(Hechos de los Apóstoles) PDF

Title (Hechos de los Apóstoles)
Course Pastoral
Institution Universidad Católica Andres Bello
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Elaborado por: Yohana C. RODRÍGUEZ RONDÓN Docente: Lorenzo DOS SANTOS Curso: HECHOS DE LOS APÓSTOLES

LA CONVERSIÓN DE PABLO DE TARSO (Análisis del texto Hch 9, 1-19)

Madrid, mayo 2020

LA CONVERSIÓN DE PABLO DE TARSO (Análisis del texto Hch 9, 1-19) Hch 9 1 Entretanto Saulo, respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos 2

del Señor, se present al Sumo Sacerdote y le pidi cartas para las sinagogas de Damasco, con el fin de obtener permiso para llevar presos a Jerusalén a los hombres o mujeres que encontrase, seguidores del Camino. 3 pero yendo de camino, cuando 4 estaba cerca de Damasco, lo envolvi de pronto una luz venida del cielo, cay en tierra y oy una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qu me persigues?» 5 El pregunt: 6 «¿Quién eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien t persigues*. pero levántate, 7 entra en la ciudad y te dirán lo que debes hacer.» Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto, pues oían la voz, pero no veían a nadie. 8 Saulo se levant del suelo, y, aunque tenía sus ojos bien abiertos, no veía nada. Le llevaron de 10 la mano y le introdujeron en Damasco. 9 Pas tres días sin ver, sin comer y sin beber. había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le llam en una visión: «Ananías.» El respondi : «Aquí estoy, Señor.» 11 El Señor le dijo: «Prepárate y vete a la calle Recta. Una vez allí, pregunta en casa de Judas por uno de Tarso llamado Saulo. En este momento est en oración 12 y ha visto que un hombre llamado Ananías entraba 13 y le imponía las manos para recobrar la vista.» Respondi Ananías: «Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los muchos males que ha causado a tus santos en Jerusalén, 14 y que aquí tiene poderes de los sumos sacerdotes para apresar a todos los que invocan tu nombre.» 15 El Señor le respondi : «Vete, pues he elegido a este como instrumento para llevar mi nombre a los gentiles, a los reyes y a los israelitas. 16 Yo le mostrar cuanto tendr  que padecer por mi nombre.» 17 Fue Ananías, entr en la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saúl, hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareci en el camino por donde venías, para que recobres la vista y te llenes del Espíritu Santo*.» 18 Al instante cayeron de sus ojos una especie de escamas y recobr  la vista; se levant y fue bautizado. 19 Tom alimento y recobr las fuerzas.

La conversión de Pablo es sin duda uno de los hechos más importantes que se narra en las Sagradas Escrituras, posiblemente debido a la forma tan radical que se da tal transformación en su persona y por las consecuencias que se desencadenó en favor de la predicación del Evangelio especialmente entre las comunidades de los gentiles. Algunos autores señalan que por estas y otras razones, es la conversión más famosa de todas las conversiones en la historia de la Iglesia (Schókel, 2006; Simons, 2003; Schókel, 1997). El mismo Lucas, en este libro de los Hechos, est tan impresionado con esta conversión que se narra en tres ocasiones diferentes, Hch 9,1-19; 22, 3-16 y 26, 9-18. (Schókel, 2006; Fitzmyer, 2003). Este último autor expresa que tales repeticiones son especialmente llamativas si se analiza que Lucas se caracteriza por un estilo de escritura breve y conciso. Dada la relevancia que se pone en

este texto y la claridad y detalle con que se narra el cambio absoluto que ocurre cuando un pecador se rinde a Jesucristo, se puede pensar que era común que, en todas las comunidades cristianas del tiempo de Lucas, quien escribe muchos años después de la muerte de Pablo en Roma, se contara, con mucha frecuencia, la experiencia de la conversión de Pablo. (Schókel, 2006; Simons, 2003). Para el pueblo tendría gran significancia, en su configuración como Iglesia y para su fe, el hecho de que Pablo pasara de ser un perseguidor, que “respira amenazas y muerte contra los discípulos del Señor”, a un fiel servidor de Jesús y su propuesta. De hecho, en una de sus cartas el mismo Pablo le dice la comunidad de Corinto que no vivirá, más que para ser “predicador del Evangelio” (cfr. 1 Cor 9, 16). Es a partir de este relato y de la misión que recibe Saulo, ahora Pablo, cuando se va a comenzar a extender las enseñanzas de Jesús de Nazaret entre los gentiles. La conversión de Saulo será una de las premisas de la futura evangelización entre los gentiles (Aguirre y Rodríguez, 1998).

ANALISIS DEL TEXTO Algunos puntos importantes: De acuerdo con los trabajos y exégesis de Fitzmyer (2003), y tomando en cuenta la historia de las formas, este primer relato de Lucas sobre la conversión apunta a que el evangelista lo que buscaba era narrar cómo sucedió tal experiencia, ya que más que explicar qué sucedió, pone mayor énfasis en cómo se da la elección de Saulo por parte de Jesús “el Señor” que, a su vez, lo llama a ser instrumento para la evangelización. Igualmente señala que este relato no revela características de una “historia de milagros”, como pretenden apuntar otros autores, aunque tenga algunos rasgos similares a las llamadas que se dan en el A.T. (1 Re 22, 19-22; Is 6, 1-10; Jr 1, 4-10). La diferencia de la conversión de Saulo en relación con las llamadas en el A.T, es que a éstos se les llama para una misión especial pero no lleva consigo la llamada a “cambiar de vida” que es un aspecto esencial en la llamada de Saulo.

Es importante señalar, también, que lo que Lucas narra sobre Saulo en su experiencia del camino de Damasco, viene dado desde sus fuentes paulinas. Para Fitsmyer (2003), este primer relato de la conversión está claramente descrito como una “cristofanía”. Es Jesús resucitado el que se manifiesta en el camino a Saulo y transforma su vida de perseguidor de la Iglesia, para que sea su más ardiente defensor y su mayor testigo especialmente entre la comunidad de paganos (cf. 9, 15). Este episodio del Nuevo Testamento (N.T), “ser el único que refiere una aparición de Cristo resucitado después de Pentecostés”.

Hch 9

Entretanto Saulo, respirando todavía amenazas y muerte contra 2 los discípulos del Señor, se present al Sumo Sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, con el fin de obtener permiso para llevar presos a Jerusalén a los hombres o mujeres que encontrase, seguidores del Camino. 1

La tradición y las convicciones de Pablo En estos dos primeros capítulos Pablo aparece “respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor”, la misma imagen que se narra en el A.T de los hombres violentos que abusan y actúan contra los indefensos, cf. Am 8, 4; Sal 56, 2-3; 57, 4. (Schókel, 1997). Según Dormeyer y Galindo (2007), citando a (Chio.Ep y Teócrito), al estudiar todo el N.T se descubre que solamente en este relato aparece la frase “respirar” amenazas y muerte, por el contrario, la frase “respirar pasión guerrera” la exponen como una expresión muy común entre los griegos cuando se querían referir a una lucha indomable. A partir de esta imagen y mirando el contexto donde se movía Pablo, se puede comprender mejor su actuar, sin límites, para amenazar o aprobar las sentencias de muertes de su tiempo. Por su parte, Pikaza (2008), dice que Pablo cumplía con fidelidad y radicalidad los mandatos de la tradición judía, es por ello por lo que actúa con tanto ardor en contra de los que intentan romper las tradiciones de sus antepasados. Lucas ha narrado en capítulos anteriores cómo Saulo aprueba de alguna manera el asesinado de Esteban, ya que lo sitúa en el lugar donde ha ocurrido tal asesinato (Hch 7, 58; 8, 1-3). Aunque no hay datos de que participara en otras ejecuciones, Saulo aparece nuevamente en este relato (Hch 9, 11-2), como aliado de las autoridades de la época y como fiel defensor de la religión judía. Su papel será el de jefe activo que persigue a todos los que siguen las

enseñanzas de Jesús y se hacen llamar cristianos (Dormeyer y Galindo, 2007). La imagen que se presenta de Pablo, en estos primeros versículos, es la de un hombre con un celo fanático por defender todas las tradiciones judías (Schókel, 1997). Este dato puede resultar de gran interés para entender la forma como Pablo asume más tarde su misión apostólica para predicar el Evangelio de Jesucristo. Simons (2003) resalta al respecto, que Saulo antes de su conversión actuaba contra la Iglesia movido por sus convicciones erróneas sobre Jesús. Al tener la experiencia de conversión, sigue actuando con la misma energía en pro de la Iglesia, pero esta vez, basado en las convicciones correctas acerca de Jesús: “En ambos casos, dice Simons, fue sincero” en su actuación. Saulo se dirigió al “Sumo Sacerdote y le pidi cartas para las sinagogas de Damasco”. El Sumo Sacerdote no tenía autoridad sobre las comunidades judías de la diáspora, pero a través de las cartas que emitía, podía incidir sobre las decisiones de sinagogas locales. Saulo, se movía en este ambiente, por tanto, perseguía a la Iglesia y se convirtió en el brazo ejecutor del Sumo Sacerdote en su causa contra los cristianos. (Pikaza, 2008; Schókel, 1997). Por su parte Firzmyer (2003), plantea que no queda tan claro hasta qué punto lo dicho en esas cartas, era aplicable a los judíos de la diáspora y mucho menos a los convertidos al cristianismo. Sin embargo, algunos datos apuntan que el único que pudo haber tenido tal autoridad desde el ámbito político, habría sido el rey Herodes. Lo que sí puede entenderse es que los intereses de los gobernantes eran esencialmente políticos, mientras que los de Saulo eran religiosos, sin embargo, unos y otros, coincidían en que la causa de Jesús de Nazaret, debía ser erradicada. Este contexto refleja, con mayor claridad la preocupación que había entre las autoridades judías ante la propagación de la comunidad de discípulos seguidores de Jesús de Nazaret. Otro dato importante lo señalan los escritos de Flavio Josefo, quien dice que era costumbre de la época, que la autoridad religiosa enviara con cartas a personas acreditadas hacia las Sinagogas de Damasco. Con este dato se puede afirmar también que los cristianos se iban extendiendo por toda Jerusalén y que ya hacían vida en la ciudad de Damasco. Ya, el mismo Lucas lo cuenta en Hch 6,7, donde resalta la difusión del mensaje de Dios en Jerusalén y la crecida del número de discípulos. La presencia de judeocristianos en Damasco atestigua la rápida difusión del Evangelio (Schókel, 1997).

Hch, 9

pero yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, lo 4 envolvi de pronto una luz venida del cielo, cay en tierra y oy una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qu me persigues?» 5 El pregunt: «¿Quién 6 eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien t  persigues*. pero levántate, 7 entra en la ciudad y te dirán lo que debes hacer.» Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto, pues oían la voz, pero no veían a nadie. 8 Saulo se levant del suelo, y, aunque tenía sus ojos bien abiertos, no veía nada. Le llevaron de la mano y le introdujeron en Damasco. 9 Pas tres días sin ver, sin comer y sin beber. 3

La significancia del camino El primer escenario o lugar que se presenta es “el camino”, que es donde se da el encuentro con Jesús. Para Lucas la referencia del camino es de gran importancia porque es donde acontece mucha de la actividad de Jesús. El término absoluto “el Camino” se encuentra en la QL como una denominación del modo de vida judío que vivían los esenios, el cual implicaba una estricta observancia de la ley de Moisés (Fitzmyer, 2003). Pikaza, (2008) y Dormeyer y Galindo (2007), explican que la forma habitual de desplazamiento en ese tiempo era caminando. Pablo va de Camino hacia Damasco y es cuando tiene la revelación. A lo largo de la historia de salvación, desde el A.T, el camino tiene un significado muy importante, se señalan a continuación algunos de ellos, el Camino, es el que permite la comunicación entre lugares y ciudades, (en camino se ve a Jesús en muchos momentos en su acción misionera). Para la tradición veterotestamentaria la significación del camino estaba centrada en la misma vida, “la vida humana es un camino” en el que Dios se hace presente y guía a su pueblo (cfr. Sal 37, 5 y Ex. 13, 21). Tal camino es una propuesta que cada uno puede andar (cfr. Jb 23, 11) o rechazar (cfr. Mt 2, 9). Las continuas referencias del camino marcan una propuesta para los hombres y, cada cual es libre de decidir caminar o pedirlo o dejarlo: El piadoso pide a Dios que le muestre el camino (Sal. 27:11; 119). El tiempo de la nueva alianza es iniciado con la llamada del Bautista a preparar un camino para el Señor (Mr. 1:3 y paralelos). Jesús es la coronación del camino que Dios ha planeado para la salvación (Ro. 11 :33 ss), se denomina a sí mismo, camino (Jn. 14:6). Cristo, con su encarnación, ha abierto un nuevo camino por el que el hombre puede llegar hasta Dios (He. 10:19 s). Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento puede encontrarse la figura de los dos caminos, entre los que el hombre debe elegir (Sal. 1:6; Pr. 15:19; Mt. 7:13 s). Los romanos construyeron carreteras y caminos por todo el imperio, algunas de las cuales todavía

están en uso. Una de las más famosas es la Vía Apia (Hch. 28:13-16). Tan extensa era la red de caminos, que se llegó a decir que “todos los caminos conducen a Roma. (Nuevo Diccionario Bíblico (s/f). La revelación en Pablo Pablo es envuelto por una luz, cae en tierra y oye una voz. Muchos autores confirman esta experiencia como una “Epifanía”, la aparición de Dios en el camino de un hombre para comunicar algo; entregar un mensaje. Sin embargo, esta epifanía no es exactamente igual a la que Pablo va a narrar en su carta a los Gálatas cuando también cuenta su historia del llamado que recibió a ser apóstol. (Dormeyer y Galindo, 2007; Schókel, 2006; Fitzmyer, 2003; Simons, 2003; Schókel, 1997). Fitzmyer, (2003), la llamará Cristofanía, siendo fiel a la narración del mismo Pablo en su carta a la comunidad de los Gálatas. Lo que sí queda claro, es que la revelación que tuvo Pablo se dio de forma repentina, como una visión o un éxtasis. Lucas describe muy bien esta escena utilizando imágenes conocidas del A.T, cuando Dios interviene de forma espectacular a los hombres, “se abre el cielo, brilla una gran luz, se oye una voz potente, caen derribados…”

(Dormeyer y Galindo, 2007; Schókel, 2006; Simons, 2003).

Igualmente hace referencia a las experiencias en el N.T, del mismo Jesús y sus discípulos en el bautismo, la transfiguración y el día de Pentecostés, con la diferencia que en el camino de Damasco la voz “no proclama” sino que pregunta. Esta ser la primera vez que Jesús “habla” después de la Ascensión (Dormeyer y Galindo, 2007). La voz que habla identifica a Jesús como “Yo Soy”. De nuevo se nos presenta la alusión al A.T cuando Dios se revela a Moisés para encargar una misión (cfr. Ex 3, 14) y al N.T en el encuentro de Jesús con la Samaritana (cfr. Jn 4, 26). Saulo y sus planes caen por tierra (cfr. Sal 27, 2). Algunos autores interpretan esta escena como un acto de humildad por parte de Saulo, quien agotado y abrumado cae de rodillas y reconoce que “Jesús, a quien está persiguiendo”, es el Señor (Dormeyer y Galindo, 2007; Schókel, 1997). El hecho de que Saulo reconozca o llame a Jesús como Señor, tiene gran relevancia ya que los cristianos de la época le definían como tal porque podían invocar a Jesús como Señor divino (cfr. Flp 2,11; Rom 10,13). Esto les permitía distinguirse de los judíos quienes solo llamaban Señor a Yahvé. (Pikaza, 2008).

Por su parte Dormeyer y Galindo (2007) señalan que Lucas es el evangelista que más utiliza la palabra (kyrios), Señor, a lo largo de su evangelio y en el libro de los Hechos y ahora, la pone en boca de Pablo, por primera vez, para designar un título de honor a Jesús de Nazaret. A pesar de que pudiera ser una palabra que algunas veces se empleaba de manera formal para hablar con una persona, la alusión de Lucas, en este momento, hace que se conforme que Saulo se refería directamente a Jesús (Simons, 2003). En el versículo 8 y 9 se va a presentar a Saulo totalmente abatido. Aparentemente, la fuerza y ardor de furia conque venía actuando se desploma con aquel encuentro del camino. Queda ciego, sin fuerzas y deben ayudarle. Dormeyer y Galindo (2007) describen la imagen de este Saulo como lo más bajo que puede caer el ser humano “una total depresión corporal y psíquica”. Pero al mismo tiempo interpretan esta condición nueva de Pablo como el proceso que debe hacer para llevar a cabo su transformación de vida: “…permanece ciego”. El ayuno le sirve para expiar la persecución de los seguidores de Jesús y para prepararse para su nueva actividad, que aun le es desconocida. Esto pudiera hacer referencia a Jesús cuando anuncia el ayuno como parte del tiempo después de la Pascua que estará teñido de persecuciones. (cfr. Lc 5, 35). Siguen explicando estos mismos autores que Saulo, además de necesitar los tres días para entrar en sí mismo y convertirse, haciendo ayuno y oración (aspecto fundamental en los escritos lucanos), necesitó también el impulso, la ayuda y la orientación de cristianos proféticos para hacer su proceso. Hch 9, 10 había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le llam en una visión: «Ananías.» El respondi : «Aquí estoy, Señor.» 11 El Señor le dijo: «Prepárate y vete a la calle Recta. Una vez allí, pregunta en casa de Judas por uno de Tarso llamado Saulo. En este momento est  en oración 12 y ha visto que un hombre llamado Ananías entraba y le imponía las manos 13 para recobrar la vista.» Respondi Ananías: «Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los muchos males que ha causado a tus santos* en Jerusalén, 14 y que aquí tiene poderes de los sumos sacerdotes para apresar a todos los que invocan tu nombre.» 15 El Señor le respondi : «Vete, pues he elegido a este como instrumento para llevar mi nombre a los gentiles, a los reyes y a los israelitas. 16 Yo le mostrar  cuanto tendr que padecer por mi nombre.» 17 Fue Ananías, entr en la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saúl, hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareci en el camino por donde venías, para que recobres la vista y te llenes del Espíritu Santo*.» 18 Al instante cayeron de sus ojos una especie de escamas y recobr la vista; se levant y fue bautizado. 19 Tom alimento y recobr  las fuerzas.

Nuevamente aparece, en el relato, la manifestación de Dios en una visión, en este caso, a Ananías, aunque con significado diferente a la revelación que se dio con Saulo. Por lo que se cuenta en el relato, se asume que Ananías era uno de los discípulos de Jesús que hacía vida en la ciudad de Damasco, otro dato que confirma la propagación de las comunidades cristianas por distintas ciudades fuera de Jerusalén. Al respecto y según las investigaciones de otros autores, no hay datos explicativos de cómo Ananías había llegado a Damasco. De hecho, se cree que este hombre, posiblemente habría estado entre aquellos a los que Saulo pensaba llevar presos a Jerusalén (Fitzmyer, 2003). Si es así, se puede decir que Dios se vale de un adversario directo y conocido, para llevar a cabo su misión de cambio y transformación en la vida de Saulo. La visión y el miedo de Ananías Nuevamente se puede hacer la comparación con el A.T donde Dios habla a través de un sueño para hacer una revelación, por ejemplo, cuando le habla a José hijo de Israel (cfr. Gn 37, 5) o cuando llama a Samuel (cfr. 1Sm 3, 4-14). Esta llamada de Samuel en el A.T se puede comparar mejor con la de Ananías en cuanto a la respuesta que da. Tanto Samuel como Ananías responden al que los llama con la frase “Aquí estoy Señor”. Domeryer y Galindo (2007), hacen una comparación entre la visión de Ananías y Saulo, señalando que tienen en común el hecho de que hay una visión, son llamados por sus propios nombres, los dos responden con un “título honorífico” que es “Señor” y a ambos tal visión los pone en camino. Sin embargo, hay una diferencia importante: Ananías ya es discípulo de Jesús, es capaz de reconocer de inmediato quién es el que le habla y por tanto recibe en ese mismo momento la misión que debe cumplir. Pablo, por su parte, debe esperar y hacer su proceso de conversión antes de recibir la misión. La actitud temerosa de Anan...


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