Ensayo contra argumentativo PDF

Title Ensayo contra argumentativo
Author Analia Victoria
Course Escritura Academica
Institution Universidad San Francisco de Quito
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Ensayo contraargumentativo...


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¿El graffiti es arte o vandalismo?

Analía Chiluisa (00212104) Universidad San Francisco de Quito ESP- 1001: Escritura Académica Profesora: María Miranda Garcés 25 de noviembre de 2020

¿El graffiti es arte o vandalismo?

El graffiti ha existido por más de una década y su práctica ha sido reconocida a nivel mundial. Es inevitable decir que este ha sido un medio de comunicación que ha trascendido barreras físicas y culturales, sin embargo, en las diferentes perspectivas sobre este tema, existe un debate entre considerar esto una forma de arte o vandalismo. Consecuentemente, en este texto se presentarán las dos posiciones sobre el tema en base a un análisis: primero, desde un enfoque artístico; segundo, desde una perspectiva gubernamental, y en tercer y último lugar desde el punto de vista intencional del autor. Con el fin de organizar y aclarar este tema, se mencionará a continuación la definición de graffiti y su historia.

El término graffiti proviene de raíces griegas, específicamente de la palabra (grapho), la cual hace referencia a grabar o escribir. Este concepto ha sido definido por académicos griegos y romanos como como textos o imágenes que aparecen sitios inesperados (2010, p.4). En base a esto, está claro que dibujos o letreros garabateados en superficies públicas, han sido un fenómeno existente en épocas previas. Como ejemplo de la práctica de estos garabatos: No solo se han encontrado grafitis en el Domus Aurea del emperador Nerón en Roma y en la mansión de Adriano en Tívoli, sino incluso hasta en las pirámides de Egipto donde los soldados romanos no resistieron la tentación de dejar testimonio de su paso. (Gandara, 2020, p.18) Por otro lado, en épocas más cercanas a la actual se registran ejemplos de graffitis en las comunidades de Nueva York. A finales de los años sesenta y principios de los setenta, la población afroamericana empieza a realizar grafitis como consecuencia de la marginación social, con el fin de marcar territorio y ser escuchados (Gandara, 2020). Al hablar de esta conquista de espacio, Ballaz dice que este “empieza con simples firmas, denominadas «tags» en el argot grafitero que, con el paso del tiempo, van ganando complejidad” (2009, p.132). A pesar de que este ejemplo es uno de los más conocidos, la práctica del grafiti también se presenta en más países donde los conflictos políticos suceden; para mencionar a algunos: México, España y Colombia. Con el paso del tiempo, los graffitis empezaron a ser reconocidos como arte urbano, el cual experimenta con la capacidad comunicativa que estos brindan y son más elaborados en

base a su técnica. Incluso después del reconocimiento del arte urbano, el graffiti en sí ha conllevado una paradoja en términos de su regulación, la cual hace que esta tendencia siga siendo controversial para muchos. Para empezar a presentar ambas posturas acerca de este fenómeno, se hablará desde el punto de vista artístico sobre el graffiti. De acuerdo con el diccionario de la lengua española el arte es: “Actividad humana que tiene como fin la creación de obras culturales’, ‘conjunto de habilidades, técnicas o principios necesarios para realizar una determinada actividad” (2020). Con la aplicación de este concepto, se puede argumentar que los graffitis son una forma de arte debido a que son obras colectivas y culturales que usan técnicas, tales como el dibujo y el uso del aerosol para completar formas que contienen un significado. El graffiti en muchos de sus aspectos tiene la opción de ser visto como arte y hasta literatura debido a que puede expresar e ilustrar realidades sociales. Un ejemplo de esta aplicación es el del caso de Jane Golden, el cual según la página online de Mural Arts Philadelphia, lanzó un proyecto en donde incentivó a diferentes artistas a crear “constructive public art projects” como una respuesta al movimiento anti-graffiti (2016). Esto muestra que las piezas de arte callejeras pueden contribuir a la sociedad con nuevas perspectivas mientras mejoran la estética del escenario urbano. Por lo contrario, mucha gente percibe al graffiti como “vandalismo artístico” a pesar del nivel de técnica y contribución estética que estos tengan. Lo que no se considera en el párrafo anterior es que muchos de estos son ilegalmente exhibidos en superficies públicas. Además de esto, existen varios graffitis que no cumplen con estas características ya que si son resultados de vandalismos. Por ejemplo, en un centro urbano como Nueva York, se puede observar graffitis que son resultados de actos únicamente vandálicos. De acuerdo con Waclawek, el graffiti es “publicized as a major contributing factor to New York 's elevated crime rate and general lack of civic order” (2008, p.109). En otras palabras, mientras mucha gente considera a esta forma de expresión una forma de arte, otros lo consideran irrespetuoso debido a que es una violación innecesaria al espacio tanto público como privado. Desde una segunda perspectiva, específicamente desde la gubernamental, se puede decir que la ley es un factor que contribuye a la complejidad de los graffitis. Muchas personas basan su argumento en cómo este tipo de comunicación, a pesar de no tener ningún significado o símbolo relacionado con el vandalismo, es un acto de ilegalidad hacia la propiedad pública y privada. Es

indispensable entender que las leyes en contra del graffiti varían alrededor del mundo, pero de acuerdo con el “Community Crime Prevention”, situado en Estados Unidos, este trae consecuencias legales cuando “marking publicly visible graffiti, or offensive graffiti, on private property without the owner’s consent” (2020). Es decir, el graffiti es visto como un acto de crimen cuando este tiene un carácter irrespetuoso que destruye la armonía del escenario cívico. Asimismo, con tal ilegalidad y ofensividad que acompaña a ciertos graffitis, una de las mayores preocupaciones es la presencia de vandalismo que rodea áreas con graffitis de estas características. Sin embargo, el argumento que hace contraste a la idea previa es la del consentimiento. Cuando esto se menciona, se refiere al permiso de un individuo o de un gobierno hacia la práctica del graffiti en ciertas áreas. Esto también se puede observar en la cita del texto anterior dando a entender que, si un gobierno decide, por ejemplo, implementar arte urbano con el propósito de expresar aspectos culturales o simplemente para mejorar la estética de algún sector, esta forma de comunicación ya no sería ilegal. Adicionalmente, si un propietario de un área privada accede a la práctica del graffiti en su propiedad, este tampoco sería considerado ilícito. Con una perspectiva desde la legalidad hasta el consentimiento, se puede profundizar la complejidad de este tema al hablar de la intención detrás de cada graffiti. La tercera y última postura que se tomará sobre este tema controversial es sobre la intención del autor. La intención se refiere a la funcionalidad que el autor de un graffiti desea brindar a esta forma de expresión y comunicación. Por un lado, la gente que tiene una postura en contra del graffiti puede argumentar que muchos de los símbolos que se encuentran en los murales callejeros solo tienen el propósito de insultar y ofender sin ningún tipo de valor artístico. Es importante recalcar que este tipo de vandalismo es intencional y que puede estar motivado por la ira o frustración de uno o más individuos. Ahora, si se enfoca en la cantidad de vandalismo no intencional, este también tiende a demostrar una falta artística y se la puede tomar como ejemplo de vandalismo. Según Gleason, el vandalismo no intencional “results from poor design which can't stand up to wear and tear; or it is caused by people adapting their environment to make it work better; or it results from kids being kids” (1989, p.59). Aunque en estos casos la intención principal no es causar ningún tipo de daño, el resultado es dañino y es considerado vandalismo.

Empero, aunque existan intenciones y funcionalidades erróneas, no educativas y destructivas, sí existen autores de graffitis que tienen como propósito el bienestar social y una comunicación sana. De acuerdo con Christen “hip hop graffiti has actually functioned as an alternative to gangs, with "writers" organizing themselves in crews that spar with each other through style and production as opposed to violence" (2003. párr. 1). Con esto se puede observar que muchos de los adolescentes y en general individuos de clases bajas se enfrentan a problemas económicos y sociales que acuden al graffiti como una alternativa sana para expresar sus sentimientos hacia la injusticia que sienten. En este caso, tales graffitis a pesar de originarse en un sentimiento de ira, su funcionalidad hacia el público es ser entendidos y demostrar de forma creativa sus opiniones. Por muchos años, los “crews” de graffitis a nivel mundial se han enfocado en reclutar adolescentes enseñar técnicas de graffitis con el fin de combatir con conflictos y poder expresarse de manera creativa ante los problemas del mundo (Christen, 2003). Es verdad que, aunque estos grupos enfocados en el bienestar de adolescentes de zonas urbanas puedan estar cometiendo actividades ilegales frente a los ojos de la autoridad, estas demuestran ser mucho menos peligrosas y destructivas que la participación en pandillas u actos individuales de violencia. Para concluir, al tomar en cuenta el debate sobre si el graffiti es vandalismo o arte a través del punto de vista artístico, gubernamental e intencional, no se puede justificar que este se caracterice por ser únicamente una de estas dos posturas debido a la complejidad del tema. Al analizar estas dos percepciones del graffiti desde lo artístico, se puede argumentar con validez que este puede ser arte y vandalismo al mismo tiempo debido a que puede tener técnicas artísticas y ser un acto en contra de la ley. Lo mismo sucede desde el punto de vista gubernamental, ya que, sin el consentimiento del gobierno o de un representante privado, un graffiti puede ser ilegal y considerarse como un acto de vandalismo. Esto no es el caso si existe tal consentimiento. Por último, al analizar desde la intención del autor y de la funcionalidad que brinda esta actividad se puede decir que, si su naturaleza es la de insultar sin ningún parámetro artístico, este es visto por ciudadanos como vandalismo. Por lo contrario, si este está expresado de una manera artística y logra beneficios para sus integrantes y su entorno, aunque sea ilegal, no se descarta el hecho de que sea considerado una forma de arte. Con estas perspectivas tomadas en cuenta, se vuelve complicado poder clasificar el graffiti como solo vandalismo o arte, lo cual demuestra que hay una extensa cantidad de tonos grises en los temas controversiales.

Referencias

Arte. (2020). En el Diccionario de la lengua espanola (23ª ed.). Recuperado de https://www.rae.es/dpd/arte Baird, J., & Taylor, C. (Eds.). (2010). Ancient graffiti in context (Vol. 2). Routledge. Ballaz, X. (2009). El graffiti como herramienta social. Una mirada psicosocial a las potencialidades críticas del arte urbano. Violencia y salud mental. LATORRE LITERARIA. Community Crime Prevention Victoria, Department of Justice and Regulation, State Government of Victoria. (2020, octubre 22). Graffiti Prevention Grants. Recuperado el 22 de noviembre de 2020, en https://www.crimeprevention.vic.gov.au/resources/graffiti/lawsand-penalties-for-graffiti-vandalism Christen, R. S. (2003). Hip hop learning: Graffiti as an educator of urban teenagers. Educational Foundations, 17(4), 57-82. Gándara, L. (2020). Graffiti. Eudeba. Geason, M. S. (1989). Preventing graffiti and vandalism. The Fitzgerald Visioij. Mural Arts Philadelphia. (2016, febrero 24). Jane Golden. Recuprado el 18 de noviembre de 2020, en https://www.muralarts.org/artist/jane-golden/ Waclawek, A. (2008). From graffiti to the street art movement: negotiating art worlds, urban spaces, and visual culture, c. 1970-2008 (Doctorado, Concordia University). ProQuest. https://spectrum.library.concordia.ca/976281/1/NR63383.pdf...


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