Construccionismo Social PDF

Title Construccionismo Social
Course Psicología Social
Institution Universidad Siglo 21
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Construccionismo Social...


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Construccionismo social

Psicología Social

Construccionismo social Alfred Schutz fundó la fenomenología del mundo social, que era un estudio de la estructura del mundo a partir de la fenomenología de Husserl y la metodología de Weber (Álvaro Estramiana et al., 2007). Schutz tomó de Max Weber la metodología de trabajo, que otorga importancia ala comprensión del sentido de los actos humanos para explicar los fenómenos sociales. Pero Schutz va más allá en esta idea, ya que considera que la comprensión no solo es un método de análisis sociológico, como lo es para Weber, sino que es el pilar básico para la construcción de la realidad social de los individuos. El mundo de la vida, para Schutz, es un mundo de significados y sentidos infinitos y la vida cotidiana es solo una parte de ese mundo (Rizo, 2005). Los principales aportes de la fenomenología de Schutz fueron dos: en primer lugar, la definición de un nuevo objeto de estudio, que son las relaciones interpersonales y las actitudes individuales, y, en segundo lugar, el estudio del contexto en el que estas se desarrollan, que es el mundo de la vida cotidiana (Rizo, 2005).

Figura 1: Representantes del construccionismo social

Fuente: [Imagen sin título sobre representantes del construccionismo social]. (s. f.). Recuperado de https://goo.gl/UJBbke

Schutz, Berger y Luckmann proponen una psicosociología de la vida cotidiana que estudie el conocimiento que orienta la conducta de los individuos en la cotidianeidad. Pero también toman otros aportes, como el interaccionismo simbólico de Mead, la teoría de la acción social de Weber,

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el pensamiento dialéctico de Marx y la sociología objetiva de Durkheim (Álvaro Estramiana, Garrido Luque, Schweiger Gallo y Torregrosa Peris, 2007). Estos autores proponen que la realidad se construye socialmente, por lo tanto, hay que analizar los procesos por los cuales esto se produce. Presentan una fenomenología basada en la comprensión, al igual que Weber y Schutz, para comprender de qué manera las personas construyen la realidad a partir de sus interacciones simbólicas que, a su vez, les permiten comprender el mundo de la vida cotidiana que comparten con los demás individuos (Álvaro Estramiana, Garrido Luque, Schweiger Gallo y Torregrosa Peris, 2007). La realidad de la vida cotidiana es la realidad que se presenta como algo objetivo y externo al individuo. Es una realidad que existe desde antes de que el individuo nazca y continuara allí luego de su muerte. Pero, a la vez, es un mundo intersubjetivo que compartimos con otros individuos de la sociedad y no se pone en duda, salvo que surja algo que nos sorprenda porque se aleja de lo esperado. Cuando accionamos el picaporte de una puerta, esperamos que esta se abra, pero si esto no ocurre, indagaremos sobre la razón por la que no funcionó como esperábamos.

El mundo de la vida cotidiana se pone en duda solo cuando surge algo que no cumple con aquello que creíamos obvio.

El mundo de la vida cotidiana nos permite existir rutinariamente en una realidad que es significativa para nosotros, es decir, que tiene sentido para nosotros (Berger, y Luckman, 2003). Este mundo implica la interacción cara a cara con los otros y, en esa interacción, operamos con esquemas tipificadores que nos permiten interactuar con los otros en un aquí y ahora. Pero si nos alejamos de ese aquí y ahora en el que interactuamos cara a cara con otro individuo, las tipificaciones se vuelven más anónimas. Por ejemplo, “los típicos estudiantes universitarios”, “todos los jugadores de futbol”, etcétera, son expresiones anónimas. Por el contrario, si decimos “Juan es simpático”, individualizamos a Juan y lo hacemos único. Desde esta teoría se dio especial importancia al lenguaje, ya que es a través de este que los individuos pueden acceder al conocimiento de la realidad social y constituirse en el “mecanismo principal de objetivación de la vida cotidiana” (Álvaro Estramiana et al., 2007, p. 95). Para estos autores, los sistemas de signos son objetivaciones, en el sentido de que existen más allá

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de los individuos. Es algo que se presenta como externo, objetivo y coercitivo al individuo (Álvaro Estramiana et al., 2007). El lenguaje permite trascender el aquí y ahora, el encuentro cara a cara y la vida cotidiana, por ejemplo, cuando traigo a colación un sueño que pertenece al mundo onírico (Álvaro Estramiana et al., 2007). Berger y Luckman entienden que la sociedad es un proceso dialéctico que implica tres momentos: externalización, objetivación e internalización. Lo expresan de la siguiente manera: "la sociedad es un producto humano. La sociedad es una realidad objetiva. El hombre es un producto social" (2003, p. 82). La externalización es el proceso por el cual los productos humanos (las instituciones, el lenguaje, etc.) se perciben como algo externo, que precede al individuo y permanecerá más allá de este (Berger y Luckman, 2003). La objetivación es un proceso que se da a través del lenguaje, cuando los productos externalizados son compartidos por los otros individuos de la sociedad. La vida cotidiana se caracteriza por ser rutinaria y estar sujeta a la habituación y la tipificación y estas características son las que dan lugar a la institucionalización. Esto genera el fenómeno de la institucionalización. En cada interacción social, los individuos suponen una serie de tipificaciones que con el tiempo en una realidad externa y objetiva para las nuevas generaciones (Berger y Luckman, 2003). “Las instituciones se encarnan en la conciencia individual por medio de los roles” (Álvaro Estramianaet al., 2007, p. 95), ya que a través de los roles podemos tipificar las acciones de los otros y las propias. Estas instituciones se presentan con un poder coercitivo hacia los individuos y determinan las acciones permitidas–que son aquellas que mantienen el orden social– y las no permitidas (Berger y Luckman, 2003). La internalización es el proceso mediante el cual la realidad objetivada se proyecta sobre el sujeto a través de los procesos de socialización primaria y secundaria (Berger y Luckman, 2003). La socialización primaria es aquella que se da durante la infancia, cuando el niño internaliza un mundo que lo precede y ya está creado. En este proceso, el niño se identifica con quienes lo rodean y acepta los roles que le imponen. “Este proceso de identificación tiene lugar de manera progresiva, de forma tal que el niño acaba por hacer suyo el punto de vista de la sociedad en su conjunto” (Álvaro Estramiana et al., 2007, p. 96).

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Figura 2: En la socialización primaria el niño se identifica con las personas que lo rodean

Fuente: [Imagen sin título sobre padre e hijo]. (s. f.). Recuperado de https://goo.gl/ZmLQcC

Cuando el niño crece y conoce otros espacios diferentes a la familia, conoce otras instituciones sociales y comienza la socialización secundaria. En la segunda etapa, el niño asume roles basados en la división del trabajo y la distribución social del conocimiento.

Toda realidad es el resultado de la externalización de la actividad humana, de su objetivación por medio del lenguaje y de su institucionalización mediante la tipificación de las acciones de los otros. Esta dimensión objetiva de la realidad debe ser completada con su aprehensión por parte de los individuos. La internalización de la realidad objetiva gracias a los procesos de socialización primaria y secundaria da lugar a la dimensión subjetiva de la realidad. (Álvaro Estramiana et al., 2007, p. 97).

Para Berger y Luckman (2003), la sociedad, las tipificaciones y el lenguaje que se presentan como externos al individuo, pero en realidad son un producto de este, fueron construidos por los mismos individuos. La realidad se construye a partir de los significados que los individuos dan a sus acciones, por lo tanto, los individuos pueden mantener o modificar sus estructuras sociales.

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Referencias Álvaro Estramiana, J. L., Garrido Luque, A., Schweiger Gallo, I., y Torregrosa Peris, J. R. (2007). Introducción a la psicología social sociológica. España: Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Berger, P., y Luckmann, T. (2003). La construcción social de la realidad. Buenos Aires. Amorrortu. [Imagen sin título sobre escaleras]. (s. f.). Recuperado de http://www.nopuedocreer.com/wp-content/images/2010/09/BeautifulSteps.jpeg [Imagen sin título sobre padre e hijo]. (s. f.). Recuperado de https://rincondeautoestima.files.wordpress.com/2016/09/imitando-apapa.jpg [Imagen sin título sobre representantes del construccionismo social]. (s. f.). Recuperado de https://phantichkinhte123.files.wordpress.com/2017/02/hinh-dau-bai1.jpg Rizo, M. (2005). La psicología social y la sociología fenomenológica. Apuntes teóricos para la exploración de la dimensión comunicológica de la interacción. Global Media Journal [Edición Iberoamericana], 2(3), 19-33. Recuperado de http://gmje.mty.itesm.mx/articulos3/articulo_4.html

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