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Hugo Fernández Historia + Periodismo Carta a Benedetto Castelli: Galileo

Galilei

(1564-1642)

fue

hijo

del

músico

y

comerciante florentino Vicenzo Galilei y su esposa Giulia. Galileo recibió una educación religiosa y comenzó a cursar estudios de medicina en la Universidad de Pisa antes de decidir

cambiar

de

disciplina

y

especializarse

en

matemáticas. Tras obtener una cátedra en la Universidad de Padua,

se

dedicó

a

instruir

a

sus

alumnos

en

diversas

materias, entre las que se encontraban la Geometría y la Astronomía. En 1609, se inventó el telescopio en Holanda, y Galileo modificó

su

astronómica.

diseño Es

en

para

dedicarlo

este

contexto

a

la

cuando

observación empezó

a

interesarse por el sistema heliocéntrico de Copérnico, que establecía que todos los planetas del Sistema Solar giran alrededor del sol. También descubrió que la Tierra estaba en

movimiento,

y

que

su

órbita

era

la

responsable

del

transcurso de los días y las noches. Estos

descubrimientos

entraban

en

conflicto

con

la

cosmovisión de la época, basada en las Sagradas Escrituras, que establecía que la Tierra permanecía inmóvil el centro del universo y que eran todos los demás cuerpos celestes los que giraban a su alrededor. Mientras

Galileo

continuaba

observando

los

planetas

y

teorizando sobre el funcionamiento del universo, se corrió

Hugo Fernández Historia + Periodismo la voz de sus descubrimientos por toda Italia, llegando incluso

a

oídos

de

la

nobleza.

La

gran

duquesa

madre

Cristina de Lorena (1565-1637) expresó su preocupación al respecto a Benedetto Castelli (1578-1643), que había sido discípulo de Galileo. La duquesa era partidaria de la ideología predominante en la época, en virtud de la cual había que interpretar las escrituras de forma literal. Así, conocedora de que en un pasaje de la Biblia se menciona que Dios paró el sol para que Josué pudiera derrotar a los cananeos en su camino a la Tierra Prometida, instó a Castelli a escribir a Galileo para

informarle

de

que

sus

predicciones

no

podían

ser

correctas. Tras recibir una carta de Castelli en la que le narraba el suceso, Galileo, que era católico y conocedor de las represalias que podía sufrir por parte de la Inquisición por promover doctrinas contrarias a la fe católica, decidió contestar con la misiva a comentar, en la que trata de aunar sus teorías con lo dicho en las Escrituras. Meses después, en 1615, también escribió a la propia duquesa para calmar sus inquietudes y reiterarle que sus descubrimientos no atentaban contra la revelación divina. En la carta a Castelli, Galileo afirma que es imposible que

se

den

contradicciones

entre

la

naturaleza

y

las

Escrituras, dado que ambas han sido elaboradas por el mismo

Hugo Fernández Historia + Periodismo autor, Dios mismo. Sin embargo, matiza que interpretar lo dicho en las Escrituras de manera literal es un error, ya que

estas

se

elaboraron

de

forma

que

pudieran

ser

entendidas por el pueblo, lo que explicaría el lenguaje metafórico

y

la

carencia

de

referencias

a

fenómenos

excesivamente complejos como el ordenamiento del universo. Desde

una

perspectiva

actual,

y

siempre

dejando

constancia de las limitaciones que encontramos hoy en día para entender el modo de razonar de personas que vivieron hace siglos, considero que la carta de Galileo es un texto argumentativo eficaz y bien estructurado que utiliza la retórica con maestría. Por

ejemplo,

encontrar

los

sagrados, de

cuando

dice

verdaderos forma que

“Es

función

significados

se revelen

de de

los

sabios

los

pasajes

acordes con

aquellas

conclusiones naturales de las cuales la evidencia de los sentidos o las demostraciones necesarias nos hubieran dado certeza y seguridad,” se está a un tiempo cubriendo las espaldas y lavando las manos con respecto a la controversia generada. Afirmaba considerar que la Biblia y la naturaleza no se pueden

contradecir,

pero,

de

hecho,

su

teoría

se

contradecía con lo dicho en las Escrituras. Sin embargo, salió del paso aseverando que son los sabios y entendidos, entre los que no se incluye, los que deben resolver la

Hugo Fernández Historia + Periodismo aparente

contradicción

interpretando

el

verdadero

significado de los pasajes ambiguos de la Biblia. Sin embargo, y seguramente acuciado por el temor de que la propagación de sus teorías le ocasionara problemas con la Iglesia, Galileo se tomó tiempo para hacer referencia al pasaje de la historia de Josué que preocupaba a la duquesa Cristina. En primer lugar, hizo gala de sus conocimientos astronómicos

para

explicar

los

distintos

tipos

de

movimiento del sol y cómo influyen en el paso de los días y las estaciones. Después dio dos interpretaciones posibles a la aparente contradicción entre la naturaleza y el pasaje de las escrituras: o bien Dios no paró el sol, si no el primer motor responsable del movimiento del mundo, y las Escrituras recogieron este hecho de forma simplificada para que el pueblo pudiera comprenderlo, o bien su teoría es correcta

y

la

Tierra

orbita

alrededor

del

sol,

lo

que

significaría que Dios en efecto detuvo el movimiento de la estrella tal y como se recoge de manera literal en el pasaje. Cabe señalar que, en última instancia, los esfuerzos de Galileo por congraciar sus tesis con la doctrina oficial de la Iglesia no tuvieron éxito. En la época, imperaba una visión de la fe en virtud de la cual lo escrito en las Escrituras y la labor de los Padres de la Iglesia eran incuestionables.

El

propio

San

Belarmino

declaró

en

su

Hugo Fernández Historia + Periodismo carta a Galileo que el movimiento de la Tierra-en el que no creía- debía ser estudiado como un fenómeno abstracto y no como

una

peligros

realidad, de

además

seguir

de

advertirle

investigando

acerca

teorías

que

de

los

atentaban

contra lo promulgado por la Iglesia. En conclusión, considero que el texto a comentar es un muy

buen

ejemplo

de

los

primeros

esfuerzos

por

aunar

ciencia y fe en una época en la que las fronteras entre ambas esferas de conocimiento eran, cuanto menos, difusas. Poco

después,

ensalzar

la

durante

razón

la

frente

Ilustración,

se

a

a

la

fe

y

empezaría defender

a

una

separación entre ambas. Sin embargo, en vida de Galileo, esto

habría

resultado

impensable.

Él

era

a

un

tiempo

científico y creyente, y durante toda su vida se esforzó por compaginar ambos aspectos. Por

otro

lado,

resulta

realmente

interesante

tener

constancia de estos primeros desacuerdos entre ciencia y religión,

ya

que

sin

duda

son

útiles

situación

en

la

que

nos

encontramos

para y

entender

la

comprender

la

evolución de los puntos de vista de científicos y hombres de fe por igual....