Información de Séneca EL Filósofo PDF

Title Información de Séneca EL Filósofo
Author Nana Ramírez González
Course Literatura Latina II
Institution Universidad de Málaga
Pages 7
File Size 161.8 KB
File Type PDF
Total Downloads 30
Total Views 129

Summary

Trabajo sobre Séneca el Filósofo : biografía, obras, pensamiento filosófico etc....


Description

Literatura Latina II

SÉNECA EL FILÓSOFO Séneca el Filósofo, también conocido como Séneca el Joven, fue un gran político, filósofo y dramaturgo hispano-romano, cuyas obras, representantes del estoicismo, han inspirado tanto en el pensamiento de su época como en el de la posterioridad. 1. Biografía Lucio Anneo Séneca nació en Córdoba el 4 d.C. y murió en Roma el 65 d.C., por lo que conoció los reinados de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. Proveniente de una familia de orden ecuestre e ilustre, su padre era el gran orador romano Marco Lucio Anneo Séneca, conocido como Séneca el Viejo. Como no podía ser de otra modo, el cordobés se formó en Roma bajo la protección de su tía Marcia, donde estudió retórica, gramática y filosofía. Pronto ejerció la abogacía, pero a pesar del éxito que obtuvo, renunció a ella por su mala salud. Cursó el cursus honorum, y cuando Calígula inició su reinado, Séneca ya era el orador más destacado del Senado. No obstante, decidió retirarse de la vida pública tras la envidia del César, quien buscaba su ejecución. Su gran prestigio como orador volvió a afectarle en el reinado de Claudio, quien le destierra a la isla de Córcega en el 41 d.C. acusado de cometer adulterio con la hermana de Calígula, Julia Livila. Sin embargo, los datos apuntan a que fue decisión de la esposa de Claudio, Mesalina, por considerarle una amenaza para el imperio. En el 49 d.C. la nueva esposa de Claudio, la célebre Agripina la menor, consigue el indulto de Séneca y le nombra pretor y preceptor de su hijo Nerón, junto al militar Burro. Tras la muerte de Claudio en el 54, Séneca ejerce una gran influencia en el gobierno de Roma. Este momento ha pasado a la historia como uno de los periodos más justos y estables del imperio. Así lo narra el historiador Tácito: “Éstos, preceptores de la juventud del emperador y (cosa rara cuando se comparte el poder) de acuerdo entre sí, brillaban a la misma altura por cualidades distintas: Burro por su dedicación a la milicia y la severidad de sus costumbres, Séneca por sus lecciones de elocuencia y su honorable bondad”. (Tac. Ann, XIII, 2). Pero la influencia de Séneca empieza a diluirse conforme el emperador va creciendo, y todo su esfuerzo en educarle en la virtud y la razón se ve desvanecido con la actitud violenta y excesiva de Nerón. En el 58 Rufo, un consejero del César, acusó al filósofo de acostarse con Agripina, esto provocó una serie de acusaciones en torno a él, como el de la hipocresía, la avaricia y su inmensa riqueza, la cual Juvenal menciona en su sátira De la vanidad de nuestros deseos, afirmando que los ricos provocan la envidia de los poderosos: “Y así, en tiempos funestos y por orden de Nerón, una cohorte completa puso cerco a la casa de Longino y a los extensos jardines del riquísimo Séneca y asedió la excelsa mansión de los Lateranos […]” (Juvenal. Sat, X)

Literatura Latina II

Ciertamente el final de Séneca comienza paralelamente con el final de Agripina, que fue asesinada por su propio hijo el 59 d.C. Tras este acontecimiento se retira del Senado (a los setenta años), solicita a Nerón su completo y definitivo retiro político y le ofrece asimismo toda su fortuna. Pero en el 65 la figura del estoico se vio implicada en la Conjura de Pisón contra el emperador Nerón, la cual aprovechó el propio Nerón para purgar la sociedad romana de aquellos que consideraba peligrosos. Según Tácito, llegada la noticia a los oídos de Séneca, este actuó con templanza, y decidido a no sufrir las crueldades del César: se suicidó en un primer intento abriéndose la venas, luego mediante la cicuta, y por último asfixiado por el vapor en un baño caliente. A su suicidio le siguieron sus dos hermanos y su sobrino, el poeta Lucano. He aquí un fragmento de Marcial escrito tras la muerte de los ilustres: “... y de los dos Sénecas y del único Lucano habla la elocuente Córdoba... ” (Marcial, Ep. I, 61).

2. Obras Séneca cultivó una amplia producción literaria. Las obras conservadas se podrían dividir en dos bloques fundamentales: las tragedias y los tratados filosóficos. ● Tratados filosóficos. Escritos breves de índole moral en forma de diálogo o epístola. Este a su a vez se divide en: - Consolaciones: La ‘consolación’ fue un género filosófico griego adoptado posteriormente por los romanos. El objetivo era serenar el ánimo de aquél que sufría un infortunio, mediante la reflexión y exposición de principios morales. Consolatio ad Marciam: Dedicado a su tía Marica quien lo cuidó y educó (40 d.C). Consolatio ad Helviam: Dedicado a su madre mientras se encontraba en el exilio (41 d.C.). Ad Polybium, de consolatione: Dedicado a un liberto del emperador Claudio (43 d.C.). “Muchas veces, oh madre excelente, he sentido impulsos para consolarte, y muchas veces también me he contenido. Movíanme varias cosas a atreverme: en primer lugar, me parecía que quedaría libre de todos mis disgustos si lograba, ya que no secar tus lágrimas, contenerlas al menos un instante: además no dudaba que tendría autoridad para despertar tu alma, si sacudía mi letargo; y en último lugar temía que, no venciendo a la fortuna, venciese ella a alguno de los míos. Así es que quería con todas mis fuerzas, poniendo la mano sobre mi herida, arrastrarme hasta la tuya para cerrarla. Pero otras cosas venían a retrasar mi propósito”. (Sen. Cons. Helv. I) -

Diálogos: El contenido de estos diálogos es principalmente moral, humanista, prefiguran normas de comportamiento que en su época estaban lejos de ser aceptados por la gran mayoría de la sociedad, como censurar del maltrato a los esclavos o considerar inhumana la diversión que proporcionaban los espectáculos de gladiadores.

Literatura Latina II

Estos son: De ira (c. 37-41), De constantia sapientis (c. 49-59.), De vita beata (c. 49-59.), De otio (c. 49-59.), De tranquillitate animi (c. 49-59.), De brevitate vitae (c. 49-59.), De providentia (c. 37-65.), De clementia (c. 49-59.), De beneficiis (c. 49-59.). “Por esta razón dice Sócrates a su esclavo: «Te azotaría si no estuviese encolerizado». Dejaba para momento más tranquilo la corrección del esclavo y al mismo tiempo se corregía a sí mismo. ¿En quién será moderada la pasión, cuando Sócrates no se atreve a entregarse a su ira? Luego para corregir el error y el crimen no se necesita juez irritado”. (Sen. Ira. I, 15) “ ¿Por qué se irrita tan injustamente el pueblo contra los gladiadores si no mueren en graciosa actitud? considérase despreciado, y por sus gestos y violencias, de espectador se trueca en enemigo”. (Sen. Ira. II, 8) -

Cartas: Ad Lucilium epistulae morales (c. 62-64). Escrito durante los tres últimos años de su vida, tras haberse retirado de la política, constituye el trabajo más largo de Séneca. Las cartas están dirigidas a Lucilio, procurador romano, pero realmente están pensadas para el público. En esta obra el filósofo aborda un amplio abanico de temas, siendo el hilo conductor los consejos que ofrece sobre cómo convertirse en un mejor estoico. Su estructura se divide en el planteamiento de un tema, un desarrollo más o menos lineal donde se añaden ejemplos pero se evitan digresiones y una conclusión final sobre el tema planteado, que se deduce de todo lo anterior. Se le considera como un antecedente del ensayo moderno. “Esto es, Lucilio, tú, el mejor de los hombres, lo que quiero que esos sutiles maestros me enseñan antes que nada: mis deberes para con el amigo, para con el hombre, más que las diversas formas con que expresar el concepto de «amigo» y los muchos significados que puede tener el de «hombre» ”. (Séneca, Ep. V, 48)

-

Por otro lado, he de mencionar el tratado sobre la Naturaleza: Naturales quaestiones (c. 62 -63). En esta obra, Séneca lleva la filosofía hacia el campo de la física. Trata los fenómenos de la naturaleza, tales como los cometas, la nieve, el arcoíris o los terremotos. Toda la obra contiene anotaciones de índole moral; de hecho, esta enciclopedia aparenta establecer la ética de la naturaleza.

● Tragedias: De la obra poética de Séneca han llegado hasta nosotros nueve tragedias, de las cuales se desconocen dónde y cuándo fueron compuestas. Estas imitan los clásicos atenienses, pero sometiendo los modelos griegos a una intensa romanización tanto en el contenido como en los aspectos formales. Las tragedias de Séneca reviven los mitos de las tragedias griegas: Hércules enfurecido (Hercules furens), Las Troyanas (Troades), Las Fenicias (Phoenissae), Medea (Medea), Edipo (Oedipus),

Literatura Latina II

Fedra (Phaedra), Agamenón (Agamemno), Tiestes (Thyestes) y Hércules en el Eta (Hercules Oetaeus). La atribución de esta última es dudosa. He de mencionar la obra Octavia, que ha sido por mucho tiempo atribuida a Séneca, sin embargo, los datos señalan que no es obra del cordobés. ● También encontramos una sátira: Apokolokynthosis (54 d.C.). Se trata de un escrito mordaz contra el fallecido emperador Claudio. La filosofía de Séneca se refleja en cada una de sus obras. Así pues, se han convertido en la principal fuente del estoicismo. 3. Pensamiento filosófico La filosofía de Séneca es principalmente estoica, pero con una gran libertad de interpretación. El estoicismo es una corriente filosófica fundada por el griego Zenón de Citio. Esta se basa en el dominio y control de los hechos y pasiones que perturban la vida, cuyo objetivo era alcanzar la felicidad y la sabiduría prescindiendo de los bienes materiales. No obstante, el cordobés poseía un pensamiento libre e independiente, lo que desembocaba en una filosofía propia, de carácter moralista y centrada en la formación de los ciudadanos. Consideraba que uno no debía repetir una doctrina, sino que era fundamental ampliarla con nuevas aportaciones. Además, su pensamiento también muestra tintes epicureístas, pitagóricos y cínicos. Así pues, su pensamiento se basa en tres elementos fundamentales: la ética, la búsqueda de la virtud y la práctica de la libertad. Rasgos de su pensamiento: - La conservación de la entereza bajo el infortunio “El sabio es a quien ningunas injurias ofenden; y así no importa que le tiren muchas flechas, porque tiene impenetrable el pecho, al modo que hay muchas piedras cuya dureza no se vence con el hierro; y el diamante ni puede cortarse, herirse ni mellarse, antes rechaza todo lo que voluntariamente se le opone; y al modo que hay algunas cosas que no se consumen con el fuego, antes conservan su vigor y naturaleza en medio de las llamas”. (Sen. Const. Cap. III) - La búsqueda de la riqueza que solo habita en el interior: “Procuremos alcanzar las riquezas de nosotros mismos, y no de la fortuna (...) aquel varón perfecto, lleno de todas las virtudes humanas y divinas, no perdió cosa alguna, porque sus bienes estaban cercados de murallas firmes e inexpugnables. No compares con ella los muros de Babilonia que allanó Alejandro; no los castillos de Cartago y Numancia, ganados con un ejército; no el Capitolio y su Alcázar, que todos ellos tienen las señales de los enemigos; pero las que defienden al sabio están seguras del fuego y de los asaltos, sin que haya portillo por donde entrar, porque son altas, excelsas e iguales a los dioses.”. (Sen. Tranq. Cap. IX) -

El camino hacia la felicidad a través de la virtud:

Literatura Latina II

“Débil será tu corazón y muy bajo buscarás consuelos, si para vivir animosamente en ese asilo necesitas pensar en la cabaña de Rómulo. Di más bien: Este humilde tugurio es asilo de virtudes; y superior en magnificencia será a todos los templos, cuando se vea en él la justicia con la continencia, la sabiduría con la piedad, la ordenada observancia de todos los deberes con la ciencia de las cosas divinas y humanas. Ningún paraje es estrecho cuando puede contener esta multitud de grandes virtudes: no es penoso ningún destierro, cuando se puede ir a él con este acompañamiento”. (Sen. Cons. Helv. Cap. XIII) - La moderación de las pasiones: “Nada hay tan difícil y penoso que la mente humana no pueda vencer, con lo que no pueda familiarizar la constante ejercicio; no hay pasión tan desenfrenada e indomable que no pueda doblegarse al peso de la disciplina”. (Sen. Ira, II, 12) - La conciencia de la espiritualidad del alma: “De la misma manera que todo el cuerpo sirve al alma, aunque es mucho más extenso, mucho más aparente, mientras el alma, por su sutileza, escapa a la mirada y ni siquiera se conoce en qué sitio se esconde, sin embargo, por ella trabajan las manos, los pies, los ojos; ella es la que protege nuestra parte exterior”. (Sen. Cl. Cap. III) -

El cultivo de la humanidad compartida y la solidaridad humana: el bien común como una necesidad que se deriva de la naturaleza social del ser humano: “Socorro a éste, me compadezco de ése, proveo a aquél, digno de que no lo venza la pobreza ni lo tenga dominado. A alguno no les daré, aunque les falte: porque aún cuando les hubiera dado, les faltará; a algunos les ofreceré, a otros incluso les instaré. No puedo ser negligente en este asunto: nunca hago mejores inversiones que cuando doy (...) La naturaleza me ordena ser útil a los hombres; sean esclavos o libres, de padres libres o libertos, de libertad legal o dada entre amigos. ¿qué importa?. Dondequiera que haya un hombre, allí hay lugar para un beneficio. Se puede, por tanto, repartir el dinero aún sin franquear el propio umbral, y ejercer la liberalidad” (Sen. Vit. Beat. Cap. XXIV) - La preparación para la muerte: “Si no consideras el último día como castigo, sino como una ley de la naturaleza, cuando hayas lanzado de tu corazón el temor a la muerte, no dará entrada a ningún terror”. (Sen. Cons. Helv. Cap. XIII) “La naturaleza me sujetó a esta carga pesada que es mi cuerpo. Moriré: es decir, abandonaré el riesgo de la enfermedad, el riesgo de la prisión, el riesgo de la muerte (...) «Medita sobre la muerte». Quien esto dice, nos exhorta a que meditemos sobre la libertad. Quien aprendió a morir, se olvidó de ser esclavo; se sitúa por encima o, al menos, fuera de toda sujeción. ¿Qué le importan la cárcel, la guardia, los cerrojos? tiene abierta la puerta. Una sola es la cadena que nos mantiene sujetos: el amor a la vida; este sentimiento, aunque

Literatura Latina II

no lo debamos rechazar, hay que reducirlo de tal manera que, si alguna vez las circunstancias lo exigieren, nada nos detenga ni nos impida que estemos preparados a realizar al instante lo que algún día es preciso que realicemos” (Séneca, Ep. III, 26) 4. Lenguaje y estilo En sus escritos en prosa encontramos frases breves, sin la subordinación de oraciones que se había convertido en el sello característico de la literatura imperial. Abundan las paradojas, antítesis, personificaciones y metáforas, pero sobre todo el exemplum, la explicación mediante un ejemplo práctico de la teoría. Sus tratados, que abarcan variedad de temas, desde la filosofía natural hasta la política, están concebidos en forma de cartas, por lo que la tercera persona aparece raramente. La forma epistolar permite dar a la expresión del pensamiento una transmisión más directa, de un yo a un tú. Respecto a sus tragedias, sigue el modelo de la tragedia ática del siglo V: Esquilo, Sófocles y Eurípides. No obstante, es Eurípides el modelo preferido, debido a ese interés común por la especulación filosófica y por la vida humana, las descripciones pictóricas, la agudeza de los razonamientos y las reflexiones sentenciosas. La tragedia de Séneca se caracteriza por un lenguaje elevado, para ello emplea la lengua común aderezada con recursos léxicos, fonéticos y sintácticos procedentes de la retórica. Observamos mucho más retoricismo, hipérboles, un estilo más violento a través de sentencias y aforismos. Se trata de reflexiones sobre el efecto que el mal tiene en las acciones de los seres humanos. La métrica empleada no son senarios yámbicos como los dramaturgos romanos antiguos, sino en trímetros yámbicos, a la manera griega. Hay que aclarar que Séneca trágico no se puede separar de Séneca filósofo: por muy atraído que estuviera por la tradición dramática griega, estaba básicamente condicionado por una determinada visión del mundo, la que le daban sus ideas filosóficas. Este fragmento de la obra Hércules enfurecido (vv. 953-969) muestra el lenguaje elevado que emplea el autor: ANFITRIÓN:¿Qué es esta súbita desgracia? ¿Adónde, hijo mío, vuelves tu fogosa mirada de acá para allá y con los ojos turbios ves un cielo imaginario? HÉRCULES: La tierra está completamente sometida, los mares furiosos se han dado por vencidos, los reinos infernales han experimentado mis ataques: inmune queda el cielo, un trabajo digno del Alcida. A los altos espacios del universo voy a elevarme; acometamos el éter, mi padre me promete las estrellas… ¿Y qué, si me dijera que no? No puede abarcar a Hércules la tierra y al fin lo devuelve a los de arriba. Escuchad, por su propia iniciativa me llama toda la asamblea de los dioses y me abre las puertas; sólo se opone. ¿Me acoges y me abres el firmamento o arranco la puerta del cielo si se resiste? ¿Aún sigue la duda? Libraré de cadenas a Saturno y contra la realeza tiránica de un padre sin sentimientos soltaré a mi abuelo; que se apresten a la guerra los Titanes enfurecidos bajo mi caudillaje. Rocas y bosques me llevaré y arrancaré con mi mano derecha montañas llenas de Centauros. 5. Pervivencia

Literatura Latina II

Séneca es uno de los pocos filósofos romanos que siempre ha gozado de gran popularidad. Junto a la de Cicerón, la obra en prosa de Séneca era una de las mejores conocidas por los pensadores medievales. Durante la Edad Media, de hecho, surgió la leyenda de que San Pablo habría convertido a Séneca al cristianismo, y que su muerte en el baño era una suerte de bautismo encubierto. Por otro lado, su obra Naturales Quaestiones, tratado de ciencias naturales alabado ya por Plinio el Joven, fue durante la Edad Media la obra de referencia inamovible en los asuntos que abordaba; sólo Aristóteles gozó de mayor prestigio en ese campo. Además, la influencia de Séneca se deja ver en todo el humanismo y demás corrientes renacentistas. Su afirmación de la igualdad de todos los hombres, la propugnación de una vida sobria y moderada como forma de hallar la felicidad, su desprecio a la superstición y sus opiniones antropocentristas se harían un hueco en el pensamiento renacentista. Así pues, su obra ha sido admirada por intelectuales occidentales como Erasmo de Róterdam, Michel de Montaigne, René Descartes, Jean-Jacques Rousseau, Francisco de Quevedo, Dante, Petrarca u Honoré de Balzac. Asimismo, su importancia es capital a la hora de hacer asequibles y populares muchas de las ideas de la filosofía griega. En la actualidad, su obra ha caído en un cierto olvido, propiciado por el moderno abandono del estudio de las lenguas y disciplinas clásicas. Sin embargo, sigue sorprendiendo por la vigencia y accesibilidad de muchas de sus ideas y la facilidad de lectura y la claridad de su obra. Respecto al Séneca trágico, no tuvo gran influencia en su época, sino que ejerció un profundo influjo a finales de la Edad Media. Junto con la cultura clásica, el teatro de Séneca comienza una nueva fase en el proceso de su recepción que va en incremento hasta el siglo XV en el que su teatro comienza a ser accesible en texto original y se realizan las primeras traducciones al castellano. Este siglo constituye una primera cumbre en la recepción de las tragedias gracias al marqués de Santillana y su círculo literario. Su influjo continuó hasta el teatro clásico francés e italiano y en el drama isabelino inglés del siglo XVI, cuyos dramaturgos leyeron la obra de Séneca a través de las traducciones italianas. En España, su influencia la podemos apreciar en los textos de Calderón de la Barca. Por otro lado, en los siglos XVII a XX las tragedias de Séneca pasan prácticamente desapercibidas en la literatura....


Similar Free PDFs