Ensayo felicidad aristóteles PDF

Title Ensayo felicidad aristóteles
Course CORE: Ética
Institution Universidad Adolfo Ibáñez
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primer ensayo core ética...


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“El difícil camino que conlleva alcanzar la felicidad”

Nombre: Claudia Silva Sección: 5

La felicidad según Aristóteles Durante la historia de la humanidad, distintos autores con diversos pensamientos y postulados han intentado indagar acerca de como el ser humano puede alcanzar la felicidad plena. Algunos consideran que es posible conseguirla en base a ciertos actos, otros en cambio, que solo es posible alcanzarla si se obra en base a una ley moral. Todas estas diferentes concepciones (entre otras) acerca del concepto de felicidad han dado lugar a una serie de discusiones y puntos de vistas sobre ella, no pudiendo llegar aún en forma definitiva a una forma de entenderlo. En este ensayo nos encargaremos de analizar como Aristóteles, a través de su libro Ética a Nicómaco, nos aproxima en su idea de la felicidad, es más, como el autor nos expone el camino que debe seguir el ser humano para alcanzar la tan anhelada felicidad. Aristóteles fue un filósofo griego que vivió durante la época precristiana, mucho tiempo atrás, pero que, sin embargo, ha sido uno de los autores más influyente en el pensamiento contemporáneo, pudiendo rescatar sus ideas a través de distintas reconstrucciones de sus escritos, adaptados a muchos y diferentes idiomas. Aristóteles a través de su libro Ética a Nicómaco nos expone que el ser humano en su vida tiene muchos y diferentes fines los cuales nos guiarían a la consecución del fin último, el cual es para Aristóteles, la bienaventuranza. La bienaventuranza es la felicidad misma, es decir, una vez alcanzada la bienaventuranza el ser humano podría decir que vivió una vida feliz, aún más, que alcanzo la tan anhelada felicidad (fin último). Pero el camino para conseguirlo no es tan sencillo, debido a que durante nuestra vida se nos presentan de manera sorpresiva distintas pasiones y circunstancias, que nos puede desviar totalmente del camino, pudiendo incluso impedir, en definitiva, que la alcancemos. Es acá donde entren en juego las virtudes. Las virtudes para Aristóteles son un elemento fundamentan en la vida del ser humano, son aquellas las que nos permitían poder deliberar de manera racional, como actuar en caso de que se nos presentes las temidas pasiones en nuestra vida, para no caer en ellas y seguir encaminándonos en alcanzar la bienaventuranza. Entonces, es través de las virtudes que el ser humano puede afrontar los desafíos que se presentan en la vida, teniendo que desarrollarlas de manera constante, para con ello alcanzar la felicidad, pero ¿Cómo se desarrollan las virtudes para Aristóteles? Para responder esta

pregunta, es necesario hacer la distinción, tal como lo hace el autor, entre las virtudes éticas y las virtudes intelectuales o también llamadas dianoéticas. En primer lugar, las virtudes éticas son principalmente la moderación y la liberalidad, las cuales son importantísimas para alcanzar la felicidad ya que, a través de ellas, el ser humano es capaz de razonar y enfrentar las pasiones y circunstancias de forma correcta. Estas virtudes se consiguen a través de las constancia de los hábitos. Es decir, a través del hábito o costumbre el ser humano puede encaminarse hacia las virtudes éticas, debido a que el hábito nos permite razonar acerca de cuáles son las acciones correctas que debemos realizar, no siendo una tarea sencilla, ya que el ser humano tiene constantes impedimentos, excesos y defectos, teniendo que alcanzar un habito medio, “la virtud es, por tanto, un habito selectivo, consistente en una posición intermedia para nosotros, determinada por la razón y tal como la determinaría el hombre prudente” (Aristóteles. Ética a Nicómaco. Pág. 297). El justo medio, o también denominado, hábito medio, es el intermedio entre un exceso y un defecto. Así, por ejemplo, el exceso sería la temeridad, el defecto la cobardía y el justo medio sería la valentía; entonces, a través del hábito de la valentía (sin caer en el exceso o el defecto), podríamos estar en camino para alcanzar las virtudes éticas. Podemos determinar entonces que, a través del habito medio y su constante práctica, podemos alcanzar las virtudes éticas, ya que estas no se desarrollan en nosotros por naturaleza, “las virtudes [éticas], no nacen en nosotros ni por naturaleza ni contrariamente a la naturaleza, sino que siendo nosotros naturalmente capaces de recibirlas, las perfeccionamos por la costumbre” (Aristóteles. Ética a Nicómaco. Pág. 289). Una vez adquiridas estás virtudes y la perfección de las mismas, podríamos alcanzar la bienaventuranza y el bien moral. En segundo lugar, tenemos las virtudes dianoéticas, las cuales son también muy importantes para alcanzar la felicidad, estás virtudes son principalmente la inteligencia y la sabiduría, pero ¿Por qué son necesarias estas virtudes? Son necesarias debido a que estás nos orientan y nos encaminan hacia la verdad, es decir, al conocimiento más elevado, que nos permitirá afrontar de la mejor manera las pasiones e impedimentos que se nos presentan, pudiendo, por lo tanto, entender y conocer el verdadero sentido de la vida, algo muy necesario, ya que no tendría sentido poseer virtudes éticas sin entender el por qué las poseo y para qué las necesito. Estas virtudes las desarrollan el ser humano a través de la instrucción, es decir, a través de

un estudio constante, de una ejercitación, es más, de la contemplación de la vida, y una vez alcanzadas nos ayudan a darle un propósito a nuestra existencia y encaminarnos hacia la tan anhelada bienaventuranza, “Y lo mejor y lo más deleitoso para el hombre es, por tanto, la vida según la inteligencia, porque esto es primordialmente el hombre; y esta vida sería de consiguiente la vida más feliz” (Aristóteles. Ética a Nicómaco. Pág. 325) Es a través de ello, que podemos determinar que es necesario que el ser humano desarrolle en su vida ambas virtudes ya que, en conjunto, se podría afirmar que el ser humano alcanzo al más elevado bien moral (la virtud perfecta) permitiendo entonces que se consiga la bienaventuranza. Podemos desprender, por consiguiente, que la felicidad es el fin, y este fin es un fin en si mismo, y es completamente perfecta ya que requiere tanto la virtud perfecta como una vida entera, “la felicidad debemos colocarla entre los actos deseables por si mismos y no por otra cosa, puesto que la felicidad no necesita de otra cosa alguna, se basta a sí misma” (Aristóteles. Ética a Nicómaco. Pág. 321). En conclusión, podemos determinar que para Aristóteles la felicidad y el bien moral si son alcanzables por el ser humano, pero no es un trabajo sencillo, debido a que se tiene que obrar de manera correcta, haciendo ciertas acciones consideradas como buenas un hábito constante y practicar la contemplación para alcanzar la inteligencia, considerada para Aristóteles como el más alto bien que puede llegar a poseer el hombre. Es entonces, a través de la reunión tanto de las virtudes éticas como dianoéticas que podemos alcanzar la virtud más perfecta, es decir, estaríamos actuando en relación al bien moral y es recién ahí, cuando el hombre puede decir que alcanzo su fin: la felicidad....


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