El fantasma del inca Garcilaso en los Co PDF

Title El fantasma del inca Garcilaso en los Co
Author Sara Fernandez
Course Idioma Moderno: Francés I
Institution Universidad de Oviedo
Pages 13
File Size 174 KB
File Type PDF
Total Downloads 23
Total Views 135

Summary

inca Garcilaso de la vega mestizo del perú, hijo de una dama peruana y un conquistador español, gran escritor humanista...


Description

El fantasma del Inca Garcilaso en los Comentarios Reales Diego Cebreros Tamayo Pontificia Universidad Católica del Perú

Los estudios en torno al inca Garcilaso han dado cuenta, en su mayoría, de las características formales de sus obras, del uso del lenguaje como base de su autoridad como letrado y del papel que tuvo el conocimiento renacentista en la composición total de su obra. Así, se han enfatizado los rasgos filológicos en los escritos del autor pero no se ha prestado mayor atención a las motivaciones personales que el mismo haya tenido al momento de redactar los textos. Sabemos de la influencia de Tomás Moro o de San Agustín, de los tópicos renacentistas, de la búsqueda de la armonía y la razón como fines para llegar a una verdad primordial e inmutable y del papel que jugó el manierismo y el desengaño barroco en la composición formal de los textos de Garcilaso, pero al momento de estudiar aquello que haya motivado a Garcilaso a representar su propia versión de la historia de los incas, la tarea se ve dificultada por el espacio temporal que separa al autor nuestra concepción del mundo y de la realidad. De haber alguna motivación en Garcilaso, algún objetivo o deseo que este quiera cumplir a partir de la redacción de sus libros, son estos los únicos que podrían dar cuenta de ello y siempre a partir de nuestra interpretación particular de dicho fenómeno. Así, al examinar las motivaciones personales de Garcilaso, podríamos coincidir con Pupo-Walker cuando se propone “…examinar las razones y antecedentes que motivan la dimensión imaginativa del texto” (1978, 386) Es posible postular una interpretación de un fenómeno escrito debido a que, si bien hay una distancia temporal y cultural entre el texto y la interpretación que queramos darle, ambos discursos se inscriben en la lógica del lenguaje y operan, salvo diferencias insalvables, 1

dentro de los códigos que nos otorga la similitud lingüística, a decir, el hecho que entre ambos se opera en español. Cada lengua es una forma particular de ver el mundo y de relacionarnos con la realidad. Al compartir el lenguaje del autor, hasta cierto punto es posible ofrecer una interpretación que se aproxime no a la finalidad que tuvo el autor, sino a las posibles motivaciones que este pudo tener y que motivaron la escritura. Más aún, la compatibilidad lingüística habilitaría a la interpretación a dar un determinado sentido a nuestra visión del mundo, con lo cual la obra del Inca se actualiza y se renueva en tanto que aún nos dice algo respecto a nosotros mismos. Con esto en mente, este trabajo se propone comparar los rasgos estudiados en torno a la primera parte de los Comentarios Reales con el concepto lacaniano del fantasma o fantasía. Dicha comparación, se cree, al prestar atención a los rasgos formales del texto mediante una teoría psicoanalítica que busca formalizar el fenómeno del lenguaje y su operatividad en el inconsciente, podría llevar a una explicación o, por lo menos, a una interpretación razonable de la admiración y del asombro que aún hoy, a cuatrocientos años de su publicación, despierta en el público en general. Así, las posibles motivaciones del autor al redactar el texto, tomando en cuenta el universo cultural del cual proviene, estarán cifradas respecto a la terminología del discurso lacaniano, tomando en cuenta los aspectos que permiten al sujeto de escritura ofrecer una resolución fantasmática respecto del trauma inicial que supuso el periodo de la conquista y las guerras civiles. Al finalizar dicha comparación, se ofrecerá un breve recuento de las múltiples interpretaciones que supuso la obra del inca en la formación de la identidad cultural del país, con lo que se establece que los Comentarios Reales supusieron una labor de organizar la estabilidad psíquica, tanto del sujeto de escritura como del territorio conquistado, mediante los recursos que ofrecía la

2

producción del conocimiento del Renacimiento, para utilizar los mecanismos de control del imperio español en la construcción de una identidad mestiza y americana.

1. El rol de la historiografía y de la retórica en Garcilaso Algunos rasgos generales que se han señalado en torno a los Comentarios Reales radican en un objetivo particular. A saber, sería el disipar los prejuicios hacia los indígenas y la imagen barbárica que se tiene de ellos mediante una deliberada idealización de la historia de los incas, la cual reproduce la versión de la élite gobernante, y que se plasma en los Comentarios gracias a una concepción de la historia en la cual esta sería una actividad artística que buscaba verdades esenciales y que, mediante el estudio del pasado, buscaba principios aplicables al presente (1984, 5-8). Por otro lado, los Comentarios también se han visto como un comentario a la sociedad española de la época, ya que el tono dominante de nostalgia por el pasado perdido sugiere que la conquista ha dejado a los indígenas en un estado penoso. Además, el hecho de tratarse de un texto utópico al idealizar el pasado de la civilización del Tahuantinsuyo hace suponer que se establece una comparación entre la civilización inca y el sistema español de gobierno (1985, 8). Sin embargo, este tipo de intenciones presuponen una visión particular de la concepción histórica ligada al desarrollo cultural del periodo, es decir, mediados del siglo dieciséis. Dicha concepción histórica estuvo ligada al desarrollo del texto escrito como una actividad trascendental y que otorgaba un reconocimiento especial mientras esté estructurada según los principios de la razón. Así, el texto escrito se proponía capturar una verdad

3

trascendental, un hecho inmutable que otorgue seguridad al texto y que garantice su trascendencia. Así, tenemos que: “Con la llegada del humanismo renacentista, la creación verbal olvidó su espontaneidad y alegría colectiva que caracterizaba el proceso creativo del sistema de creencias anónimo y medieval […] escribir se convirtió en una actividad reservada a unos pocos escogidos, demandaba dedicación, habilidad, razonamiento y un deseo de sobrevivir en las mentes de las generaciones venideras. Las composiciones escritas adquirieron forma, significado y proporción al obedecer normas de selección, lo que permitió que el texto sea incorporado a la aceptada creencia de un sistema de armonía universal-el punto más alto de éxito para cualquier esfuerzo artístico hecho durante el Renacimiento” (1991, 24). Junto con la importancia del orden y la trascendencia en la composición del texto, subyace una búsqueda de armonía que posibilite la captura del significado único de formas trascendentales: “[El texto escrito] es una expresión sobresaliente de la confianza que los hombres de letras sentían en el poder de la razón como un instrumento para ordenar el cosmos y su creencia en la armonía con la cual la ley perfecta sostenía la naturaleza: el método racionalista del Renacimiento y la búsqueda de la armonía como efecto estético, son dos de las notas más características de la expresión literaria renacentista […] Según este objetivo, la existencia histórica se concebía como el objeto de la naturaleza estilizada e inmutable; cualquier cosa accidental o espontánea debía ser rechazada como mera apariencia, el ánimo estaba en capturar las formas idealizadas y abstractas de la naturaleza universal e imperecedera” (1991, 27-28) Sin embargo, el racionalismo renacentista no sería el único parámetro que tendrían los escritores americanos al momento de elaborar sus textos. Junto a ellos, se unirían estructuras míticas heredadas del Medioevo que constituirían una síntesis intelectual que se convertiría en la norma de los textos escritos en América (1991, 33). Finalmente, los textos americanos, para probar la naturaleza maravillosa de sus escritos, que representaban la realidad del continente como maravillosa y utópica, se valieron de los testimonios vivenciales, lo cual le otorgaba credibilidad y autoridad al texto: “la afirmación de una 4

verdad empírica es, entonces, la característica saliente del recuento testimonial, opuesta a la verdad no empírica de la crónica de la corte” (1991, 39). Junto con la autoridad testimonial, el papel de la interpretación y la traducción le otorgaba a Garcilaso una posición privilegiada como autoridad frente a un tema que la mayoría de cronistas desconocía: el dominio del idioma quechua. Su caso es especial porque muestra un dominio absoluto del español pero sobre todo porque elige su propia identidad a partir del lenguaje indígena que también domina (1982, 231). Así, al incluir comentarios lingüísticos en su texto, Garcilaso perfila su reconocimiento como autoridad y como mestizo. La búsqueda de una verdad absoluta en el texto mediante los rasgos formales que lo componen no debe confundirse con un recuento verás y empírico de los hechos narrados. Estos, en su búsqueda de una verdad absoluta, se valían de la interpretación del autor, con lo cual dicha concepción histórica le otorgaba una amplia libertad imaginativa para describir su propio recuento de los hechos. Este fue el caso de Garcilaso, quien se valdría de fuentes no empíricas (como son los mitos, fábulas o la tradición oral de sus antepasados) como fuentes históricas y que se vería forzado a hacerlo debido a los procedimientos retóricos de la historiografía renacentista (1978, 388). No podía ser de otro modo pues los texto clásicos habían utilizado este procedimiento para “favorecer interpretaciones alegóricas de la realidad con el fin de reconciliar mito y razón” (1978, 394). Así, en los textos renacentistas, importaba más la retórica del texto y el efecto que tenía en el lector más que la veracidad de lo que se narraba. De este modo, para los renacentistas, la lógica del texto no importaba tanto como la retorica que se empleaba en su composición, con lo

5

cual uno accedía al conocimiento de la realidad a través de la ilusión que confiere la composición del texto (1970, 77)1. Respecto a la concepción histórica de Garcilaso, vemos que esta contiene una significación moral que lo lleva a darle una dirección específica al recuento de los hechos. Así, tenemos que “la exigencia de cierre en el relato histórico es una demanda de significación moral, una demanda de valorar las secuencias de acontecimientos reales en cuanto a significación como elementos de un drama moral” (1992, 35) 2. Según White, un principio cómico de la historia consideraría que todos los acontecimientos históricos tienen un propósito y una causa final. Esto se encontraría en los Comentarios Reales, pues la causa última de la historia indígena y de la conquista española sería el establecer el contexto de la praeparatio evangelica (2010, 61). Finalmente, es importante señalar el desarrollo de la escritura dentro de las actividades económicas y judiciales en el aparato burocrático español de mediados del siglo dieciséis para dar cuenta de la influencia de los textos jurídicos en la narrativa y literatura americanas posteriores. Según González Echevarría, la composición de los primeros textos escritos a mediados del XVI estaba supeditada al mandato de la corte española, de la ley y del rey. El desarrollo de la literatura, a partir de entonces, se vería fuertemente influenciado por “las formas y regulaciones de la escritura jurídica” (1998, 77). Así, el origen de los textos americanos tendría siempre un componente de reclamo propio de esta retórica (que siempre implica una petición, un reclamo o una respuesta frente a alguna acusación) dirigida a un “padre ausente” representado por la autoridad de la corona española (1998,

1 Citado por PUPO-WALKER, Enrique (1978). 2 Citado por CASTANY Prado, Bernat (2010).

6

91). Esto explicaría la concepción de los Comentarios como una petición para reclamar favores a la corona, en la cual tendría que presentar pruebas de su linaje real.

2. El fantasma como espacio de representación del sujeto Los rasgos en la producción textual renacentista y en la obra de Garcilaso citados anteriormente se relacionan, de una u otra forma, dentro de la teoría lacaniana y, en especial, dentro de la lógica del fantasma. Antes de explicar esta relación, es importante definir las categorías y conceptos de esta teoría a fin de explicar en qué medida la primera parte de los Comentarios Reales funciona dentro de la lógica del fantasma. El fantasma3, según la teoría lacaniana, es una protección inconsciente frente a las fisuras que produce un hecho traumático. Al originarse en el inconsciente, su lógica estará regulada por la lógica del lenguaje, en el cual el sujeto se inscribe después de someterse a la castración que supone la ley del padre. Esta castración, al inscribir al sujeto dentro del orden social, instaura el deseo de la Cosa perdida (a saber, la relación con la madre). Al ser el deseo inconsciente, el sujeto no puede satisfacerlo y este se manifestará mediante los síntomas. Estos, al producir insatisfacción en el sujeto, obligan a que este elabore una narrativa mental en la cual el sujeto siente que ha alcanzado y satisfecho al deseo. Esta narrativa mental es el fantasma. Es una barrera frente al goce que supone la insatisfacción del objeto-causa de deseo (el objeto a). De este modo, funciona como una protección frente a las carencias de la realidad. Ofrece una narrativa de la castración ya que, de esta forma, el sujeto le puede hacer frente y comprenderla según la lógica del deseo. Es decir, que el

3 Los términos “fantasía” y “fantasma”, para los propósitos de este texto, serán intercambiables.

7

hecho traumático se traducirá en una narrativa en la cual al sujeto se le ha arrebatado el objeto-causa de deseo, lo cual explicaría y daría sustento a su sistema de creencias. Expuesto de otra forma, En la castración, se instaura en el sujeto la sensación de pérdida de la Cosa (algo de lo cual no se sabe qué es, pero que se siente que se ha perdido) que satisfaría completamente el deseo de la madre. Así, el sujeto construye fantasías (fantasmas) de la cosa perdida. Al no saber exactamente qué es ni tener un significado o referente de la Cosa, el sujeto confía en que los Otros sepan qué es y cómo se obtiene la Cosa. Es por esto que en la fantasía imaginamos que los Otros saben a qué se refiere la cosa perdida. De este modo, la postulación fantasmática más profunda (el fantasma primordial) supone que la Cosa Real Fálica la debe tener el gran Otro Este objeto perdido se define en la teoría lacaniana como objeto a (u objeto-causa de deseo). Respecto a él, el sujeto siempre cambia su posición al construir fantasías sobre cómo el gran otro posee la Cosa. Al causar deseo, se busca satisfacerlo con objetos parciales que remiten a la Cosa perdida para compensar la pérdida. Para hacer frente a la carencia que supone el deseo que origina el objeto a, la fantasía fundamental representa la castración como una narrativa de posesión y pérdida. El fantasma consuela al sujeto al indicar que alguna vez estuvo en posesión del objeto de deseo. Así, al haberlo tenido alguna vez, se supone que uno lo puede recuperar4. Finalmente, un tipo especial de fantasma lo constituye el fantasma del saber. Aquel por el cual se puede hacer frente a la carencia mediante la recolección de información, de tal

4 La explicación del fantasma lacaniano, a menos que se indique de otra forma, se realiza sobre la base de SHARPE, Matthew (s.f.)

8

forma que en algún momento, se promete al sujeto que es posible satisfacer el deseo mediante una articulación de significantes que den cuenta de lo Real (2006, 104)

3. Los Comentarios Reales y la ética del psicoanálisis La lógica del fantasma es, en última instancia, un medio por el cual el sujeto le hace frente a una sensación de carencia mediante el lenguaje. Es a partir del lenguaje que somos capaces de relacionarnos con otros pero, al mismo tiempo, el lenguaje nos obliga a inscribirnos en la sociedad. Más aún, la lógica de la cadena de significantes, que da cuenta de la incapacidad de ofrecer una definición definitiva de los objetos de la realidad, nos impulsa a creer que, si no podemos dar cuenta de las cosas, habrá alguien que sí podrá. Es este sistema de razonamiento lo que, en última instancia, se estaría revelando en la composición de los textos renacentistas y en los tópicos que la retórica del siglo XVI. Así, la búsqueda de la armonía y el orden en la retórica del texto, por ejemplo, supondría la búsqueda de una narrativa, de un fantasma, que pueda paliar efectivamente el deseo que supone la pérdida de la Cosa. La captura de un significado único de formas trascendentales daría cuenta de la búsqueda por un ordenamiento particular de los significantes que componen el texto para representar de la forma más verdadera posible el significado de la Cosa Real Fálica. La autoridad de los testimonios podría ejemplificar la confianza en los Otros y demostrar la angustia ante el hecho de que son los Otros y no uno mismo quienes poseen los medios para obtener y dar cuenta del objeto a. La libertad imaginativa, dentro de las coordenadas de lo que dicta la retorica del XVI, puede interpretarse como la necesidad del sujeto por cambiar constantemente de posición respecto de la Cosa perdida y así crear

9

narrativas que den cuenta del modo en que el Otro la posee, por supuesto, siempre dentro de la lógica del lenguaje. Finalmente, la influencia que tuvieron los textos jurídicos en la formación de la tradición literaria en cuanto a que están estructurados a partir de un reclamo a una autoridad ausente que representa el orden social, bien puede interpretarse como el síntoma del sujeto frente al deseo no realizado. Como la exigencia que expresa el sujeto por el objeto-causa de deseo y, al mismo tiempo, como demostración de la inserción del mismo en la lógica del lenguaje, en la ley del padre, pues reconoce al gran Otro, a quien está dirigido el texto, como aquel que da cuenta del medio para satisfacer la carencia. La preocupación por establecer verdades absolutas y armónicas con la concepción del universo adquiere particular interés cuando se considera que, en el contexto de Garcilaso, la producción del conocimiento se había visto amenazada por el desengaño del Barroco, que supuso un cambio de paradigma y, por lo mismo, un nuevo armazón de creencias que den cuenta del mundo y de los sujetos que viven en él. De este modo, surgen motivos como “la ansiedad de retornar a los orígenes, el paraíso perdido, la forma en que las apariencias engañan, y otros que resaltan la sensación de miedo y tribulación que se encuentran en mucha de la literatura española de fines del siglo dieciséis” (1991, 59). De este modo, en los Comentarios Reales, Garcilaso estaría expresando esta sensación de pérdida del “paraíso” que supuso la civilización del Tahuantinsuyo al intentar dar cuenta de una versión total y definitiva de la historia de los incas. Es decir, de una versión completa, permanente y trascendente que soporte el cambio de paradigma del desengaño Barroco. Visto desde términos lacanianos, Garcilaso estaría buscando el “correcto” ordenamiento de significantes que daría cuenta del conocimiento que tiene el gran Otro de la Cosa fálica, de la carencia, del modo de paliar el deseo instaurado por el lenguaje. Mediante este correcto 10

ordenamiento de significantes, Garcilaso estaría formulando la narrativa de un fantasma fundamental, del fantasma que oculta el trauma de la conquista mediante un recuento de la historia de los incas en el cual estos forman parte del sistema de creencias reconocido por el gran Otro que es la sociedad española, en tanto que son participes y elemento necesario de la praeparatio evangelica. Sin embargo, los Comentarios Reales son también un recuento autobiográfico del autor. Al narrar la historia de los incas, Garcilaso no puede evitar contar pasajes de su niñez en el Cuzco (lo cual le otorga mayor autoridad por su calidad de testigo) y, por lo mismo, no puede evitar exponer el trauma del fantasma primordial. El recordar su infancia, el recuerdo más impactante es aquel relacionado con la rebelión de Gonzalo Pizarro en 1545-1548. Respecto de esto, Hernández indica que: “…el primero y más pavoroso de los recuerdos de su infancia [fue...


Similar Free PDFs