Expresionismo - Que es? Origen y caracteristicas PDF

Title Expresionismo - Que es? Origen y caracteristicas
Author Brenda agustina Santos
Course Lenguaje Musical
Institution Educación Secundaria (Argentina)
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Que es? Origen y caracteristicas...


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EXPRESIONISMO ALEMÁN: Die Brücke (El Puente) . Der Blaue Reiter (El Jinete Azul). En líneas generales el término expresionismo alude a aquellas manifestaciones que propugnan la intensidad de la expresión sincera aún a costa del equilibrio formal. Precisamente por su carácter intemporal, dicho vocablo ha resultado válido tanto para calificar determinados períodos de la historia del arte, como para adjetivar un movimiento o tendencia, a un artista o a una fase creativa del mismo, o incluso obras concretas. En este sentido figuras como El Greco, la escultura románica o algunas creaciones de Goya, por citar algunos de los múltiples ejemplos que podríamos haber elegido, pueden ser calificadas de expresionistas, por la decidida actitud mostrada por deformar dramáticamente la realidad. Fue a principios del siglo XX cuando el término expresionismo comenzó a utilizarse con un sentido y unas connotaciones muy determinadas. Los primeros usos se refirieron principalmente al arte francés. En 1901 el pintor Julien-Auguste Hervé definió como expresionistas unos estudios de naturalezas que fueron presentados en el Salón des Indépendants de París. El crítico Louis Vauxcelles empleó el mismo calificativo para describir las obras de Matisse. En 1911 el término expresionista resultó de nuevo válido para clasificar las obras que los fauvistas y cubistas franceses, Braque, Dèrain, Van Dongen, Dufy, Vlamick y Picasso entre otros, presentaron en la XXII exposición de Berlín. A partir de este momento el adjetivo expresionista se comenzó a utilizar con un sentido más amplio, manifestándose efectivo para definir el arte de vanguardia que, como el Fauvismo, Cubismo y Futurismo, presente en la exposición del Sonderbund de Colonia de 1913, rompió definitivamente con los postulados del agónico Impresionismo. Con ese sentido comenzó a difundir a través de distintas publicaciones periódicas como la revista Der Sturm. A partir de 1914 el término resultó definitivamente concretizado, al dejar de ser empleado en sentido general como el adjetivo apropiado para calificar las manifestaciones artísticas más rupturistas del momento como el Cubismo, Fauvismo y Futurismo, para pasar a definir exclusivamente el arte experimental y contestatario surgido en Alemania a principios del siglo XX, que se convertiría con el tiempo en uno de los movimientos de vanguardia que mayor repercusión ejercería en el arte de la citada centuria. Existe consenso al afirmar que el Expresionismo Alemán fue más una actitud ante la creación artística que un estilo propiamente dicho, un movimiento comprometido desde su origen que afectó a todas las esferas de la creación, arte, literatura, música, siendo en el campo de la narrativa donde alcanzó su mayor grado de compromiso. El Expresionismo en tanto que movimiento de vanguardia surgió en Alemania hacia 1905, como respuesta y reacción al Impresionismo, del mismo modo que lo hicieron el Cubismo en Francia y el Futurismo en Italia. La quiebra del lenguaje tradicional, el fin de la ilusión y referencia de los modelos de belleza tradicionales como consecuencia de la relativización del mundo clásico, así como el agotamiento de la idea de espacio convencional, estaticidad de las cosas y el cuestionamiento del arte basado en copia mimética de la naturaleza, favorecieron la aparición y consolidación de las denominadas vanguardias históricas. Como el resto de los movimientos rupturistas y experimentales surgidos a principios del siglo XX, el Expresionismo se desligó definitivamente de los principios tradicionales referidos a la definición formal y uso del color, de la mímesis de la realidad como única fuente de inspiración y en definitiva con todos los principios del clasicismo fundamentados sobre ideales de proporción, belleza y perspectiva, supuestos que habían sufrido importantes ataques desde la segunda mitad del siglo XIX. El Expresionismo Alemán ha de relacionarse más con las vanguardias coloristas como el Fauvismo, que con los movimientos más interesados en la experimentación formal como el Cubismo y el Futurismo. El color se concibió como la principal herramienta, asumiendo el total protagonismo en la búsqueda por alcanzar la representación de las emociones internas, idea sobre la que los expresionistas fundamentaron la creación artística. Sin embargo, frente al carácter sensual y atractivo de los colores empleados por los fauvistas, concebidos con un destacado sentido decorativo y armónico, los expresionistas a partir de la utilización de colores fuertes, planos y arbitrarios, quisieron transmitir una visión intensa y trágica de la realidad, buscando la máxima expresión a partir tanto de la deformación del color como de las formas, experimentación formal no a la manera que lo hicieron cubistas y futuristas, sino para tratar de captar y transmitir lo misterioso que se escondía detrás de las apariencias y que había que desentrañar.

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Cabe destacar que el Expresionismo Alemán fue político desde su origen, buscó un arte que incidiese en la sociedad, a partir de una profunda crítica a las costumbres y a lo contemporáneo, asumiendo un grado de compromiso completamente ausente en sus contemporáneos fauvistas. El activismo sería precisamente el rasgo que marcaría la diferencia con respecto a sus contemporáneos franceses. Conviene señalar igualmente que el Expresionismo no fue un movimiento uniforme. Aunque surgió en Alemania, lugar tradicionalmente asociado en el terreno artístico con tendencias expresionistas, tal y como manifiesta la estética germánica decimonónica, tanto en pintura como en literatura, diversos fueron los focos y diferentes las ciudades donde el nuevo modo de expresión y en definitiva la novedosa manera de hacer arte arraigó con fuerza. Los principales núcleos en el desarrollo del Expresionismo fueron entre 1905 y 1910 la ciudad de Dresde, donde se gestó y llevó a cabo su actividad el grupo El Puente-Die Brücke y Berlín a partir de 1911. La ciudad de Munich se convirtió al tiempo en escenario de la segunda alternativa expresionista concretada en el grupo El Jinete Azul-Der Bauer Reiter. A pesar de que ambos grupos mostraron un interés sin límites por el color y en consecuencia por la deformación formal, mientras que el grupo El Puente-Die Brücke desarrolló una posición más radical, crítica, dramática y comprometida ante la vida, que se tradujo en unas creaciones fundamentadas en el anhelo por desentrañar lo que se escondía detrás de las formas vacías, sin contenido ni espiritualidad, El Jinete Azul-Der Blaue Reiter se mostró más tendente a la exploración formal, manifestando unas inquietudes más dirigidas a la experimentación estética. A partir de la Primera Guerra Mundial Die Brücke experimentó un grado de radicalización que se reflejó en un arte más dramático y tenso, caracteres que se acusaron aún más a partir de la derrota de Alemania en 1918. EL PUENTE. DIE BRÜCKE Die Brücke constituyó el primer grupo expresionista surgido en la ciudad Alemania de Dresde en 1905. Sus creadores fueron cuatro jóvenes entusiastas y vigorosos estudiantes de arquitectura, Ernst Ludwig Kirchner, Erich Heckel, Karl Schmidt-Rottluff y Fritz Bleyl, que pronto abandonaron su formación inicial para dedicarse por entero a la pintura, concebida por todos ellos como el único y auténtico medio de expresión de sus ideales, sentimientos y emociones. El ardor propio de la juventud, así como el grado de inconformismo, compromiso e ilusión sin límites que mostraron desde el principio fueron el ideario que les consolidó como Grupo, cuyo grado de rebeldía se puso de manifiesto en la propia denominación elegida. A instancias de Schmidt-Rottluff se autodenominaron El Puente-Die Brücke, vocablo tomado de un pasaje de la obra Nietzsche, quien se convertiría en una de las principales referencias filosóficas del Grupo, Así habló Zarathustra: “La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta: lo que el hombre se puede amar es que es un tránsito y un ocaso”.

Schmidt-Rottluff entendió que la palabra puente se prestaba a la perfección a los ideales del grupo, fundamentados sobre la convicción de que su arte serviría para romper con las convenciones establecidas y dictadas por la sociedad, de modo que, como auténticos pontífices, en el sentido metafórico de

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hacedores de puentes de la realidad que ansiaban, sirviesen de engarce entre el nuevo arte y la sociedad, mostrando un grado de compromiso y un activismo que en la práctica no fue extremadamente radical.

En 1906 Ernst Ludwig Kirchner elaboró el programa que dio coexistencia al grupo, en el que se dejó claro como nuevo acto de rebeldía e idealismo puro, que los destinatarios de sus creaciones debía ser la juventud, los únicos receptores dispuestos y convencidos a admitir y asimilar los cambios y rupturas que proponían contra lo establecido, no sin razón, puesto que la energía, vigor y frescura son los estímulos que dirigen las actuaciones durante esa etapa de la vida; Con fe en el desarrollo y en una nueva generación de creadores y espectadores, hacemos un llamamiento a la juventud. Como jóvenes que llevamos el futuro en nosotros, queremos inventar para nosotros la libertad de vida y de movimiento, frente a las viejas fuerzas establecidas. Consideramos como uno de los nuestros a todo aquel que comunique con franqueza y autenticidad lo que le impulsa a la creación. Ese mismo año se incorporaron al grupo Emil Nolde y Max Pechsteín.

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El grado de compromiso que quisieron transmitir a los jóvenes beneficiarios de sus rebeldes propuestas, los auténticos capacitados para disfrutar sus modos de expresar, les llevó a inventar la figura del miembro honorario del grupo. A cambio de una asignación de doce marcos anuales establecida a manera de cuota, recibirían cada año un carnet de socio, un almanaque realizado por los propios miembros de Die Brücke y una programación de las actividades del Grupo. Del mismo modo dicha práctica les permitiría financiar las tareas desarrolladas a lo largo del año. El resultado de tan novedosa experiencia no fue sin embargo del todo exitosa. En 1907 contaban con veintinueve socios y en 1910 llegaron a reclutar un total de sesenta y ocho miembros.

Los ideales sobre los que cimentaron su actividad durante los ocho años que El Puente permaneció unido, se separaron en 1913, fue por una parte el entendimiento de la creación artística como una actitud empeñada en la búsqueda y consecución de las verdades internas del ser humano, a partir de la manifestación de los sentimientos más profundos, y por tanto el rechazo del academicismo como vía de formación y expresión artística, y por otra la censura y crítica manifiesta contra la sociedad en general y, en concreto, frente a los estamentos más acomodados y conservadores. Partiendo de estos principios, entendidos como auténticos estímulos, se empeñaron ardientemente en la lucha por la creación de un mundo nuevo fundamentado en valores éticos, que sólo podría alcanzarse a partir de una actuación colectiva. Convencidos de estos postulados, carentes de teorías pero ofreciendo grandes dosis de inquietud e impaciencia, Die Brücke inició su actividad conjunta en una vieja zapatería que Heckel convirtió en estudio. El Grupo se organizó como una auténtica comunidad de artistas, cuyas fuerzas se aunaron para tratar de alcanzar sus anhelos e ilusiones. Colaboraron colectivamente, aportando cada uno de los miembros de forma desinteresada sus conocimientos e inquietudes individuales en favor del grupo, anulando de ese modo cualquier interés de tipo personal. Entendieron las creaciones como ejercicios colectivos. Esta nueva concepción, que justifica que el expresionismo no fue sólo un movimiento artístico sino una actitud ante la vida, llevó a Die Brücke a desarrollar un innovador método de trabajo basado en la realización de obras coordinadas, con las que lograron un grado total de entendimiento tanto en la definición formal en relación al experimentalismo desarrollado entorno a la aplicación de colores e investigaciones lumínicas.

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Por ello la convivencia se convirtió para ellos en algo esencial, pues sólo a través de una vida en común podrían alcanzar el entendimiento y armonía total y absoluto que perseguían. El carácter autodidacta de los componentes de Die Brücke, el único integrante del grupo que se había formado como pintor fue Kirchner, quien entre 1903-1904 estudió pintura y dibujo con Wilhelm von Debschitz y Hermann Obrist, les permitió asumir, e incluso poder elegir. las influencias y referencias generales en el campo de la creación que mejor se ajustaron a sus ideales y pretensiones. Tanto los pensamientos de Nietzsche como la teoría filosófica de la empatía presente en los círculos intelectuales de la Alemania del momento, basada en la idea de que el hombre no podía expresar nada a partir del lenguaje, sino a partir de la proyección de la subjetividad, deformando el objeto, se convirtieron en referencias fundamentales para el grupo. En el terreno de la expresión artística se vieron notablemente influidos por Munch, considerado con su obra El grito como el auténtico precursor del Expresionismo, por la angustia y el sufrimiento que fue capaz de transmitir en sus creaciones.

VAN GOGH, The Night Cafe 1888 Oil on canvas 70 x 89 cm Yale University Art Gallery

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Como no podía ser de otro modo El Puente encontró importantes soportes referenciales en la obra de Van Gogh y Gauguin, especialmente en las teorías desarrolladas por ambos en relación a los contrastes violentos y simultáneos de los colores, hasta el punto de convertirse en los artistas mejor valorados por los expresionistas.

Gauguin, Le Christ jaune 1889 Oil on canvas 92.1 x 73.4 cm Albright-Knox Art Gallery, Buffalo Otro de los principales referentes para Die Brücke, como también lo sería para el resto de los movimientos de vanguardia, Fauvismo y Cubismo, fue la escultura de los pueblos primitivos en su totalidad, tanto la africana como la oceánica e incluso la desarrollada por etruscos o egipcios, así como las artes populares en general. En estas representaciones descubrieron algunas de sus máximas aspiraciones en el terreno de la expresión, manifestaciones que entendían y valoraban como resultado de la creatividad humana en estado puro, sin contaminar. La influencia de estas producciones se reflejaría en algunos de los aspectos formales más característicos de sus obras, tales como el esquematismo, la simplicidad compositiva, la preferencia por las angulosidades y la tendencia a emplear los colores primarios. En Dresde, ciudad donde iniciaron sus actividades, la colección etnográfica del Zwinguer les permitió el primer contacto con las manifestaciones de los pueblos primitivos, a través de los objetos allí expuestos que identificaron con la forma de vida y el mundo que anhelaban. En la misma ciudad descubrieron las colecciones de arte, tanto de pintura y grabado que albergaban la Gemäldegalerie y el Kupferstichkabinett, donde admiraron las litografías de Toulouse-Lautrec adquiridas en 1900 por la citada institución. Del mismo modo prestaron gran interés por la colección de grabados de Federico Augusto II del palacio Brühl. Como complemento perfecto a sus años de formación, en las galerías privadas de Dresde pudieron admirar importantes exposiciones del llamado arte progresista. En 1905 disfrutaron de Van Gogh en la galería Arnold que organizó la primera muestra del artista en Alemania. En 1906, en el mismo escenario entraron en contacto con los neoimpresionistas belgas y franceses, a partir de obras de Signac, Seurat , Gauguin y Valloton. En 1907, a instancias de la Asociación de Arte de Sajonia, pudieron contemplar un importante número de obras de Munch. En el mismo año pudieron ver algunas de las producciones de Monet, Sisley y Pisarro. En 1908 la galería Richter de Dresde organizó una nueva retrospectiva sobre Van Gogh. Ese mismo año y en el mismo escenario pudieron contemplar las producciones de los fauvistas franceses, Van Dongen, Vlaminck, Guérin y Friesz. Todos estos descubrimientos tuvieron una fuerte repercusión para los componentes de El Puente, cuya producción artística a partir de tales experiencias se liberó definitivamente de las trabas que aún conservaban del modernismo, para emprender su auténtico camino en busca de la expresión subjetiva. De todas las referencias la influencia de Van Gogh fue especialmente notable, cuya huella tuvo una implicación directa en el uso y disposición de los colores en el lienzo, que comenzaron a aplicar

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directamente del tubo, buscando la máxima energía en el acto creativo con el fin de alcanzar, a partir de la plasticidad de los materiales, la mayor pasión y efusividad. Los integrantes de Die Brücke compartieron del mismo modo y en base a un fuerte sentimiento nacionalista, un entusiasmo y admiración por el pasado germánico y, concretamente, en el terreno artístico mostraron su interés por los maestros medievales y por figuras emblemáticas en la historia del arte alemán como Durero. Desde 1906 los miembros de El Puente desarrollaron una estrecha colaboración y experiencias vivenciales comunes que se intensificaban durante los periodos estivales. Guiados por el instinto, conseguir la integración plena del hombre con la naturaleza se convirtió en el germen de la obra expresionista. En el espacio natural se empeñaron en la creación de la pintura en su más estricto sentido de la palabra, no a partir de una asociación racional de los colores, sino producto de la subjetividad y emociones interiores. El resultado de dicha experimentación fue una pintura fuertemente expresionista aunque tremendamente realista, conseguida a partir de la penetración dramática en la realidad de las cosas que se les presentaban ante sus ojos, investigando con la luz que les permitía fijar el objeto, reflexionando sobre la perspectiva deformada y el empleo de la línea recta. Las islas del mar del Norte, del Báltico y los lagos cercanos a Dresde se convirtieron en los escenarios favoritos para llevar a cabo sus ejercicios colectivos, y fue allí donde desarrollaron una relación casi mística con la naturaleza. En estos parajes se dedicaron a cultivar y reflexionar sobre uno de sus principales temas: el desnudo, argumento que se convirtió en uno de los asuntos más recurrentes en la obra de los expresionistas. Ahora bien, la novedad a la hora de encarar dicha temática, estribó en concebir y reflexionar sobre el cuerpo desnudo en plena libertad y comunicación con la naturaleza, lejos de una búsqueda de la belleza en sentido tradicional, ejercicio que era imposible desarrollar en el espacio tradicional del taller. Es por ello que los componentes de Die Brücke salían al campo en cuanto sus obligaciones se lo permitían Especialmente productivos en este sentido, fueron los veranos de entre 1909 y 1911 cuando algunos de los miembros del Grupo, Kirchner, Pechstein y Heckel se instalaron en los lagos de Moritzburg, donde tanto ellos como sus modelos adoptaron una forma de vida similar a la de los pueblos primitivos.

Heckel Bañistas en la playa1913. Acuarela sobre papel. 39 x 50 cm. Museo Thyssen-Bornemisza El resultado de estas experiencias se manifestó en unas obras caracterizadas por el

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uso de colores fuertes, bien contrastados reflejo de los estados de ánimo y sentimientos más puros. En cuanto a la definición formal consiguieron unas imágenes duras, angulosas y quebradas. Todos los autores coinciden en señalar que la gran aportación de Die Brücke fue la renovación que hicieron de la xilografía, cuya práctica convirtieron en el recurso favorito de expresión artística. Parece que fue Nolde quien, tras su incorporación al grupo en 1906, les transmitió y descubrió las posibilidades del aguafuerte que dominaba a la perfección. A partir de ese momento todos los componentes comenzaron a experimentar con el grabado para posteriormente interesarse por la xilografía o estampación en madera.

Heckel Brother and sister 1913. Woodcut. 41,7 x 31 cm Esta técnica, extraordinariamente cultivada por Durero, uno de los principales referentes del grupo en base a sus ideales nacionalistas, les permitió por una parte entroncar con las propias raíces del arte alemán. a la vez que, por las propia...


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