Análisis literario de Fahrenheit 451 PDF

Title Análisis literario de Fahrenheit 451
Author Ursula Linares Condor
Course Arte y Literatura del Perú y América Latina
Institution Universidad Nacional Mayor de San Marcos
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Summary

ensayo basado en la teoría literaria que explica la función del autor y del lector para la comprensión de la intención de la obra. ...


Description

Alumna: Linares Cóndor, Úrsula Curso: Teoría literaria I

El diálogo entre el lector y el texto

En este ensayo se pretende cuestionar y explicar cómo la posibilidad que tiene el lector de elegir un marco para su interpretación de un determinado texto literario podría resultar un problema si es que dicha interpretación no coincidiría con la intención que ha tenido el autor, siendo por su puesto una interpretación válida de acuerdo al análisis textual y las expresiones lingüísticas y semánticas que se manifiesten en el texto. Con esta finalidad, aplicaremos en este ensayo los conceptos e ideas de Jorge Lozano que proporciona en el primer capítulo de su libro Análisis del discurso. Hacia una semiótica de la interacción textual y además será de gran aporte el libro El lector in fabula. La cooperación interpretativa del texto narrativo de Umberto Eco. Todo lo anteriormente expuesto tendrá como medio de aplicación la novela Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. De acuerdo a ello, es importante saber que Fahrenheit 451 en términos generales, se sitúa en un futuro en el que los bomberos, en lugar de extinguir el fuego, lo provocan. El objetivo de los incendios es la quema de libros, ya que la lectura o la sola posesión de obras literarias está prohibida. Esa es precisamente la ocupación de Montag, que encuentra el placer en las cosas más pequeñas: el olor de la palabra escrita al fuego y su destrozado matrimonio con Mildred. Vive en una vida plenamente satisfactoria y, según él cree, feliz hasta que conoce a Clarisse, su nueva vecina de “diecisiete años y loca”, una muchacha a la que han enseñado a pensar por sí misma. A medida que se van conociendo, e incluso tras la desaparición de Clarisse, Montag comienza a cuestionarse su modo de vida y llega a darse cuenta que el camino anteriormente tomado era el incorrecto y que los libros son una herramienta importante para cuestionar las situaciones de la vida y es por eso que el gobierno los prohíbe, ya que no les conviene que los ciudadanos se den cuenta de la corrupción, rutina y falta de relaciones en los que están inmersos. Tras exponer el argumento de la novela, se puede plantear inicialmente que la razón por la cual los lectores doten de sentido esta historia, a pesar de que es completamente diferente a la realidad que se vive, se debe a que poseen “una competencia textual que les hace capaces de recibir como coherente un texto que pudiera al principio no serlo” (1982, p. 20). Dicha competencia textual tiene como complemento a la competencia intertextual, pues esta última ayudará a los lectores a definir el marco dentro del cual se podrá atribuir una coherencia al texto literario. En este sentido, un hombre que debido a una radiación se transforma en un gigante verde con una fuerza descomunal carecería completamente de

sentido tanto en la vida real o por ejemplo, en una novela regionalista, entonces es allí donde entra a tallar la competencia intertextual, pues ella definirá que el marco en donde se entiende este personaje es dentro de un mundo ficcional de comics y superhéroes, es recién entonces en donde dicho hombre verde resulta verosímil y con sentido para el lector. De manera análoga, en Fahrenheit 451 la competencia intertextual advierte al lector que se encuentra en un marco de novela distópica, en la que sí es verosímil que los bomberos provoquen fuego en vez de apagarlo, es así como este primer paso permite al lector situarse en la ficción del texto literario en cuestión. De acuerdo a esto, se puede entender que la coherencia total del texto es asignada por el lector, es decir, en palabras de Jorge Lozano, la coherencia pertenece a la comprensión y a la interpretación que el lector hace del texto. Ahora bien, dicha interpretación se sustenta tanto en las unidades lingüísticas y semánticas del texto como en los aportes que el mismo lector pueda darle a la obra literaria de acuerdo a las vivencias que él haya tenido. En este sentido, los marcos que se construirán para el texto literario no solo ayudarán al lector a darle coherencia al texto para introducirlo en la historia, sino que ya sumergido en la historia dichos marcos también serán un rol importante para que tome una posición y de una interpretación de los problemas que plantea la obra literaria. De esta manera, Fahrenheit 451 hace una crítica social al modo de vida que tienen los ciudadanos de dicha sociedad distópica, pues viven sumergidos en la rutina, atrapados por triviales programas televisivos, con carentes relaciones con el otro, sin reflexionar ni pensar. Pero ¿qué pasaría si un lector que ya está sumergido en la historia considera que esta vida sí es la correcta?,¿qué pasaría si la forma de vida del lector coincide con los hábitos que se critican?, ¿el lector no será capaz de captar la intención del autor?, o si el lector cambia de parecer, ¿de qué se vale el autor para lograrlo si en primera instancia el lector estaba alejado de tomar esa posición? Está posibilidad de que el lector se posicione a favor de los ciudadanos que se critica es factible si toma como base la historia de la obra o las unidades semánticas y/o lingüísticas de ella además de darle coherencia, puede que el lector se sienta identificado con dichos personajes y forma de vivir, entonces esto podría suponer un problema para la interpretación del texto, puesto que la intención del autor de que el lector capte dicha crítica social se vería anulada. Con relación a ello, Lozano manifiesta que un lector “puede cambiar de marco o, dicho en otras palabras, puede designar, en su proceso de lectura, un marco diferente de que por sus características textuales internas un texto posee en principio.” (1982, p. 28).

Por lo tanto, la decodificación de la obra literaria por parte del lector podría sufrir una deformación y el mensaje de la obra no sería correctamente transmitido y con ello el objetivo del autor habría fallado. Sin embargo, las diversas críticas que se dan en la obra literaria, en este caso Fahrenheit 451 si calan en los lectores, entonces ¿cómo logra el autor su objetivo? Como posible respuesta a esta interrogante se podría recurrir al análisis hermenéutico puesto que ello demuestra que no solo son las estructuras narrativas las que se encuentras en la obra sino también las estructuras discursivas y con ellas las estrategias discursivas a la que hace referencia Eco, con la que el autor pretende salvar al lector de la posible interpretación que no coincidiría con su objetivo. Según Eco, para que una obra literaria alcance su cometido es necesario la cooperación del lector con el texto. Si bien es cierto, después de la fase de producción la obra adquiere una autonomía y se vale por sí misma y por lo tanto al llegar a la fase de recepción dependerá del lector, dentro de la fase de producción aún el autor tiene la capacidad de valerse de estrategias para que sus ideas queden plasmadas de tal manera que el texto funcione en su totalidad. En este sentido: “Para organizar su estrategia textual, un autor debe referirse a una serie de competencias capaces de dar contenido a las expresiones que utiliza. Debe suponer que el conjunto de competencias a que se refiere es el mismo al que se refiere su lector. Por consiguiente, deberá prever un Lector Modelo capaz de cooperar en la actualización textual de la manera prevista por él y de moverse interpretativamente, igual que él se ha movido generativamente”. (1993, p.79)

De este modo, podemos identificar en Fahrenheit 451 algunas de las estrategias empleadas por Ray Bradbury. Entre ellas tenemos el uso de un personaje como Clarisse, quien de manera explícita afirma que ve, al igual que su familia, de otra manera y que desobedece al gobierno y por ello aún sigue disfrutando de la naturaleza, de la conversación con el otro, de pensar y cuestionar. Es gracias a ella que Montag empieza a cuestionarse su modo de vida, y de que quizá los libros no son tan peligrosos. De la misma manera que actúa en Montag, este personaje (Clarisse) cumple su objetivo en el lector puesto que le muestra el otro lado de la situación que se vive en esa sociedad distópica, es en este momento en la que el lector puede tomar una posición desde esta perspectiva. A pesar de que sus vivencias le podrían hacer asumir que los ciudadanos de dicha sociedad llevan una vida correcta, una de las estrategias que utiliza el autor puede cambiarlo, y de esta manera el texto, junto al autor, se acercan a cumplir su objetivo. Por otro lado, tenemos una estrategia como la sátira que se encarga de ridiculizar a los personajes que se están criticando, puesto que al hacer repetitivo su modo de actuar y de pensar permite al lector situarse una y otra vez en estos escenarios para poder replantearse

esas actitudes. Además, que, gracias a la sátira, el autor logra trivializar a estos personajes, como ejemplo de ello tenemos la situación en la que el jefe de Montag empieza a exponer sus razones por la cual queman los libros, en dicho discurso el lector puede darse cuenta de la manipulación con la que se utiliza la norma dada por el gobierno. Como segundo ejemplo podemos poner a Mildred, la esposa de Montag, la vida miserable y rutinaria que lleva ella revelan que ese es el camino incorrecto y el que se critica. Gracias a ello, el lector puede replantearse su perspectiva sobre la norma principal que rige dicha sociedad.

También se puede identificar una especie de ironía, puesto que el autor hace recorrer al lector un camino que es erróneo durante la historia para después mostrarle el camino correcto con el desenlace de la trama y la posición que ahora ya toma Montag de revelarse contra los bomberos y de seguir su nuevo modo de pensar, todo esto sucede después de que se anima a leer una parte de un libro. Entonces gracias a un recurso como la ironía y a la manera explícita y radical con la que Montag cambia de parecer, el lector podrá darse cuenta de la intención del autor de posicionarlo como a él como otro Montag.

Como lo resalta Umberto Eco, estas estrategias deben predecir los movimientos del otro, en este caso el lector. Puede que el lector no tome interés en situaciones un poco alejadas de su realidad, entones, Bradbury también apela a situaciones cotidianas en las que el lector se puede sentir más identificado, a estas las acompaña con una suerte de hipérbole. Como ejemplo de ello, tenemos a un acto tan cotidiano como ver televisión, en Fahrenheit 451, el televisor en cuestión cubre la totalidad de una pared de la casa, además está prendido, por órdenes del gobierno todo el día. Los carteles que aparecen en la carretera también tienen una dimensión bastante larga, lo que impide ver la naturaleza, sean los animales o parques que son tapados por la publicidad exagerada que norma la sociedad de ese mundo representado. Además, cuando un bombero es advertido por alguien de la existencia de un libro en una casa, no solo sacan y queman los libros sino toda la casa. Es justamente en esta última situación en la que una abuelita se aferra a su biblioteca y se muere quemada con sus libros, este suceso es lo que lleva a plantearse a Montag su forma de pensar.

Es así como el texto, como lo señala Lozano, da instrucciones al destinatario (el lector) para que se comporte de tal modo que aquel pueda ser comprendido, y la interacción pueda seguir su curso. Dichas instrucciones son logradas por el autor mediante estrategias discursivas que emplea en la obra literaria como lo acabamos de ver en Fahrenheit 451.

Después de analizada esta interrogante, se puede decir a modo de conclusión que si bien es cierto las interpretaciones suponen una toma de decisión por parte del lector, tanto la obra en sí misma como el autor durante la fase producción se valen de estrategias para guiar al lector por el camino que lleva a su objetivo. De esta manera, en Fahrenheit 451, Ray Bradbury aplica el uso de determinados personajes simbólicos, técnicas como la sátira y la ironía e incluso actividades cotidianas acompañadas de hipérboles para lograr que la crítica social que hace de esta sociedad pueda ser transmitida al lector. Pero hay que tener en cuenta también que este lector, debe ser lo que llama Eco un “lector modelo” para que pueda relacionar adecuadamente las estrategias que emplea el autor con las intenciones de este. Entonces, se hace indispensable el diálogo del lector con el texto para una correcta interpretación, el lector no solo debe analizar de manera aislada las oraciones, ni las partes del texto, sino de una manera global. Esto le permitirá percibir las estrategias como unidades con significado que le ayudarán a entender a la obra literaria. De esta manera, tanto el lector con sus competencias textuales e intertextuales como el autor con el empleo de sus estrategias permiten el correcto funcionamiento de un texto literario.

BIBLIOGRAFÍA 

Bradbury, R. (1953). Fahrenheit 451. Madrid, España: Pinguin Random House Grupo Editorial.



Eco, U. (1993). El lector in fabula. La cooperación interpretativa del texto narrativo Barcelona: Editorial Lumen.



Lozano, Jorge. (1982). El texto en Análisis del discurso. Hacia una semiótica de la interacción textual. Madrid: Ediciones Cátedra....


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