Historia Natural DE LA Enfermedad- epidemiologia uagro PDF

Title Historia Natural DE LA Enfermedad- epidemiologia uagro
Author Marifer Landa
Course Epidemiología
Institution Universidad Autónoma de Guerrero
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apuntes de epidemiologia que espero te sirvan! algunos son algo extensos y otros mas resumidos :) me ayudarias compartiendo los tuyos tambien si son del area de la salud :)...


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HISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDAD “SARS CO-V 2” MATERIA: EPIDEMIOLOGIA GRUPO: 406 T.V

ALUMNA: MARIA FERNANDA ARELLANO LANDA MATRICULA: 19450869 LIC. EN ENFERMERIA DOCENTE: JOSE FAUSTO SOLIS RAMIREZ

HISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDAD: SARS CO-V 2 (COVID 19)

Tenga en cuenta que la información sobre COVID-19 evoluciona rápidamente, también en cuanto a la epidemiología y todas las medidas de prevención y los posibles tratamientos. Cada día nuevas instrucciones son presentadas por diferentes autoridades. Además, las opiniones de diferentes organizaciones profesionales e internacionales que evalúan el mismo cuerpo de evidencia difieren entre sí, lo que puede reflejar diferencias en la confianza en los datos y en los valores y preferencias asociadas a distintos resultados. En lo que se refiere a esta actualización (principios de 2021), diferentes recomendaciones alrededor del uso de remdesivir ilustran este fenómeno no inesperado.

EPIDEMIOLOGÍA Los primeros casos de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) se presentaron en China, rápidamente desarrollándose hasta convertirse en una epidemia con la provincia de Hubei como su centro. En la actualidad, la pandemia se propaga a nivel global. Hasta el momento, el mayor número de casos se ha registrado en Estados Unidos. Los datos epidemiológicos actuales están disponibles en: www.who.int, www.cdc.gov y www.ecdc.europa.eu. En enero de 2021, se confirmaron >100 millones de casos y >2 millones de muertes en todo el mundo. ETIOPATOGENIA

1. Agente etiológico: coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARSCoV-2), un virus ARN que pertenece al género de los betacoronavirus (Beta-CoV). El género incluye también el SARS-CoV, responsable de la epidemia en 2002 y 2003. 2. Patogenia: no se conoce por completo. Para entrar en la célula, el virus utiliza a modo de receptor la enzima convertidora de angiotensina 2 (ECA-II), uniéndose a ella a través de la glicoproteína espicular, ubicada en la envoltura viral. Las células inmunológicas, en respuesta a los antígenos virales, liberan citocinas y quimiocinas proinflamatorias, lo que puede producir una respuesta inflamatoria sistémica no controlada. Es uno de los mecanismos clave que llevan al desarrollo del síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA).

3. Reservorio y vías de transmisión: hasta el momento, el reservorio animal no ha sido identificado con certeza, aunque con mayor probabilidad el virus procede de murciélagos. En la presente epidemia, el reservorio de SARS-CoV-2 son las personas infectadas.

SARS-COV-2 se propaga entre las personas predominantemente cuando un individuo infectado se encuentra en contacto cercano con otra persona. El virus puede transmitirse mediante unas pequeñas partículas de líquido de distintos tamaños, desde gotitas grandes hasta aerosoles más pequeños. La evidencia que respalda la transmisión por fómites (objetos contaminados) está limitada, sin embargo éste se considera un posible modo de transmisión. La transmisión por aerosoles puede darse durante la realización de los procedimientos que generan aerosoles. Fuera de las instalaciones médicas, la transmisión por aerosoles puede ocurrir en determinadas condiciones, tales como espacios cerrados, abarrotados y mal ventilados. El virus puede encontrarse en la sangre en las primeras etapas de la enfermedad, así como en las heces, pero hasta la fecha la transmisión sanguínea y por vía fecal-oral no han sido confirmadas. La infección se extiende principalmente a partir de las personas sintomáticas y presintomáticas con COVID-19 y también por aquellas con un curso asintomático de la infección por SARS-CoV-2

4. Factores de riesgo de infección: los factores de riesgo epidemiológico incluyen cualquier entorno con una probabilidad mayor de exposición al individuo infectado, en particular mediante contacto directo en un ambiente cerrado (p. ej. aulas, salas de conferencias, salas de espera de hospitales). El contacto prolongado aumenta el riesgo de infección. La transmisión por contacto con objetos o materiales (fómites) parece menos importante de lo que se opinaba al inicio. Los factores de riesgo de la infección grave frente a la infección leve incluyen: edad avanzada (en pacientes ≥80 años se notifican tasas de mortalidad de hasta un 15 %, aunque puede que algunos de los pacientes con síntomas leves no estén incluidos en los cálculos, lo que aumenta el riesgo observado), sexo masculino, enfermedad respiratoria crónica, enfermedad cardiovascular con inclusión de la hipertensión, cáncer, diabetes mellitus, hábito tabáquico activo, obesidad y, probablemente, inmunosupresión. Los residentes en instituciones de cuidados de larga estancia son particularmente vulnerables. El papel de embarazo como factor de riesgo de enfermedad grave sigue siendo objeto de debate; una revisión sistemática sugiere un riesgo levemente elevado de admisión en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y ventilación, siendo los principales factores de riesgo: diabetes mellitus preexistente, hipertensión, índice de masa corporal (IMC) elevado y edad avanzada de la madre. Se notificó que el riesgo de parto prematuro y muerte de la madre es aproximadamente 3 veces más elevado.

5. Períodos de incubación y de contagio: el período de incubación suele ser de 214 días (5 días en promedio, >95 % de casos se desarrollan hasta el día 11). Las personas sintomáticas pueden transmitir el virus a los demás; es probable que el alcance de la transmisión por las personas presintomáticas sea considerable. Probablemente, la máxima carga/excreción del virus se da en el momento de

aparición de los síntomas y durante poco tiempo después. Sin embargo, este período puede ser más largo en los pacientes que desarrollan infección grave. En la mayoría de los casos, la duración del período de contagio se estima en el máximo de 10 días desde el inicio de los síntomas, mientras que un número pequeño de pacientes con COVID-19 grave puede excretar el virus competente para la replicación hasta incluso 3 semanas, sobre todo en casos de enfermedad crítica y estado de inmunodeficiencia significativa. CUADRO CLÍNICO E HISTORIA NATURAL

El cuadro clínico puede variar desde una infección asintomática/subclínica hasta una neumonía grave con SDRA. 1) Infección sintomática no complicada: los pacientes presentan manifestaciones no específicas, tales como fiebre, tos, falta de aliento, malestar general, mialgias, dolor de garganta, cefalea, diarrea, rinorrea o congestión nasal, conjuntivitis y anosmia. En los pacientes con infección leve o no complicada no se observan deshidratación, disnea ni características de sepsis. Los ancianos y los pacientes inmunodeprimidos pueden presentar síntomas atípicos.

2) Neumonía leve: falta de los síntomas de la neumonía grave enumerados a continuación. 3) Neumonía grave: fiebre u otros síntomas de infección del tracto respiratorio con ≥1 de: dificultad respiratoria grave, taquipnea >30/min o saturación arterial de oxígeno de la hemoglobina (medida con pulsioxímetro, SpO2) 11 000 pacientes hospitalizados, la tasa general de mortalidad fue del 12 % y la tasa de mortalidad entre los enfermos ventilados al inicio del ensayo fue del 39 %.Evidencia 6 En el informe, las tasas generales de mortalidad varían según el país, el modelo de prueba, así como las características demográficas, y al inicio de 2021 fueron de ~2 % de los pacientes diagnosticados en todo el mundo, y >5 % en algunos países. No obstante, estas tasas tienen un amplio margen de error y son probablemente excesivas, ya que —debido a que las pruebas se realizan de manera selectiva— con probabilidad existe una representación excesiva de pacientes con enfermedad grave en los que se ha confirmado la infección. Posiblemente muchos de los pacientes con infección leve no se han sometido a las pruebas, y de esta manera no se incluyen en el denominador. Se estima que al principio el porcentaje de tales casos inadvertidos fue de hasta un 90 % y, después de una evaluación por medio de control serológico, puede seguir siendo de ~50 %.La proporción de pacientes en estado grave y crítico presentada en el informe parece estar disminuyendo; por ejemplo, al inicio de 2021, el porcentaje de estos pacientes entre todos los casos activos en Canadá fue de ~1 %. A finales de 2020, la escala de 8 factores de riesgo de mortalidad entre pacientes hospitalizados con COVID-19 fue publicada en British Medical Journal (BMJ) (doi: 10.1136/bmj.m3339). Está basada en edad, sexo, número de comorbilidades, puntuación en la Escala de Coma de Glasgow, frecuencia respiratoria, saturación de oxígeno, nivel de urea y de proteína C-reactiva. Una calculadora similar de 10 factores de riesgo se había desarrollado anteriormente en China, con el fin de prever el riesgo de la necesidad de ingreso en la UCI, de ventilación invasiva o de muerte en el momento de la hospitalización.

Los pacientes con infección moderada típicamente se recuperan de las manifestaciones clínicas en 1-2 semanas. Algunos de ellos experimentan síntomas no específicos y prolongados, que duran 12 semanas o a veces más tiempo, y secuelas del virus prolongadas y discapacitantes (que incluyen disnea, fatiga, dolor torácico y tos). Pueden derivarse de COVID-19 de curso agudo y parecerse al síndrome de fatiga crónica.Evidencia 8 Sin duda, se necesitan más datos para definir esta cuestión, idealmente provenientes de un seguimiento a largo plazo de las cohortes de inicio.

DIAGNÓSTICO

Pruebas diagnósticas 1. Identificación del agente etiológico: el método diagnóstico clave es la detección del material genético del virus a través de la reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR) y RT-PCR en tiempo real. De hecho, la RT-PCR en frotis nasofaríngeo es considerada el patrón de referencia. Otros tipos de muestras incluyen las obtenidas del tracto respiratorio bajo (solo en pacientes intubados; aspirado endotraqueal o lavado broncoalveolar) y esputo no inducido. Como la sensibilidad de las pruebas puede variar, hay que considerar alto índice de sospecha clínica incluso en pacientes con resultados negativos de las pruebas. En pacientes hospitalizados con sospecha de infección del tracto respiratorio bajo debida a COVID-19, se recomienda la estrategia de obtener inicialmente las muestras del tracto respiratorio alto (p. ej. frotis nasofaríngeo) en vez del tracto respiratorio bajo. Si el resultado de la prueba inicial es negativo, se pueden obtener las muestras del tracto respiratorio bajo. Cabe señalar que la sensibilidad de las muestras varía según el curso de la enfermedad, y que más tarde en la evolución de la enfermedad sintomática la sensibilidad de las muestras del tracto respiratorio alto es menor que del tracto respiratorio bajo. En general, la sensibilidad es probablemente más alta al inicio de los síntomas, y luego disminuye.

Las pruebas de antígenos para COVID-19, sobre todo en forma de pruebas rápidas en el punto de atención, también están disponibles para el diagnóstico de infección activa. Son menos sensibles que las pruebas de PCR, pero presentan el tiempo de respuesta más rápido y en su caso es menos probable que se recojan residuos de ARN en pacientes que ya no son infecciosos. Asimismo requieren entrenamiento más corto para los técnicos y pueden realizarse en zonas bastante apartadas. 2. Pruebas serológicas: en la actualidad, las pruebas serológicas no están generalmente recomendadas como pruebas clínicas para diagnosticar una infección por coronavirus activa, ya que suelen ser negativas al inicio de la infección. Tienen

más utilidad para fines epidemiológicos, tales como definiciones de casos (p. ej. las actuales [diciembre de 2020] definiciones de casos del Ministerio de Salud de Ontario). Las pruebas serológicas también pueden tener aplicación en caso de secuelas de la infección, tales como el MIS pediátrico (MIS-C, por las siglas en inglés), en cuyo caso el resultado de la prueba con frotis nasofaríngeo es negativo. También pueden utilizarse en pacientes sintomáticos ante una alta sospecha clínica y los resultados repetidamente negativos de la prueba de RT-PCR. Estas pruebas también se utilizan para entender mejor la epidemiología de COVID-19 y obtener conocimiento sobre la respuesta inmune. La gran mayoría de los pacientes recuperados de COVID-19 desarrollan una respuesta inmune al producir anticuerpos, cuyos títulos se mantienen relativamente estables durante varios meses. 3. Otras pruebas

1) Pruebas de laboratorio: los pacientes suelen tener leucopenia y linfopenia, pero también puede presentarse leucocitosis. Los niveles de procalcitonina suelen ser normales, pero pueden ser elevados en los pacientes que requieren ingreso en la UCI. Los niveles séricos de aminotransferasa pueden ser elevados. La trombocitopenia y los niveles de dímero D se correlacionan con la gravedad de la enfermedad. 2) Radiografía

a) Radiografía de tórax: habitualmente características de neumonía bilateral.

b) Tomografía computarizada (TC) de tórax: las anomalías radiográficas pueden detectarse temprano, incluso antes de la aparición de los síntomas. Suelen ser bilaterales, de distribución periférica, y con más frecuencia se localizan en los lóbulos inferiores. Se puede observar una extensa opacidad en vidrio esmerilado, sobre todo en la segunda semana de la enfermedad, que luego progresa hacia el patrón mixto sobre la tercera o cuarta semana. También puede producirse engrosamiento pleural, derrame pleural y linfadenopatía. 3) Ecografía de tórax, incluida la ecografía en el punto de atención: puede proporcionar información y limitar el número de TC realizadas. 4) El seguimiento incluye la monitorización de la presión sanguínea, la SpO2 y la evaluación de insuficiencia orgánica secuencial rápida (qSOFA).

Criterios diagnósticos

En enero de 2021, el caso confirmado se define como una persona con confirmación por laboratorio de la infección por SARS-CoV-2 mediante un método válido, consistente en una prueba de amplificación de ácido nucleico (NAAT), p. ej. la prueba de PCR en tiempo real o la secuenciación del ácido nucleico, de ≥1 dianas genómicas específicas, o una persona con resultado positivo de la prueba de anticuerpos IgG anti-SARS-CoV-2 sérica/plasmática, realizada en un laboratorio de Ontario con licencia para llevar a cabo pruebas serológicas con fines clínicos.

Cada país puede tener que adaptar las definiciones de los casos de manera particular, en función de la situación epidemiológica local. Diagnóstico diferencial

1. Gripe.

2. Otras infecciones respiratorias virales. 3. Neumonía atípica.

4. Neumocistosis. 5. Otras causas de SDRA (véase Acute Respiratory Distress Syndrome [en inglés; y MIBE, Insuficiencia respiratoria aguda]).

6. Síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS).

TRATAMIENTO

Tratamiento antiviral

A enero de 2021, el tratamiento de COVID-19 sigue siendo principalmente de soporte, aunque se están ofreciendo resultados de los ensayos controlados aleatorizados realizados rápidamente en los pacientes hospitalizados y no hospitalizados, que pueden influir en los cuidados de varios grupos de riesgo. Los datos más convincentes se refieren a glucocorticoides, ya que los informes demuestran beneficios de la dexametasona en pacientes que requieren ventilación mecánica u oxígeno suplementario. También existen sugerencias de que la administración de remdesivir durante 5 días en pacientes hospitalizados puede resultar beneficiosa (véase más adelante), aunque —debido a los datos conflictivos— las autoridades difieren en sus recomendaciones y sugerencias en cuanto a su uso. El uso de cualquier otro fármaco es incluso más controvertido, pero todavía se están realizando una revisión sistemática viva y un metaanálisis.

En agosto de 2020, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), basándose principalmente en los datos observacionales, publicó la autorización del uso de emergencia en Estados Unidos de plasma convaleciente del COVID-19 para el tratamiento de los casos de COVID-19 sospechosos o confirmados por laboratorio en pacientes hospitalizados. No obstante, un ensayo controlado aleatorizado publicado en noviembre de 2020 no demostró beneficio adicional del uso de plasma convaleciente.Evidencia 11 La noticia publicada el 15 de enero del ensayo RECOVERY notificó falta de beneficio en la mortalidad, lo que llevó a la decisión sobre finalizar el reclutamiento en esta parte de ensayo, después de haber aleatorizado a >10 000 pacientes.

El entonces presidente de los Estados Unidos recibió una dosis de REGN-COV2, un cóctel de anticuerpos monoclonales, sobre la base de datos preliminares y no publicados, que predominantemente muestran reducción en la carga viral en pacientes no hospitalizados. En la actualidad, el fármaco —que recibió la autorización del uso de emergencia de la FDA el 21 de noviembre de 2020 — está incluido en los regímenes estudiados en el ensayo RECOVERY, en adición a la colchicina, tocilizumab, aspirina y —solo en niños— dexametasona a dosis bajas. Los datos preliminares sobre la colchicina de otro estudio realizado en pacientes ambulatorios con factores de riesgo de enfermedad más grave, que recibieron tratamiento en las primeras 24 horas desde el momento del diagnóstico, sugieren una necesidad reducida de su posterior hospitalización. Debido a los datos sobre la hidroxicloroquina y lopinavir/ritonavir, los investigadores del ensayo RECOVERY decidieron cerrar el reclutamiento en estos brazos, concluyendo que los resultados del ensayo descartan cualquier tipo de beneficio significativo de estos fármacos sobre la mortalidad. Los resultados preliminares del

ensayo SOLIDARITY confirman estas conclusiones. De modo similar, un estudio reciente no ha confirmado el beneficio de la profilaxis con hidroxicloroquina.Evidencia 13 La autorización del uso de emergencia de cloroquina e hidroxicloroquina, publicada en marzo de 2020, fue revocada el 15 de junio de 2020.

Se están realizando ensayos clínicos que evalúan numerosas estrategias. Uno de los estudios más avanzados que incluye simultáneamente varios grupos de tratamiento es el ensayo RECOVERY. El brazo que usaba dexametasona a dosis de 6 mg diarios durante 10 días (o hasta el alta) se ha cerrado a los pacientes adultos por falta de eficacia (redujo la tasa de mortalidad general del 25,7 % al 22,9 %). El efecto fue más pronunciado en pacientes que requerían ventilación mecánica durante la aleatorización (mortalidad 41,4 % vs. 29,3 %) y aquellos que necesitaban oxígeno sin ventilación mecánica invasiva en el momento de admisión en el estudio (26,2 % vs. 23,3 %). No hubo ninguna sugerencia de beneficio entre los pacientes hospitalizados que a la hora de admisión en el estudio no necesitaban oxígeno.Evidencia 14 Un metaanálisis publicado en septiembre de 2020 confirmó el beneficio de glucocorticoides, que se utilizan ampliamente en pacientes que necesitan oxígeno suplementario o niveles más altos de soporte ventilatorio.

Los resultados de 2 estudios —un estudio pequeño chino y un estudio más extenso internacional (ACTT-1)— apoyan el uso del remdesivir, sobre todo en personas hospitalizadas no ventiladas que requieren oxígeno suplementario. En estos ensayos los que recibieron remdesivir se recuperaron en menos tiempo. Como se indica más arriba, los resultados del más extenso estudio SOLIDARITY, publicados el 15 de octubre de 2020 en una forma preliminar, no apoyan beneficio alguno de importancia clínica de este fármaco en la COVID-19.Evidencia 17 En este momento, diferentes grupos de expertos ofrecen diversas recomendaciones sobre el uso del remdesivir, con algunos recomendando su uso en pacientes hospitalizados que requieren oxígeno, y otros recomendando en contra de su uso en cualquier persona con COVID-19. En ambos casos los expertos reconocen la confianza limitada en los datos disponibles y la necesidad de investigaciones adicionales. La interpretación del primer estudio aleatorizado de lopinavir/ritonavir no demostró beneficio, ...


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