La realidad de la vida cotidiana (lengua, cultura y poder) PDF

Title La realidad de la vida cotidiana (lengua, cultura y poder)
Author Ana Sofia Miranda Fuentes
Course Lenguaje, Cultura y Poder
Institution Universidad Nacional Autónoma de México
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Conceptos de la lectura del Prefacio, Introducción y Capítulo1 del texto de Berger y Luckman

Realidad La realidad se construye socialmente, donde la “realidad” se define como una cualidad propia de los fenómenos que reconocemos como independientes de nuestra propia volición, en este caso sabemos con diferentes grados de certeza, que este mundo posee tales o cuales características, es su sentido común debemos referirnos a las interpretaciones colocándolo entre paréntesis fenomenológicos. La conciencia es capaz de moverse en diferentes esferas de realidad, como el despertar del sueño o por excelencia la vida real donde constituye la actitud natural, de manera intencional dirigiéndose a objetos. La realidad de la vida cotidiana se presenta ya objetivada, o sea, constituida por un orden de objetos que han sido designados como objetos antes de que existiéramos, es por lo cual que mi actitud natural en este mundo corresponde a la actitud natural de otros, que ellos también aceptan las objetivaciones por las cuales este mundo se ordena, pero que los otros tienen de este mundo común una perspectiva que no es idéntica a la mía. Está realidad se agota porque se abarca fenómenos que no están presentes “aquí y ahora” Existen otras realidades que aparecen como zonas limitadas de significado (la realidad de los sueños o la del pensamiento teórico), estas se caracterizan por desviar la atención de la realidad de la vida cotidiana, la podemos entender mejor a través de las "conmutaciones" que se producen entre el mundo de la vida cotidiana y el mundo de los juegos, como el teatro: cuando se levanta el telón, el espectador se ve "transportado a otro mundo", que tiene significados propios, cuando cae el telón, el espectador "vuelve a la realidad", otro claro ejemplo son las experiencias del arte y la religión ya que son productores endémicos de zonas limitadas de significado.

Conocimiento Para entender el conocimiento debemos adentrarnos un poco a la historia de la “sociología del conocimiento'', está no solo trata las variaciones empíricas del "conocimiento" en las sociedades humanas, sino también los procesos por los que cualquier cuerpo de "conocimiento" llega a quedar establecido socialmente como "realidad". La expresión "sociología del conocimiento" fue acuñada por Max Scheler en 1920 en Alemania, la sociología del conocimiento constituyó el foco sociológico de la

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determinación existencial del pensamiento. Sus antecedentes intelectuales del siglo XIX fueron: el marxista, la nietzscheana y la historicista. Derivó de Marx su proposición básica, a saber, que la conciencia del hombre está determinada por su ser social, donde el pensamiento humano se funda en la actividad humana (el "trabajo" en el más amplio sentido de la palabra) y en las relaciones sociales provocadas por dicha actividad. En las ideas de Nietzsche tuvieron un desarrollo sobre la teoría de la "falsa conciencia" con sus análisis del significado social del engaño y el autoengaño, y de la ilusión como condición necesaria para la vida sobre el "resentimiento" como factor generador para ciertos tipos de pensamiento humano fue adoptado directamente por Scheler. El historicismo, se manifiesta en las obras de Wilhelm Dilthey, donde le da énfasis sobre la situación social del pensamiento como referidos a la "ubicación social" del pensamiento. De acuerdo con esta orientación, la sociología del conocimiento de Scheler constituye esencialmente un método negativo; argumentaba que la relación entre los "factores ideales" y los "factores reales", en el cual la sociedad determina la presencia, pero no la naturaleza de las ideas. Scheler analizó con mucho detalle la manera como el conocimiento humano es ordenado por la sociedad, por lo cual destacó que el conocimiento humano se da en la sociedad como un a priori de la experiencia individual, con respecto a una situación histórico-social particular, asume para el individuo la apariencia de una manera natural de contemplar el mundo y a esto Scheler lo denominó como "concepción relativo-natural del mundo" Desde el debate de la sociología del conocimiento por Scheler, este era el fenómeno de la ideología inglesa con Karl Manheím , la comprensión de que no hay pensamiento humano que esté inmune a las influencias ideologizantes de su contexto social. Acuñó el término "relacionismo" destacando el poder del pensamiento "utópico" que (al igual que la ideología) produce una imagen distorsionada de la realidad social; pero que (a diferencia de la ideología) posee el dinamismo requerido para transformar esa realidad en su imagen de ella. Por lo cual la sociología del conocimiento debe ocuparse de todo lo que se considere "conocimiento" en la sociedad, al igual que ocuparse de lo que la gente "conoce" como "realidad" en su vida cotidiana, el "conocimiento" del sentido común más que las "ideas" debe constituir el tema central que son significados sin el cual ninguna sociedad podría existir.

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Las "consignas" más influyentes de la sociología fue Durkheim que nos dice: "La regla primera y fundamental” es: Considerar los hechos sociales como cosas.” Y Weber observa que: "Tanto para la sociología en su sentido actual, como para la historia el objeto de conocimiento es el complejo de significado subjetivo de la acción”. En el cual la sociedad, en efecto, posee facticidad objetiva y que está construida por una actividad que expresa un significado subjetivo. Es por lo cual el "conocimiento" se define como la certidumbre de que los fenómenos son reales y de que poseen características específicas y que el método que consideramos más conveniente para clarificar los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana es el del análisis fenomenológico, método puramente descriptivo y, como tal, "empírico".

Vida cotidiana La vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los hombres y que para ellos tiene el significado subjetivo de un mundo coherente (que se origina en sus pensamientos y acciones), en el cual se experimenta en grados diferentes de proximidad y alejamiento, tanto espacial como temporal, así como la atención a este mundo que está determinada principalmente por lo que hago, lo que ya he hecho o lo que pienso hacer en él. La vida cotidiana se divide en sectores, los que parece un problema no corresponda a una realidad completamente distinta (pesadillas) y las que por rutina sin interrupción son aprehendidas como no problemáticas, donde la realidad de la vida cotidiana busca integrar el sector problemático dentro de lo que ya es no problemático. Donde implica el ipso facto (en el acto o inmediatamente), que se han alejado hacia un mundo que ya no es el común de la vida cotidiana. El mundo de la vida cotidiana se estructura tanto en el espacio como en el tiempo, esta temporalidad es una propiedad intrínseca de la conciencia, donde está siempre ordenada temporalmente, por lo cual su estructura es excesivamente compleja, porque se deben de correlacionarse en todo momento los diferentes niveles de temporalidad, de igual manera, es coercitiva ya que no se puede invertir a voluntad las secuencias que la temporalidad impone, lo cual constituye un elemento esencial de mi conocimiento de la vida cotidiana, también proporciona la historicidad que determina mi situación en el mundo de la vida cotidiana. Y el tiempo en esta es continuo y limitado

Realidad de la vida cotidiana

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La realidad de la vida cotidiana es algo que comparto con otros (intersubjetiva), se produce en la situación "cara a cara", que es el protSe otipo de la interacción social y del que se derivan todos los demás casos y la cual se organiza alrededor del "aquí" de mi cuerpo y el "ahora" de mi presente, donde es como resultado un intercambio continuo entre mi expresividad y la de otro. En la situación "cara a cara" el otro es completamente real y la cual es parte de la realidad total de la vida cotidiana, en ella es difícil imponer pautas rígidas a la interacción "cara a cara", ya que serán constantemente modificadas por la variedad del intercambio de significados subjetivos que se produce de manera flexible. Dentro de la realidad de la vida cotidiana existen esquemas tipificadores en cuyos términos las otras personas son aprehendidos y "tratados" en encuentros "cara a cara" de forma directa (aprehender al otro como “hombre”, “europeo”, “cliente”, “tipo jovial”), estas serán recíprocos y se determinarán por los actos en la situación o aspectos de un comportamiento en términos anónimos y esta depende del grado de interés y el grado de intimidad. También se da de forma indirecta con contemporáneos, donde se sabe de su existencia como seres humanos concretos, pero solo puede aprehenderlos por medio de tipificaciones más o menos anónimas que se entrecruzan. La estructura social es la suma total de estas tipificaciones y de las pautas recurrentes de interacción establecidas por intermedio de ellas, las relaciones con otros no se limitan en asociados y contemporáneos, sino también se refieren a los antecesores y sucesores, a los que nos han precedido y nos sucederán en la historia total de nuestra sociedad

Lenguaje como conceptos principales y vincula conceptos secundarios a estos conceptos El lenguaje usado en la vida cotidiana proporciona continuamente las objetivaciones indispensables y dispone el orden dentro del cual éstas adquieren sentido y dentro del cual la vida cotidiana tiene significado para nosotros. De esta manera el lenguaje marca las coordenadas de la vida propia en la sociedad y llena esa vida de objetos significativos. El lenguaje común que se dispone para objetivar las experiencias, las cuales se basan en la vida cotidiana y se siguen tomando como referencia, aun cuando se use para interpretar experiencias que corresponden a zonas limitadas de significado. (Yo "deformo" y en cuanto empiezo a emplear el lenguaje común para interpretarlas, "traduzco" las experiencias). Estamos rodeados todo el tiempo de objetos que "proclaman" las intenciones subjetivas de mis semejantes, aunque a veces resulta

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difícil saber con seguridad que "proclama" tal o cual objeto en particular. Un caso especial de objetivación es la producción humana de signos la cual da significados subjetivos, que está en la realidad común compartimos con otros hombres. Los signos se agrupan en una cantidad de sistemas, sistemas de signos gesticulatorios, de movimientos corporales pautados, de diversos grupos de artefactos materiales, y así sucesivamente. El lenguaje, que aquí podemos definir como un sistema de signos vocales, es el sistema de signos más importante de la sociedad humana. Las objetivaciones comunes de la vida cotidiana se sustentan primariamente por la significación lingüística, por lo tanto la vida cotidiana, por sobre todo, es vida con el lenguaje. El lenguaje se origina en la situación "cara a cara", pero puede separarse de ella fácilmente, está radica mucho más fundamentalmente en su capacidad de comunicar significados que no son expresiones directas de subjetividad de “aquí y ahora”, de igual manera el lenguaje es capaz de transformarse en depósito objetivo de vastas acumulaciones de significado y experiencia, que puede preservar a través del tiempo y transmitir a las generaciones futuras. Hablamos a medida que pensamos, lo mismo que el interlocutor en la conversación, esto posibilita el acceso continuo, sincronizado y recíproco en la cercanía intersubjetiva de la situación "cara a cara" de manera tal que ningún otro sistema de signos puede repetir. Pero también el lenguaje hace "más real" nuestra subjetividad, ya que la capacidad que tiene el lenguaje de cristalizar y estabilizar lo propio, persiste cuando el lenguaje se separa de la situación "cara a cara''. El lenguaje obliga a adaptarnos a sus pautas debo tomar en cuenta las normas aceptadas en el habla correcta para diversas ocasiones, donde proporciona una posibilidad ya hecha para las continuas objetivaciones que necesita nuestra experiencia para desenvolverse. El lenguaje también tipifica experiencias, permitiéndole incluirlas en categorías amplias en cuyos términos adquieren significado para mí y para mis semejantes, también las vuelve anónimas, porque por principio la experiencia tipificada puede ser repetida por cualquiera que entre dentro de la categoría en cuestión. Debido a su capacidad de trascender el "aquí y ahora", el lenguaje tiene puentes entre diferentes zonas dentro de la realidad de la vida cotidiana y las integra en un todo significativo, tienen dimensiones espaciales temporales y sociales. Por medio del lenguaje puede trascender el espacio y dialogar con él sobre individuos y colectividades con los que de momento no estamos en interacción "cara a cara".

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Puede referirse a experiencias que corresponden a zonas limitadas de significado, y abarcar zonas aisladas de la realidad. El lenguaje es capaz no solo de construir símbolos sumamente abstraídos de la experiencia cotidiana, sino también de "recuperar" estos símbolos y presentarlos como elementos objetivamente reales en la vida cotidiana. Al nivel del simbolismo, la significación lingüística alcanza su máxima separación del "aquí y ahora" de la vida cotidiana, y el lenguaje asciende a regiones que son inaccesibles a la experiencia cotidiana no sólo de ipso facto sino también a priori. El lenguaje constituye campos semánticos o zonas de significado lingüísticamente circunscritos, donde el vocabulario, la gramática y la sintaxis se acoplan a la organización de esos campos semánticos. Así pues, el lenguaje elabora esquemas clasificadores para diferenciar los objetos según su "género" (cuestión muy diferente del sexo, por supuesto) o su número; formas para predicados de acción o de ser; modos para indicar grados de intimidad social. Así se posibilita la objetivación, retención y acumulación de la experiencia biográfica e histórica, está es selectiva, ya que determinan qué habrá que retener y qué habrá que "olvidar" de la experiencia total tanto del individuo como de la sociedad. Esta acumulación forma un acopio social de conocimiento, que se transmite de generación en generación y está al alcance del individuo en la vida cotidiana, este depende de su grado de familiaridad (datos complejos y detallados) Gran parte del cúmulo social de conocimiento consiste en recetas para resolver problemas de rutina, donde interesa poco traspasar el límite de este conocimiento necesario pragmáticamente, este al presentarse como un todo integrado, ofrece también los medios para integrar elementos aislados de mi propio conocimiento. La validez del conocimiento de la vida cotidiana es algo establecido por nosotros ya que no podemos saber todo lo que hay que saber de la realidad. Mi conocimiento de la vida cotidiana se estructura por mis propios intereses pragmáticos inmediatos, y otras por mi situación general dentro de la sociedad, de igual, manera lo constituye el de las estructuras de relevancia de los otros . Por lo tanto la distribución social del conocimiento arranca del simple hecho de que no comparto en la misma medida mi conocimiento con todos mis semejantes, y tal vez haya cierto conocimiento que no comparta con nadie. Fuente Bibliográfica: Berger, P. L., Berger, P. L., Luckmann, T. (1968). La construcción social de la realidad (1era ed.) [Libro electrónico]. Amorrortu. https://www.academia.edu/8228049/La_construccion_social_de_la_realidad_Berger_Peter_y_Luckm ann...


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