Ética hedonista (concepto, representante y ejemplos) PDF

Title Ética hedonista (concepto, representante y ejemplos)
Author Anahí Velazco
Course Filosofía y Ética
Institution Universidad César Vallejo
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Summary

DESARROLLO
Identifica el representante (s) del sistema ético tratado; y ubica el sistema ético tratado en el tiempo y en el espacio.
Da ejemplos de aplicación de los postulados morales del sistema ético tratado, extraídos de la vida diaria....


Description

ÉTICA

INTRODUCCIÓN Por naturaleza el ser humano busca conseguir la felicidad. Para Epicuro está compuesta por dos factores, la ataraxia (ausencia de preocupaciones) y hedone (placer). La ética hedonista de Epicuro afirma al placer como felicidad. Pero esta escuela no está basado en placer ciego e irracional, lo planteado por Epicuro es la búsqueda de un placer relación ado con evitar el dolor físico y mental y lo hacemos evitando las sensaciones dolorosas y buscando las placenteras. A través de este ensayo se dará a conocer acerca de la ética hedonista, resaltando los postulados planteados y comparando el comportamiento actual de las personas que puede consciente o inconscientemente estar siguiendo esta doctrina. La ética hedonista plantea que la felicidad consiste en vivir continuamente bajo la satisfacción del placer, es decir, establece al placer como el fin y fundamento de la vida, por lo cual debemos adoptar una actitud basada en la búsqueda del placer. Pero, estas sensaciones placenteras que debemos buscar no son de cualquier tipo, debemos buscar el placer que consista, para el cuerpo, en no sufrir (evitar las carencias), para el alma en no ser perturbada (evitando los miedos), es decir más que buscar un placer inmediato, se debe buscar aquel que requiere del uso de la razón, el que valora las consecuencias sobre las acciones y otorga placer a largo plazo. Los demás placeres, como los lujos, hay que evitarlos, ya que lo único que pueden proporcionar al hombre a la larga es dolor.

ÉTICA HEDONISTA DE EPICURO

DESARROLLO Identifica el representante (s) del sistema ético tratado; y ubica el sistema ético tratado en el tiempo y en el espacio.

El principal representante e impulsor de este sistema ético hedonista fue Epicuro de Samos, Nació aproximadamente en el 341 A.C y murió en el año 270 A.C. y se educó en Samos, ciudad de Atenas. Fue uno de los grandes filósofos de la cultura griega de su época y fundador de la corriente filosófica que lleva su nombre, el epicureísmo, cuya principal característica fue la identificación de la felicidad con el placer a la edad de 73 años[ CITATION Rui04 \l 10250 ]. La ética de Epicuro fue hedonista racional, se desarrolló a las afueras de Atenas. El término hedonista viene del griego “hedone” que significa placer e “ismo” que significa cualidad, doctrina o sistema. Epicuro es, por tanto, un hedonista, pero no igual que otros filósofos como Aristipo de Cirene, quien fue un amante de los placeres corporales sin límites. La ética de Samos apuesta por el placer, pero lo hace desde un punto de vista del racional, cuyo propósito fue la búsqueda del placer de los sentidos, una búsqueda dirigida por la prudencia, evitando los excesos y el dolor, dado que los placeres del cuerpo son importantes como los del espíritu y ambos deben satisfacerse. Es decir, para escoger y saciar cualquier deseo placentero, es necesario hacer uso de una virtud, la prudencia, pues sólo con ella podremos disfrutar de un modo inteligente. Es gracias a la prudencia que somos capaces de rechazar un placer que más tarde podría provocarnos dolor. El ser humano a lo largo de la historia y hasta nuestros días está en la búsqueda de cómo vivir bien para alcanzar la felicidad. Epicuro se preguntaba lo mismo hace mucho tiempo atrás por ello sostenía que “el placer es el principio de una vida feliz, bien primero y connatural fundamento de toda elección y rechazo y principio de evaluación de esa sensación”[ CITATION Car18 \l 10250 ]. Es decir el placer en el ser humano conlleva a evitar el dolor en cada decisión que tomamos y cada acción que siguimos. También Epicuro nos muestra que el placer y el bien no se separan sino que una depende de la otra. Es por ello que, identifica el bien con el placer y el mal con el dolor[CITATION Cel15 \p 136 \l 10250 ].

Pero ¿a qué tipo de placer se refiere Epicuro? Muchos nos hacemos esta pregunta. El término hedoné, en Epicuro, es una denominación general aplicada a varios tipos de placer.[ CITATION Car181 \l 10250 ]. Epicuro sostiene que “El placer simplemente es la: Ausencia de dolor física y mental (oponía y analgesia). Ausencia de sufrimiento y ansiedades. Ausencia de inquietudes. Abandono de la preocupación y la intranquilidad. Saber el arte de evitar, apartarse a tiempos y renunciar a los afanes y, sobre todo, a los compromisos

(cosas

comprometedoras),

guardando

el

criterio

y

la

prudencia”[CITATION Pao \p 298 \l 10250 ] . Dicho de otro modo es vivir sin presión o estrés pero siempre relizando nuestras acciones con sensatez y eligiendo bien; pensando en lo mejor para alcanzar la felicidad. El placer no se trata solo de pasarla bien, por lo tanto, no es una cuestión frívola sino más bien es una cuestión ética, es decir, es el arte de vivir bien y con prudencia. Epicuro nos dice que “hay que elegir aquellas acciones que nos dan un placer mayor y más duradero y nos evitan la mayor cantidad posible de dolor”[ CITATION Gon19 \l 10250 ]. En otras palabras nuestras decisiones deben ser moderadas y saber elegir bien cada actividad que realizamos. Por ejemplo: Tener una buena comida, aunque poco pero saludable; en vez de los placeres desmedidos como, comer grandes cantidades, lo que a largo plazo esto traería dolor. Epicuro también nos dice que “los mayores placeres son del alma aunque; por otra parte el placer del vientre es el principio y raíz de toda vida buena”[ CITATION Rod77 \l 10250 ]. Es decir, cuando tienes hambre nota el estómago vacío entonces tienes dolor, pero al comer sientes placer, esto se le toma como modelo para todo tipo de placer. Epicuro predica un hedonismo racional de futuro. Si te juegas el futuro por un placer momentáneo, no vale la pena, a la a larga supondrá un sufrimiento mayor, así mismo algunos dolores debemos de aceptarlos, siempre que sean medios para un futuro feliz. Epicuro apunta que no todo placer me conviene, ni todo dolor debo rechazarlo. Pero su filosofía no prohíbe los lujos, si considera riesgos rodearse de ellos, dado que si nos acostumbramos y esto llegan a faltar nos causaría dolor, el que necesita menos, trabaja menos y disfruta más, consideraba importante buscar la paz mental y que debíamos vencer miedo.

Su ética sostiene la importancia de distinguir entre los placeres aquellos que eran verdaderamente beneficiosos de aquellos que podían generar una dependencia y que terminaban por causar insatisfacción, bien porque fuesen irrealizables o bien porque eliminaban la autonomía del individuo. "Reboso de placer en el cuerpo cuando dispongo de pan y agua, y escupo sobre los placeres de la abundancia, no por sí mismos, sino por las molestias que los acompañan." En la búsqueda del placer es necesario distinguir aquellos deseos que son naturales y necesarios (como el placer de calmar el hambre o la sed), de aquellos que son naturales y no necesarios (como el placer de seguir comiendo y bebiendo aunque el hambre y la sed hayan sido satisfechos), y también de aquellos que no son ni naturales ni necesarios (como el placer de obtener glorias, honor, etc.). Epicuro sostiene, y nuestra experiencia cotidiana lo confirma, que la eventual insatisfacción de estos deseos es experimentada como dolor corporal y anímico. Como cuando sentimos hambre, esto causa dolor, por lo cual sentimos el deseo de comer. Este deseo es necesario y natural, que puede ser completamente satisfecho con agua y pan se puede transformar en el deseo natural pero innecesario de comer un plato caro. La eventual insatisfacción de estos deseos innecesarios no afecta solo corporalmente, sino también anímicamente. La tristeza, por ejemplo, puede originarse por la dificultad de satisfacer un deseo cuyo objeto erróneamente consideramos necesario, como ocurre en el caso de la vana opinión. Así, que busquemos un alimento inalcanzable puede impedir que saciemos nuestra hambre con los alimentos de que disponemos. Epicuro postula “Nada es suficiente para quien suficiente es poco”. Su filosofa va ligada a la mesura, no apoya placeres que a largo plazo nos pueden provocar dolor, como ejemplo las drogas, las cuales al momento de su uso causan placer pero a largo plazo causan dolor. Se ve como el más grande bien es la prudencia, incluso mayor que la filosofía. De ella nacen las demás virtudes, ya que enseña que no es posible vivir placenteramente sin vivir sensata, honesta y justamente, ni vivir sensata, honesta y justamente sin vivir con placer. Las virtudes están unidas naturalmente al vivir placentero, y la vida placentera es inseparable de ellas. Epicuro nos decía vivir ocultos, el predicaba la renuncia a toda actividad pública, la huida de la turba social y la retirada al Jardín de los sabios. Según él, la verdadera moral debe conducir a la inactividad, a la imperturbabilidad, a la soledad, o si acaso a la

tranquila charla amistosa entre los pocos sabios que son capaces de retirarse del mundanal ruido. Epicuro exalta la amistad entre los seres humanos como una de las mayores virtudes y uno de los mejores placeres de los que se puede gozar. La amistad proporciona un apoyo en un mundo hostil y extraño. Es una ayuda no tanto por lo que los amigos hagan efectivamente por uno, como por el hecho de saber que podamos contar con ellos, en caso de ser necesario. La amistad llevó a Epicuro a fundar su propia escuela entendida como un lugar de encuentro, de disfrute, de diálogo y de estudio así como de recuerdo gozoso de los amigos que ya han desaparecido. Epicuro en la carta a Meneceo redacto, que cuando decimos que el placer es el bien supremo de la vida, no entendemos los placeres de los disolutos y los placeres sensuales, como creen algunos que desconocen o no aceptan o interpretan mal nuestra doctrina, sino el no tener dolor en el cuerpo ni turbación en el alma. En la carta a Meneceo Epicuro dice que una teoría verídica de los deseos refiere toda preferencia y toda aversión a la salud del cuerpo y a la ataraxia [del alma], ya que en ello está la perfección de la vida feliz, y todas nuestras acciones tienen como fin evitar a la vez el sufrimiento y la inquietud. Y una vez lo hemos conseguido, se dispersan todas las tormentas del alma, porque el ser vivo ya no tiene que dirigirse hacia algo que no tiene, ni buscar otra cosa que pueda completar la felicidad del alma y del cuerpo. Ya que buscamos el placer solamente cuando su ausencia nos causa un sufrimiento. Cuando no sufrimos no tenemos ya necesidad del placer. Epicuro diseñó el remedio para conseguir la vida más feliz posible, lejos de todos los miedos. Se basó en el el tetrafármaco (Tetrapharmakos), el cual era un antiguo remedio griego con el fin de facilitar la supuración de sustancias dañinas para el cuerpo. Basándose en esta cura, el filósofo griego El

tetrafármaco, cuatro fundamentos

principales del hedonismo de Epicuro: 1. No temer a los dioses, dado que consideraba que si existía un ser divino no tendría interés en castigarnos, sino que los fenómenos naturales ocurrida no eran castigos, sino era de la propia naturaleza, por lo cual es más beneficioso comprender a la naturaleza que realizar ceremonias 2. No temer a la muerte, al momento de la muerte dejamos de sentir todo, no hay segunda vida, por lo cual no debíamos temer a ningún tipo de infierno, Según

Epicuro, "La muerte no es nada para nosotros. Cuando se presenta nosotros ya no somos". No siendo un mal en el momento en el que se presenta, menos daño puede hacer mientras estamos vivos y sólo la presentimos. En ese caso es el temor y la angustia que produce la fuente del sufrimiento, y no la muerte. Deberá ser el razonamiento el que nos muestre lo infundado de tal temor. La actitud del sabio es la de vivir razonablemente en lugar de desperdiciar el tiempo que tenemos anhelando un tiempo de vida infinito que nunca lograremos alcanzar: 3. Lo placentero es fácil de conseguir, es decir las cosas buenas de la vida eran fáciles de obtener, un vaso de agua, la compañía de nuestros seres queridos. Pero cuando alguien quiere más de lo que necesita, está limitando sus posibilidades de satisfacerse y ser feliz, la vida es mejor cuando limitamos nuestro deseo por lo material a lo estrictamente necesario. 4. Lo doloroso es fácil de soportar, Epicuro nos recordó la naturaleza temporal del dolor corporal. Podemos tener una fiebre o un dolor de estómago, pero a los pocos días pero luego desaparecerá, es decir que ninguna condición dura para siempre. Da ejemplos de aplicación de los postulados morales del sistema ético tratado, extraídos de la vida diaria. Como ejemplos en los que se pueden aplicar los postulados del sistema ético hedonista de Epicuro tenemos: Cuando nos colocan una vacuna debemos aceptar que a veces hay que pasar por un poco de dolor para evitar uno mayor, es decir la enfermedad. Vivimos a raíz de la ética hedonista al llevar una vida sencilla, con sólidas amistades, pequeños placeres y alejada de tensiones innecesarias. Una vida tranquila, sin excesos. Una vida basada en el mismo principio de la filosofía estoica: la ataraxia. La tranquilidad de ánimo. La paz de espíritu. Y toda su filosofía está enfocada a ello. Para Epicuro, el conocimiento no sirve para nada si no ayuda al hombre a ser feliz. Por ejemplo debemos evitar el consumo excesivo de bebitas alcohólicas puesto que, esta acción puede traer como consecuencia una resaca y por ende causaría un gran dolor. CONCLUSIONES

El filósofo Epicuro no concibe la felicidad como una cantidad de alegría, ni como la suma de placeres parciales o como el logro del bien a través de la práctica de la virtud. La felicidad consiste más bien en una ausencia de problemas (ataraxia). Por ello, cuando Epicuro toma al placer como el objetivo final, no nos referimos a los placeres de los viciosos, sino al no sufrir dolores en el cuerpo ni estar perturbado en el alma. Porque ni banquetes ni juergas constantes dan la felicidad, sino el sobrio cálculo que investiga las causas de toda elección o rechazo y extirpa las falsas opiniones de las que procede la gran perturbación que se apodera del alma. Por consiguiente, todo placer, por su misma naturaleza, es un bien, pero todo placer no es deseable. Igualmente todo dolor es un mal, pero no debemos huir necesariamente de todo dolor. Y por tanto, todas las cosas deben ser apreciadas por una prudente consideración de las ventajas y molestias que proporcionan. En efecto, en algunos casos tratamos el bien como un mal, y en otros el mal como un bien. Epicuro nos invita a disfrutar los pequeños placeres dela vida, y debemos evitar gloria y fama porque su búsqueda trae sufrimiento al individuo, lo doloroso es fácil de soportar, por lo cual al enfrentar una situación que genera dolor, este no será permanente por lo cual no debemos temer....


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