Calendario Romano PDF

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DIVISIÓN DEL DÍA ROMANO Había doce horas del día y doce en la noche. Las del día empezaban con la salida del sol, y las de la noche con la puesta del mismo. A partir de allí contamos las horas: prima, secunda, tercia, quarta, quinta, sexta, septima, octava, nona, decima, decima prima y decima secunda, respectivamente del día o la noche. Por consiguiente la longitud de la hora variaba según fuese invierno o verano. La longitud más corte de la hora era de 44 minutos, y la más larga de 75 minutos. Las doce horas nocturnas se dividían en guardias nocturnas, de las que por ende había cuatro. Aproximadamente su extensión era: Primera guardia nocturna: de 18 a 21 hs. Segunda guardia nocturna: de 21 a 24 hs. Tercera guardia nocturna: de 00 a 03 hs. Cuarta guardia nocturna: de 03 a 06 hs. Estas cuatro guardias se pueden, cada una de ellas, subdividir en dos, así quedarían: Ocho guardias nocturnas, cuatro antes y cuatro después de la medianoche. Eran:

Antes de medianoche Vespera. Prima fax. Concubia. Intempesta.

Después de medianoche Inclinatio. Gallicinium. Conticinium. Diculum.

LOS MESES ROMANOS Y LA FORMA DE CONTAR LOS AÑOS Antes de que Cayo Julio César reformase el calendario, el año tenía solamente diez meses, comenzando en marzo y terminando en diciembre, nombre éste que alude precisamente a su ubicación en el décimo lugar. Dentro de cada mes, había tres fechas notables: el día primero, llamado el de las calendas; el día de las nonas, que correspondía al cinco en los meses de marzo, mayo, julio y octubre, o al siete en los demás; y los idus, que caían el trece (cuando las nonas eran el cinco) o el quince (cuando las nonas eran el siete). Las fechas restantes eran respectivamente ante nonas (los días contados entre el primero y el cinco o siete según el caso), ante idus (entre las nonas y

los idus) y ante calendas (los días ubicados entre el trece o quince según el caso, y el primero del mes siguiente. Para referirse a períodos de días inferiores a un mes, era común la alusión al lapso que transcurre entre dos fechas de mercado, que era denominado nundinum, ya que el mercado tenía lugar cada nueve días. En cuanto a los años, los romanos los contaban por los cónsules en ejercicio, y así se decía “el año del consulado de Pompeyo y Craso”, por ejemplo. Hacia fines de la República, comenzó la práctica que tomar como punto de partida para la cronología el año de la fundación de Roma, anno urbis conditae, esto es el 753 antes de Cristo. Conjugando una y otra práctica, el año 63 a J.C., que es el de la conspiración de Catilina, vendría a corresponder al 691 ab urbe condita, que es también el año del consulado de Cicerón y Antonio. Para facilitar el cálculo de equivalencias entre los años de nuestro calendario y el romano, se coloca a continuación la siguiente concordancia....