La figura del doble en Anfitrión de Plauto PDF

Title La figura del doble en Anfitrión de Plauto
Course Arte y Literatura del Perú y América Latina
Institution Universidad Nacional Mayor de San Marcos
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Summary

Trabajo que utiliza las categorías explicativas de la figura del doble en el ámbito psicológico para extrapolarlo al análisis literario de Anfitrión. El análisis comprende el lenguaje utilizado por el autor, los personajes y tema dentro de la comedia romana. ...


Description

UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS HUMANAS LITERATURA LATINA

La figura del doble en Anfitrión de Plauto Profesora Esther Espinoza Espinoza Alumna Linares Cóndor, Úrsula Lima, 2018

ÍNDICE

Introducción ……………………………………………………………………… 3

Capítulo 1: La figura del doble ………………………………………................ 5 1.1. 1.2.

Teorías explicativas de la figura del doble Tipos o categorías del doble

Capítulo 2: Análisis del doble en Anfitrión ……………………………………

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2.1. La figura del doble: el caso de Mercurio – Sosia 2.2. La figura del doble: el caso de Júpiter – Anfitrión

Conclusiones …………………………………………………………………….

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Bibliografía ……………………………………………………………………… 17

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INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo, nos proponemos analizar la figura del doble en la obra teatral de Plauto, Anfitrión. Para empezar, el origen de la literatura romana se remonta a la tradición griega en su totalidad de aspectos, debido a que se alimenta culturalmente de ella. Dentro de la literatura, los géneros que más interés causaron a los romanos fueron el teatro, la épica, la poesía didáctica y la historia, siendo el primero el más destacado. Entre los autores más representativos de este género tenemos a Plauto y Terencio, sin embargo, antes de ellos fue Livio Andrónico quien popularizó la comedia que se ocupa del hombre del pueblo y en el que el lenguaje empleado es vulgar y cotidiano, a diferencia de la tragedia donde los personajes son alturados y se utiliza un lenguaje culto. Esta comedia romana contiene varias fábulas o tipos de representaciones, de las cuales resalta la fábula palliata, que está ligada a temas griegos y en la que se inscriben las obras de Plauto y Terencio. Centrándonos en Plauto, su obra toma relevancia en la época del Renacimiento, generando gran influencia en el teatro inglés del siglo XVI, en autores como Shakespeare que se inspira en Los Menecmos de Plauto (vale decir, una de las obras más significativas de la comedia de los enredos), y El avaro de Moliere, que recuerda al Euclión de La olla de Plauto. Asimismo, Plauto es uno de los autores más originales de la literatura latina, con varios aportes significativos como el juego de palabras que generan mayor dinamismo en los diálogos, el uso de metáforas en los discursos de los personajes, la intertextualidad representada en la técnica plautina de la ruptura de la cuarta pared (como el papel que juega Mercurio en el prólogo de Anfitrión) consiste en la interacción del personaje con el público o lector, rompiendo la barrera entre la ficción y la realidad, por último, Plauto hace una reflexión del teatro o metateatro, aunque la profundidad es simple, es importante destacar que dicho autor es uno de los primeros en innovar en ese plano. Además, Plauto presenta el tópico del doble como tema esencial para su comedia de equívocos. Este tópico, en Anfitrión, es propio de la comicidad y se manifiesta como la confrontación de los sujetos originales con sus respectivos dobles. Como vemos, este hecho sitúa a la obra como precursora del tema, ya que con el Romanticismo se volverá un tema recurrente en la literatura. Respecto a esto, mencionamos como ejemplo a los

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autores que más destacaron: Jean-Paul Richter, Edgar Allan Poe, Fyodor Dostoevsky, Henri James, Frank Kafka, Virginia Wolf, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, entre otros. En Anfitrión, el eje central es el conflicto generado por Júpiter cuando decide reemplazar a Anfitrión con el propósito de conquistar a Alcmena, su esposa. Todo esto sin el conocimiento de ella y el propio Anfitrión. Para esta empresa, Mercurio, hijo de Júpiter, ayudará a su padre tomando la apariencia de Sosia, con el fin de evitar que se descubra la aventura del dios con Alcmena. Desde este punto, se desarrollará diversas confusiones y situaciones cómicas entre los personajes. El presente trabajo cuenta con dos capítulos, con los que se pretende dilucidar los siguientes objetivos: 

Explicar el concepto del doble, así como sus clases, desde una dimensión psicológica, antropológica y filosófica que tendrán relación con el aspecto literario. Se busca con ellas encontrar el origen del doble en la existencia humana.



Analizar y describir la figura del doble en Anfitrión, para lo cual haremos uso de Mercurio como doble de Sosia y de Júpiter como doble de Anfitrión



Explicar, tras este análisis. la función de la figura del doble en la comedia romana, específicamente en Anfitrión de Plauto y la vigencia que tiene este tópico hasta la literatura de los últimos siglos.

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CAPÍTULO I LA FIGURA DEL DOBLE En este capítulo, con el propósito de brindar un marco teórico, abordaremos distintas teorías que estudian el fenómeno del doble desde diferentes enfoques. 1.1.

Teorías explicativas de la figura del doble

El tópico de la duplicidad en la existencia humana es un aspecto que ha originado varias interrogantes. La presencia de un doble genera una sensación de confusión e incertidumbre, sentimientos que también se ven representados en los textos literarios. Por ello, con la finalidad de interpretar y entender el sentido del doble, haremos un resumen de las principales ideas de las teorías que, mediante una perspectiva filosófica, antropológica y/o psicológica, nos ayudan a esclarecer el origen de este tópico. Por lo tanto, la interrogante que pretendemos responder en este apartado es ¿cuál es el sentido por el que se origina el doble en la existencia humana? En primer lugar, tenemos al psicoanalista Otto Rank, quien argumenta que el uso de la figura del doble en las obras literarias se da de manera inconsciente puesto que proviene desde las creencias y mitologías que creaba el ser humano desde los tiempos más primitivos. Esto se remonta al momento en el que el hombre toma conciencia de su mortalidad, entonces al enfrentarse a la idea de la muerte crea, por miedo a esta, un ente inmortal al que denomina “alma”, una especie de doble del ser humano que gracias a su fuerza espiritual podrá transcender el fenecimiento. Años más adelante, cuando la Humanidad se encontraba en una época más avanzada, surge- explica Rank- un doble bajo la forma de diablo, que se convertirá en un “Yo contrario”, como un concepto opuesto al del alma protectora. Además, Rank se vale de mitos como el de Narciso. En este texto se representa cómo el hombre se aferra a la belleza de la juventud, lo que apoya la idea de que el ser humano le teme a la vejez, a la decadencia, que lleva a la muerte. Por otro lado, Rank alude a la biografía de los autores de aquellas obras literarias y sostiene que el tópico del doble, que se expresa en diversas formas dentro de la literatura, se debe a las angustias existenciales, manías, traumas neuróticos y/o alucinaciones experimentadas por los escritores. 5

En segundo lugar, expondremos el enfoque de Sigmund Freud, quien bajo el título de Das Unheimliche (traducido de dos formas: Lo ominoso o Lo siniestro), explica el tema del doble a partir de la identificación de una persona con otra, que pierde el dominio de su propio yo y coloca el “yo ajeno” en lugar del propio. Este “yo ajeno” u “otro yo” es originado por el efecto de lo siniestro, que a su vez está relacionado con la experiencia más íntima de la persona, quien saca a flote ciertos miedos o angustias que había reprimido en un tiempo ya pasado. Es por ello que Freud hace uso en el título de su publicación de una definición de Schelling, quien afirma que unheimliche es todo lo que, estando destinado a permanecer en lo oculto, ha salido a la luz. Es decir, todo lo reprimido empieza a florecer de una manera oculta dentro del inconsciente. Para defender su postura, Freud se vale del cuento de E.T.A. Hoffmann, El hombre de la arena. El relato narra la vida de un estudiante, Nathanaël, quien está traumatizado por la muerte de su padre ocurrida durante su infancia. Coppelius venía por la noche a trabajar con el padre de Nathanaël para realizar extraños experimentos de alquimia y quiso arrancarle los ojos al pequeño Nathanaël para ponérselos a un autómata, pero el padre no lo permitió, sin embargo, una noche aparecerá muerto y Nathanaël creerá que el causante de la muerte de su padre ha sido Coppelius. Años más adelante, Nathanaël cree percibir en la figura de Giuseppe Coppola un doble terrorífico del alquimista Coppelius y cuyo recuerdo le producía pavor. A raíz de este encuentro, el protagonista va a sufrir ciertas obsesiones relacionadas con el miedo a perder los ojos y confundirá al autómata Olimpia con una bella mujer de la que se enamora. Más tarde, el descubrimiento del truco lo lleva a la locura, y finalmente a la muerte. En este relato, se observa que el mencionado encuentro inesperado perturba en demasía la percepción y el sentido de realidad de Nathanaël y esto se debe a que empieza a revivir repentinamente la sensación de lo siniestro que se aflora de su inconsciente cuando cree ver al asesino de su padre. Entonces, según Freud, la literatura muestra el efecto de lo siniestro recurriendo al uso de ciertos trastornos del yo. Añade Freud a su postura que las diferentes figuras que adopta el doble estarían vinculadas a las etapas del proceso de individuación. En este sentido, tendríamos entonces la forma del doble en relación con un complejo de castración, exceso de censura dirigida por el super yo, un complejo de frustración por deseos no cumplidos, etc. El primero de estos casos se ve representado en el ya mencionado cuento El hombre de arena. Desde la perspectiva de Freud, se trataría a los ojos como un desplazamiento y 6

sustitución del pene, por lo que la amenaza de castración cobra eficacia en relación a la muerte del padre de Nathanaël a manos de Coppelius quien, junto a su doble Coppola, serían los sustitutos del padre. En tercer lugar, presentamos la perspectiva de Carl Jung sobre el tópico del doble. Para ello, debemos tener en cuenta algunos conceptos: el inconsciente individual, llamado también “Sombra” o lado obscuro de nuestra identidad y el inconsciente colectivo, que está conformado por arquetipos que operan como moldes o patrones de comportamiento que dirigen la forma de pensar y actuar del ser humano, ejemplo de estas imágenes arquetípicas son las que se han formado a partir de los mitos, creencias y leyendas en nuestra cultura, así tenemos conciencia y percepción de una idea determinada del nacimiento y la muerte. Por un lado, en relación a los conceptos anteriormente expuestos, Jung asevera que el ser humano busca una autorrealización y que un punto de partida para lograrlo es cuando el ser humano asimila que en él debe haber un equilibrio de las fuerzas tanto del inconsciente individual como del inconsciente colectivo. Cuando esta asimilación no se produce, el ser humano experimenta una disociación de su personalidad y actúa sin autonomía dejándose arrastrar como si fuera una especie de doble alineado o desquiciado de sí mismo, lo que se llama comúnmente “loco”. A modo de ejemplificación, Jung se vale de la figura de don Quijote. Este personaje, debido a su fanatismo por las novelas de caballería ha asumido, a modo de imitación, el papel de un caballero andante. Esto producirá en él un comportamiento social “desdoblado” del cual no es consciente. Por otro lado, respecto al inconsciente individual, Jung establece que el doble puede aparecer adoptando figuras diferentes como consecuencia de las acciones y pensamientos que toma el hombre al ser consciente de las pruebas que debe afrontar para construir su personalidad.

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1.2.

Tipos o categorías del doble

Para este apartado, nos basaremos en las ideas que exponen Jourde y Tortose sobre el tema del doble. La clasificación que proponen se centra en un personaje y en un doble que puede ser este mismo o de otro. Además, se aborda la forma de percibir este fenómeno, ya que en ambos tipos se puede hablar de dobles externos e internos y esto dependerá de aspectos físicos, que aparecen vinculados a un doble real o concreto (gemelo) o psíquicos, que se refiere a un doble que solo existe en la mente del sujeto. En primera instancia, tenemos al doble subjetivo en el que el personaje se ve enfrentado a su propio doble, lo que generará una disputa, pues este no se reconoce con el otro. El descubrimiento de la fragmentación, en palabras de los autores, también corresponde al de la contingencia, al exilio de lo absoluto: “aquí estoy frente a mí, yo que no soy yo, porque igual podría haber sido otro”. Este doble, en los relatos literarios, se puede presentar de tres formas: a través de una metamorfosis del protagonista, cuando el doble se configura bajo una figura “externa”, opuesta o complementaria y, finalmente, cuando el doble se desarrolla bajo la duplicidad interior que puede incluso ser tratado como una división física del sujeto. En segunda instancia, exponemos el doble objetivo que se manifiesta cuando el protagonista se encuentra confrontando al doble de otro personaje. Este tipo de doble explica la problemática del sujeto y el mundo frente al cual se sitúa, en este sentido, el personaje confrontado ante un “doble objetivo” se va a preguntar si las leyes del mundo han sido perturbadas.

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CAPÍTULO II ANÁLISIS DEL DOBLE EN ANFITRIÓN

La aparición del tema del doble en Anfitrión se manifiesta en la suplantación de identidades de parte de Mercurio y Júpiter hacia Sosia y Anfitrión, respectivamente; esto con la finalidad de evitar el descubrimiento del amorío entre Alcmena y Júpiter. En este sentido, se puede destacar la manera de relacionarse de los dobles. Por un lado, tanto Júpiter como Mercurio son divinidades, pero hay una jerarquía entre ellos que se muestra de dos maneras: la relación padre-hijo y la de diferencia existente entre ellos ya que Júpiter es la máxima autoridad divina, por lo que Mercurio se encuentra subordinado a las órdenes de él. Por otro lado, entre Anfitrión y Sosia existe una relación servicial, donde este último debe cumplir las órdenes de su amo. Para un correcto desarrollo, en este capítulo, optaremos por presentar el análisis de cada uno de los personajes, así como también la relación entre ellos y su función de doble en la obra. 2.1. La figura del doble: el caso de Mercurio – Sosia En primer lugar, el personaje de Mercurio evidencia la imagen de una deidad embaucadora, mentirosa y sobre todo cómica, lo cual diverge de las características divinas como la solemnidad y la perfección, es decir, se infringe el perfil que se tiene de una deidad a favor de rasgos y acciones más humanas, que tienden a errar. Además, el dios Mercurio, al momento de suplantar a Sosia, actúa como esclavo en la obra. Consideramos esto como una transgresión del personaje, puesto que contradice su posición divina, así tenemos: MERCURIO. — (Aparte.) Eh, eh, ese viene para acá, saldré a su encuentro, ni hablar de dejarle acercarse a la casa. Como tengo su mismo aspecto, verás cómo le tomo el pelo. Y verdaderamente, como he tomado su figura y su condición no está mal que me apropie también de su manera de ser y de obrar; así que tengo que ser malo, pillo, ladino y echarle de la puerta con sus mismas armas, con la malicia. Pero ¿qué es lo que ocurre ahora? Está mirando al cielo; voy a observar lo que hace. (1992, p.80)

En segundo lugar, el personaje de Sosia representa la imagen de un siervo leal, manipulable y crédulo lo que permite que sea el primer objeto de confusión dentro de la obra. Estas características y comportamiento del mencionado personaje han marcado un 9

papel tan importante dentro de la literatura y del tópico del doble que incluso se ha sustantivado y se reconoce, por antonomasia, el uso de su nombre “Sosia” como una manera general para referirse a un doble. Así tenemos: SOSIA. — ¿Ya habéis hecho las paces los dos? Me alegro y me complazco al veros apaciguados. Así debe conducirse un siervo que sea buena persona: debe estar como sus dueños, acomodar su rostro al de ellos: triste si los dueños están tristes; alegres si están alegres. Pero dime, ¿ya habéis hecho las paces? JUPITER. — Te burlas, pues sabes que ahora mismo estaba bromeando SOSIA. — ¿Estabas bromeando? Pues yo creí que era en serio, de verdad. (1992, p.123)

Finalmente, para culminar este apartado, haremos una explicación de diferentes aspectos abordando la aparición del doble en la obra. El primer aspecto que consideramos importante dilucidar es la manera cómo aborda Plauto el tema de la identidad con estos dos personajes. Como mencionamos anteriormente, Sosia será con quién se introduzca el tópico del doble. En relación a ello, empezaremos a analizar el primer encuentro entre el dios Mercurio y el esclavo Sosia: MERCURIO. — ¿De quién eres? SOSIA. — De Anfitrión, te digo. Yo soy Sosia. MERCURIO. — Pues, con mayor razón, por ser un vano hablador, serás apaleado. Sosia soy yo, no tú. SOSIA. — Hagan los dioses que tú seas Sosia y yo el que apalee. MERCURIO. — ¿Aún murmuras? SOSIA. — Callaré. MERCURIO. — ¿Quién es tu dueño? SOSIA. — El que tú quieras. MERCURIO. — ¿Cómo, pues, te llamas? SOSIA. — De ningún modo, salvo el que tú órdenes. MERCURIO. — Decías que eras Sosia, de Anfitrión. SOSIA. — Me había equivocado. Pues yo quería decir «socio» de Anfitrión. (1992, p. 88)

En esta escena, se muestra uno de los aspectos más importantes, que es la relación entre la identidad y el lenguaje: es el nombre que asegura la identidad del sujeto, y para ello, Plauto se vale del juego de palabras para llegar a este. La discusión entre Sosia y Mercurio no solo es una lucha por el nombre, sino también por la identidad. Al ser importante la propiedad de un nombre, Sosia, al estar la posibilidad de perderlo, se ve obligado a buscar otro: “SOSIA. — (Aparte.) Sus pruebas son convincentes, tengo que 10

buscarme otro nombre, yo no sé desde dónde ha visto este todo eso. […]” (1992, p.91). Entonces, notamos la relevancia que cobra la construcción de la identidad vinculada a la posesión de un nombre. Por otro lado, esta escena donde se encuentran dos sujetos con apariencia semejante conlleva a un cuestionamiento necesario de uno de ellos, en el cual el sujeto afronta el enigma de su identidad y, por lo tanto, de su contexto inmediato. Por ello, ante la insistencia de Mercurio de afirmar que es Sosia, el esclavo Sosia reflexiona y se cuestiona sobre su realidad, si lo que vive es real y toma una posición existencialista: SOSIA. — Eso mismo que me echas en cara, es a ti a quien te pasa; demonio, ¿es que no soy yo acaso Sosia, el esclavo de Anfitrión? ¿No ha llegado esta noche nuestro barco aquí desde el Puerto Pérsico, el barco que me ha traído? ¿No me ha mandado aquí mi amo? ¿No estoy yo ahora aquí delante de nuestra casa? ¿No tengo una farola en mi mano? ¿No hablo, no estoy despierto? ¿No acabo de recibir de éste una buena tunda? Lo hizo, ¡pardiez!, pues todavía le duelen las mandíbulas a este desgraciado. ¿Por qué, pues, dudo, o por qué no entro en nuestra casa? (1992, pp. 90).

Es entonces que Mercurio reforzará su falsa identidad con la narración de momentos acontecidos durante la guerra, conllevando que Sosia dude aún más sobre su identidad: MERCURIO. —No señor, todo lo que acabas de decir son mentiras: yo soy en realidad Sosia, el esclavo de Anfitrión, que esta noche hemos despegado con nuestro barco del Puerto Pérsico y conquistamos la ciudad donde reinaba el rey Ptérelas y nos hicimos por la fuerza de nuestras armas con las legiones teléboas, y Anfitrión en persona le cortó la cabeza al rey Ptérelas en el combate. SOSIA. — (Aparte.) Llego a dudar hasta de mí mismo, cuando le oigo a éste relatar todo esto: desde luego se sabe todo lo que ha ocurrido allí. […]. (1992, pp.90-91 )

Además, según Jourde y Tortonese, como hemos visto en el primer capítulo, existen dos tipos de desdoblamientos: el físico y el psicológico. En el caso particular del desdoblamiento físico esta se subdivide en el doble subjetivo y el doble objetivo. En el primer asunto, el narrador personaje se confronta con su propio doble; y en el segundo caso, se confronta con el...


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