Historia - RESÚMENES PERFECTOS PARA APROBAR EBAU PDF

Title Historia - RESÚMENES PERFECTOS PARA APROBAR EBAU
Author Inma Serrano
Course Historia de España
Institution Bachillerato (España)
Pages 29
File Size 288.5 KB
File Type PDF
Total Downloads 16
Total Views 141

Summary

RESÚMENES PERFECTOS PARA APROBAR EBAU...


Description

TEMA 1: LA ROMANIZACIÓN. FACTORES DEL PROCESO DE ROMANIZACIÓN INTRODUCCIÓN

TEMA 7: LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812 INTRODUCCIÓN En 1788 España seguía presentando las características de una sociedad del Antiguo Régimen. El modelo político del absolutismo ilustrado era incapaz de resolver los grandes problemas de la sociedad española. La influencia revolucionaria de Francia y su intervención en España con Napoleón puso de manifiesto una sociedad en crisis en 1808. Comenzó la Guerra de la Independencia, provocó la convocatoria de las Cortes de Cádiz y la publicación de la primera Constitución española: la Constitución de 1812. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1808-1814) La salida de la familia real española tras las abdicaciones de Bayona y la entronización de José I Bonaparte, enfureció a los madrileños que el 2 de mayo de 1808 se levantaron contra las fuerzas francesas ocupante. Los levantamientos se extendieron y llevaron a la guerra de la Independencia (1808-1814). Una guerra nacional y popular, pero no una revolución liberal porque la justificación de la guerra la dio el bajo clero, convenció al pueblo que, mediante una guerrilla, luchaba en una guerra santa contra la Francia atea y revolucionaria. Lo que la Iglesia no pudo evitar fue que una minoría progresista, estableciese los fundamentos de una revolución liberal en Cádiz. Las Juntas Provinciales. Con el estallido de los levantamientos y las abdicaciones de Bayona, se produjo un gran vacío de poder y la ruptura del territorio español. Para controlar la situación en las regiones no ocupadas, los ciudadanos más prestigiosos establecieron un nuevo poder: las juntas provinciales, que asumían la soberanía en nombre del rey ausente. Con delegados de las juntas provinciales, se encontraba Jovellanos, quedó constituida la Junta Central Suprema, que tomó para sí los poderes del rey y se constituyó como el máximo órgano de gobierno. EL PROGRAMA REVOLUCIONARIO DE LAS CORTES DE CÁDIZ Refugiada en Cádiz la Junta Central, se vio sometida a la presión ambiental de la ciudad, donde había una importante burguesía mercantil y grupo de comerciantes extranjeros. Cádiz fue una ciudad-refugio protegida por la Marina británica. La otra cara de la guerra de la Independencia la constituye la labor de las Cortes de Cádiz. Unos pocos ilustrados pretendían implantar en España las mismas ideas que, en Francia, habían supuesto una verdadera revolución burguesa. Convocatoria y composición de las Cortes. Las Cortes inauguraron sus reuniones en 1810, con el juramento de los diputados de defender la nación española. Un conjunto de decretos, y la constitución del 12, manifestaban el deseo de transformación del país mediante reformas que debían convertir España en una monarquía liberal y parlamentaria. La representación. Predominaba en la clase media con formación intelectual, eclesiásticos, abogados, funcionarios, militares y catedráticos, miembros de la burguesía industrial y comercial. No había representación de las masas populares. Las primeras sesiones congregaron a un centenar de diputados, fue aumentando, hasta llegar a los trescientos. Carácter y tendencias políticas en las Cortes. En nada se parecería a las antiguas. Al proclamarse como Asamblea Constituyente y asumir la soberanía nacional, ponían en marcha la revolución liberal. Con la concesión de iguales derechos a los ciudadanos, incluidos los de América, España y sus colonias se convertían en una única nación. Surgieron dos grandes tendencias en la cámara gaditana: los liberales, partidarios de reformas revolucionarias; los absolutistas, pretendían mantener el viejo orden absolutista. La obra legislativa. Los decretos de abolición del antiguo régimen. Libertad de expresión. Los liberales aprobaron el decreto de la libertad de imprenta que eliminaba la censura para los escritos políticos, pero no para los religiosos. Anulación del régimen feudal. Desmontaron la arquitectura del Antiguo Régimen mediante una serie de decretos, abolición de los señoríos jurisdiccionales, impedían la modernización de la administración ya que la mitad los pueblos dependían del clero y la nobleza. Fueron derogados los gremios, para dar paso hala modernas relaciones de producción liberal-capitalista. Se decretó la desamortización de las tierras comunes de los municipios, las órdenes militares y jesuitas, se derogaron los privilegios de la mesta, y se abolió la inquisición. Reforma administrativa y ordenación del territorio. Eliminaron los antiguos reinos, provincias e intendencias y decretaron una nueva división provincial con el fin de conseguir la uniformidad territorial y la centralización política. La Constitución de 1812.El día de San José de 1812 aprobaron una Constitución que establecía la idea del liberalismo español.

Un solo estado, los mismos derechos. Diseño de un Estado unitario, que afirmaba los derechos de los españoles en su conjunto. Los diputados representan la nación. Daba un paso adelante en el proceso de centralización política y administrativa emprendido por los primeros Borbones. Afirmación de los derechos individuales y colectivos de los españoles, ponía los fundamentos para acabar con los privilegios. Igualdad de los ciudadanos, fijaba una burocracia centralizada, fiscalía común, Ejército nacional y un mercado libre de aduanas interiores. Estado constitucional y soberanía nacional. Proclamaba la soberanía nacional en detrimento del rey, se le quitaba la función legisladora, atribuida a las Cortes, tendrían una sola cámara, elegida por sufragio universal masculino. Para ser diputado se requería la condición de propietario. Reconoció a Fernando VII como rey de España constitucional. Reflejaba el influjo de la religión y de la nobleza a través de la definición de un Estado confesional y el reconocimiento de las propiedades de los grupos privilegiados. La guerra y Fernando VII impidieron que se implantaran las reformas promulgadas por la Constitución de Cádiz. CONCLUSIÓN La invasión napoleónica y la guerra de la Independencia, a pesar de los desastres de la guerra, permiten la convocatoria de las Cortes de Cádiz y la aprobación de la Constitución de 1812. Así, aunque no pudo implantarse debido a la guerra y la llegada a España de Fernando VII, la Constitución de 1812 permanece como símbolo del deseo de libertad de los españoles.

TEMA 8: ABSOLUTISMO FRENTE A LIBERALISMO. EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL REINADO DE FERNANDO VII (1814-1833) INTRODUCCIÓN El reinado de Fernando VII (1814-1833) supone la vuelta del sistema monárquico absolutista. La Restauración absolutista se desarrolla en un contexto similar a la de muchos países de Europa. Se produce una lucha entre el absolutismo y el liberalismo. La Restauración Absolutista (1814-1820) dará paso al intento de la implantación de un régimen constitucional durante el Trienio Liberal para llegar a un regreso del absolutismo en la década final. EL REGRESO DE FERNANDO VII. EL SEXENIO ABSOLUTISTA (1814-1820) El país se veía sometido al enfrentamiento político entre liberales y absolutistas, a la expectativa de la postura que tomas a su regreso del cautiverio de Fernando VII. La duda es se despejó en 1814, al aceptar el ofrecimiento de algunos generales de volver al absolutismo. La acción contrarrevolucionaria del Ejército contaba con el apoyo de un grupo de diputados absolutistas, firmantes del Manifiesto de los Persas, que rechazaban de forma rotunda la legislación gaditana. ABOLICIÓN DE LA CONSTITUCIÓN DE 1812. Fernando VII declaró ilegal la convocatoria de las Cortes de Cádiz y anuló toda su obra legisladora. Desaparecían las reformas plasmadas sobre el papel. La represión obligó a muchos liberales a tomar el camino del exilio. La Santa Alianza daba nuevo empuje al absolutismo. Apoyado en la Iglesia y en los grandes terratenientes, el rey liquidó la libertad de prensa y resultó la Inquisición. Los jesuitas volvieron. Regreso al Antiguo Régimen: represión y conspiración. La alianza entre el trono y el altar no cosechaba los frutos esperados. Cuando la Iglesia exigió la devolución de sus tierras, Fernando VII se negó a satisfacer su reclamación, confirmando la nueva distribución de la propiedad, en manos ahora de latifundistas. Muchos militares se oponían a la restauración del Antiguo Régimen y algunos conspiraban con el restablecimiento de las leyes de Cádiz. Los “pronunciamientos” militares. Distintos oficiales desahogaron su decepción en una serie de intentonas golpistas encaminadas a liquidar el absolutismo de Fernando VII y a poner en vigor la Constitución gaditana. Las conspiraciones del Ejército se nutrían del descontento popular ocasionado por la situación calamitosa después de la guerra. La independencia de América privaría a los españoles de un mercado que habría podido contribuir a su despegue económico, y al Estado, de los medios necesarios para la reconstrucción del territorio. La política inmovilista de Fernando VII, cuyo empeño en revitalizar el Antiguo Régimen retraso el conocimiento de la era industrial. Las Cortes gaditanas habían elaborado el presupuesto nacional. Fernando VII volvió al régimen fiscal anterior, la deuda pública se había incrementado. La agricultura tuvo cierta expansión. Pero el desarrollo español se veía entorpecido por la restauración absolutista, al liquidar las reformas de Cádiz, devolvía a la Mesta sus privilegios. EL TRIENIO CONSTITUCIONAL (1820-1823) Las dificultades del absolutismo y el malestar de la población española configuran una situación insostenible que estalló en 1820, cuando Rafael de Riego se levantó a favor de la Constitución de 1812. Hicieron ver que debería cambiar la política y aceptar el régimen constitucional. Comenzaba la segunda experiencia revolucionaria española y logró ganar en la vida pública en mayor grado de Cádiz, saldó con un fracaso. Las reformas del trienio. Los liberales eliminaron la Inquisición, impusieron en sistema fiscal aprobado en Cádiz, suprimieron los señoríos, expulsaron a los jesuitas y fue la institución que más sufrió al aprobar el gobierno la supresión de las órdenes monacales, y la desamortización de tierras de los monasterios. Con la venta de propiedades eclesiásticas, pretendían rebajar la deuda pública y ganarse la confianza de los Gobiernos extranjeros y de los acreedores españoles. Al abrigo de la libertad de opinión, nacieron centros de debate que promovían los primeros periódicos en defensa del orden constitucional y que esbozaban los futuros partidos políticos. La prensa empezó a convertirse en instrumento de acción política al servicio de los partidos. División del liberalismo español. La ruptura del bloque liberal en dos grupos. Los hombres que participaron en las Cortes de Cádiz, ahora moderados, querían reformar la Constitución para restringir la plena soberanía del pueblo mediante un sufragio limitado y una cámara alta en las Cortes; los jóvenes seguidores de Riego, exaltados y progresistas, defendían el sufragio universal y unas Cortes de una sola cámara, soberanía nacional. Oposición interna e intervención exterior. Los gobiernos moderados apenas pudieron gobernar, hostigados por la reacción absolutista y contrarrevolucionaria. Radicalizó a los liberales, que en 1822 formaron un Gobierno exaltado. Los enfrentamientos casi degeneraban un en guerra civil cuando un ejército francés, Cien Mil Hijos de San Luis, respaldado por las potencias absolutistas de Europa, unidas en la Santa Alianza, entró en España para restablecer a Fernando VII. El rey invalidó la legislación del Trienio, y puso fin a este segundo intento de revolución liberal.

LA DÉCADA OMINOSA (1823-1833) Represión y exilio. Fernando VII gobernó como monarca absoluto. Se vengó de los liberales en una durísima represión. Necesarias pero insuficientes reformas en la economía. La nueva restauración absolutista significó el restablecimiento parcial del Antiguo Régimen, aunque dejaba introducir algunas reformas. La labor gubernamental, habría de tener mayor importancia. Se creó el Consejo de Ministros, como órgano de consulta del monarca, descansaba el poder ejecutivo. Fase de autarquía económica con la ruptura de nuevas tierras y la reducción del comercio exterior en beneficio de la industria nacional. Las transformaciones impulsadas por los Gobiernos encontraban eco en la iniciativa privada al tiempo que la Bolsa de Madrid abría sus puertas. Ni la mejora económica ni el crecimiento demográfico conseguían cambiar el rostro de un país arruinado. Crisis política permanente. Nada tan destructivo para España como la ausencia de una dirección política firme y la incapacidad estructural de los gobiernos para remediar los problemas de la nación con los instrumentos legales. LA CUESTIÓN SUCESORIA La revolución liberal había triunfado en Francia y Madrid, María Cristina le había dado una heredera. Antes de su nacimiento, su padre publicó la Pragmática Sanción que restablecía la sucesión tradicional de la monarquía hispana permitiendo reinar a las mujeres. La exclusión del ultrarrealista Carlos María Isidro significaba un triunfo de los círculos moderados y liberales, que se reunían en torno a la reina María Cristina. En 1833 moría Fernando VII, y su viuda, heredaba en nombre de su hija la corona, que también reclamaba Carlos María Isidro. CONCLUSIÓN Con el final del reinado de Fernando VII, se termina el último intento por mantener el sistema absolutista típico del Antiguo Régimen. El reinado de Isabel II abre un nuevo periodo con un régimen liberal de ideología absolutista o carlismo a protagonizar varias guerras. Profundas contradicciones políticas y sociales serán constantes en la historia de España contemporánea.

TEMA 9: REVOLUCIÓN LIBERAL EN EL REINADO DE ISABEL II. CARLISMO Y GUERRA CIVIL. CONSTRUCCIÓN Y EVOLUCIÓN DEL ESTADO LIBERAL (133-1868) INTRODUCCIÓN El reinado de Isabel II (1833-1868) conlleva un importante desarrollo político español. Se va a plasmar las aspiraciones políticas del liberalismo. Se implanta en España un régimen liberal constitucional. Se tratará de un régimen basado en el moderantismo, es decir, en el liberalismo más conservador enfrentado al carlismo y los progresistas. Se hará así, recorrido en las diferentes etapas políticas: la regencia de María Cristina, la I guerra Carlista, el Estatuto Real y la Constitución del 37, la regencia de Espartero la década Moderada y la constitución de 45, el Bienio Progresista (1854-56) y la etapa de crisis final del moderantismo (1856-68). LA GUERRA CIVIL (1833-1840). LA I GUERRA CARLISTA A la muerte de Fernando VII (1833), comenzó un proceso imparable de cambios políticos, sociales y económicos. El reinado de Isabel II llevó las reformas fundamentales para el establecimiento de un régimen liberal muy moderado. Las tensiones acumuladas salieron a la luz en forma de una guerra civil durante siete años, enfrentando absolutistas y liberales: la primera guerra Carlista. En el País Vasco y Navarra, Cataluña, Aragón y Valencia. El general carlista Tomás de Zumalacárregui convirtió unos efectivos escasos y dispersos en un ejército en toda regla con un gran conocimiento del terreno. Apoyos sociales y planteamientos de ambos bandos. El absolutismo monárquico, la intransigencia religiosa y la defensa de los fueros y del régimen tradicional de propiedad de la tierra constituyeron los elementos fundamentales de la ideología carlista. En un comienzo contó con el apoyo de aquellos sectores que se oponían a las reformas liberales. El ideario carlista no consiguió convencer a las clases ilustradas que se alistaron en las milicias locales, defensoras de María Cristina de Borbón. El fin de la guerra y el acuerdo de Vergara. Las conversaciones secretas de Maroto y Espartero culminaron en el Convenio de Vergara que preparó el término de la contienda. Los pactistas de Maroto reconocían a Isabel II como reina. La planificación permitió a los liberales concluir la guerra. La regencia de María Cristina (1833-1840). La primera propuesta de María Cristina de Borbón fue realizar unas reformas que pudieran atraer a los carlistas y liberales. Las corrientes del liberalismo: moderados y progresistas. El modelo moderado era más práctico, su preocupación era construir un Estado unitario y seguro servido por una administración centralizadora. Consideraban la monarquía como institución clave del sistema político. El procedimiento elegido por sufragio censitario. El modelo progresista planteaba un gran programa reformista sustentado en: la soberanía reside en el pueblo; las Cortes representan dicha soberanía y el poder legislativo. El Estatuto Real (1834). Intentó lograr un equilibrio entre las tendencias (moderada y progresista). Elaboró el Estatuto Real firmado por María Cristina de Borbón en 1834. Era una Carta otorgada y una Constitución incompleta. El reformismo liberal. La Constitución de 1837. Se provocó un clima de crispación social y política. El malestar urbano se manifestó con el pronunciamiento de La Granja, obligó a entregar al Gobierno a los progresistas. Decidieron elaborar una nueva Constitución, se caracterizaba porque era una constitución breve, bicameral, basada en la soberanía nacional, división de poderes y reconocimiento de los derechos individuales. Los aspectos más progresistas fueron la libertad de prensa, la autonomía política y de gestión otorgada a los ayuntamientos y la recuperación de la Milicia Nacional. La regencia de Espartero (1840-1844). Tras el fin de la guerra con los carlistas, el general Espartero se había convertido en un auténtico ídolo de los liberales progresistas. Se formó un breve ministerio-regencia, presidido por Espartero hasta 1841. Durante tres años gobernó de manera autoritaria, reprimió con dureza los pronunciamientos moderados. En 1843, el nuevo pronunciamiento del general Narváez puso de manifiesto que Espartero apenas tenía ya partidarios. LA DÉCADA MODERADA (1844-1854) En 1843, los moderados comenzaron a desplazar a los progresistas. Narváez llegó a la presidencia del Gobierno inició una serie de reformas que limitaban las libertades propuestas por los progresistas, fortaleciendo el poder de la Corona y organizando una administración centralista. Contrarreformas moderadas y Constitución de 1845. En 1843 se suprimió la Milicia Nacional, sustituida por la Guardia Civil. En 1845, una ley orgánica suprimió el carácter electivo de los alcaldes. La liquidación del consenso constitucional se culminó con la promulgación de una nueva Constitución de 1845, que sustituyó la soberanía nacional por la soberanía compartida, limitando el poder de las Cortes y ampliando los poderes del Rey.

El clericalismo moderado: el concordato de 1851. Se declaró que la religión de la nación española era católica, apostólica y romana. Negociaron un concordato con el Vaticano, firmado en 1851, la única religión del Estado era católica. EL BIENIO PROGRESISTA (1854-1856) La corrupción de la política económica y financiera provocaron reacciones en las clases populares. En 1854, el general moderado O'Donnell se pronunció en Vicálvaro. En Manzanares se le unió el general Serrano y decidieron lanzar un Manifiesto al País con promesas progresistas. La reina Isabel II decidió entregar el poder al general Espartero. Las reformas progresistas. El punto principal fue la elaboración de una Constitución no promulgada. La política económica tuvo como eje principal la desamortización y una serie de leyes aperturistas de esta forma, se promulgaron la Ley de Ferrocarriles de 1855, la Ley Bancaria de 1856 y la creación del Banco de España. Nuevas corrientes políticas. Salieron a la luz corrientes políticas que habían sido reprimidas. Se consolidaron las opciones demócrata y republicana; esta última recogía corrientes como el socialismo y el federalismo. El movimiento obrero en España, sus orígenes también datan de la década de 1840. El carlismo volvió a dar señales de vida. LA UNIÓN LIBERAL Y EL RETORNO DEL MODERANTISMO (1856-1868) La crisis se produjo en 1856, O'Donnell dio un golpe de Estado y desplazó el poder del general Espartero y al partido progresista. Asumió la presidencia del Gobierno con su nuevo partido, la Unión Liberal. Repuso la Constitución de 1845. Retornó Narváez al Gobierno. La crisis de 1866 y el agotamiento del régimen isabelino. En la crisis final, la imposibilidad del moderantismo de responder a las demandas sociales y de participación política de los ciudadanos, el des...


Similar Free PDFs