo y disponen de una ley común así como una judicatura a la que apelar, con autoridad para decidir en las controversias que surjan entre ellos y poder para castigar a los delincuentes. El cuerpo político se genera por el consenso de un grupo de hombres que han formado una comunidad o gobierno. Y el contrato que surge del consenso se entre los miembros de la comunidad civil, y no entre el pueblo y un soberano. Es la sociedad quien, mediante el consenso, llega a la conclusión que deben ceder sus derechos naturales a un ente artificial (el Estado), quien tiene el poder soberano, porque éste es el único modo de racionalizar su convivencia. Locke es un defensor del gobierno de la mayoría y sostiene que “la mayoría adquiere el derecho de actuar y decidir por los demás [y] todo el mundo está sujeto por dicho consenso a los acuerdos que llegue la mayoría”. El poder político debe tener como fundamento el consentimiento, “lo que inicia y realmente constituye cualquier sociedad política no es sino el consentimiento de cualquier número de

hombres libres capaces de una mayoría a unirse e incorporarse en tal sociedad. Y eso, y sólo esto, es lo que dio o pudo dar comienzo a cualquier gobierno legítimo del mundo”. El propósito principal de la sociedad política es proteger los derechos en sentido amplio (vida, libertad y bienes). De esta forma, el gobierno está estrictamente limitado y cumple una función: proteger a la comunidad sin interferir en la vida de los individuos. Es un árbitro pasivo que permite que cada uno busque sus propios intereses y sólo interviene cuando hay disputas. Su poder surge y depende del contrato que hicieron los individuos para conformar la sociedad civil y política.

Separación de poderes Para Locke, es necesario que existía una separación de poderes entre el legislativo y el ejecutivo, y un tercer que denomina federativo. Locke sostiene que los poderes legislativo y ejecutivo nacen “cuando un hombre entra en la sociedad y se convierte en miembro de una república, [y] renuncia al poder que tenía para castigar los delitos contra la ley de la naturaleza”. - Poder legislativo → “el poder supremo de la república”, que tiene la capacidad de legislar, decidir las leyes y determinar el uso legal de la fuerza para garantizar la defensa de la sociedad civil y sus miembros - Poder ejecutivo → el ejecutivo está subordinado al legislativo, y es el responsable de poner en marcha las leyes formuladas por el ejecutivo. El poder judicial tradicional formaría parte del poder ejecutivo. - Poder federativo → vinculado al ejecutivo, que es el encargado de definir las relaciones con los otros Estados y “el manejo de la seguridad y el interés del público en el exterior”. Locke destacaba la deseabilidad de una división de poderes en comunidad. Por ejemplo, no es deseable de ningún modo que las personas que hacen las leyes las ejecuten, puesto que “pueden eximirse a sí mismos de la obediencia a las leyes que elaboran, y adaptar la ley, tanto en su elaboración como en su ejecución, a sus conveniencias, y por ello llegar a tener mi interés distinto del resto de la comunidad”. El poder ejecutivo debe estar separado del legislativo. El poder de la comunidad está expresado por la ley y ejecutado por los gobernantes, quienes deben tener como finalidad el bien común. Así, el gobernante no puede abusar del poder, porque su principal objetivo es proteger los derechos de los individuos, entre ellos, preservar la propiedad. Solo puede haber un poder supremo (poder legislativo) al que los demás están y deben estar subordinados. Pero por ser el legislativo únicamente un poder fiduciario para actuar en orden a ciertos fines, queda en el pueblo un poder supremo de anular o alterar el legislativo cuando

encuentra los actos legislativos contrarios a la confianza depositada en el mismo. De este modo, el poder del legislativo no es absoluto, tiene que responder a la confianza depositada en él. Y además, está sometido a la ley moral: “los límites que el mandato que les ha conferido (a los miembros del legislativo) la sociedad y la ley de Dios y la naturaleza han establecido al poder legislativo de toda comunidad en todas las formas de gobierno”. - El legislativo debe gobernar por leyes promulgadas que han de ser las mismas para todos y no distintas para casos particulares. - Esas leyes deben inspirarse solamente en el bien del pueblo. - No debe establecer impuestos sin el consentimiento del pueblo, expresado por él mismo o por sus diputados, ya que el fin principal para el que se constituyó la sociedad es la protección de la propiedad. - No tiene capacidad para transferir el poder de promulgar leyes a persona o asamblea a las que el pueblo no haya otorgado su confianza, ni puede hacerla válidamente

Tipo de contratos La teoría de Locke supone la existencia de dos convenios, pactos o contratos, por uno de los cuales se forma la sociedad política y por otro se establece el gobierno. 1) Contrato sociedad política: un hombre pasaría a ser miembro de una sociedad política determinada y se obligaría a aceptar las decisiones de la mayoría. 2) Contrato gobierno: la mayoría de los miembros de la recién formada sociedad (o todos ellos) acordarían o bien encargarse ellos mismos del gobierno, o instituir una oligarquía o una monarquía, hereditaria o electiva. 3) La sociedad solo puede disolverse por acuerdo de sus miembros. El pueblo instituye un gobierno y le confía una tarea determinada; y el gobierno está obligado a llevar a término esta tarea. “La primera y fundamental ley positiva de una comunidad es la que establece un poder legislativo (…) la comunidad pone el poder legislativo en manos de quienes piensa que responderán a su confianza de ser gobernados por leyes definidas, pues de otro modo su paz, tranquilidad y propiedad estarían afectadas de la misma inseguridad de que estaban afectadas en el estado de naturaleza”.
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