Goffman PDF

Title Goffman
Course Teorías Criminológicas
Institution Universidad de Alicante
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Resumen del texto de Goffman...


Description

ESTIGMA, LA IDENTIDAD DETERIORADA (ERVING GOFFMAN) I.

Contexto histórico de la obra y del autor

Erving Goffman nació en Alberta, Canadá en el año 1922, de ascendencia judía ucraniana, Fue un sociólogo, psicólogo social y escritor de reconocido prestigio. Su contribución más conocida fue el estudio del interaccionismo simbólico a través del esquema interpretativo de la dramaturgia, que predicaba que los individuos actuamos según unos roles que serían nuestra fachada ante la interacción con los demás (escenario). Mientras que cuando nos encontramos a solas (entre bastidores) dichos roles pasan a segundo plano. Sus principales áreas de estudio fueron la sociología en la vida cotidiana, la interacción social, la construcción social del yo, la organización social de la experiencia y elementos particulares de la vida social, como las instituciones y los estigmas. En el año 1939, Goffman se matricula en la Universidad de Manitoba, especializándose en química. Interrumpiría sus estudios para mudarse a Ottawa y así comenzar a trabajar en la industria del cine. Más tarde desarrollaría un especial interés por la sociología, hecho que le llevó a abandonar sus estudios en Manitoba y a graduarse en sociología y antropología en la Universidad de Chicago. En el año 1959 pasaría a formar parte del departamento de sociología de la Universidad de California como docente. Contrajo matrimonio dos veces, ya que su primera mujer se suicidó, achacado en parte a los problemas mentales que padecía. Goffman era conocido por su interés y éxito relativo en el mercado de valores, llegando a convertirse en el jefe de sala de un casino de las Vegas. Finalmente fallecería en Filadelfia en el año 1982. Obras más relevantes: •

Internados. Ensayos sobre la situación social de los enfermos mentales. (1961).



Estigma. La identidad deteriorada. (1963).



Interaction ritual. (1967).



Frame analysis: los marcos de la experiencia (1974).



Forms of talk (1981).

Para contextualizar la obra nos fijamos en la fecha de publicación de la misma, que es 1963, y el lugar que es Estados Unidos. Goffman sufrió las consecuencias de la Gran Depresión de 1929, que afectó gravemente al conjunto de la sociedad. Hecho importante a destacar es la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, lo que conllevó que muchos jóvenes americanos murieran en Europa y el Pacífico. Tras la derrota de los nazis y Japón, el mundo entero se ve sumido ante la lucha de las dos superpotencias existentes: Estados Unidos y la Unión Soviética. El periodo denominado como Guerra Fría, un constante enfrentamiento armamentístico, espacial, cultural, artístico, científico, económico, etc. Un hecho muy importante a destacar es la segregación racial que se vivía en el territorio estadounidense legitimado por los poderes públicos que favorecían dicha segregación, por ejemplo con el desarrollo de las leyes Jim Crow. Dichas leyes bajo el lema: «separados pero iguales», en las que se establecían diferencias de trato entre las personas blancas y las no blancas, creando discriminación en todos los ámbitos. Además la figura del Ku Kux Klan como organización violenta que perseguía a los negros, motivados en el odio racial. Esto dio lugar a numerosos movimientos por los derechos civiles con líderes conocidos como Martin Luther King, Malcom X o Angela Davis.

ESTIGMA E IDENTIDAD SOCIAL En primer lugar, resultaría conveniente realizar un barrido por la historia para comprender el significado que ha tenido el concepto del estigma: a. En la antigua grecia se creó el término para referirse a signos corporales con los cuales se intentaba exhibir algo malo y poco habitual en el status moral de quien los presentaba. b. En el cristianismo se agregaron dos significados metafóricos: de signos corporales de la gracia divina y de perturbación física. c. En la actualidad, la palabra es ampliamente utlizada con un significado bastante parecido al original, pero con ello se designa preferentemente al mal en sí mismo. Una vez realizada esta delimitación histórica, debemos conocer unos conceptos preliminares: La sociedad establece los medios para categorizar a las personas y el complemento de atributos que se perciben como corrientes en los miembros de cada una de ellas de esas categorías. Al encontrarnos frente a un extraño las primeras apariencias nos permitirán prever su identidad social, donde se incluyen tanto los atributos personales como los atributos estructurales. Apoyándonos en estas anticipaciones, realizamos expectativas normativas, que no sabemos si se serán satisfechas o no. Aquí es donde entran en juego tres conceptos vitales en la teoría de Goffman: a.

Demandas enunciadas «en esencia»: las demandas que formulamos sobre el individuo.

b. Caracterización «en esencia»: el carácter que atribuimos al individuo, también denominada «identidad social virtual». c. Identidad social real: la categoría y los atributos que, de hecho, según puede demostrarse, le pertenecen. Si el individuo ante el cual nos encontramos es poseedor de un atributo que lo hace diferente, dejaremos de verlo como una persona total y corriente para reducirlo a un ser menospreciado e inficionado. Este atributo lo conoceremos como estigma. Esto constituye una discrepancia entre la identidad social virtual y la identidad social real. El término estigma será utilizado para hacer referencia a un atributo profundamente desacreditador y una clase especial de relación entre atributo y estereotipo. No obstante, no podemos hablar tan solo de atributos sino de relaciones. Un individuo es normal en relación a quien no lo es. Se es normal en medida de que no se posee un atributo desacreditador. Ahora bien, el individuo estigmatizado, ¿supone que su calidad de diferente ya es conocida o resulta evidente en el acto o, por el contrario, que esta no es conocida por quienes lo rodean ni inmediatamente perceptible para ellos? En el primer caso nos encontraremos con la situación del desacreditado, y en la segunda, del desacreditable. También conviene conocer cuáles son los tres tipos de estigmas que se suelen diferenciar, que serían las abominaciones del cuerpo, los defectos del carácter del individuo y finalmente, los estigmas tribales de la raza, la nación y la religión. En estos tres tipos se encuentran los mismos rasgos sociológicos: un individuo que podía haber sido fácilmente aceptado en un intercambio social corriente posee un rasgo que puede imponerse a la fuerza a nuestra atención y que nos lleva a alejarnos de él cuando lo encontramos. ¿Cómo actuamos los «normales» ante los estigmatizados? Creemos que la persona estigmatizada no es totalmente humana y construimos una teoría para explicar su inferioridad. En nuestro discurso

cotidiano utilizamos como fuente de metáforas e imágenes términos específicamente referidos al estigma, tales como deficiente, subnormal o tarado, sin acordarnos del significado real. Además, muchas veces, basándonos en el defecto original tendemos a atribuirle un elevado número de imperfecciones, como cuando generalizamos la discapacidad de los invidentes y les hablamos gritando. También debemos conocer la diferencia entre llevar a cabo una norma y sustentar una norma. El problema del estigma surge donde existe una expectativa difundida de que quienes pertenecen a una categoría dada deben no solo apoyar una norma particular sino también llevarla a cabo. Para finalizar con los conceptos que debemos conocer, debemos resaltar cual es el rasgo central que caracteriza la situación vital del individuo estigmatizado: vagamente se denomina aceptación, que se produce cuando se hace eco del rechazo cuando descubre que uno de sus atributos lo justifica. ¿De qué modo la persona estigmatizada responde a esta situación? a. En ciertos modos, será posible intentar corregir directamente lo que considera el fundamento objetivo de su deficiencia, como cuando una persona con una tara física se somete a cirugía. Cuando dicha reparación es posible, a menudo el resultado consiste no en la adquisición de un estatus plenamente normal, sino en la transformación del yo. b. Existe también la tendencia a la victimización. c. El individuo estigmatizado puede también intentar corregir su condición de forma indirecta, dedicando un enorme esfuerzo personal al manejo de las áreas de actividad que por razones físicas o incidentales se consideran, por lo común, inaccesibles para quien posea su defecto. d. Es posible también que el individuo estigmatizado utilice su estigma para obte- ner beneficios secundarios, como una excusa por la falta de éxito que padece a causa de otras razones. Algunas personas nos suministran ejemplos de lo explicado: · -En el caso de una persona ciega: la realización de actos que en un principio pueden resultar corrientes, en su caso nos resultan extraordinarios y al mismo tiempo un error que puedan ellos cometer lo interpretamos como una expresión directa de su estigmatizada calidad de individuo. · -En el caso de una persona con bajo nivel intelectual: si esta se mete en cualquier aprieto se atribuye a un “defecto mental”. · -En el caso de una patinadora amputada: atajaban sus caídas a su discapacidad sin plantearse que esta hubiese sido causada por uno de los riesgos del patinaje, como bien puede ser una piedra en el patín. Estos son ejemplos en los que una persona estigmatizada puede sentir una desagradable sensación o invasión de su intimidad al estar rodeada de personas con unas características consideradas normales que fijan su atención en el defecto que estas tengan, sintiéndose en el derecho de comentarlo, curiosear o incluso ofrecer una ayuda no solicitada, con la convicción de que el estigmatizado es una persona a la cual se puede abordar si es con sensibilidad, pero la realidad es que esto únicamente provoca que los individuos estigmatizados no se sientan ciudadanos corrientes. · -Un último ejemplo que puede ayudar a retratar lo anterior es el caso de una niña tullida que nos ofrece un análisis: esta relata que al caminar sola por las calles de su pueblo recibía insultos por parte de la gente con la que se cruzaba, llevándole esto a concebirse a sí misma como una persona débil con la que hasta los más afables podían meterse.

La propia concepción del individuo estigmatizado como inferior puede llevar a reacciones violentas por su parte ante las relaciones sociales, teniendo como consecuencia que para los individuos normales, las relaciones con estos también sean molestas, pudiendo reaccionar de dos modos: o bien obviando el hecho de su discapacidad, pudiendo esto generar conflictos, o tratar con ellos de forma excesivamente cautelosa pudiendo esto tampoco ser lo adecuado. Podemos decir como conclusión, es este el motivo por el cual las relaciones sociales entre personas estigmatizadas y no estigmatizadas en ocasiones resultan incómodas para ambas partes. EL DESVIADO NORMAL Es importante conocer que el estigma es un rasgo general de la sociedad, es un proceso que se produce dondequiera que haya normas de identidad. Esto quiere decir que tanto el rol de normal como el de estigmatizado son partes de un mismo complejo, partes de un común sistema social. Debemos sacar en claro estos puntos: -Las personas con distintos estigmas reaccionan de modo similar. -El normal y el estigmatizado tienen características mentales iguales y ambos son roles corrientes de la sociedad. -Destacar la importancia de las denominadas “diferencias vergonzosas” Con el fin de profundizar en estas “diferencias vergonzosas” aclaramos que estas son las relacionadas con la identidad. Estas tienen como consecuencia un intento de actuación normal por parte de personas que realmente tienen sentimientos bastante anormales. Para ilustrar esto podemos ver los siguientes ejemplos: · -El caso de los denominados “ex enfermos mentales”: personas que, por temor al rechazo, desprecio o ridículo, no explican el motivo real por el cual no son capaces de realizar determinada acción. · -El caso de una persona que envejece y pierde la memoria: esta prefiere romper con sus pasadas relaciones sociales antes que explicar el motivo por el cual no es capaz de recordar ciertas cosas como pueden ser nombres. En el caso de denominar a estas personas como desviadas, debemos destacar que se trata de una desviación normal, que se encuentra dentro de nuestro marco de referencia. Ha quedado demostrado que entre los dos roles que estamos manejando existen relaciones, y contamos con fuentes de pruebas que lo demuestran. En nuestro entorno podemos observar que el cambio de roles es real, se puede dar el caso de que una persona solucione el motivo de su estigma y rápidamente asuma el rol de normal con relativa facilidad, o por el contrario, que una persona que acostumbraba a llevar a cabo el rol de normal ahora padezca algo que le estigmatice y deba adaptar a esto su actuación. Como ya hemos indicado anteriormente existen fuentes de pruebas que nos ofrecen una explicación del motivo por el cual somos capaces de adaptarnos al rol contrario si lo requerimos, estas son: · Experimentos sociales: en los cuales se selecciona a personas normales que deben asumir el papel de estigmatizado. Observamos que rápidamente comienzan a tener las mismas reacciones que tuviesen si realmente tuviesen este motivo de estigma.

· Psicodrama: estos muestran la capacidad de los individuos de intercambiar roles y adoptar papeles que no son los propios. · Burlas en privado: estas se dan cuando los normales se reúnen en privado y encarnan el papel del estigmatizado de una forma cruel y exagerada. Como conclusión a estas fuentes de pruebas se ha determinado que la facilidad de cambiar de rol es debida a que nuestras capacidades estándares y el corriente entrenamiento al que estamos sujetos nos habilitan para manejar estas dos posibilidades y que por ello el cambio no es más que una reubicación en nuestro marco de referencia. ESTIGMA Y REALIDAD A veces, tan solo vale con una mirada fría para evitar el encuentro con el normal, como bien dice el ejemplo de un enano agresivo, que relataba que había cuatro Los denominados estigmatizado y normal son parte el uno del otro, ya que si uno muestra ser vulnerable, se espera que el otro también lo sea, porque al imputar una identidad o estigma a otro, el individuo normal se compromete consigo mismo, pasando este último a pasar por tonto. La vulnerabilidad de los dos queda implícita en casos como en el que el estigmatizado usa el encubrimiento como mero entretenimiento, porque el que se encubre, luego relata dicho encubrimiento para probar la simpleza de los normales y de que los argumentos que sustentan los estigmas son meras construcciones sociales (racionalizaciones). Por ejemplo los que ocultan su identidad laboral u ocupacional pueden divertirse con la interacción con los normales. Los normales, en este ámbito juegan el papel de tontos al mantener pautas convencionales de tratamiento con el estigmatizado que oculta su identidad. Por lo tanto cada uno de los sujetos que intervienen en la interacción (normales y estigmatizados) son falsos. Ejemplos más directos pueden ser los relativos a los impedidos físicos, que son expuestos a recibir muestras de simpatía y preguntas. Estos protegen su intimidad con una conducta poco prudente. Algunos ejemplos son: • Una niña sin pierna que ante los interrogatorios a los que se ve sometida, inventa el juego de «jamón y pierna», con el fin de responder de manera ridícula ante las preguntas.

Otra chica, que ante curiosos, responde que pidió un préstamo y retenían su pierna como garantía.



Aparte del encubrimiento, sale a relucir el arte del engaño. Que se da cuando miembros estigmatizados elaboran una historia sobre ellos mismos y sus sensaciones ante los normales, hasta que la historia se cae por su propio peso, quedando patente que es pura invención. Tipos de normales: los compasivos, los indiferentes, los fisgones y los charlatanes, los peores, ya que se interesaban por él, a lo que el enano les respondía con una cruda y fría mirada para evitar la interacción. Otros ejemplos serían los niños inválidos o quienes son excluidos cortés pero claramente de un ambiente, y los que aún siendo excluídos penetran en el ambiente con determinación. El miembro estigmatizado y el normal cortés sustentan una realidad social que tiene una historia. Cuando un atributo pierde su fuerza como estigma (ser negro/color de piel), habrá renovados ataques durante un periodo, que se basa en la definición previa del ya no estigmatizado (recordar que era estigmatizado). Esto se da hasta que el estigma deja de ejercer control sobre lo fácilmente visible (ser negro) y lo que debe mantenerse en secreto.

El estigma no se basa en un conjunto de individuos separados en dos grupos (estigmatizados y normales). Los conceptos de estigmatizado y normal no refieren a personas sino a perspectivas, que se generan en situaciones sociales durante contactos mixtos. Los atributos estigmatizantes duraderos pueden conllevar a que la persona se convierta en un estereotipo, que tendrá que jugar dicho rol en casi todas sus interacciones sociales. Además, los particulares atributos estigmatizantes determinan la frecuencia con la que se desempeñan los roles bien de estigmatizado o bien de normal. Lo importante son los roles de interacción, por lo que no es sorprendente que estigmatizados exhiban prejuicios contra otra clase de estigmatizados. Dando como ejemplo a Estados Unidos, Goffman refiere que la interacción cara cara en esta sociedad es propensa a la estigmatización. Hay discrepancias entre la identidad virtual y la real que se perpetuarán siempre. Lo que dará lugar a un necesario manejo de la tensión (respecto del desacreditado) y de la información (respecto del desacreditable). Los estigmas muy visibles pueden provocar en la persona un efecto penetrante, pero cabe recordar que este juego de interacción entre normal y estigmatizado es regular e intencionalmente modificado por la acción social. Se puede decir que el estigma cumple una función social general: conseguir la ayuda entre aquellos que no son ayudados por la sociedad. No obstante, hay funciones adicionales que varían según el tipo de estigma: •

Estigmatización por malos antecedentes culturales: medio de control social formal.

Estigmatización de grupos raciales, étnicos y religiosos: eliminar dichas minorías de la competencia. •

Estigmatización de las desfiguraciones corporales: Necesaria limitación de las elecciones de pareja.



LAS DIVERGENCIAS Y LA DESVIACIÓN Una vez que las dinámicas de una diferencia vergonzosa son consideradas como un rasgo general de la vida social, se puede seguir investigando la relación que vincula su estudio con el de asuntos conexos asociados con el término “Desviación”, o deviance, es decir, que una vez asentadas como despreciables ciertas características de algunos individuos, podemos pasar a estudiar su relación con el término “desviación”; palabra que ha venido a ser empleada por los científicos sociales con frecuencia sin justificación suficiente para ello y que parece estar “de moda”. Aclarado este concepto, debemos remarcar que a partir de una noción muy general, se puede dar el nombre de “divergente” (deviator) a todo miembro individual que no se adhiere a las normas y de “divergencia” (deviation) a su peculiaridad*. Si bien, ello no implica que el grupo lo rechace o margine necesariamente. *Debemos tener en cuenta que Goffman subsume la pareja de términos deviance y deviant en la categoría más amplia de deviation y deviator, respectivamente; es decir: Deviance = Deviation

/

Desviación = Divergencia /

Deviant = Deviator Desviado = Divergente

Éste no piensa que todos los divergentes tengan tantos puntos en común para justificar un análisis especial; difieren en más en lo que se parecen, en parte, por la variación en el tamaño de los grupos en los que aparecen las divergencias. Si bien, podemos subdividir el área en porciones más pequeñas. En ciertos grupos unidos, la posición destacada y ratificada de uno de sus miembros se puede asociar con la facultad para divergir...


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