Expresionismo PDF

Title Expresionismo
Author María del Carmen Hernando
Course Movimientos Estéticos Contemporáneos
Institution Universidad de Sevilla
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Apuntes MUY BUENOS de la asignatura "Movimientos Estéticos Contemporáneos" del GRADO en Comunicación audiovisual sobre el EXPRESIONISMO. Estos apuntes no pueden quedar anticuados con el paso del tiempo, porque es algo universal....


Description

Expresionismo ESTA PARTE EN VERDAD ES UN RESUMEN DE “CONTRA EL OPTIMISMO POSITIVISMA” Expresionismo de exprimir, extraían la esencia de las cosas, pesaba más la visión del artista que el objeto en sí. Etapas: 1ºdeformacion de las figuras y sus colores para exteriorizar su contenido emocional, 2ºabstraccion de formas hasta hacerlas irreconocibles y utilización de colores. 3ºcritica social con abstracciones y regreso a la figuración, poniendo el acento en el horror, la fealdad y la sátira política. El expresionismo es un movimiento cultural que nace en Alemania a principios del siglo XX, en base de protesta y crítica, que pretende ser lo opuesto al positivismo, y que acabara convirtiéndose en uno de los primeros exponentes de las llamadas “vanguardias históricas”. Se trata de un movimiento que difícilmente se puede encerrar en una definición o delimitar según la forma en que se manifiesta. En efecto, los modos en que el expresionismo se manifiesta son bastante numerosos y diversos. La única manera de llegar a su comprensión es partir de sus contenidos. De todos modos, lo que se puede decir de entrada es que el expresionismo es, sin duda, un arte de oposición. Por tanto, su antipositivismo es, consecuentemente, antinaturalismo y antiimpresionismo, aun así, son bastantes los elementos que toma tanto del naturalismo como del impresionismo. Ejemplo de ello lo tenemos en los padres directos del expresionismo, que son Van Gogh, Ensor, Munch y Gauguin. Si para el artista naturalista e impresionista, la realidad seguía siendo algo que había que mirar desde el exterior, para el expresionista, en cambio, era algo en lo que había que meterse, algo que había que vivir desde el interior. Los expresionistas defendían un arte más personal e intuitivo, donde predominase la visión interior del artista, la expresión, mientras que los impresionistas plasmaban la realidad, la impresión. Se puede decir que lo que molestaba a los expresionistas era el tono de felicidad, de sensible hedonismo y de “ligereza” propio de algunos impresionistas. En definitiva, el expresionismo suele ser entendido como la deformación de la realidad para expresar de forma más subjetiva la naturaleza y al ser humano, dando primacía a la expresión de los sentimientos más que a la descripción objetiva de la realidad, que es lo que hacían los impresionistas. Como hemos dicho, el expresionismo no fue un movimiento homogéneo, había expresionismo modernista como el de Munch, abstracto como el de Kandinsky, surrealista como el de Klee, futurista como el de Die Brüke, fauvista como el de Rouault, Cubista… Y aunque surge en Alemania, se extiende también por América y Europa. En Alemania se dividió en dos grandes grupos: Die Brücke (El puente) y Der Blaue Reiter (El jinete azul). Después de la primera guerra mundial surgió la nueva objetividad, que surge como rechazo al individualismo expresionista, defendiendo un carácter más social.

El grupo de la Neue Sezession, constituido en la primavera de 1910 bajo la presidencia de Max Pechstein, reunió miembros de Die Brücke. La Neue Sezession constituyó el 1ºhogar del expresionismo germano propiamente dicho. El expresionismo alemán se convierte en un arma de combate para cambiar la vida. En 1911 Jakob Van Hoddis publica el 1ºmanifiesto poético expresionista: Weltende (el fin del mundo) y Pfemfert crea la revista: Die Aktion. Der Bettler (el mendigo) de Sorge, considerada 1ºobra expresionista, no encuentra teatro donde pueda ser representada.

Weltende (el fin del mundo) de Van Hoddis

Al burgués le vuela el sombrero de la cabeza puntiaguda, Por todos los aires se oye como griterío, Techadores caen y se quiebran Y en las costas - se dice - sube la marea. Llega la tormenta, los mares salvajes brincan La tierra para chafar gruesos diques. La mayoría de personas están resfriadas. Los trenes caen de los puentes

Contra el optimismo positivista Desde los últimos 30 años del siglo XIX hasta principios del XX, el positivismo fue el antídoto general contra la crisis que se había producido en la sociedad Europa (Aires de progresos: exposiciones universales, congresos científicos, creación de túneles y canales, exploraciones…) La filosofía del progreso ya no tenía el significado de antaño, ya no poseía el contenido enérgico y realista de pensadores como Hobbes, Locke… Un contenido no carente de ilusiones pero crítico en el seno del movimiento histórico revolucionario de la burguesía. Ahora era una filosofía “conveniente”. Algunos años antes, Comte la había acomodado a los tiempos nuevos, asegurando que la propaganda positiva sería capaz de “apagar una actividad perturbadora transformando la agitación política en movimiento filosófico”. Exactamente lo contrario de lo que había propuesto Marx, es decir, la transformación del filósofo en hombre político. Se trataba de una doctrina de orden, que daba un tinte de espiritual entusiasmo a la sociedad burguesa en su fase de prepotente desarrollo económico. Pero ni siquiera la predicación positivista logró ocultar las contradicciones que se incubaban en el seno de la sociedad europea y que muy pronto desembocarían en la matanza de la Primera Guerra Mundial. Filósofos, escritores y artistas, en la sensibilidad de su alma, ya sentían los ecos de los primeros derrumbamientos subterráneos que preludiaban la tremenda catástrofe. Desde Nietzsche hasta Wedekind, tendían a demostrar la falsedad del espejismo positivista y trataban de romper su tensa envoltura para descubrir que, dentro de él, sólo se agitaban maléficas insidias. Era una polémica unilateral. -El expresionismo nace sobre esta base de protesta y de crítica y es, o pretende ser, lo opuesto al positivismo. Se trata de un amplio movimiento que difícilmente se puede encerrar en una definición o delimitar según la forma en que se manifiesta, como se podría hacer en otros pasos, por ejemplo, el cubismo. En efecto, los modos en que el expresionismo se manifiesta, incluso si queremos agruparlos a grandes rasgos, son bastante numerosos y diversos. La única manera de llegar a su comprensión es partir de sus contenidos. De todos modos, lo que se puede decir de entra es que el expresionismo es, sin duda, un arte de oposición. -Por tanto, su antipositivismo es, consecuentemente, antinaturalismo y antiimpresionismo, si bien, de hecho, son bastante numerosos los elementos que toma tanto del naturalismo como del impresionismo. Basta pensar que los padres directos del expresionismo son Van Gogh, Ensor, Munch y Gauguin, para darse cuenta de ello. Pero conviene reflexionar sobre la enunciación de la poética naturalista de Zola en su ensayo sobre Le roman expérimental, sobre su elogio del puro “documento humano” y su ideal de absoluta objetividad: “Se acabará por hacer sólo simples estudios sin peripecias ni desarrollo; el análisis de un año de existencia, la

historia de una pasión, la biografía de un personaje, las notas acerca de su vida lógicamente clasificadas”. Entonces se comprenderán mejor los motivos antinaturalistas y antiimpresionistas del expresionismo. -Si para el artista naturalista e impresionista, la realidad seguía siendo algo que había que mirar desde el exterior, para el expresionista, en cambio, era algo en lo que había que meterse, algo que había que vivir desde el interior. Elementos de naturaleza positivista también los había en Courbet, pero los impresionistas, y más aún en los divisionistas y puntillistas, tales elementos habían sido llevados al extremo. “pinto lo que veo”, solía decir Courbet; “es el ojo el que lo hace todo”, repetía Renoir; “la pintura es una óptica”, afirmaba con convicción Cézanne. Pero Seurat no se había dado por satisfecho con este “empirismo” y había querido dar a este visibilismo un fundamento científico cuyas bases creyó encontrar en los textos de Chevreul sobre los contrastes simultáneos y en las obras de Helmholtz, de Maxwell y de otros, que leía en la biblioteca con asiduidad. En suma, Seurat había intentado poner la óptica científica al servicio de la visión pictórica. -Sin embargo, más que el cientificismo positivista, lo que molestaba a los expresionistas era el tono de felicidad, de sensible hedonismo y de “ligereza” propio de algunos impresionistas y, en mayor medida, de muchos de sus vulgarizadores fuera de Francia. En la realidad, en tal “felicidad”, se manifestaba en última instancia el progresivo alejamiento del impresionismo de su matriz realista y, por el contrario, su progresiva, aunque lenta, adhesión a la “sustancia” de la ilusión positivista. El primero que resumió eficazmente el sentido de estas observaciones, tratando de dar al mismo tiempo una primera explicación de la poética expresionista, fue Hermann Bahr, en su ensayo publicado en 1916, donde escribía: “Nosotros ya no vivimos; hemos vivido. Ya no tenemos libertad, ya no sabemos decidirnos; el hombre ha sido privado del alma; la naturaleza ha sido privada del hombre. Nunca hubo época más turbada por la desesperación y por el horror de la muerte. Y he aquí gritar la desesperación: el hombre pide gritando su alma; un solo grito de angustia se eleva de nuestro tiempo. También el arte grita en las tinieblas, pide socorro e invoca al espíritu; es el expresionismo. Nunca había sucedido que en una época se reflejase con tan nítida claridad, como la era del predominio burgués se reflejó en el impresionismo. Se ha reprochado a los impresionistas que no “terminaban” sus cuadros. En realidad no terminan algo más: el acto de ver, ya que en la sociedad burguesa el hombre no lleva nunca a términos su vida, llegando sólo a la mitad de la misma, exactamente allí donde comienza la contribución del hombre a la vida, del mismo modo que el acto de ver se detiene en el punto en que el ojo debe responder a la pregunta que le ha sido hecha. Y he aquí que el expresionista le vuelve a abrir la boca al hombre. Demasiado ha escuchado el hombre en silencio: ahora quiere que el espíritu responda.” Cuando Bahr escribía estas líneas, la guerra ya había estallado y el determinismo positivista del progreso se había roto en mil pedazos en los campos de Europa, donde chocaban los ejércitos en liza. Los sentimientos y las ideas que Bahr exponía en su escrito hacía tiempo que estaban

en el fondo del alma de muchos artistas europeos. En Francia, se hallaban en una situación espiritual muy semejante, ya a principios del siglo XX, pintores como Vlaminck y Rouault.

· No obstante, el fenómeno del expresionismo se manifestó, sobre todo en Alemania. Aquí, el régimen imperial, feudal y militarista de Guillermo II acentuaba todas las modernas contradicciones sociales y políticas. La ideología pangermanista inculcada por miles de maestros y profesores envenenaba el espíritu de la juventud. En el curso de algunas décadas no sólo se había corrompido moral y políticamente la burguesía alemana, sino que también algunos estratos populares habían sufrido la influencia maléfica de los ideales guillerminos de supremacía y de fuerza. El filisteo se revestía de atuendos heroicos, el pequeño burgués adoraba la estirpe militarista de los “Junkers”. Alemania, cegada por un sueño de gloria y dominio, marchaba a grandes pasos hacia la guerra. En esta situación, el mesianismo socialista o socialistizante de gran parte de la cultura alemana surgido en torno a la década de 1880, que preveía una palingenesia del mundo no más allá de finales del siglo, quedaba ya fuera de juego. La realidad era otra muy diferente, y ni la oposición socialdemócrata, cada día más vacilante, podía modificarla. De este modo, en el campo del arte y de la literatura, del naturalismo, que a pesar de todo había dado obras como Los tejedores, de Hauptmann, y los grabados o las litografías de la primera Käthe Kollwitz, se pasaba, y en muchos aspectos a través de la exasperación del mismo naturalismo, al expresionismo. Este paso tiene lugar de forma compleja y hasta confusa. Sin embargo, desde el comienzo es posible identificar algunos elementos característicos del expresionismo, tendiendo sólo presente que por lo que respecta a esta época siempre nos referimos a un grupo reducido de escritures y artistas, los más abiertos y sensibles que, aún de forma diversa, reaccionaban al falso esplendor del imperio guillermino, a sus leyes, a sus costumbres y a sus instituciones. 1º Elemento El 1º elemento es el desencadenamiento, contra la chata vulgaridad del filisteísmo burguésguillermino, de las potencias liberadoras de la naturaleza, de la libertad y del instinto incapaz de sufrir las inhibiciones de una falsa moral. Eso es lo que en el teatro hizo un escritor como Wedekind, al oponer a los convencionalismos, a las normas, a la respetabilidad y a la mentira de la vida burguesa, la sinceridad de las pasiones y la violencia de los impulsos primitivos. 2º Elemento Un 2º elemento es el que insiste en la exigencia de sustraerse a la vulgaridad y a la dureza de la sociedad civil, refugiándose en el “reino inalienable del espíritu”, donde ninguna fuerza externa puede penetrar y llevar desorden. En literatura puede considerarse a TRakl como el exponente más alto de esta 2º tendencia. 3º Elemento Un 3º elemento es, por el contrario, la oposición activa en sentido crítico y polémico, con objetivos específicos e incluso políticos. Si queremos poner otro ejemplo literario, citaremos a Heinrich Mann. En su novela “El súbdito” escribió la más cáustica y amarga sátira de su tiempo sobre Guillermo II: una requisitoria sin medias tintas, cuyo blanco son el ejército, las asociaciones políticas, las organizaciones económicas, la burocracia, la Iglesia y las

corporaciones estudiantiles, en suma, toda la vida de la sociedad de su tiempo; Todo ello con un estilo cortante capaz de poner lo grotesco y caricaturesco al servicio de una mayor evidencia acusadora. Estas indicaciones literarias sobre los tres elementos fundamentales de la tendencia expresionista se refieren a los años que preceden a la Iª Guerra Mundial. Pero, desde ahora, podemos unir a cada uno de estos aspectos, para no limitarnos sólo a los ejemplos literarios, el nombre de tres artistas: Nolde, Klee y Grosz. Son los nombres de tres pintores expresionistas alemanes de los más significativos, que resumen en sí el sentido global de esta tendencia. Aún así, estas indicaciones no pueden ofrecer más que una línea orientativa. El problema es más arduo. Los tres elementos que hemos enunciado, delineándolos de forma esquemática, no son originales ni se perciben en cada uno de los artistas en estado puro. En tales elementos podemos reconocer caracteres particulares derivados de la crisis de la unidad del siglo XIX y los mitos de la evasión derivados de ella. Sin embargo, en el expresionismo alemán todo ello se lleva hasta sus últimas consecuencias. Además, hay que añadir que casi siempre, con mayor o menor intervención de uno o de otro, los mismos elementos se hallan mezclados en el seno de un mismo grupo o incluso en un solo artista.

Influencias ideológicas Nietzsche Los artistas expresionistas reciben muchas influencias ideológicas de Nietzsche. Su brillante pero confuso nihilismo neorromántico, del que emergen también ásperos ataques contra los “valores” de la sociedad burguesa, sugestiona a los mejores escritores, poetas y artistas de la época, desde Thomas Mann hasta Grosz. Strindberg y Munch tampoco se libraron de su fascinación. En 1888 y 1889, Strindberg mantuvo correspondencia con él y en 1906, Munch hizo su retrato partiendo de una fotografía. Ambos ejercieron una fuerte influencia en el expresionismo alemán. Entonces se veía en Nietzsche al enemigo de los historiadores prusoalemanes, al pensador que se había burlado de Bismarck y había defendido a los judíos del antisemitismo del profesor berlinés Eugen Dühring, y al escritor que arremetía contra la estúpida presunción de los advenedizos de la época Guillermina. Las paradojas de Zaratustra tenían fuerza persuasiva, sobre todo, por la violencia con que volvían del revés los conceptos y los lugares comunes de la moral corriente. Tampoco hay que olvidar que, precisamente en esos años, empiezan a aparecer algunas de las obras más importantes de Freud, cuyos análisis ejercieron una indudable fascinación en determinados ambientes culturales y, por tanto, más o menos directamente, en los artistas. Van Gogh y Munch Pero la mayor influencia sobre los expresionistas alemanes la ejercieron los artistas franceses, Van Gogh y Munch. Es obvio que tal influencia no habría podido ser tan profunda si no hubiese encontrado un terreno ya preparado y orientado en sentido expresionista. Munch fue, probablemente, el 1º que en Alemania presentó una imagen sobrecogedora de la pintura. Su exposición de 1892 en Berlín, en la que expuso 50 cuadros, impresionó profundamente a más de un artista. Cuando se exigió que se descolgasen sus cuadros, todos los jóvenes se pusieron de su parte y así se llegó a la fundación de la Secesión berlinesa. Munch halló en Alemania su

segunda patria. En 1905 salió su primera monografía en Múnich. Por lo demás, ya había estado en Berlín anteriormente junto con Strindberg, y en 1890 pintó allí uno de sus cuadros más alucinantes: Celos. Pero además de las exposiciones de Munch, debemos referirnos también a las de Van Gogh, Gauguin y Cézanne en Múnich, Dresde y Berlín. A ello hay que añadir los frecuentes contactos de los artistas alemanes con París. Así, Paula Modersohn vivió en París en varios períodos, entre 1899 y 1906, donde descubrió a Gauguin; y Nolde, que en 1899 frecuentó la Academia Julian de París, de la que habían salido Vuillard y Bonnard.

El grupo Die Brücke (El Puente) El primer grupo de expresionistas alemanes organizado fue el que en 1905 tomó el nombre de Die Brücke (El Puente). El grupo es coetáneo al Salón en el que los fauves recibieron el bautismo de la crítica. Sin embargo, el encuentro de sus fundadores se remontaba a algunos años antes, a 1902, según Kirchner, quien más tarde trazará una esquemática crónica de las peripecias del grupo. La unión tuvo lugar en Dresde, y sus fundadores, además de Kirchner, fueron Bleyl, Heckel y Rottluff, a los que se unieron más tarde Nolde, Pechstein y Müller. ¿Qué significado se encerraba en esta simbólica denominación? Eso nos lo dice la carta con la que el grupo invitaba a Emil Nolde a formar parte de él: “Uno de los objetivos de Die Brücke es el de atraer a sí a todos los elementos revolucionarios y en fermento, y esto lo dice su mismo nombre: puente.” Tal era el sentido de la denominación, pero no eran tan claras las bases ideológicas que debían mantener unido al grupo. Posiblemente, el común terreno de entendimiento era, sobre todo, el impulso de destrucción de las viejas reglas y de realización de la espontaneidad de la inspiración, igual que los fauves, cada uno a través de su propio temperamento. Kirchner, que prácticamente fue el jefe del grupo, escribía: “La pintura es el arte que representa en un plano un fenómeno sensible. El pintor transforma en obra de arte la concepción de su experiencia. Con un continuo ejercicio aprende a usar sus propios medios. No hay reglas fijas para esto. Las reglas para una obra sola se forman durante el trabajo, y a través de la personalidad del creador, la manera de su técnica y el fin que se propone. La sublimación instintiva de la forma en el hecho sensible se traduce impulsivamente al plano.” Se trata de la destrucción de todo canon que pudiera obstaculizar la fluida manifestación de la inspiración inmediata. Es uno de los puntos de partida de la poética del expresionismo: el no poder sufrir una ley ni una disciplina y obedecer, en cambio, las presiones emotivas del propio ser. En realidad, esta fuerza psíquica y psicológica de la inspiración se manifestará en los artistas de Die Brücke sólo hacia 1910, y no en todos: Kirchner, Müller, Nolde. En los primeros años sus cuadros son una especie de excitación, de concitación impresionista. Y, sin embargo, hay algo en estos artistas que les da una fisonomía particular. Su pintura no es casi nunca agradable, ni hedonista ni brillante; al contrario, en ella siempre hay algo de estridente, de grosero y hasta de híbrido. Las influencias francesas son bien visibles, pero son recibidas sin excesivas preocupaciones formales, de modo apresurado y desordenado. Todo es señal de una

orientación distinta de la francesa y tam...


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