CapÍtulo VI - capítulo tema 6 del libro que entra en examen. alternativas a Wundt PDF

Title CapÍtulo VI - capítulo tema 6 del libro que entra en examen. alternativas a Wundt
Course Historia de la Psicología
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capítulo tema 6 del libro que entra en examen. alternativas a Wundt...


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CAPÍTULO VI WILHELM WUNDT Y EL PROYECTO DE LA PSICOLOGÍA MODERNA. II. LA PSICOLOGÍA DE LOS PUEBLOS (VÖLKERPSYCHOLOGIE)

Como hemos señalado, fue en el contexto de reflexiones sobre las limitaciones de la investigación psicofisiológica y el control experimen tal donde Wundt empezó a plantearse alternativas para una psicología omnicomprensiva. Tal circunstancia requirió prestar una atención es pecial a las relaciones entre la psicología y los fenómenos colectivos desde un punto de vista histórico-cultural. En realidad, como ya hemos sugerido, lo adecuado sería hablar de una revitalización porque, desde los primeros tiempos de Heidelberg, Wundt tuvo en mente una perspec tiva histórico-cultural que completara el estudio experimental del sujeto individual. En 1862, por ejemplo, la introducción a sus tempranas Contribuciones a una teoría de la percepción sensorial plantea que el trabajo psicológico exige multitud de métodos, desde el experimental al histórico, pasando por el genético, el comparativo y el estadístico. Un año después, sus Lecciones sobre la mente humana y animal (1863) incluyen referencias a las Sitten, esto es, las costumbres o los sistemas morales. Las conside raba material útil para analizar, desde un punto de vista evolutivo, los orígenes colectivos de las «culturas primitivas o ahistóricas» del presente (Jahoda, 1995). Estas inquietudes culturales fueron ganando importan cia de tal manera que, ya en la tercera edición de sus Fundamentos de psicología fisiológica (1893), la Völkerpsychologie (Wundt, 1900-1920) acompaña en pie de igualdad a la psicología fisiológica como una de las dos ramas principales de la psicología científica. Otros síntomas de esta importancia son las numerosas referencias a la Völkerpsychologie exis tentes en su Ética (Wundt, 1886) o en el resumen sobre ella que incluye en la tercera edición de su Lógica (Wundt, 1880-1883/1908). A partir de 1900, Wundt se volcó casi completamente en el estudio de la Völkerpsychologie y a ella dedicó los últimos 20 años de su vida.

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Completó 10 mastodónticos volúmenes y un anexo titulado Elementos de psicología de los pueblos (1912) que, en realidad, fue lo que realmente popularizó su propuesta desde el punto de vista internacional1. Dará por concluido el proyecto en 1920, el mismo año de su muerte, y el resulta do final será una especie de compendio de reflexiones psico-sociológi cas, psico-históricas y culturales en las que, entre otras cosas, tomaba en cuenta informes de viajeros, exploradores y antropólogos2. Con todo, el trabajo de Wundt no es exactamente el tipo de antropología de sillón que caracterizaría, por ejemplo, La rama dorada de James G. Frazer, tí tulo publicado en 1890 y considerado fundacional para dicha disciplina. Los métodos empíricos del laboratorio de Leipzig también se pusieron al servicio del proyecto para observar fenómenos psico-sociales in situ y realizar muchas estimaciones estadísticas3; incluso recurriendo, en alguna que otra ocasión, al protocolo experimental que tanto había

1 Considerando esta cuidadosa e intensa dedicación, es llamativo que la mayoría de los manua les de historia de la disciplina apenas presten atención a la Völkerpsychologie. La historia canónica de Edwin G. Boring (1950/1999), por ejemplo, fía toda la relevancia de la psicología al experimen talismo, y apenas menciona esta segunda vertiente wundtiana en dos párrafos. Cabe plantearse el porqué de esta escasa atención historiográfica en contraste con el «flamante» episodio del labora torio. Seguramente recuperar y actualizar la dimensión históricocultural del sistema psicológico wundtiano problematizaría el tipo de psicología que las actuales tendencias dominantes de la dis ciplina pretenden reivindicar desde una memoria histórica volcada del lado del experimentalismo y la fisiología. 2 Como también ocurre en La rama dorada, en no pocos pasajes de la Völkerpsychologie Wundt se deja llevar por la fascinación o seducción romántica evocada por la simple descripción de las culturas y las formas de vida exóticas (Jahoda, 1995). En cierta medida, fue la conciencia crítica sobre este tipo de fascinación estética la que provocó que antropólogos y sociólogos pos teriores consideraran fundamental el trabajo de campo y se esforzaran por ajustarse a cánones de rigor científico en la publicación de sus informes. Así ocurre, por ejemplo, en obras tan histó ricamente importantes para esas áreas como Los argonautas del Pacífico Occidental, publicada por Bronislaw Malinowski en 1922, o Las estructuras elementales del parentesco, editada en 1949 por Claude Lévi-Strauss como resultado de sus trabajos con tribus brasileñas durante la déca da de 1930. Con todo, ambos autores tampoco pudieron sustraerse a las impresiones estéticas y personales y, de hecho, les dieron salida a través de otros géneros y formatos literarios. Así, abandonando constricciones metodológicas, Lévi-Strauss escribió su célebre Tristes trópicos, editado en 1955, y Malinowski su polémico diario de vivencias personales durante su estancia con los Trobriand.

3 Cabe señalar, a modo de ejemplo, el trabajo del psicólogo gallego, Eloy Luis André, que fue becado desde España para estudiar con Wundt en Leipzig en 1909. Bajo la dirección de Wundt y ayudantes como Paul Salow, Luis André realizó un trabajo de laboratorio sobre la curva de la melodía del lenguaje en las diferentes lenguas y dialectos. En él comparaba estadísticamente diversas variables prosódicas a partir de grabaciones de las voces de sujetos de diferentes na cionalidades. El trabajo de Luis André fue comentado por Wundt en la Völkerpsychologie, y es el único caso de un autor español citado en toda la obra del maestro de Leipzig (Blanco, Castro y Castro 1996).

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criticado a los autores Wurzburgo y aplicándolo, contra sus propias advertencias, a procesos superiores como la apercepción (Greenwood, 2003; Jahoda, 1995). Völkerpsychologie es un término alemán que se suele traducir por «Psicología de los pueblos», aunque también por «psicología popular» —en inglés, folk psychology—. La definición es problemática desde su propia raíz semántica — puede significar psicología del sentido común, psicología nacional, etnopsicología, etc. (sobre las controversias en la traducción, se puede ver Gundlach, 1983)—, pero con ella Wundt se refería a una suerte de psicología de la cultura humana en contraste con la psicología individual, naturalista y actualista. La propuesta, en cualquier caso, no es originalmente suya y, además de sus anclajes en la tradición idealista alemana del yo transcendental y del Geist [espíritu], existe un antecedente mucho más directo e inmediato de ella. Wundt, de hecho, se reconoció heredero de la misma, aunque devaluando, de una manera un tanto injusta, lo logros alcanzados en tal área hasta el momento (Jahoda, 1995). Se trata de la Völkerpsychogie de Moritz Lazarus (1824-1903) y Hajim Steinthal (1823-1899). Vamos a presentar los puntos esenciales de ésta siguiendo de cerca el excelente resumen ofrecido por Gustav Jahoda (1995) (puede verse también Diriwächter, 2004; Kalmar, 1987).

LA FUNDACIÓN DE LA VÖLKERPSYCHOLOGIE POR LAZARUS Y STEINTHAL Lazarus estuvo influido por la insistencia de Johann Friedrich Herbart (17761841) en la naturaleza socio-cultural del hombre y en que los acontecimientos colectivos se deberían poder tratar como procesos análogos a lo que sucede dentro de las mentes individuales. Steinthal estudió filología en la Universidad Berlín, donde conoció a Lazarus, a quien contagió su propio entusiasmo por las tesis del gran filólogo Wilhelm von Humboldt (1767-1835); concretamente, por el planteamien to que ligaba el lenguaje y el habla con el pensamiento de los grupos humanos. En 1860 se creó una cátedra de Völkerpsychologie en la Universidad de Berna (Suiza) —la primera de la historia en la que aparece alguna

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referencia explícita a la psicología— que sería ocupada por Lazarus 4. Éste, además, fundó junto a Steinthal la revista Zeitschrift für Völkerpsychologie und Sprachwissenschaft [Revista de Psicología de los Pueblos y Filología ] en 1859, publicación orientada a discutir y desarrollar su programa de investigación junto con otros intelectuales. A grandes rasgos, este pro grama consistía en la reinterpretación y el desarrollo de la noción idea lista de Volkgeist [espíritu del pueblo] según la cual ésta no podía su ponerse al margen del Geist [espíritu] particular de cada individuo. La sociedad tiene una preeminencia lógica, temporal y psicológica sobre el individuo e influye poderosamente en su desarrollo. El Volkgeist refleja así la mentalidad característica de un pueblo particular, promoviendo la unidad y la armonía en el funcionamiento psicológico del colectivo. En todo caso, el Volkgeist operaba sobre los mismos procesos psicoló gicos de la mente individual, si bien los de aquel eran más complejos y extendidos.

Según Lazarus y Steinthal, existían dos manifestaciones interrela cionadas del Volkgeist. Una era intrapsíquica y se estructuraba siguiendo la triada psíquica arquetípica que distinguía entre los pensamientos, los sentimientos y las disposiciones volitivas. La otra remitía a la en carnación material del Volkgeist en productos culturales —libros, obras de arte, monumentos, códigos y reglas sociales, instituciones políticas, educativas, etc.—, y sus dominios básicos se estructuraban en paralelo a los tres elementos intrapsíquicos. Tales dominios eran la mitología, las costumbres y la religión y, junto a ella, el arte. Los mitos revelarían la mentalidad colectiva originaria —el modo de aprehender el mundo,

4 Esta Universidad, como muchas otras centroeuropeas de la época, sigue el ejemplo de la de Universidad de Berlín, la primera que instaura el modelo humboldtiano según el cual el docente universitario también tiene que investigar. En el momento en que Lazarus ocupa esa cátedra, el mundo académico centroeuropeo ya estaba inmerso en las luchas de poder a las que tuvo que hacer frente el propio Wundt. Uno de los conflictos importantes en el momento en que la ocupa Lazarus, tenía lugar entre los científicos y biólogos partidarios del monismo y la teoría de la evolución —en su versión hackeliana-lamarquista— y los filósofos herederos de la tradición idealista —que trata ban de preservar la singularidad y hegemonía del ser humano en la escala natural—. A pesar del excelente trabajo de Jahoda (1995), la cuestión socio-política e institucional de por qué, ocupando un claro interregno entre ambos contendientes, se funda una cátedra de psicología de los pueblos sigue mereciendo un estudio historiográfico más detallado. Tal escenario histórico resulta todavía más interesante si advertimos que la persona seleccionada para ocuparla, el propio Moritz Lazarus, era judío. En la época era realmente complicado que las personas de origen hebreo ocuparan pues tos oficiales en la mayor parte de los paises centroeuropeos y, de hecho, el propio Lazarus escribió diversas obras críticas en relación con tal cuestión.

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de mezclar las impresiones y los procesos de apercepción— como base del desarrollo intelectual y, yendo más allá, de la labor científica. Las costumbres estaban ligadas a lo volitivo, a la configuración de la acción práctica desde los hábitos más básicos hasta los reglamentos éticos, morales y políticos más complejos. La religión, por último, mostraba la esfera emocional e imaginativa, todo aquello que se revelaba en las dife rentes artes (danza, arquitectura, poesía, pintura, música, etc.). Ahora bien, siendo relevantes estos tres elementos a la hora de estu diar las características subjetivas de la comunidad, el factor fundamental del Volkgeist era la lengua común. Para Lazarus y Steinthal, ésta refleja ba la creación por excelencia del genio nacional y constituía la piedra de toque para estimar su calidad o grandeza mental. En último término, la fuente intrapsíquica del lenguaje remitía a las ideas subjetivas y autorre ferenciales de los miembros de la comunidad, su identidad compartida y su sentimiento de pertenencia a un mismo grupo. Lazarus y Steinthal también definieron dos áreas de trabajo funda mentales de la Völkerpsychologie: una, orientada a las leyes generales que rigen la aparición y desarrollo del Volkgeist en toda la humanidad; y otra, implicada en la descripción del Volkgeist particular de cada comu nidad. La segunda parte ofrecía, además, el material de trabajo desde el que desarrollar, de manera inductiva, la parte general. En cuanto al ár bol de las ciencias, Lazarus y Stheinthal colocaban la Völkerpsychologie en la base explicativa de todas las ciencias humanas —como la lingüís tica, la historia, etc. que, en la mayoría de los casos eran disciplinas meramente descriptivas— entendiéndola como puente entre éstas y las ciencias naturales. Cumplía, así, una función de gozne fundamental, que más adelante se atribuiría a todo el ámbito psicológico, entre los procesos psicofisiológicos básicos y los fenómenos psicosociales más complejos.

LA VÖLKERPSYCHOLOGIE DE WUNDT Ya en sus tempranas Lecciones sobre la mente humana y ani-mal (1863) Wundt había tratado de marcar distancias con el tipo de Völkersychologie que Lazarus y Steinthal defendían desde las páginas de su revista. Frente a ellos, defendía que la mente individual y sus leyes

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eran prioritarias y antecedían, en todos los casos, al hecho social. Sólo el paso de los años hizo que se cuestionara la validez de esa afirmación y se identificara con una perspectiva en la que lo socio-cultural parti cipaba constitutivamente y desde el origen en la conformación de la conciencia individual. Más aún, con mayor o menor reconocimiento, es evidente que Wundt asumiría posteriormente buena parte del sentido y la estructura del programa de Lazarus y Steinthal. Lo hizo a regaña dientes, sin dejar de acusarles de falta de claridad estructural (Wundt, 1887), una característica, por lo demás, perfectamente achacable a su propia y desmesurada propuesta5. Más importantes y relevantes son, en todo caso, sus divergencias teóricas de fondo; sobre todo en lo que tiene que ver con la relación de mera analogía que Lazarus y Stienthal, siguiendo a Herbart, habían esta blecido entre la psicología individual y la Völkerpsychologie. Para Wundt, la psicología colectiva no reproducía simplemente el funcionamiento de una mente individual a otra escala, como si se tratara de dos planos pa ralelos. Muy al contrario, la dinámica de ambas, individual y colectiva, tenía que estar relacionada funcionalmente de una manera más sutil y compleja. En cierta manera, la mayoría de los rasgos singulares de la versión que Wundt ofreció de la psicología de los pueblos pueden derivarse de los intentos por resolver esa cuestión y definir «leyes psicológicas generales» que la explicaran (Jahoda, 1995). Vamos a plantear tres consecuencias teóricas relevantes y relativamente vigentes que, desde nuestro punto de vista, podrían extraerse del empeño de Wundt: la unidad psíquica de la es pecie como base del desarrollo humano; la intersubjetividad y la síntesis creativa como base del desarrollo cultural complejo; y los productos psí quicos o espirituales como material legítimo para el estudio psicológico. Al margen de recurrir a alguna fuente secundaria de forma puntual (por

5 Los diez volúmenes de la Völkerpsychologie conforman una obra descomunal y de muy difícil lectura, tanto por el aluvión de datos y referencias manejados, como por la ausencia de una sis temación realmente clara de la propuesta. Aludiendo a esta cuestión, el psicólogo cultural Gustav Jahoda, quizá la mayor autoridad en el tema, reconoce que fue incapaz de leerse todos los volúme nes. De hecho, no existe literalmente ningún especialista en Wundt que, en el momento actual, lo haya hecho. La mayor parte de los análisis y reflexiones de Jahoda se derivan de la tercera edición de la Lógica de Wundt, obra en que este último condensó y resumió los aspectos nucleares de su propuesta (Jahoda, 1995).

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ejemplo, Danziger, 1983; Haeberlin, 1980; Jahoda; 1995; Wong, 2009), abordaremos estas tres cuestiones manejando fundamentalmente sus Elementos de psicología de los pueblos (Wundt, 1912/1926). Wundt sub tituló este trabajo Bosquejo de una historia de la evolución psicológica de la humanidad y lo pensó originalmente como un anexo que debía acom pañar y subrayar la dimensión diacrónica de la obra mayor6. Como ya hemos dicho, fueron los Elementos los que popularizaron realmente la Völkerpsychologie, resultando mucho más manejables y accesibles que los diez enciclopédicos volúmenes.

La unidad psíquica de la especie Wundt trataba de evitar tanto los supuestos más especulativos e idea listas sobre el espíritu colectivo como la estrechez determinista planteada por el principio lamarquista y spenceriano de la herencia de los caracte res adquiridos. Sobre todo, a partir de éste último, muchos antropólogos físicos y raciólogos del siglo xix defendían la existencia de propiedades mentales básicas y constitutivas que, a la manera poligenista (varios orígenes en la especie humana), eran diferentes en cada una de las razas humanas. Estos rasgos distintivos provendrían de una herencia biológica implementada de forma diferencial en cada raza desde tiempos inmemo riales. Desde una sobreinterpretación de las tesis darwinianas, algunos biólogos como Ernst Haeckel (1834-1919) incluso llegaban al extremo de relacionar los orígenes de cada raza humana con una especie dife rente de mono (Harris, 1985). Otros planteamientos raciológicos como los del francés Gustave Le Bon (18411931), el alemán Karl Hillebrand (1829-884) o el austrohúngaro Max Nordau (1849-1923) no alcanzaron ese extremo, pero fueron igualmente utilizados para baremar la madu rez mental, caracterológica y, por ende, política de los distintos pueblos y naciones del mundo. Tomadas por científicas en la época, estas ideas

6 El plan de los Elementos de psicología de los pueblos tiene entidad teórica propia y resume la concepción de Wundt del desenvolvimiento de la mente humana desde un punto de vista históri co-cultural. Se presenta como un análisis transversal en el que se van identificando los principales episodios de la evolución psicológica de los pueblos (primitivo, totémico, de los héroes y dioses, de los estados y religiones nacionales y, en el horizonte futuro, de la Humanidad) y estudiando en cada caso la conexión entre los principales fenómenos y productos culturales supuestos por la Völkerpsychologie (lengua, mito, arte y religión y costumbre).

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se utilizaron deliberadamente para justificar el programa etnocéntrico y colonialista de las naciones occidentales en África, Asía y Oceanía desde mediados del siglo xix hasta la Segunda Guerra Mundial (Harris, 1985; Jahoda, 1995, Sluga, 2006). Por su parte, Wundt pertenecía al colectivo de intelectuales que ma nejaban un principio monogenista (un solo origen de la especie huma na) y estaban convencidos de la primigenia unidad psíquica de toda la especie humana. A partir de ella, las variaciones de estructura mental básica del ser humano se explicaban por la acción del medio ambiente geoclimático y cultural en el que se desenvolvía y relacionaba cada grupo humano. En lo que toca a la psicología de los pueblos, cabe señalar que Lazarus y Steinthal también compartían esta idea 7; pero, a diferencia de ellos, Wundt no mostraba interés especial por el reconocimiento y clasi ficación de los rasgos diferenciales de los distintos pueblos y naciones. Su planteamiento era, además, mucho menos etnocéntrico que el de los creadores de la primera Völkerpsychologie y matizaba continuamente la posibilidad de una rigurosa ordenación y distinción entre niveles de desarrollo cultural de los pueblos que compondrían la humanidad. El objetivo de Wundt era utilizar ese tipo d...


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