Aprender ambitectura PDF

Title Aprender ambitectura
Author J. Miranda Durán
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1 Pesci, Rubén Omar Aprender ambitectura : el arte de proyectar el ambiente . - 1a ed. - La Plata : Editorial CEPA, 2014. ISBN 978-987-24019-5-5 1. Arquitectura. 2. Urbanismo. I. Título CDD 711 Fecha de catalogación: 10/ 06/ 2013 Producción: COM UNIC/ AM , Fundación CEPA Calle 57 Nº 393 - B1900BM O ...


Description

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Pesci, Rubén Omar Aprender ambitectura : el arte de proyectar el ambiente . - 1a ed. - La Plata : Editorial CEPA, 2014.

ISBN 978-987-24019-5-5 1. Arquitectura. 2. Urbanismo. I. Título CDD 711 Fecha de catalogación: 10/ 06/ 2013

Producción: COM UNIC/ AM , Fundación CEPA Calle 57 Nº 393 - B1900BM O - La Plata - Argentina Dirección editorial: Iván Reimondi Diseño y diagramación: M ariana Salvarreyes

Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723 Todos los derechos reservados. No puede reproducirse ninguna parte de este libro por ningún medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopiado, grabado, xerografiado, o cualquier almacenaje de información o sistema de recuperación sin permiso del editor. © 2013 Pesci, Rubén Omar

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INDICE PRÓLOGO: El arte de proyectar con y en la naturaleza

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Edward Rojas

PRESENTACIÓN: La Ocasión de este libro

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PRIMERA PARTE: El Despertar de la Curiosidad

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1.1- Paseo y conversación

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1.2- El retorno de los brujos

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1.3- Mis propios pasos y la convicción del cambio

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SEGUNDA PARTE: El Aprendizaje

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2.1- Aprendiendo los niveles del lenguaje

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2.2- Aprendiendo patrones y articulaciones

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2.3- Diseñando en acción. Hacia un tratado del Ambitecto

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2.4- Un caso para practicar: “La Media Luna”

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TERCERA PARTE: Relexión y epílogo

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3.1- Modelando tipos cerrados

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3.2- Modelando contextos y sistemas abiertos

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3.3- Crisis del hábitat

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3.4- Un nuevo horizonte al servicio de la sustentabilidad y la belleza

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Dedico este libro a mis padres, de cuya herencia de honor hallé mi coraje. Tambien lo dedico a mis hijos, que me impulsaron a probar ese coraje. Y lo dedico en especial a mi esposa Cris, con la que establecimos “una pelea de enamorados con el mundo”, al decir del poeta Robert Frost, que me rejuvenece cada día. Rubén Pesci, Mayo de 2013

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PRÓLOGO El arte de proyectar con y en la naturaleza Arq. Edward Rojas

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El arte de proyectar con y en la naturaleza En pleno siglo XXI nos hemos dado cuenta de que como humanidad hemos sido profundamente agresivos con la naturaleza del planeta azul que nos cobija. El desarrollo explosivo de las megaciudades, el aumento de la población urbana, la excesiva industrialización,la sobrexplotación de los recursos y el manejo indiscriminado de todo tipo de residuos, nos está llevando a pasos agigantados a la pérdida de la capa de ozono, al cambio climático, a la crisis energética y a la pérdida de agua potable. Dichas situaciones han sobrepasado todo cálculo y están poniendo a prueba la sustentabilidad de la vida humana, así como la de la biodiversidad animal y vegetal. Lo anterior, unido a la desbordada avidez impuesta por las políticas neoliberales y las leyes del mercado en los países latinoamericanos, en un tiempo en que el mundo entero está abrazándolas como doctrinas, están hipotecando el futuro del planeta y de la humanidad. En este escenario y en este tiempo de urgencias, las soluciones para construir un hábitat sustentable que pueda surgir de disciplinas como la arquitectura, el urbanismo y/o la ecología, hoy no son suicientes por sí solas para resolver la crisis. Menos aún, si ellas no son parte de una comprensión holística del territorio donde donde ese hábitat se emplaza y de una búsqueda de soluciones colectivas y transdisciplinarias, que garanticen respuestas éticas y estéticas apropiadas a cada realidad y en armonía con la naturaleza que las acoge. La búsqueda, en este contexto,de soluciones nuevas y creativas, es a lo que en términos globales el maestro Rubén Pesci ha dedicado toda su vida. Desde muy joven, Pesci, intuyó que la felicidad y la belleza como ines últimos en la producción arquitectónica se lograba solo cuando ésta era capaz de ir de la mano y en equilibrio con la naturaleza del territorio donde se gestaba. De ahí su fascinación por la casa de la cascada de Frank Lloyd Wright donde arquitectura y naturaleza se hacen un todo inseparable que nos lleva a preguntarnos ¿Es el lugar el que hace la obra, o es la obra la que hace el lugar?

Sus viajes y estudios de lugares intervenidos por el hombre para construir un hábitat particular y sustentable en sitios tan diversos como las colinas que dieron nacimiento a la Roma de Adriano o los faldeos de la montaña que cobija y da sentido sacro y defensivo a Machu Picchu o la realidad climática de Bolonia que se vuelve arquitectura y vida en la impronta que le otorgan sus pórticos urbanos y que en Venecia se vuelven canales y callejuelas llenas de vida en medio de los palacios y las casas construidas sobre pilotes de madera sobre unas barrosas islas, fueron fundamentales para deinir su misión.

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Ya que es en estos lugares como en muchos otros partiendo por La Plata, su amada, utópica y arbolada ciudad natal, centro de su relexión y de su acción, donde descubre que su oicio de arquitecto que es el que le ha permitido saber ver la arquitectura, como diría su maestro Bruno Zevi, es insuiciente por sí solo para abordar las complejidades de la construcción de ambientes bellos para el desarrollo de la vida humana en armonía con la naturaleza en medio de las complejidades que nos impone el mundo moderno. Descubre también que el propio concepto de arquitectura es insuiciente para dar cuenta de lo aprendido y de la misión que se ha impuesto. Por lo tanto, acuña el concepto de AMBITECTURA, que no solo contiene la idea de arquitectura sino que deine su quehacer como el arte de proyectar con y en la naturaleza. Y con el oro de esta palabra que funde arquitectura y ambiente, logra seducir a un grupo de profesionales de diversas disciplinas para crear la Fundación CEPA y FLACAM, ámbitos esenciales para dedicarse por más de 30 años a relexionar y realizar proyectos desde esta nueva perspectiva que los convierten a él y a sus compañeros en pioneros y líderes en Latinoamérica en la propuesta del desarrollo sustentable como soporte fundamental para proyectar el hábitat del futuro. Posteriormente, entrega estos conocimientos a las nuevas generaciones a través de los programas de maestría de la cátedra UNESCO dictada por dichas instituciones. Sus viajes y su aprendizaje,así como sus descubrimientos y relexiones que fueron forjando el fuego vital que lo anima, son la materia de este libro, el que una vez más,quiere ir más allá de su propio afán porque a través de él también, este maestro del arte de proyectar de manera sustentable y en acción, nos revela sus secretos de cómo hacerlo y de cómo actuar como un ambitecto. Para ello nos sumerge en la realidad de las chacras pampeanas que permean toda la dimensión de la cultura gaucha que la rodea forjando su identidad, con el objeto de enseñarnos el método teórico y proyectual con el cual modelar un nuevo concepto de chacra, a través del proyecto de la Media Luna donde las razones deinidas por la ubicación del agua, de los vientos, del sol, del paisaje, y de la

propia producción agrícola, se van engarzando con una apropiada propuesta urbanística y arquitectónica de la que surge un orden espacial que da sentido al pórtico de acceso, a las cortinas de árboles, al jardín,a los caminos, a los senderos, a la casa y al espacio productivo. A través de sus dibujos y bosquejos,que son una bella y didáctica manera de enseñar,nos regala generosamente las claves que convierten la relexión en acción y la palabra en obra. Ésa que nace del lugar y de la lucidez de quien sabe hacerlo lorecer y que es una nueva lección del maestro y la conirmación, esta vez empírica, de que pese a todos los obstáculos es posible, a través de la ambitectura, la construcción de un mundo mejor, más justo y más bello que es, sin duda, la mejor herencia que podemos dejarle a las futuras generaciones de nuestro maltratado planeta.

Edward Rojas arquitecto Castro, Isla Grande de Chiloé, Chile Invierno del 2012 Foto: Juna Pablo Fuenzalida 7

PRESENTACIÓN La ocasión de este libro

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Si una persona que choca con la realidad posee un don artístico (algo que es para nosotros todavía un misterio psicológico), podrá transformar sus fantasías en creaciones artísticas, en lugar de volverlas síntomas, y de esta forma puede escapar del destino sombrío de la neurosis y más bien encontrar por esta vía su contacto con la realidad. Sigmund Freud. Conferencia en la Universidad de Clark.

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¿Por qué este libro y en este momento? Hace 20 años que enseñamos proyectación ambiental, o en otras palabras: como proyectar la sustentabilidad. Para ello desarrollamos nuestra Maestría en Desarrollo Sustentable1 donde desde una perspectiva decididamente transdisciplinaria, y con alumnos y profesores de toda Iberoamérica, tratamos el ambiente con la responsabilidad y la levedad que exige. La mirada holística, el enfoque de sistemas, la consideración de las relaciones y la diversidad, la participación social y nuestras muy conocidas helicoides para poder dar alguna gobernabilidad a la complejidad, se han transformado ya en un aquilatado proceso que ha formado o está formando aún a más de 700 magísteres2. Ese proceso nos devoró buena parte de nuestras energías a lo largo de esos 20 años. Pero hace ya 7 años que empecé a decodiicar como es la génesis de la forma mejor para ese territorio sustentable. Trabajamos para un tratado de habitat y ambiente, y allí nació la Ambitectura3. Paseamos y conversamos, reconocimos, clasiicamos, experimentamos, lo que desde entonces llamamos la ecoforma (innegociable), la socioforma para la mejor inclusión social e identidad cultural, la tiempoforma, para modelar esa forma mejor a través del tiempo, de manera evolutiva, capaz de metamorfosearse4. Pero llegó el turno de saber cómo diseñar, cómo lograr esa buena forma, esa “gestalt”. En otras palabras, como saber hacer una génesis de la forma que logre y exalte la sustentabilidad del territorio y las formas en que suceda mejor nuestra vida. Tengo la creciente sensación (y angustia) de que en la cultura actual se sabe qué hay que hacer, pero no cómo hacerlo. Que no debemos producir más enormes represas para generar energía eléctrica, pero no sabemos claramente como sustituir esa megaforma por formas más gentiles y naturales. Sabemos que los mega transatlánticos suelen hundirse, pero no sabemos aún la posibilidad cierta de convertirlos en una lotilla de 100 veleros, como me dijo alguna vez algún amigo cubano. Sabemos que la ciudad debe ser compacta, pero muchas veces no sabemos cómo hacer ciudades compactas, bellas, y para vivir mejor, en especial en los países de rápido crecimiento demográico.

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Estoy hablando en realidad de la dimensión estética de la sustentabilidad, muchas veces olvidada o despreciada frente a los grandes cambios éticos de paradigma3. Hace poco, dialogando con un ilósofo amigo, rescatábamos la dimensión simbólica, casi siempre oscurecida frente a la dimensión funcional en el abordaje de cualquier tipo de problema. Recuerdo sin esfuerzo como esta dimensión fue sin embargo fundamental para la gran arquitectura, como bien lo fundamentó Paul Valery en aquel breve opúsculo denominado “Eupalinos o el arquitecto”. Recuerdo también a John Ruskin y su libro “Las siete lámparas de la arquitectura”, donde caminando por Venecia reconocía la belleza del arte colectivo y menor, el tejido urbano histórico. Un ejemplo cada vez más difundido, gracias a la literatura, es la gran obra arquitectónica del emperador Adriano4 cuando construyó su villa, en Tivoli, como una Roma en miniatura, llena de monumentos maravillosos. La novedad eran los espacios pequeños, conectores, que inventó para unir esos ediicios y darles la amabilidad de un hábitat cariñoso. Hace años que utilizamos dos igurillas tomadas de estampas populares. La primera representaría a un arquitecto del siglo XVII, sobre el fondo de un gran palacio, y el arquitecto vestido de columnas y capiteles neoclásicos como un repertorio de expresiones bellas, para asegurar la calidad de la arquitectura del príncipe. La otra igurilla la usó Giancarlo de Carlo como isotipo de su revista “Spazio e Societá”, y parece ser una metáfora del ingenioso arquitecto/ ingeniero del siglo XVIII/XIX, en los tiempos de la Revolución Francesa, que levanta un gran peso mediante una palanca. El comitente dejó de ser el príncipe y ahora es la sociedad, y el cometido funcional domina por sobre el cometido simbólico. Pero siempre pensamos que es necesario descubrir una tercera igurilla, que ilustre al hacedor de ambientes, donde la escala en la intervención puede ser enorme, el cliente de lo más complicado y diverso y son tan necesarias las coniguraciones simbólicas como las funcionales. 11

No existe una formula fácil para esta renovación. No basta que hagamos todo lo posible. Debemos hacer lo que parece imposible. Nuestra primera necesidad no es la organización. Sino la orientación. Un cambio de dirección y de actitud. Lewis Mumford

¿Como será ese sujeto proyectista? Probablemente no pueda ser una sola persona y sean equipos transdisciplinario. Seguramente deberán reivindicarse iguras como los paisajistas, jardineros, interioristas, economistas, antropólogos y artistas del más diverso equipo. Deberán conseguir la funcionalidad de contextos complejos, pero también un simbolismo cultural, capaz de valorar la reintegración de hombre y naturaleza, la sustentabilidad a largo plazo y la convivencia amplia y diversiicada que hoy debemos exigirnos. De mi viaje a Italia en 2005 nació la tesis de la Ambitectura como el espacio creativo de un nuevo arquitecto, que en su origen puede haber sido biólogo, paisajista, antropólogo, quizás diseñador, capaz de diseñar en la complejidad5. Tuvimos en cuenta en aquel momento el maravilloso libro “Diseñar con la naturaleza” de Ian McHarg, pero han pasado ya 30 años desde aquel signiicativo avance y hoy el desafío es cada vez mayor: diseñar con el ambiente, natural pero también cultural, hacia el futuro pero también hacia el pasado, grande como un territorio, o pequeño como un rincón de una casa, o un jardín. He tenido muchas repercusiones positivas con el primer libro sobre esta gran cuestión: “Ambitectura” publicado en 2007. Pero el reclamo ha sido siempre de dos tipos: aplicarlo para nuestra realidad latinoamericana, que también trae bellas lecciones de Ambitectura, y sobre todo desentrañar no sólo el que, sino el cómo, dónde, de que manera, para qué, para quién, con quién, hacer la proyectación ambitectónica. He aquí entonces “Aprender Ambitectura”, fruto de mi propio aprendizaje y para compartir mis secretos de cocina. El título es breve, pero el subtítulo trae el mensaje más preciso: “El arte de proyectar el ambiente”. El ambiente, porque sigue siendo el sujeto que precisa urgente e integrada proyectación. Arte, porque si no incorporamos la dimensión simbólica y la capacidad que tiene el arte de hablar de valores, no conseguiremos que ese ambiente sea, además de justo, bello.

1- FLACAM, Foro Latinoamericano de Ciencias Ambientales. www.lacam-red.com.ar 2- “Proyectar la sustentabilidad”. Enfoque y metodología de FLACAM para proyectos de sustentabilidad. Rubén Pesci y otros. La Plata. Editorial CEPA. 2007

3- En su último libro “La Vía”, Edgar Morin aborda extensamente este tema. 4- “Memorias de Adriano” , Marguerite Yourcenas, Editorial Alfaguara. Madrid. 1951. 5- Ver PESCI, Rubén. Ambitectura, Editorial CEPA, La Plata, 2007

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PRIMERA PARTE El despertar de la curiosidad

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Los cambios, las transformaciones y las creaciones han tenido lugar antes que en ningún lugar en la mente de aquel que fue capaz de imaginarlas. Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado. Buda (563 a.C a 483 a.C )

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1.1- PASEO Y CONVERSACIÓN

Sólo me ha interesado aprender. Aprender y no repetir. El conocimiento de la repetición de artefactos es industrial. El aprendizaje de la generación de artefactos es creatividad.

Para construir sobre la tierra, conquistándola, se desarrolló la noble arquitectura (la obra del jefe, etimológicamente hablando), al servicio de hombres que eran minoría en un mundo casi vacío, todo por llenar, defendiéndose de acechanzas materiales e inmateriales, afirmando su distinción sobre las bestias y dando rienda suelta a su intelecto estético: belleza, fuerza, acrópolis, distintos, controlado, destacado, inmaculado, más allá del tiempo, de ser posible ¡eterno! Es fácil explicarse por qué el mármol, y de ser posible blanco, fue durante milenios el material que mejor simbolizó la arquitectura noble, ejemplar.

Aunque en realidad, mi curiosidad –la madre de la creatividad- no ha sido ilimitada. Algunos mundos me han impulsado más que otros a saber de ellos de la manera que el conocimiento creativo quiere saber: para transformar, para intervenir, de manera de completar, develar, fortalecer o reconstituir. Esos mundos que han provocado mi curiosidad se refieren a las estrategias adaptativas de los seres humanos para ocupar la tierra. ¿Palabras nuevas y eruditas? Quizás. Pero se trata de la pasión por cumplir la necesidad, el ardid, y el instinto casi uterino de habitar. Habitar, o mejor aún, la trilogía de Heidegger interpretada por Habermas como designio humano central: ser-habitar-construir1. Según la cual no se “es” si no se “habita”, y no se “habita” si no se “construye”. ¿Pero será que esa trilogía fundacional debe entenderse siempre igual? ¿Como la entendía un emperador romano, que cambió el mundo construyéndolo? ¿O será que ahora sabemos mucho más, y aprendimos que si seguimos cambiándolo construyendo más y habitando siempre más, podemos llegar a destruir el mundo?

Pero el mundo se fue llenando de hombres y espacios ocupados, y la construcción popular se fue afirmando. Creció la aspiración general a honrar los dioses y organizar la gobernabilidad entre los hombres, y se divulgó la práctica de la arquitectura. En buena parte, se adoptaron criterios mucho más “arte-sanos” que monumentales; todos construían bien, para habitar bien y honrar bien a sus dioses. La “domus” romana, con el centro sagrado del fuego (focolare), es una versión vulgar del templo, el Templo del hombre, del “dominis” o “pater-familiae”, y para ella fueron más importantes los espacios adaptados, para vivir en familia, y los relatos que en forma de pintura poblaron sus paredes, que los materiales de construcción y terminación, generalmente simples ladrillos o piedras del lugar.

Aprendí el arte de habitar bien, viajando mucho, leyendo de textos directos, en vivo y en directo. Y también el infierno de habitar mal, y sus impactos negativos. Y aprendí a leer aquello que está por detrás del hábitat, el ambiente, el sistema complejo de relaciones vivas y no vivas, la biosfera, la esfera vital que nos permite la vida, a la cual cada vez más debemos y con la cual tenemos que crear nuestro hábitat.

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Fig. 1 Plano de Hipodamo para la nueva ciudad de Mileto, Asia Menor, Siglo III a. C.

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También aparece el hábitat urbano concientemente reglado (desde Hipodamo para Mileto en el siglo III a. C. - ver fig. 1) y su sucesión de victorias sobre el hábitat singular. Pompeya fue antes un tejido de calles y templos, foros y basílicas, con casas (insulae) alineadas casi en silencio e introspección, que un griterío de casas singulares sin melodía cohesionadora.

Hizo una joya avanzada, adentro, enorme, audaz, pero aún con sentido de caverna, de útero, de introspección. Años después, su experiencia del mundo, su aprendizaje del mundo griego conquistado y amado, lo llevaron a construir su propia morada, no la gran tumba sino su casa para vivir, la Villa Adriana. En las suaves colinas de Tívoli, a 23 km. de Roma, la Villa Ad...


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