Helena de Eurípides (Cultura Clásica) PDF

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Trabajo sobre la imagen de Helena de Eurípides en Cultura Clásica...

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Paula Barra Fernández. Grupo 61.

Helena de Eurípides. Es complicado pensar en la Odisea y la Ilíada sin Helena, al igual que es insostenible considerar la Guerra de Troya sin ella. Base fundamental y causa de todos los problemas, es de nuevo representada la mujer como la encarnación y nacimiento de todos los males, ya no sólo con Helena, sino que son tres diosas femeninas las encargadas de desordenar todo (Atenea, Hera y Afrodita) y obligar a París a elegir. Pero ¿Cuánto oculta el personaje de Helena? Vamos a descubrirlo. Helena es la esposa de Melenao y por la que empieza la guerra de Troya. Dependiendo del mito que estudies, ella será hija de distintos sujetos. Algunas lecturas la posicionan como hija de Zeus y Némesis para después ser criada por Leda tras ser abandonada en forma de huevo por su madre, que había sido violada por Zeus en forma de oca. Otras tradiciones aseguran que su madre biológica es Leda. Se estudia también que realmente sus padres fuesen Océano o Afrodita. Siendo aún una joven, fue raptada por Teseo y Pirítoo como sacrificio para Artemis. Fue llevada a Afidna, donde se la confió a la madre de Teseo, Etra. Tras ser rescatada, algunos dicen que por los Dioscuros y otros por Academo, volvió a Lacedemonia y Tindáreo decidió que era momento de que Helena se casará, lo cual supuso dos puntos importantes, por un lado su relación con Menelao y por otro que todos sus pretendientes se comprometiesen a acatar las decisiones de Helena y acudir en su auxilio si esto fuese necesario, algo de vital importancia porque será el impulso para que todos ellos vayan a rescatarla una vez París la rapte. Helena es el personaje femenino de la cultura griega por excelencia: de gran belleza, noble, con la única preocupación de ser fiel a su marido. No actúa, es pasiva ante su situación, su reacción no llega a más que rezarles a los dioses para que la protejan, en ningún momento decide tomar las riendas de su vida, permanece expectante al destino y aquello que este le depare. O al menos así te lo quieren hacer creer. Desde una perspectiva superficial y descontextualizada esto es lo que nos podría hacer sentir la protagonista, sin embargo, Helena hace uso de lo que tiene a su disposición para salir adelante ¿Y cuál es el rasgo distintivo de Helena por excelencia? La belleza. Afrodita llega a considerarla una semejante y concibe esta virtud como su carta maestra para

Paula Barra Fernández. Grupo 61. ganar la competición de Paris. Helena es consciente de que es atractiva y que los hombres se sienten atraídos por su persona, por lo que no duda en hacer uso de ello si la situación lo amerita (sin nunca perder la imagen de esposa). La gente odia a Helena, es reconocida haya donde vaya como el inicio de la guerra, y ese odio se incrementa en la lectura original pues se asume que ella marchó con Paris sin poner resistencia, idea que cambia con escritos posteriores en los que se plantea la idea de una Helena reacia a ello o del engaño de Paris haciéndose pasar por Melenao. Helena tiene que vivir con el peso en sus hombros de una fama negativa e injusta y es esta su desgracia, su conflicto. No puede escapar y siempre su imagen, esa belleza de la que tanto se alardeaba al inicio de la obra, se vuelve el recuerdo y símbolo de las muertes que la guerra cobró. Sin embargo, sus problemas no son culpa suya, al final vuelve a ser un instrumento del destino, pues dichas desgracias, aunque se le culpe a ella, proceden realmente de una mala reacción por parte de agentes externos, por ejemplo, si el rey de Egipto hubiera cumplido su palabra, Menelao la hubiese encontrado y la Guerra de Troya no habría llegado a puntos tan drásticos. Otro rasgo de Helena es su astucia, sobre todo retórica, algo que se atribuye a Eurípides y que es clave en todas sus obras. Aún en la situación tan escambrosa en la que se encuentra una vez coincide con Menelao, Helena primero le dice a su marido que huya, interpretando perfectamente el papel de esposa leal y preocupada por su marido, sin embargo, es ella misma la que da una solución al problema que les incurre. No es su marido, no es el hombre; Es ella la que descubre una forma de actuar y justo es mediante la astucia como resolverán el problema. Dicha habilidad con las palabras también la salva de varios aprietos a lo largo de su travesía. Esto es importante porque se le está otorgando como una de sus fuerzas, una habilidad del espectro de la inteligencia, no de lo físico/ superficial, lo cual merece volver a repetirse, se plantea al lector como la mayor virtud de Helena al inicio de su historia. Y encima no se plantea que ambos sean igual de inteligentes, o incluso que Menelao lo sea más, algo que podríamos suponer debido al patriarcado, mayor en la época, sino que, por el contrario, el que provoca que el plan no salga bien, el que se equivoca, es Menelao porque no es tan astuto como Helena. Al final Menelao es inferior en cuanto a inteligencia, es más tonto que Helena y es ella la que tiene que salvar el día. Además, hay que tener en cuenta el carácter de Helena, que (desde un punto de partida más conservador) es fuerte, es irascible, con una finalidad de sometimiento a su marido está claro, pero se enfrenta a

Paula Barra Fernández. Grupo 61. aquello que se le impone una vez observa que nadie la va a ayudar. En la completa nada, donde nadie le quiere defender, ella se apoya en sí misma y sale adelante. Al final, Helena es el héroe trágico de su propia historia. Aunque haya aspectos suyos que de primeras podrían sacarnos de la ecuación esa idea, pues no coincide con la idea cotidiana de “héroe trágico”, lo es. Los desfortunios que debe ir sorteando, las luchas incansables que debe superar y el maltrato por el resto de los sujetos que debe cargar sobre ella, sólo con la fuerza de su propia persona y de su ingenio para, finalmente, ser la que salvará a aquellos que la menospreciaron. Helena es un personaje complejo, profundo y con la capacidad de ser un sujeto independiente. Es las dos caras de la moneda juntas, por un lado, la imagen de la mujer superficial y doblegada y por otro la de la mujer fuerte, inteligente y audaz. El profundizar en una individua como es ella es como mínimo interesante y sabiendo contextualizar, en una época donde la opresión e infravaloración de las mujeres como fue en su momento, y seguimos arrastrando hoy en día, era lo natural, la presentación de Helena es un soplo de aire fresco y un pequeño paso más allá para comprender las tantas similitudes que con tanto esfuerzo se intentan ocultar y que se reflejan en los estereotipos de género. Bibliografía. •

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