DeontologÍa PARA Profesionales DE LA EducaciÓn PDF

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Course Deontología Profesional
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DEONTOLOGÍA EDUCACIÓN

PARA

PROFESIONALES

DE

LA

Tema 1. Consideraciones previas a la elaboración de una deontología profesional 1. Introducción Los Códigos Deontológicos tienen como fin ser indicadores públicos del compromiso moral que los miembros de esa profesión asumen con la sociedad. Todas las profesiones deben cumplir unos criterios éticos generales comunes, porque en cualquiera se integran actividades realizadas por seres humanos que gozan de libertad, pero, además, cada profesión tiene unos requisitos particulares. Existen dos etapas para determinar las demandas éticas propias de una práctica profesional: 



Analizar las características y fisionomía de esa profesión (fines o bienes internos de esa práctica) y examinar el alcance de las repercusiones de su ejercicio, para hacer explícitos los principios teóricos del desarrollo de la práctica profesional. Examinar esa profesión en relación con las circunstancias en las que se lleva a cabo en el contexto social actual.

Tras haber analizado estos aspectos se determinará desde el punto de vista de la Deontología: Cómo se realiza y se controla la autonomía de las personas implicadas en el ejercicio de la profesión (profesionales, clientes, afectados…)  Cómo se realizan las exigencias de justicia en y desde la actividad profesional.  Cuáles son los principios y normar de la ética por los que debe regirse la profesión.  De qué manera la activad remite al bien común de la sociedad, particular de los beneficiarios y al perfeccionamiento personal del profesional.  Cómo se relaciona el ejercicio de la profesión con las virtudes que se requieren para el buen desarrollo de la práctica profesional.  Cómo se va a defender la pluralidad en el colectivo profesional. 2. Ética, deontología y libertad 

Hay autores que distinguen ética y deontología. La primera se circunscribe al plano íntimo de la conciencia individual y la segunda afecta a la dimensión social de la persona, se refiere a lo que es aceptado en una colectividad. Se emplearán indistintamente para la valoración de un trabajo en su relación con el bien desde la perspectiva moral. El término moral se puede equiparar con el de ética, entendida como indicaciones o normas que orientan el obrar de los sujetos libres hacia su propio bien. La ética hace referencia a lo que se le puede exigir al ser humano, porque es aquello a lo que debe aspirar. 1

Sólo desde la perspectiva moral se contempla el obrar humano en cuanto bueno o malo en sentido absoluto, como beneficioso perjudicial de cara a la consecución de la perfección humana entendida en sentido global. No hay acciones libres moralmente indiferentes, porque obstaculizan o favorecen el avance del ser humano hacia su fin. Hay dos tipos de acciones: las acciones que el hombre realiza voluntariamente, llamadas acciones voluntarias, actos libres o actos humanos, y las que escapan al control de su voluntad –actos del hombre-. El ser humano carece de instintos, por lo que debe prefijar cognoscitivamente el fin de sus acciones y proyectar cómo las va a realizar. Es decir, determinar qué quiere hacer y cómo va a conseguirlo antes de actuar. Todo lo que no está determinado biológicamente o es efecto de causas de orden físico, debe ser proyectado por la razón práctica, querido por la voluntad y ejecutado bajo su impulso. Se puede afirmar que quien hace uso de su libertad sabe lo que hace y lo hace porque quiere. Por eso los actos voluntarios son evaluables desde el punto de vista ético. Es posible emitir juicios de valor moral en las esferas de la vida en las que se presentan varias posibilidades de actuación. Es posible distinguir entre lo bueno y lo malo o jerarquizar lo mejor frente a lo que no lo es tanto y decidirse por alguno de los extremos o rechazar las posibilidades. Los actos voluntarios están precedidos por el conocimiento de una realidad que se valora como buena. Ésta atrae a la voluntad y el ser humano puede convertirla en un fin hacia el que se orienta la acción. Un error en el conocimiento o evaluación de la realidad puede tener consecuencias en las decisiones que se toman. Para que un acto sea voluntario debe realizarse porque la persona quiere hacerlo, sin verse forzada a obrar por factores externos no por la fuerza lógica de la argumentación. Cuando alguien actúa libremente es dueño de sus actos. El origen y la causa de su conducta están en la decisión de su voluntad. Es responsable de sus obras, ha de responder de ellas y tiene que ser capaz de justificar lo que hace ante su propia conciencia. 3. El trabajo humano Trabajo: proceso mediante el cual el género humano transforma la tierra y la convierte en ámbito en el que puede habitar. Es una actividad específicamente humana el sujeto del trabajo es el hombre. Desde un punto de vista objetivo, por medio del trabajo el hombre domina el planeta, domestica animales, cultiva la tierra, elabora productos y crea industria. Este dominio debe ser respetuoso con las exigencias de la naturaleza, para no destruir el equilibrio ecológico. Por otro lado, el trabajo humano se despliega también en el campo intelectual, artístico, servicios, investigación etc. Puede ser considerado en su dimensión subjetiva. El hombre es el sujeto del trabajo en cuanto a agente racional y libre, y llevarlo a cabo contribuye a la realización de su humanidad, a su perfeccionamiento. Puede hacer realidad la inclinación natural a la plenitud. Desde el punto de vista objetivo el trabajo puede y debe ser categorizado y jerarquizado. El primer fundamento del valor del trabajo es el hombre mismo, su sujeto. Aun suponiendo que algunos trabajos puedan tener un valor objetivo mayor que otros, cada uno se mide con el metro de la dignidad del sujeto, del hombre que lo realiza.

4. El concepto de profesión 2

Designa una realidad compleja, construida socialmente. No todo trabajo humano se considera profesión, ya que ésta debe reunir algunas características específicas. Las profesiones son ocupaciones que se ajustan a determinadas normas técnicas y morales. No son algo estático, se están redefiniendo constantemente en función de intereses, lugares, tiempos y circunstancias. En la actualidad profesiones: actividades laborales institucionalizadas que proporcionan bienes y servicios a la sociedad. Su ejercicio requiere formación especializada y reconocida. Son desempeñadas por un colectivo que establece las normas adecuadas y aceptables para su buen ejercicio. Cuando se emplea la palabra profesional para calificar un trabajo se quiere subrayar que su realización alcanza cierto grado de experiencia, en el sentido de hacer bien el trabajo (perspectiva técnica) y de hacer el bien con el trabajo (perspectiva moral o ética). Esta orientación hacia la excelencia puede considerarse de la perspectiva de la obligación (deber hacer lo que está bien) o desde la dimensión del ideal (la aspiración a lo óptimo). En otras ocasiones se utiliza el término profesión de acuerdo con una interpretación hegemónica (al reclamar cuestiones relacionadas con la retribución económica o el reconocimiento). Conviene diferenciar la noción de (elementos intelectuales y morales que sitúan a un individuo en relación con la práctica de la profesión que ejerce) de la “cultura profesional” (realidad más superficial o externa, a modo de ideología compartida o respuesta colectiva predominante entre los miembros de una profesión, que define sus actuaciones corporativas típicas). 5. Los profesionales. Profesionalidad Profesionales: grupo de personas que, por tener habilidades o conocimientos específicos, son expertos en un campo de la actividad humana y ofrecen un servicio a los demás por medio de una relación laboral institucionalizada. Poseen conocimientos y habilidades en un área concreta del saber y de la acción, que no están al alcance del público en general. Ser un profesional deja huella en la identidad e introduce al trabajador en una comunidad estructurada mediante patrones y normas de actuación que se sustentan en unos calores que configuran el sustrato de la identidad personal del profesional. Todo profesional es consciente de formar parte de una tradición laboral, asume con responsabilidad la tarea de alcanzar el fin de su profesión mediante el cumplimiento de sus deberes profesionales y procurando solucionar las situaciones problemáticas a las que se enfrenta. Para ser un buen profesional hay que ser bueno desde el punto de vista técnico y ser capaz de asumir responsabilidades éticas. Ambas vertientes se conjugan en el concepto de profesionalidad. Profesionalidad: describe la calidad en una práctica laboral y remite a la excelencia en su ejercicio. Cualidad que distingue a los buenos profesionales y define y articula las virtudes y el carácter de los miembros de la profesión. Actuar con profesionalidad influye positivamente en el buen resultado del trabajo y en el modo en que se asumen los roles, responsabilidades y funciones inherentes al tipo de trabajo, así como en el tipo de habilidades y conocimientos a adquirir para desarrollar adecuadamente las tareas relacionadas con el trabajo. Exige al trabajador un modo de actuación acorde con la

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naturaleza de la profesión, con el código ético que sustenta esa actividad y con las expectativas sociales  que se pongan al servicio de la sociedad los conocimientos, las habilidades y la experiencia. El ejercicio de la profesión puede considerarse desde dos perspectivas: -

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Externa. Se asocia a nociones como autoridad, poder, control social etc. y se aproxima más a la concepción hegemónica de profesión. Cuándo solo se considera desde esta perspectiva, la profesionalidad se reduce a estrategias y retórica utilizadas para alcanzar un estatus y se olvidan elementos esenciales como las cualidades que definen y articulan la calidad y el carácter de las personas que actúan en un grupo. Interna. Se subrayan las actitudes, el comportamiento, la autonomía del profesional etc. Para realizar cualquier oficio con profesionalidad, el buen profesional debe desempeñarlo con un alto grado de responsabilidad:

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Por respeto a sí mismo como respuesta a la propia identidad o vocación profesional. Por amor a la obra bien hecha Por las consecuencias que se derivan de su trabajo en servicio a los intereses comunes Por amor a la justicia y el respeto al marco civil e institucional en el que se inserta la profesión.

Tema 2. Los profesionales de la educación 1. Qué es educar El primer paso para la elaboración de la Deontología de un trabajo profesional es examinar la naturaleza propia de la actividad objeto de estudio. En el caso de educación, hay varios términos que aparecen siempre en sus definiciones: perfeccionamiento, finalidad, socialización, autorrealización, comunicación, intencionalidad, influencia etc. Ocho rasgos del proceso educativo que presentan distintos autores a la hora de definir la tarea de educar: -

Educación: actividad de crucial importancia para el pleno desarrollo de la persona. Se orienta al perfeccionamiento Perfeccionamiento: debe abarcar todas las capacidades humanas, contribuyendo a la mejora de la persona en su totalidad En todo proceso educativo se da transmisión y adquisición de conocimientos. Los resultado educativos no se logran sin esfuerzo Papel imprescindible en la socialización La relación educativa se estructura como proceso de comunicación hay emisor, receptor, mensaje y contexto en el que éstos se relacionan. Es una tarea esencialmente moral. El lenguaje más adecuado para referirse a ella es el que incluye referencias a juicios de valor.

Tres rasgos esenciales de cualquier proceso educativo: -

Carácter intencional: hay autores que sostienen que este aspecto es lo específico de una situación/acción educativa. La intencionalidad educativa se expresa en dos esferas: 4

o Intencionalidad educativa personal: se refiere a la conciencia del propio educando sobre su proceso educativo (autoeducación) y a la intencionalidad del educador. o Intencionalidad educativa colectiva: que una determinada comunidad proyecte su voluntad -

educadora promoviendo y/o dirigiendo actividades, proyectos y centros educa. Carácter ético-moral: en este proceso se produce en el encuentro de dos libertades (educandoeducador) y cada uno debe asumir la responsabilidad en el uso de su libertad en la relación educativa. El carácter moral también se pone de manifiesto porque educar es favorecer la búsqueda de la plenitud personal y el esfuerzo para alcanzar estilos de vida valiosos. El concepto de educación es intrínsecamente normativo. Se caería en una contradicción lógica si se dijera que una persona ha sido educada pero que la educación no le ha hecho mejor.

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Carácter relacional: dos perspectivas: o Intergeneracional: las generaciones adultas tienen la responsabilidad de educar a las más jóvenes. o Intrageneracional: educación entre iguales.

Estas propiedades configuran un entramado de valores, llamados “Intangibles pedagógicos”. Es inútil pretender su control y cuantificación numérica. Educación: Conjunto de tareas orientadas a promover el aprendizaje y el perfeccionamiento humano, que requiere de conocimientos y habilidades técnicas, morales y artísticas vinculadas con la dimensión personal del ser humano. 2. La educación como una práctica humana Desde los orígenes de la Filosofía se ha señalado que la actividad humana puede desplegarse en dos líneas: -

Poiesis: producción o fabricación de objetos. El sujeto realiza algo exterior a sí mismo (to make). Praxis: la acción cuyo efecto es algo que queda en el sujeto que actúa y le perfecciona (to do).

MacIntyre define práctica como una forma coherente y compleja de actividad humana cooperativa reconocida socialmente. Los bienes específicos de dicha actividad se consiguen y realizan en su propio desarrollo, cuando se aspira a alcanzar el estándar de belleza que le corresponde. Como consecuencia de la práctica las capacidades humanas se perfeccionan en el ejercicio de la actividad. Hogan rasgos de las actividades prácticas: -

Acciones cooperativas complejas, estructuradas de forma coherente. El fin es un bien interno, inherente a la misma actividad. Estos bienes se logran cuando se aspira a la excelencia en la realización de la actividad. El avance en el nivel de excelencia ayuda a definir la práctica. Las capacidades humanas necesarias para el buen desarrollo de la práctica, se cultivan y perfeccionan con el ejercicio. Las prácticas tienen una historia y evolucionan a lo largo del tiempo. El desarrollo de la práctica establece relaciones entre las personas implicadas 5

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Para alcanzar los bienes inherentes a una práctica hay que desarrollar cualidades como valentía, autenticidad, confianza etc. Las prácticas requieren instituciones que las apoyen El ejercicio de una actividad práctica, además de dirigirse a conseguir los bienes internos, pude realizarse buscando recompensas extrínsecas. El ejercicio adecuado implica reconocer el valor de sus bienes internos y los niveles de excelencia que es necesario alcanzar para lograrlos.

Algunos autores han caracterizado la educación como un tipo de práctica que se orienta de modo específico y primario a promover el desarrollo humano en toda su plenitud. El bien intrínseco de la práctica educativa: favorecer el pleno desarrollo de la persona humana. La práctica educativa no beneficia exclusivamente al beneficiario (educando), sino que puede contribuir al perfeccionamiento de quien la realiza y contribuye a dar sentido a su propia vida. Un rasgo esencial de valor educativo de una práctica es la vinculación intrínseca que existe entre los medios empleados y los fines a los que se orientan. Los criterios de valor que rigen el ámbito de los fines que el educador se propone alcanzar deben estar presentes a la hora de seleccionar los medios. Hay que distinguir entre lo que solamente es un medio para conseguir algo y lo que constituye la vía para lograrlo. En educación, las técnicas e instrumentos pertenecen a esta segunda categoría, porque han de estar en dependencia del fin para el que se utilizan y ser congruentes con él. Por otro lado, no es posible aplicar los principios generales a los problemas concretos de la acción práctica de manera impersonal, neutra o desinteresada. El carácter moral y deliberativo de la acción educativa hace que estos problemas tengan que plantearse y resolverse en términos de virtud, y no sólo de técnica y habilidad. 3. La educación como relación de ayuda asimétrica En el marco de la acción pedagógica se habla de relación educativa para referirse al tipo de vinculación, dependencia o influencia recíproca entre los agentes educativos. Se describe como relación de ayuda entre educador y educando, de que se derivan rasgos como la asimetría, confianza, autoridad etc. Una de las características más notables de las relaciones de ayuda es que los “clientes” deben considerarse bajo el prisma personal en cuanto seres humanos concretos. Las necesidades de los beneficiarios son las que determinan la práctica. Estas profesiones casi siempre reclaman un elemento vocacional y exigen disposiciones como posponer los propios intereses para dar prioridad a los de los demás, confidencialidad, capacidad de empatía etc. Requieren entrega personal y olvido de sí mismo. Suelen ejercerse en circunstancias en las que se recibe muy poco a cambio, en términos salariales y de reconocimiento social. Una de sus principales características es que en ellas se establecen relaciones de tipo asimétrico, porque una de las partes se presenta como dependiente de la otra: el educando es la parte pedagógicamente más débil y vulnerable. Esta asimetría típica tiene consecuencias importantes de cara a la elaboración de una deontología profesional. Rasgos de las relaciones educativas: -

Vulnerabilidad 6

Aunque en todas las profesiones de ayuda se da cierta asimetría, en la relación educativa existe mayor grado de vulnerabilidad en el educando, porque se pide al profesional que intervenga, que interfiera positivamente en el desarrollo integral de quienes le son confiados, que actúen para que cambien a mejor. Pero el profesional puede fallar en su tarea y defraudar la confianza. La asimetría y la vulnerabilidad muestran la necesidad de que se establezcan unas pautas para regular las relaciones, reduciendo el riesgo de que el más fuerte se aproveche del débil. Esta es una de las funciones de los Códigos Deontológicos, aunque no puedan prevenir el abuso de poder en todos los casos. -

Autoridad El buen funcionamiento de cualquier grupo humano precisa que exista y se reconozca algún tipo de autoridad. La autoridad que debe poseer un educador es un rasgo esencial del carácter, y no sólo resultado del aprendizaje de destrezas o habilidades técnicas. Nace de la simbiosis entre las cualidades innatas (temperamento) y su modulación por medio del saber adquirido y la capacidad de dominio de uno mismo. Diferencia entre los conceptos autoridad y poder (autoritas y potestas): o Autoridad: saber socialmente reconocido. Se funda en el saber y es de índole intelectual. Alude más directamente a “autoridad moral”, tipo de fuerza que ejerce la verdad y carece de poder físico. Quien tiene autoridad sabe. o Potestad: poder socialmente reconocido. Se funda en la fuerza y tiene un carácter volitivo, operativo. Quien tiene potestad no necesita saber, ya que dispone de una autoridad coercitiva que ha obtenido o recibido por delegación de otro que tiene autoridad o potestad. Quien tiene potestad manda. Atendiendo a su naturaleza, la potestad debería subordinarse a la autoridad, porque quien sabe es la persona más adecuada para aconsejar sobre lo que se debe hacer. No es posible aplicar esta distinción automáticamente al campo educativo, porque autoridad y potestad se unifican en el educador: tiene la autoridad que le otorga su saber y detenta un poder que le permite reclamar atención, respeto y obediencia. Hay dos estilos de ejercer la autoridad educativa: (1) Basado en la concepción externa de la autoridad, apoyada en el po...


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