Arquitectura del Renacimiento PDF

Title Arquitectura del Renacimiento
Author DANIEL ACOSTA
Course HIstoria del Arte
Institution Preparatoria UNAM
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Arquitectura del RenacimientoArquitectura del Renacimiento...


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Arquitectura del Renacimiento Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Palacio Medici Riccardi, de Michelozzo, Florencia (1444). Ejemplo de palacio florentino.

Villa Farnesina, Baldassarre Peruzzi (1511). Ejemplo de villa renacentista.

Villa Capra, Andrea Palladio (1566). Ejemplo de arquitectura palladiana.

Arquitectura del Renacimiento o renacentista es aquella diseñada y construida durante el período artístico del Renacimiento europeo, que abarcó los siglos XV y XVI. Se caracteriza por ser un momento de ruptura en la historia de la arquitectura, en especial con respecto al estilo arquitectónico previo: el gótico; mientras que, por el contrario, busca su inspiración en una interpretación propia del arte clásico, en particular en su vertiente arquitectónica, que se consideraba modelo perfecto de las bellas artes. Produjo innovaciones en diferentes esferas: tanto en los medios de producción — técnicas de construcción y materiales constructivos— como en el lenguaje arquitectónico, que se plasmaron en una adecuada y completa teorización. Otra de las notas que caracteriza este movimiento es la nueva actitud de los arquitectos, que pasaron del anonimato del artesano a una nueva concepción de la profesionalidad, marcando en cada obra su estilo personal: se consideraban

a sí mismos, y acabaron por conseguir esa consideración social, como artistas interdisciplinares y humanistas, como correspondía a la concepción integral del humanismo renacentista. Conocemos poco de los maestros de obras románicos y de los atrevidos arquitectos de las grandes catedrales góticas; mientras que no solo las grandes obras renacentistas, sino muchos pequeños edificios o incluso meros proyectos, fueron cuidadosamente documentados desde sus orígenes, y objeto del estudio de tratadistas contemporáneos. El espíritu renacentista evoca las cualidades intrínsecas del ser humano. La idea de progreso del hombre —científico, espiritual, social— se hace un objetivo importante para el periodo. La antigüedad clásica redescubierta y el humanismo surgen como una guía para la nueva visión de mundo que se manifiesta en los artistas del periodo. La cultura renacentista se muestra multidisciplinar e interdisciplinar. Lo que importa al hombre renacentista es el culto al conocimiento y a la razón, no habiendo para él separación entre las ciencias y las artes. Tal cultura se mostró un campo fértil para el desarrollo de la arquitectura. La arquitectura renacentista se mostró clásica, pero no se pretendió ser neoclásica. Con el descubrimiento de los antiguos tratados —incompletos— de la arquitectura clásica —de entre los cuales, el más importante fue De architectura de Vitruvio, base para el tratado De re aedificatoria de Alberti—, se dio margen a una nueva interpretación de aquella arquitectura y su aplicación a los nuevos tiempos. Conocimientos obtenidos durante el periodo medieval —como el control de las diferentes cúpulas y arcadas— fueron aplicados de formas nuevas, incorporando los elementos del lenguaje clásico. El descubrimiento de la perspectiva es un aspecto importante para entender el periodo —especialmente la perspectiva cónica—: la idea de infinito relacionada con el concepto del punto de fuga, fue profusamente utilizada como herramienta escénica en la concepción espacial de aquellos arquitectos. La perspectiva representó una nueva forma de entender el espacio como algo universal, comprensible y controlable mediante la razón. El dibujo se hizo el principal medio de diseño y es así como surge la figura del arquitecto singular —diferente de la concepción colectiva de los maestros de obra medievales—. Los nuevos métodos de diseñar los proyectos influyeron en la concepción espacial de los edificios, en el sentido en que las percepciones visuales podían ser controladas y enfatizadas desde puntos de vista específicos. El poder representar fielmente la realidad mediante la perspectiva, no se limitó a sólo describir las experiencias conocidas, sino también a anticiparlas posibilitando proyectar imágenes de características realistas. Entre los principales arquitectos del Renacimiento se incluyen Vignola, Alberti, Brunelleschi y Miguel Ángel.

Índice

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1Períodos 2Características generales de la arquitectura del Renacimiento o 2.1Fundamentos generales del Renacimiento o 2.2La importancia de la perspectiva o 2.3La tratadística renacentista  2.3.1Inspiración vitruviana  2.3.2Los tratados y la posición social del arquitecto 3Historia de la arquitectura renacentista o 3.1Momento inicial: la cúpula de Santa María del Fiore o 3.2El Quattrocento: el dominio del lenguaje clásico o 3.3Bramante y la fase madura del Renacimiento o 3.4El Cinquecento: la superación del clasicismo o 3.5Manierismo: los grandes maestros y el fin del Renacimiento 4Difusión de la arquitectura del Renacimiento en Europa o 4.1Arquitectura renacentista en Francia o 4.2Arquitectura renacentista en España  4.2.11.ª etapa: plateresco  4.2.22.ª etapa: purismo  4.2.33.ª etapa: herreriano o 4.3Arquitectura renacentista en Portugal o 4.4Arquitectura renacentista en Alemania o 4.5Arquitectura renacentista en Europa oriental o 4.6Arquitectura renacentista en Inglaterra o 4.7Arquitectura renacentista en Rusia 5Véase también 6Referencias 7Bibliografía 8Enlaces externos

Períodos[editar] La historia de la arquitectura del Renacimiento, como este mismo, suele dividirse en dos grandes períodos denominados en italiano por el número de las centenas de los años:1 



Quattrocento o siglo XV, el Renacimiento temprano, momento en que se destacan las figuras de Filippo Brunelleschi y Leon Battista Alberti. Es una arquitectura que aspira al Clasicismo y que pone los puntales teóricos de la canonización del estilo, que caracterizará al período siguiente. Cinquecento o siglo XVI, a su vez dividido en dos fases: o Fase de culminación o madurez: el Renacimiento medio, pleno o Alto Renacimiento, que cubre el primer cuarto del siglo XVI (hasta el saco de Roma de 1527). Durante ese periodo, los principales arquitectos italianos intervinieron en los distintos proyectos del inicio de las obras de la basílica de San Pedro (Donato Bramante, Rafael Sanzio, Antonio da Sangallo el Joven y posteriormente Miguel Ángel).

o Fase del manierismo: el Renacimiento tardío o Bajo Renacimiento, desde mediados del siglo XVI hasta el comienzo del siglo XVII (en que se inicia la arquitectura barroca). En esta fase, siguiendo la maniera de Miguel Ángel, las individualidades de los arquitectos comienzan a imponerse al proyecto teórico clásico. Destacan maestros como Giulio Romano, Jacopo Vignola, Giorgio Vasari, Giacomo della Porta o Andrea Palladio.

Características generales de la arquitectura del Renacimiento[editar] Fundamentos generales del Renacimiento[editar]

La Escuela de Atenas, una de las escenas de las Estancias Vaticanas de Rafael Sanzio (1512-1514) es una obra que muestra la relación del Renacimiento con el Humanismo y el Clasicismo. En un entorno arquitectónico inspirado en las obras de la Basílica de San Pedro en que el propio Rafael intervino, aparecen retratados, encarnando a los sabios griegos, muchos de los arquitectos y artistas contemporáneos. Artículo principal:

Renacimiento

La Arquitectura del Renacimiento estuvo bastante relacionada con una visión del mundo durante ese período sostenida en dos pilares esenciales: el clasicismo y el humanismo. Hay que destacar que los ideales y valores renacentistas no pudieron surgir totalmente desvinculados del acervo medieval que le precedió, sin embargo, los conceptos que subyacen a este estilo arquitectónico se construyeron sobre la consciente y efectiva ruptura de la producción artística de la Edad Media, en especial del estilo gótico. Se pueden analizar las siguientes características generales: 

Búsqueda del ideal clásico: a través del clasicismo, los hombres del Renacimiento miraban hacia el mundo greco-romano como modelo para

su sociedad contemporánea, buscando aplicar en la realidad material cotidiana aquello que consideraban que pertenecía a un mundo más idílico que real. En este sentido, la arquitectura, en especial, intentó concretar conceptos clásicos como la belleza, surgiendo así la teorización y ordenación del movimiento, fundamentado en la arquitectura clásica griega y romana. 

Visión profana sobre temas religiosos: los valores clásicos, desde el punto de vista del cristianismo, de enorme influencia en este período (teniendo en cuenta que el Renacimiento surge en Italia, donde la presencia de la Iglesia católica fue decisiva para el arte), eran considerados paganos y de carácter pecaminoso.



Influencia de la naturaleza: la naturaleza era vista como la creación suprema de la obra de Dios y el elemento más próximo a la perfección (otro de los ideales que había que buscar a través de la estética clásica). Así, se pasa de la búsqueda de la inspiración en la naturaleza, a la inspiración en las formas de la propia naturaleza, tal como proponen los clásicos, convirtiéndose esto en un valor autónomo.



Antropocentrismo y humanismo: además de la naturaleza como creación perfecta, se vuelve la mirada al ser humano: se deja atrás el teocentrismo medieval para entrar en el antropocentrismo. El hombre se analiza, en vez de como ser creado a imagen y semejanza de Dios, como medida y referencia del Universo. Así, será el objeto central de la manifestación artística, con una importancia aún mayor que durante la Antigüedad clásica.

La importancia de la perspectiva[editar]

Plaza del Capitolio, en Roma, diseñada por Miguel Ángel, ejemplo de espacio perspectivo.

Un dato importante en la definición de espacialidad del Renacimiento es la incorporación de la perspectiva como instrumento del proyecto arquitectónico y la noción de diseño como forma de conocimiento. La principal ruptura con el espacio medieval se produce en el momento en que los arquitectos del Renacimiento pasan a diseñar en sus edificios un desarrollo en el que las reglas del diseño son fácilmente asimilables por los usuarios del mismo. A partir de un análisis objetivo del espacio, presidido por un cierto sentido empírico, llegan a conclusiones que impondrán el propio ritmo del edificio y su entorno.

El dominio del lenguaje clásico, para hacer llegar estos efectos útiles en los edificios, hace posible el estudio de la perspectiva. Como resultado, surge una arquitectura insertada en un espacio perspectivo, integralmente aprehendido por el observador y cuyas relaciones proporcionales se muestran de forma analítica y objetiva. Estas nuevas relaciones espaciales son especialmente evidentes comparadas con el espacio presente en las catedrales góticas. En ellas, la intención arquitectónica es que el observador, desde el momento en que entra en el edificio, sea dominado por el espacio e instintivamente alce su mirada hacia la cima, procurando así un movimiento ascendente en busca de la figura de Dios. En otras palabras, toda monumentalidad de este espacio gótico tiene una función, entre otras, que es poseer la voluntad del individuo y determinar sus deseos, la función de su estancia y el uso del edificio. En el espacio renacentista, la intención es justamente la contraria: el edificio no domina al individuo, sino que este reflexiona sobre su espacialidad y la maneja. Se traslada el concepto de una arquitectura a la medida de Dios a la de una a la medida del hombre.

La tratadística renacentista[editar] Inspiración vitruviana[editar]

Leonardo da Vinci fue uno de los artistas que se inspiraron en Vitruvio. Este diseño, el Hombre de Vitruvio es la interpretación de Leonardo para las reglas de proporción definidas por Vitruvio en su Diez libros de arquitectura.

La recuperación del ideario de la arquitectura clásica, introducida por la cultura del Renacimiento, debió necesariamente trascender de la mera observación de la realidad. La arquitectura producida por los artistas renacentistas, humanistas en general, procuraban mantener una imagen erudita y literaria, más allá de la mera reproducción de las ruinas greco-romanas. Los arquitectos creaban siempre en busca de un modelo ideal, en detrimento de los modelos existentes (con gran número de ruinas en especial en Italia). Estos modelos ideales o idealizados

fueron sistematizados y plasmados de forma teórica, en lo que dará origen a los tratados de Arquitectura clásica de la época. Sin duda, para la creación del modelo teórico, la observación de las ruinas fue la inspiración predominante de los primeros arquitectos renacentistas italianos, pero a medida que el Renacimiento evolucionaba, los estudiosos, pasarán, sistemáticamente, de ofrecer o recuperar los cánones y obras técnicas del clasicismo a redactar sus propios tratados del estilo, que aunque basados en el clasicismo, llegan a ser efectivamente anti-clásicos. Es destacable para la formación de la tratadística renacentista la preservación de los diez libros de De Architectura del arquitecto romano Marco Vitruvio, del siglo I a. C., básicos para la difusión de las ideas de canon y orden. Este fue el único tratado del período clásico que sobrevivió tras la caída de Roma, durante la Edad Media, habiendo sido copiado y conservado, de forma fragmentaria en general, en las bibliotecas de los monasterios. Por eso, a medida que los volúmenes eran copiados y traducidos, los diseños y dibujos que componían los tratados fueron perdiéndose, por lo que el contenido del tratado se convirtió con el paso del tiempo en confuso y en ocasiones, contradictorio. Por este motivo, gran parte del esfuerzo de los tratadistas renacentistas sería el recuperar el contenido perdido, llegando para su consumación a aventurar patrones que en modo alguno existían en el texto original. El tratado vitruviano, como único gran referente teórico de la arquitectura clásica, y pesar de su carencia de contenido, sirvió de base para todos los principales estudios realizados por el Renacimiento. Por ejemplo, un trabajo nítidamente derivado del vitruviano son los diez libros de Leon Battista Alberti, conocidos como De re aedificatoria. Los tratados y la posición social del arquitecto[editar]

La búsqueda del ordenamiento clásico en la tratadística del período. Esta imagen forma parte de un tratado de Jacopo Vignola (Las reglas de los cinco órdenes de la Arquitectura).

Junto a la inspiración vitruviana, un elemento que va a caracterizar los principales tratados renacentistas (especialmente aquellos que fueron redactados en los primeros momentos del Renacimiento) es el hecho de que sus autores procuraban, en ocasiones con una preocupación mayor que el afán investigador, posicionar al arquitecto como una figura típicamente perteneciente a la élite fundamental en cualquier estructura social. Tal determinación en cuanto a la profesión no es, claramente un caso de mero «corporativismo» de aquellos tratadistas, sino un fenómeno que está absolutamente ligado a la ascensión social que el artesano convertido a artista sufre (véase en las próximas secciones para un análisis más profundo de esta situación). En este sentido, los tratados sirven de modo efectivo como medios de propaganda del nuevo profesional, en oposición a la visión tradicional (que asociaba inexorablemente el arquitecto a las actividades manuales y por tanto, populares y anti-intelectuales). La constatación de esta modificación en la categoría de los arquitectos como artistas nobles e intelectuales, diferente de los «meros artesanos de origen popular» también se evidencia cuando se verifica para quienes estaban escritos estos tratados: en general, eran dedicados a la nobleza (o un noble en particular), poseían un estilo refinado y abordaban cuestiones directamente de interés público de los príncipes que componían la estructura política italiana. A pesar de que la arquitectura romana también se preocupó de esta cuestión (el tratado vitruviano resalta este dato, visto que estaba concebido como una carta dirigida al emperador), la manifestación de este deseo de afirmación social por parte de los arquitectos renacentistas es un elemento nuevo de este período cuando se compara con la forma de producción artística medieval. Ésta se caracterizaba por la creación colectiva (y anónima, por excelencia) y dominada por la cultura del saber fazer. Los tratados formalizan el deseo del hombre renacentista de manifestarse como individuo ante el mundo y colaborador necesario para contextualizar la Arquitectura como disciplina académica. Toda esta teoría se fija claramente en la ya citada obra albertiana De re aedificatoria. En ella, Alberti expresa esta nueva visión del arquitecto cuando declara categóricamente que "el arquitecto es el brazo del príncipe". Retoma la interpretación vitruviana de la arquitectura y afirma que ésta no se limita a la mera construcción, porque la verdadera arquitectura está dotada de virtud, concepto clásico asociado al dominio de los hombres. Si la Arquitectura es virtuosa, naturalmente sirve como pieza del juego político, ya que tal dominio de los hombres forma parte de la formulación de la política clásica (fundada en la idea de ciudad como lugar de convivencia y germinadora de la política). En conclusión, el estudio riguroso que hacen de los órdenes arquitectónicos clásicos está siempre, según su concepción, ligado a esta característica virtuosa de la arquitectura. La estética del Renacimiento es, por lo tanto, también un reflejo de un determinado pensamiento político.

Historia de la arquitectura renacentista[editar]

Santa Maria della Consolazione en Todi: típica iglesia de planta central, tipología extendida en el Renacimiento.

Santa Maria della Consolazione en Todi (1508-1607). Ejemplo de iglesia de planta central. Trabajaron en ella Cola da Caprarola, Antonio da Sangallo el Joven, Baldassarre Peruzzi, Galeazzo Alessi, Michele Sanmicheli, Jacopo Vignola e Ippolito Scalza.

La arquitectura renacentista se desarrolla a partir del siglo XV principalmente en Italia. Es común atribuir el lugar de génesis a la ciudad italiana de Florencia, ciudad donde el gótico apenas había penetrado, en el momento de la construcción de la cúpula de la catedral de Santa María del Fiore proyectada por Filippo Brunelleschi. Tal episodio no solo es un mero cambio en el perfil estilístico que predominaba en el escenario arquitectónico florentino, sino la demostración clara de la ruptura que vendría posteriormente en la propia forma de producir la arquitectura, abriendo camino para, no solo redescubrir el clasicismo, sino también para la promoción de la tratadística y para una teorización inédita sobre el tema. Son muchos los estudiosos que afirman que Brunelleschi construyó, de hecho, no solo una cúpula, sino el concepto de un nuevo tipo de arquitecto: altera las reglas de la construcción civil iniciando un proceso que, gradualmente, separará al proyectista del constructor.

Un hecho a destacar en la producción de Brunelleschi es que se manifiesta más importancia en el campo de la construcción que en el del estilo. Se asimila esto cuando se observa la obra en su conjunto, percibiéndose que, a pesar de querer seguir la canonización clásica, se produce un edificio que no es completamente comprometido con dichas reglas clásicas. Esto es causado por la carencia del arquitecto de conocimiento profundo de las normas clásicas, al que accedía más por la observación de las ruinas romanas existentes que por el estudio de los tratados. Asimismo, Brunelleschi inicia una tradición que se separa al arquitecto de los antiguos gremios medievales y cuya profesionalización es cada vez más patente en la época, afirmándose como intelectuales alejados de la construcción propiamente dicha. Muchos críticos que analizan el fenómeno desde una óptica marxista identifican aquí el momento en el que la incipiente burguesía toma de las clases populares el dominio de los medios de producción (dejando éstas de poder construir y pasarán a poder diseñar), posibilitando así un proceso de explotación del ...


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