Egipto Antiguo - Capítulo 4 PDF

Title Egipto Antiguo - Capítulo 4
Course Historia Antigua
Institution Universidad Nacional de Córdoba
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La Prehistoria y los primeros tiempos dinásticos...


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La Prehistoria y los primeros tiempos dinásticos - Capítulo 4 Desde los inicios, la egiptología se centró en los espectaculares y prometedores vestigios de los tiempos históricos, mucho más rentables en cuanto al hallazgo de piezas de valor artístico y de objetos que pudieran interesar. Y por otro lado, la certeza de que los orígenes de la “revolución neolítica” no se encontraban en el valle de Nilo, que desempeñó un papel secundario en un proceso que efectivamente tuvo en tierras del Próximo Oriente. Durante mucho tiempo, la prehistoria y protohistoria egipcia han sido víctimas de abusos al recurrir a modelos explicativos cuando menos cuestionables. Es primordial explicar la naturaleza y su cambios, especialmente es relevante el reconocimiento de lo llaman “Neolítico Subpluvial”, una tendencia secular hacia la aridización, que ofrece picos de menor disponibilidad de recursos hídricos en la segunda mitad del IV milenio a.C., cuando se genera la unidad de Egipto y a fines del III milenio coincidiendo con el Primer Período Intermedio, ayuda a comprender muchos aspectos del desarrollo histórico. Con las dos primeras dinastías, el uso de la escritura es muy restringido, han quedado pocas inscripciones y textos. De todas formas ha sido la arqueología la que más ha contribuido al conocimiento del Egipto Arcaico o Tinita.

IV.I. EL EGIPTO PREDINÁSTICO IV.I.I. La neolitización del valle del Nilo No es fácil precisar cuándo o de qué forma se introducen las prácticas agrícolas y ganaderas. Las primeras comunidades neolíticas egipcias aparecen entre el VI-V milenio a.C., en el Fayum y en los bordes occidentales del delta. En el Fayum se han identificado dos niveles neolíticos (A y B). Fayum B es anterior, participando en las más arcaicas tradiciones. Fayum A, es la primera gran cultura neolítica egipcia. Trigo, y hasta tres tipos de cebada se cultivaba, además del lino. En la ganadería, se atestiguan cabras, ovejas y cerdos. Los caracoles tienen un notable papel dentro de la actividad cinegética y pesquera. Los pobladores eran seminómadas. El yacimiento neolítico de Merimde beni Salameh, algo más al norte de El Cairo, ofrece distintas fases de habitación, con su máxima expresión en casas o chozas ovales, hay nexos posibles con Fayum A y el Sahara, pero también con Palestina y Asia. Aunque se ha hablado de enterramientos dentro de los poblados, existen necrópolis independientes con enterramientos simples. Los ajuares son escasos y pobres, consistentes normalmente en útiles líticos, depósitos de cereal, pendientes o cuentas.

En el sur aparece la Cultura Badariense, una serie de culturas prehistóricas del Alto Egipto que se van a suceder hasta la llegada de los tiempos faraónicos. Con una producción artística muy destacada y las necrópolis son en realidad la fuente de la que preceden la mayor parte de los ajuares y objetos. Las tumbas son simples fosas avaladas, y algunas con una inusual estructura rectangular con elementos de madera. Por otra parte, aparecen también enterramientos de animales, perros, cabras y ovejas, envueltos en pieles pero sin ningún ajuar, sin que se tenga claro cuál es su significado religioso.

IV.I.2. Las grandes culturas Predinásticas del Alto Egipto A partir de finales del V milenio a.C., ya avanzado el Predinástico, el Alto Egipto se convierte en el marco de una sucesión de importantes culturas que van a asumir un protagonismo que finalmente va a suponer la superación de los tiempos prehistóricos y el nacimiento del estado faraónico. A comienzos de ese IV milenio, aparece la Cultura Amratiense o de Naqadah I, denominación que proviene del yacimiento de Naqadah, de los más importantes de la prehistoria y protohistoria egipcia. Se difunde por buena parte del Egipto Alto y Medio. En Naqadah I, se pudieron realizar ya los primeros intentos de fijar marcas o inclusos pictogramas, iniciándose en lo que luego será la escritura egipcia. Con el desarrollo de las técnicas líticas, el arte de las paletas experimenta un comprensible auge. El período de Naqadah I, fue el apogeo del arte de las estatuillas antropomorfas. La cerámica es muy apreciada y de gran interés cultural e histórico. Aparecen embarcaciones, así como elementos de diseño y naturaleza difíciles de determinar, marcas o signos que algunos han valorado como los primeros pasos de la escritura jeroglífica. Los enterramientos siguen en general las tradiciones del Badariense. A partir del 3600/3500 a.C. se desarrolla la Cultura Gerzeense o Naqadah II, la última y más brillante fase del Predinástico egipcio. Ahora todo el país se va a ver incluido en un mismo horizonte cultural. Situada en el Alto Egipto, donde luego de una aceleración en todos los aspectos desembocará en la aparición del estado faraónico. Desde 3200/3150 hasta 3000/3050 a.C., se ha ido definiendo una subfase llamada Naqadah III o a veces llamada sencillamente Protodinástico, que contempló la trasformación concreta del país hacia el establecimiento de la monarquía faraónica y la unificación. La mayor concentración y densidad de la población animará los intercambios y relaciones de todo tipo, incluida la competencia por el control de la tierra y rutas. La jerarquización socio-económica se irá haciendo más compleja, con procesos de concentración de poder en manos de unas elites y caudillos de tipo militar. Los contactos con el mundo exterior se intensifican particularmente con el Próximo Oriente, la franja siro-palestina y Mesopotamia. Quizás esos intercambios por la existencia de estas elites, estimularon las rivalidades y disputas, sobre todo por el control de las rutas. La Cultura de Naqadah II, se caracteriza por un notable desarrollo de la metalurgia del cobre. La cerámica presenta una clara continuidad con Naqadah I, aunque con notables variantes en la decoración. Las necrópolis de Naqadah II (y Naqadah III) ofrecen un interés extraordinario por reflejar, las situaciones de jerarquización y de estratificación social. La población comienza a centrarse en núcleos, casas, edificios de tipo público (templos y quizás palacios), elementos necesarios en función del desarrollo socio-político.

IV.I.3. El nacimiento del estado faraónico El momento final del Predinástico, es lo que se ha de llamar fase de Naqadah III, Protodinástico o también Dinastía 0, por conocerse ya los nombres de una serie de caudillos o jefes, que podríamos llamar “protofaraones”, que terminan siendo los protagonistas de la unificación final del país. Menes, es reconocido por Heródoto como el primer faraón y el fundador del estado.

El país estaba dividido en dos reinos, el Alto y el Bajo Egipto, donde este termina siendo vencido por el primero. Esto al menos se ajusta a muchos elementos de ritual y del protocolo de faraón, donde siempre se resalta el carácter de monarquía doble, y prioridad de los atributos simbólicos del Alto Egipto. Además concuerda con la información de la Piedra de Palermo, que antes de la Dinastía I incluye dos listas paralelas de reyes predinásticos del Alto y Bajo Egipto. Por otro lado, esta dualidad protohistórica se ha vinculado al mito de la oposición y lucha de Horus y Seth, siendo el primero encarnación del Bajo Egipto y el segundo dios y patrono del Alto Egipto. Las razones del proceso de unificación, en un panorama fragmentado políticamente. Al final del IV milenio a.C., el valle del Nilo debía estar articulado en decenas de pequeñas comunidades, que irán desarrollando un diversificación social y económica cada vez mayor, donde se irán formando progresivamente sistemas de jefaturas o caudillaje dotados de creciente autoridad y carisma. Posiblemente hubo una rivalidad entre Hierakómpolis y Naqadah-Ombos por la supremacía del Alto Egipto, aunque el triunfo encubriría a Tinis-Abidos. Lo cierto es que a finales del IV milenio, desde el punto de vista de la cultura material, Egipto ya era prácticamente una unidad. IV.2. LA ÉPOCA TINITA (EL EGITO ARCAICO. DINASTÍAS I Y II -3050-2675 a.C.) A comienzos del III milenio a.C. el valle del Nilo aparece como un estado unificado bajo una sola autoridad. Se disponen de algunos textos posteriores que aluden a la Época Tinita, como la Piedra de Palermo, que incluye fragmentos de los reinados de la Dinastía I y algo de la Dinastía II. Dos grandes campos arqueológicos de Época Tinita han sido excavados y estudiados de forma sistemática, la necrópolis de Sakkarah y de Abidos, aunque no se sabe cuál de las dos fue la necrópolis real. No olvidemos que los primeros faraones fueron del Alto Egipto, donde estaban sus más fieles seguidores. Si bien las tumbas de Sakkarah son mayores, la necrópolis de Abidos es más completa, donde además se encontró el único resto humano. El reinado del primer faraón atestiguado en la Dinastía I, fue Aha. Se centró especialmente en la consolidación de la recién adquirida unidad y en los esfuerzos por integrar las distintas partes del país. Sin duda el reinado mejor conocido y más importante de la Dinastía I, fue el de Den o también conocido como Udimu. Con Den el modelo de la realeza faraónica alcanza una más compleja formulación ideológica y simbólica: por primera vez aparece el título de “Rey del Alto y Bajo Egipto”. El final de la Dinastía I es complejo y reflejo una situación de tensión que pudo hacer que se resintiera la unidad del país. La historia de la Dinastía II está marcada por problemas que afectaron especialmente al mantenimiento del estado unificado. Se han dicho varias versiones apuntando sobre todo a la ruptura de la unidad y vuelta a la fragmentación de finales del Predinástico. Igual esta Dinastía se cerrará con una recuperación de la unidad, no sin que se dieran violentos enfrentamientos entre norteños y meridionales. IV.2.I. La civilización egipcia en la Época Tinita El estado egipcio aparece desde sus orígenes centrado en la figura del faraón y en una ideología monárquica. El palacio real es el auténtico centro político del país. Es posible que los soberanos tuvieran varias residencias. Estos palacios debieron estar divididos en una parte oficial, pública, en donde el soberano aparecería en su esplendor, recibirá en audiencia y celebraría sus consejos. Muy importante es el papel de la reina, por lo que puede deducirse del tenor y contenido de sus títulos. Por debajo del rey y su familia se encuentra una organización administrativa que posiblemente sería muy compleja y sofisticada. Había grandes ministros, muy próximos a la figura del faraón. La sociedad de éste período ya los dos grandes grupos tradicionales: por un lado, una aristocracia cortesana con una vocación de elite muy marcada y centrada en la figura del faraón y por otro, una masa campesina de la que no se sabe mucho, según los registros.

Buena parte de los contactos externos de Egipto, fueron económicas: la búsqueda de la madera de Siria y Palestina. La religión es mal conocida, no quedando vestigios importantes de templos, ni grandes recopilaciones de textos religiosos. Por la antroponimia y por los pequeños objetos de protección, amuletos y joyas, sabemos que se rinde culto a Anubis, a Thot y aún con una difusión y popularidad que es difícil de precisar, a Isis y a Osiris....


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