EL Diablo Mundo - Apuntes 1 PDF

Title EL Diablo Mundo - Apuntes 1
Course Literatura
Institution Universidad a Distancia de Madrid
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apuntes el diablo mundo de espronceda...


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EL DIABLO MUNDO – ESPRONCEDA

BIOGRAFÍA José de Espronceda y Delgado es considerado como el poeta romántico por excelencia. Tomó parte activa en la vida política, literaria y periodística de su tiempo. Nació en Badajoz en 1808 y murió en 1842. Educado en Madrid en el colegio del liberal Lista, tuvo una vida aventurera motivada por su carácter impulsivo. Pronto abandonó el colegio y las doctrinas de su maestro por considerarlas excesivamente moderadas y reservadas ante el liberalismo y el romanticismo literario. Él junto a algunos alumnos de Lista crearon la “Academia del Mirto”, y fue aquí donde compuso y leyó sus primeros poemas. Fundó una sociedad secreta “Los Numantinos” para vengar la muerte de Riego, que le lleva a refugiarse en un convento, donde a instancias de Lista, comienza a escribir Pelayo, un poema épico sobre la conquista musulmana de España que nunca llegó a terminar. Se dirige a Gibraltar y de ahí a Portugal, donde conoce a Teresa Mancha, hija de un liberal emigrado, de la cual se enamora profundamente y la sigue hasta Londres. Toma parte en las luchas revolucionarias de París y en un complot contra el régimen absolutista de Fernando VII y regresa de nuevo a París. Allí se encuentra a Teresa casada y, como es habitual en la impetuosidad de su carácter, la rapta. En 1832 regresa a España y trabaja como Guardia de Corps, cuerpo del que es expulsado por leer poemas en contra del Gobierno. En 1834 funda el periódico “El Siglo” que tan sólo dura dos meses y publica sus artículos en “El Artista” y “El Español”. Forma parte del “Liceo Artístico y Literario”, lugar donde lee por primera vez El estudiante de Salamanca. Espronceda es nombrado secretario de legación en La Haya, a instancias de Espartero que pretendía alejarlo de España, pero regresa en pocos meses para ocupar su asiento en el Congreso. Su vida amorosa discurre por un continuo abandono y reconciliación con Teresa , hasta que ésta lo deja definitivamente. El último encuentro con Teresa se produce en su propio velatorio: ella ha muerto. En 1842, cuando comienza a recuperarse del golpe y está a punto de casarse, siendo miembro del Congreso, muere repentinamente de una afección de garganta, con tan sólo 34 años. Su carácter le hizo ser el poeta de la desesperación y del entusiasmo. Reacciona ante cualquier dolor o placer y, aunque su visión del mundo sea negativa, vibra ante cualquier cosa que signifique la exaltación de la vida. Algunos críticos han considerado esta actitud como una pose literaria Sin embargo otros autores, como Gil de Biedma o Guillermo Carnero (pag. 155) opinan que dejando a un lado los poemas que siguen una pauta estilística determinada, hay otros en los que se ve claramente la manifestación de lo que

es la lírica moderna, la poesía de la experiencia. Para ellos, el mérito de Espronceda es “haber comprendido que el romanticismo, antes que una moda, representaba un cambio fundamental en la concepción del poema”. El propio Espronceda manifestaba en una de sus lecciones en El Liceo que “la poesía es la expresión del estado moral de la Sociedad”, porque pensaba que a través de la poesía se podía expresar la experiencia y la conciencia de la Humanidad. LA CREACIÓN LITERARIA DE ESPRONCEDA La producción literaria de Espronceda es corta y tardía si tenemos en cuenta que los escribió entre los veinticuatro y treinta y dos años. Comenzó escribiendo una serie de artículos como “El ministerio Mendizábal” entre otros, y en 1834 terminó la novela histórica Sancho Saldaña en la que trata uno de los temas románticos por excelencia: el vacío espiritual suplido con el amor, que tampoco lo soluciona y desemboca en la desesperación. Tiene su personaje Usdróbal una semejanza al de Adán, ambos representan a un hombre nuevo, ambos aspiran a formar parte de la clase alta y de la misma manera. También aportó al teatro tres obras: la comedia Ni el tío ni el sobrino (estrenada en 1834), escrita en verso y en colaboración con Ros de Olano, al estilo de las moratinianas. Un drama en prosa Amor venga sus agravios (estrenada en 1838), que se desarrolla en la corte de Felipe IV y una tragedia neoclásica Blanca de Borbón (escrita posiblemente en 1831) en endecasílabos asonantados que narra el asesinato de la protagonista por Pedro el Cruel, que fue publicada por su hija Blanca en 1870. Pero su aportación es en el campo de la poesía. Sus comienzos fueron neoclásicos, por la influencia de Lista y Meléndez Valdés, y esto quedará reflejado en los poemas escritos entre 1823-26 (“La noche”, “A la mañana”). Esta etapa se caracteriza por el verso fácil y ornamental, lleno de adjetivos que, ingenuamente, comienza a reducir para mejorar su poesía. La contemplación de las cosas es un mero pretexto para divagaciones sentimentales o metafísicas. En 1840 aparece Poesías. En ella se hallan poesías líricas, canciones, poemas de asuntos históricos y el ensayo épico Pelayo. En todas ellas comienza a vislumbrarse un tímido romanticismo. Hay una segunda etapa en la que aparecen los dos poemas extensos El diablo mundo y El estudiante de Salamanca que, aunque catalogado en su época como cuento, pertenece al género de poesía narrativa extensa. También compone breves poemas que representan una protesta contra la sociedad y la vida, a través de personajes marginados (El mendigo, El cosaco, El verdugo, La canción del pirata, entre otras).

Estas obras son profundamente románticas y simbolistas, en las que el lenguaje se vuelve descarnado y se enriquece con el uso del sustantivo, que adquiere una carga semántica nueva y profunda, decreciendo la adjetivación. Su obra poética se podría dividir en tres grupos que son los siguientes: a) Poemas políticos, patrióticos y libertarios: que comienza con “A la Patria”, al que le siguen sonetos a la muerte de Torrijos, un llamamiento a las armas contra los carlistas, el “Dos de Mayo”, etc. b) Poemas sociales y de libertad individual: “El canto del cosaco”, “la canción del pirata”, “el mendigo”, “el verdugo”, etc. c) Poemas de la lírica moderna y amorosa: “A Jarifa en una orgía”, “A una estrella” o el filosófico “Himno al sol”. EL ESPRONCEDA ROMÁNTICO: OPINIONES Y FUENTES. Espronceda se le ha considerado el autor romántico por excelencia. El desorden, las innovaciones métricas y la parodia configuran el romanticismo macabro de esta obra. Marrast considera a El diablo mundo el único verdadero poema romántico español, por su humorismo y rebelión contra la realidad. Anticipa, con sus originales formas, la nueva narrativa. Según Ángel del Río fue “el poeta que en la literatura española en su momento sintió más la inquietud de los temas universales” (Díez Borque, J.M.: Historia de la literatura española, Madrid (1980): Taurus. Pág. 449). Gil de Biedma y Carnero (Barcelona (1982): Cátedra. Pág. 157) consideran a este autor como “el primer poeta moderno en nuestra lengua”: la sensibilidad que despliega en sus versos (nueva en aquel momento), la inventiva de melodías verbales (no muy frecuente en los poetas españoles), la eficacia narrativa y descriptiva y la caracterización de los personajes fueron recursos que Espronceda utilizó con toda naturalidad y aplicó en poco tiempo, teniendo en cuenta que era un autor con “una experiencia vital y literaria intensa pero limitada”. Gil de Biedma insiste en que esta obra es la más interesante del romanticismo español, “merecedora de un puesto de honor en la historia de nuestra poesía que actualmente no muchos le otorgan”, a pesar de “sus fallos y del innegable matiz provinciano de sus pretensiones trascendentales”. (Cátedra. Pág.167). En lo que respecta a sus fuentes, éstas han sido muy debatidas, aunque se puede incluir a Byron, Voltaire, Goethe o Tasso entre los autores que Espronceda leyó. De hecho, diversos críticos han encontrado afinidad entre el poeta español y Byron, pero se han limitado a aspectos formales, literarios o estilísticos. Brereton afirma que al lado de la influencia byroniana, podemos encontrar otras correspondencias con el neoclasicismo español, con Voltaire, Víctor Hugo o

Ramón de la Cruz, pero la conclusión es que esta obra lleva “el sello de su genio particular” (Alborg, J.L.: Historia de la literatura española, Madrid (1982): Gredos, pág.340). Si observamos el panorama romántico español, nos encontramos un ambiente poco propicio para las ideas y filosofías de Espronceda. Es comparado a poetas tan opuestos a él como Martínez de la Rosa (a caballo entre el Neoclasicismo y el Romanticismo), el Duque de Rivas (que exalta las tradiciones nacionales) o Zorrilla (trovador de lo “cristiano” y lo “español”). Son poetas que muestran una concepción anticuada de la realidad, que no correspondía con la sociedad española de la época, y que profesan un romanticismo monárquico y tradicionalista. Larra se quejaba repetidamente de la necesidad de una literatura nacida de la experiencia y de la historia que iluminara el porvenir, que estuviera fundada en el estudio, en el análisis, mostrando todo con profundidad tanto en prosa como en verso, que mostrara al “hombre no como deber ser, sino como es para conocerle”. La respuesta a los planteamientos de Larra está en la figura de Jose Espronceda. Un autor que nació en medio de la desilusión y de la crisis de conciencia que se extendía por toda Europa en el siglo XVIII dando lugar a la mentalidad romántica. El mérito de este poeta español es haberse identificado con una corriente que en España no penetró realmente porque la tradición moral, el absolutismo político y religioso impidieron la propagación de las ideas de progreso y el nacimiento de una literatura que guiara a los hombres en su camino hacia el porvenir. EL DIABLO MUNDO INTRODUCCIÓN: El Diablo mundo es el último poema extenso de Espronceda. Comenzó a escribirlo en 1839 y en los dos años siguientes publicó varios fragmentos en revistas, leyó algunas partes en el Liceo y Boix lo editó por entregas. Cuando murió no lo había acabado. Se trata, por tanto, de una obra inconclusa, dividida en una introducción, seis cantos y algunos fragmentos del séptimo canto publicados en revistas. Marrast opina que la intención de Espronceda con esta obra fue la de sintetizar la poesía social y la subjetiva, sin recurrir a un tema tradicional. En ella se mezcla lo dramático y lo lírico, lo narrativo y el cuadro de costumbres, lo trascendente y lo fútil. Era una obra para ser publicada por entregas, por lo que, en ocasiones, prevalece la fragmentación, la arbitrariedad y el desorden. Se refleja el pesimismo del autor, en la linea del romanticismo revolucionario, con cambios de expresión constantes (lo patético y lo lírico, lo dramático con el sarcasmo), según algunos autores. Martinengo, sin embargo, opina que la ironía junto al polimorfismo son los elementos unificadores de una

obra que no está ni desorganizada, ni dispersa (V.V.A.A., Historia de la literatura española, Volumen II, Madrid 1990, Cátedra, pág. 926). Esta obra expresa el espíritu romántico byroniano, pero crea su propio estilo y temas, entre los que destacan la fugacidad de su propia creación, la tensión entre la vida y la muerte, la relación individuo-sociedad y su posterior rebelión, representa una condena de las clases conservadoras, a quienes describe en pinceladas goyescas: “hipócritas parleros”, “charlatanes eruditos”, “funesta plaga”, “gusanos”. “turba de viejas”,etc. Es un poema de fondo simbólico, en el que el poeta trata de problemas metafísicos (Dios, el Hombre, el sentido de la Vida y de la Muerte). Para Espronceda esta obra quiere ser un “cierto trasunto del hombre y su quimera, tras la que va la humanidad entera”. ARGUMENTO: Se trata de una alegoría sobre la existencia (dividida en una introducción y seis cantos), en la que su protagonista Adán, que encarna el género humano, tiene que elegir entre morir, y conocer la verdad última, o vivir eternamente. Escoge esta última opción y a partir de este momento, renace desde su senectud hacia una juventud limpia, pura, inocente encarnada en la figura de un joven (de sospechoso parecido físico a Espronceda por las contínuas citas al ensortijado pelo negro) fuerte y guapo. Su elección le traerá amargas consecuencias. Introducción: Nos presenta la visión del poeta durante la noche en medio de un diabólico festín, y en la que vive el destino atormentado de la humanidad. Con la llegada del día, el poeta se sentirá agotado y sumido en una gran confusión. En ella se mezclan distintas voces, coros ,demonios y los pensamientos del propio poeta. Las voces hablan de desengaño y duda. El poeta de un Dios maligno como hipótesis. Canto I: aparece el protagonista, un anciano, que encarna el destino del mundo poético. En un cuarto de alquiler, el protagonista medita sobre la vida, con una visión desoladora y llena de melancolía, a la espera de su único y cierto futuro (morir), cuando le vence el sueño. Se le presenta una visión: aparece la deidad que le dará la oportunidad de irse con ella, mientras le describe un mundo de paz y reposo, mientras suenan los cánticos celestiales. Pero él lucha con los últimos soplos que le quedan de vida y vuelve en sí, no como el viejo decrépito que buscaba la muerte, sino como un joven bello, inocente e inmortal. Antes de que se difumine la visión, le recuerdan que ha sido una elección libre y sin vuelta atrás. No podrá quejarse de su destino puesto que para el coro celestial la inmortalidad es un castigo más que un premio, como queda reflejado en estos versos: ... Maldices tu eternidad, Acuérdate que tú fuiste

el que fijó tu destino, Que ser inmortal pediste, Y arrojarte al torbellino De las edades quisiste. (Diablo, V.1258-1263) Canto II: “A Teresa” (Descansa en paz), así reza el título de esta segunda entrega. Es una evocación del alma del poeta “un desahogo de mi corazón; sáltele el que no quiera leerlo sin escrúpulo, pues no está ligado de manera alguna con el poema” como dice él mismo en una nota al inicio del poema. 44 octavas componen este himno elegíaco que es un canto a la desilusión y a la desesperanza. Se trata de un poema independiente dentro de la obra, en el que se mezclan la expresión de intimidad del poeta con la evocación de un pasado de ilusiones, del amor perdido, que provocan el dolor presente expresado en ocasiones con ironía e indiferencia, pero de gran belleza formal. Canto III: retoma la narración del Canto I. El protagonista, bautizado con el nombre del primer hombre, Adán, ante el renacimiento de su cuerpo y de su espíritu, se vuelve loco de alegría. Desnudo y feliz lo encuentra el casero, quien ante tan extraño suceso (el viejo al que iba a echar a la calle por no pagar el alquiler ha desaparecido y en su lugar hay un joven) llama al resto de vecinos que contemplan asombrados y atónitos la escena. Adán, en su inocencia y lleno de alegría, se precipita a la calle en cueros, levantando un gran revuelo. Él ofrece su amor y su bondad a todos y la única respuesta que obtiene es el dolor. Piedras, gritos, injusticia y crueldad que le ponen por primera vez en contacto con la realidad. Es prendido por los soldados y llevado a la cárcel. Pero a pesar de estos hechos, Adán sigue confiando en los hombres y deleitándose con las sensaciones que experimenta, con lo que le rodea: no ha perdido del todo esa inocencia. Canto IV: hay una transformación de Adán. Aprende a hablar y deja de ser un bárbaro. Conoce el amor a través de Salada, la hija de tío Lucas (que se convertirá en el protector y consejero de Adán), que visitando a su padre en la cárcel se enamora de la gallardía y prestancia de Adán. Éste se convertirá en el defensor de los débiles, en el más hábil en el manejo de los naipes y de las armas y aprenderá de lo malo como si de una virtud se tratara, puesto que es puro y desconoce la diferencia entre el bien y el mal, como queda patente en los siguientes versos: Y un abismo de crímenes inmundo Cruza, y el crimen por virtud aprende: Y aquel pecho que es noble sin segundo Y que el valor y el entusiasmo enciende,

Aplica el crimen la virtud que alienta Y puro es, si criminal se ostenta. (Diablo, V.3303- 3.307) Ha aprendido a defenderse en una vida llena de dificultades. También él se enamora de Salada y ésta mueve cielo y tierra para sacarlo de la cárcel. Una vez fuera corren a su casa para consumar su amor. Canto V: Comienza con un cuadro de costumbres, en los que aparecen majos y majas, manolos y manolas, un cura y los dos protagonistas en una taberna del barrio de Avapiés. Un antiguo novio de Salada y sus amigos incitan a Adán a una pelea, que es respondida por ella al lanzarle una puñalada y herirle; tras esta acción huyen ambos a su casa. Mientras se desarrolla la escena, Adán se mantiene alejado de lo que sucede en ella, porque su mente se encuentra en sitios inalcanzables, en su fantasía quiere igualarse a la nobleza, vivir en su ambiente, su lujo, su belleza. En el cuadro II, primera escena, Adán intenta que Salada le explique porque no puede él ser como aquellos nobles, no entiende la división de clases, puesto que el ha renacido puro, ni siquiera entiende la noción del Dios creador y Padre de todas las criaturas, finalmente se queda dormido. Mientras tanto, Salada sufre un ataque de celos que la lleva a pensar en matarle y matarse, pero se sobrepone por el amor que le profesa. Adán despierta con una visión cargada de espíritu romántico: soñó con la libertad, a lomos de un caballo cabalgando frenéticamente a campo abierto. La ambición, los triunfos, las riquezas han invadido el universo amoroso de Adán y Salada. En la escena segunda, vuelve a aparecer el cura acompañado de seis maleantes, amigos del tío Lucas, que vienen a proponerle a Adán su participación en un robo de una casa muy principal. Él acepta, contra la voluntad de Salada que sabe que va a ser su perdición, puesto que sus fantasías de conocer las riquezas y la vida fastuosa se van a hacer realidad. Canto VI: el autor nos habla del hastío, la desesperanza y la desilusión de la condesa de Alcira, una mujer que ha dejado atrás su juventud y con ella, las ansías de disfrutar de la vida. Mientras ella duerme, los bandidos entran en su habitación, cargada de alhajas y objetos lujosos, que son observados atentamente por Adán. La música de un reloj admirado por el protagonista suena y la condesa se despierta. Ésta es asediada por los ladrones y, ante su indefensión, Adán se convertirá en su protector, luchando encarnizadamente contra ellos, que huyen cuando llega la justicia. Él también escapa y se refugia en una casa de citas, en medio de una extraña escena. Una vieja vela el cadaver de su hija en una habitación, al tiempo que cobra los honorarios de los servicios de sus muchachas, que entretienen a unos mozos en la habitación contigua. En este inusual marco en el que dolor y placer se mezclan y se oponen, discurrirá una conversación entre Adán y la vieja sobre la muerte y Dios. Canto VII: De este canto, tan sólo quedan fragmentos que son continuación del capítulo anterior. La vieja se conmueve con la bondad e inocencia de Adán que

pretende buscar la forma de resucitar a Lucía o hablar con Dios para que se apiade del dolor de la vieja y le devuelva a su hija. Es el canto de desesperación de una madre ante su hija muerta, del paso del tiempo que cambia toda situación, como lo reflejan los siguientes versos: ¡Ella otro tiempo, cuando Dios quería, Con dulce voz su madre me llamaba Y mi pecho llamándola ¡hija mía! De cualquier pesar se desahogaba. Abrazándome ayer ¡oh! todavía Moribunda, su madre me llamaba: ¡Ayer! ¡Ayer aún! ¡Mísera! Hoy Madre tan sólo de un cadaver soy! También se conserva un fragmento inédito “El ángel y el poeta”, publicado en el Iris, el 7 de febrero de 1841. Se trata de un diálogo entre estos dos personajes sobre la poesía y su trascendencia espiritual. El poeta habla de sus sentimientos que están por encima de lo terrenal, mientras que el ángel le recuerda su orgullo irreverente al pretender estar por encima de reyes y del propio Dios, contra el que se rebela el poeta. EL “ARGUMENTO PARALELO”: El hilo argumental de El diablo mundo se bifurca: por un lado está la historia de Adán y de Salada, en la que intervienen una serie de personajes menores que afectan a los hechos directa o indirectamente y por otro aparece el poetanarrador que se entromete cuando y como quiere. A este segundo camino lo he llamado “argumento paralelo”, porque el poeta crea una...


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