la técnica del subrayado PDF

Title la técnica del subrayado
Course Seminario Taller de Comunicación Oral y Escrita
Institution Universidad Andina del Cusco
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Summary

detalla cómo se debe resumir un texto de la manera correcta con la técnica del subrayado...


Description

TEMA: EL SUBRAYADO Subrayar un texto antes de comenzar a memorizar, es el primer paso de las técnicas de estudio activo. ¿Crees que es importante saber subrayar un texto? ¿Cómo he de hacerlo? ¿Cuáles crees que son las ventajas del subrayado durante su realización y después de ésta?... Objetivo del subrayado: DESTACAR LAS IDEAS BÁSICAS PARA DESPUÉS SER CAPAZ DE MEMORIZAR TODO EL TEXTO

Esto requiere: -

Comprender el texto: que se entienda el vocabulario, y si no es así, se buscarán en el diccionario las palabras cuyo significado se desconozca. Que la lectura sea buena, tanto en comprensión como en velocidad. Hay una manera de mejorar la lectura: LEYENDO. Utilizar ciertas técnicas de subrayado: lápices de colores, hacer anotaciones al margen del texto, plantearse dudas según se va leyendo para luego darle respuesta...

El subrayado va a suponer economía de tiempo y apoyo al aprendizaje: - Economía de tiempo:  Estudias más concentrado.  Rapidez en el repaso.  Ayuda a la memorización.  Facilita el estudio. - Apoyo al aprendizaje:  Te habitúa a analizar.  Te ayuda a captar la idea principal.  Te facilita el establecer relaciones.  Favorece la organización de las ideas.  Facilita la comprensión.  Desarrolla la capacidad de síntesis.

TIPOS DE SUBRAYADO

El subrayado es personal: cada uno, además de tener su código, encuentra unas ideas o aspectos a destacar cuando estudia. En general, se suelen utilizar los siguientes tipos de subrayado: -

Lineal: utiliza líneas de cualquier tipo para captar información de un “vistazo” y facilitar su localización en el texto (una línea para la idea principal y dos líneas para la palabra clave; un círculo para resaltar las fechas, rectángulos para los nombres, etc.). También suelen utilizarse lápices de colores, cambiando el color según la importancia del párrafo.

-

Estructural: algunos textos vienen perfectamente estructurados, señalando el tema del cual trata, los apartados que tiene, destacando en letra negrita los diferentes puntos o aspectos, etc.; pero otros muchos, no. El subrayado estructural consiste en ir haciendo anotaciones al margen del texto para darle una estructura al mismo.

-

De realce: consiste en ir destacando al margen del texto las dudas que surgen, los comentarios que nos sugiere, aspectos a aclarar, etc.

Lo normal es utilizar a la vez los tres tipos de subrayado.

¿CÓMO SUBRAYAR UN TEXTO? 1. Fíjate en el título de la lectura: a veces nos indica todo el contenido del tema. 2. Haz una primera lectura del tema para enterarte de qué se trata, qué apartados tiene, cómo se relaciona ese tema con los anteriores, etc. 3. Mira los dibujos, fotografías o esquemas; no están sólo de adorno, sino que te pueden aclarar muchos aspectos del contenido. 4. Haz una segunda lectura pausada. Busca y subraya la idea principal del texto. 5. Resalta la palabra clave de la idea principal. 6. Subraya de distintas formas las ideas secundarias y los detalles importantes. 7. Usa los márgenes para anotar comentarios, dudas o aclaraciones que necesites sobre las ideas expresadas. 8. Comprueba que leyendo sólo lo subrayado, le encuentras sentido al texto.

¡VAMOS A PRACTICARLO!

Recuerda que el subrayado es una técnica personal. Ahora lee y subraya el texto “La Célula” y después compáralo con el de tu compañero/a.

LA CÉLULA El descubrimiento de la célula

En el siglo XVII, Robert Hooke logró perfeccionar algunos instrumentos ópticos, entre ellos el microscopio. Este aparato le permitió observar cuál era la estructura de los seres vivos. En un trozo de corcho vio una disposición en celdillas que él denominó células. Actualmente existen microscopios muy potentes mediante los cuales se ha podido estudiar la estructura y los elementos que integran las células. Hoy sabemos que todos los seres vivos están compuestos por células, y que son las unidades básicas de la vida. La célula es capaz de nutrirse, de reproducirse, y, en ocasiones, de moverse; es decir: es capaz de realizar las funciones propias de los seres vivos. Estructura de la célula

La forma de las células es muy distinta según se trate de células animales o de plantas y según la función que desempeñen dentro del ser vivo. No obstante todas tienen tres partes fundamentales: membrana, citoplasma y núcleo. La membrana celular separa el interior de la célula del medio externo y tiene como misión permitir o impedir la entrada y salida de sustancias.

El citoplasma contiene gran cantidad de sustancias y orgánulos; entre los orgánulos más importantes están: - La mitocondrias, en cuyo interior se producen reacciones químicas mediante las cuales la célula obtiene energía. - Los ribosomas, en los que se fabrican las proteínas. - Las vacuolas, que son unas bolsitas que le sirven a la célula para almacenar sustancias. El núcleo está separado del citoplasma mediante una membrana: la membrana nuclear. La misión del núcleo es la de dirigir algunas actividades de la célula y controlar la división de la misma cuando llega el momento de su reproducción. El tamaño de las células es muy variable. Algunas, como el microbio de la neumonía, miden la diezmilésima parte de un milímetro. Otras, como el Esténtor, miden de uno a tres milímetros. Las hay que alcanzan el tamaño de una naranja, como la yema del huevo de avestruz. Movimiento de las células

Las células son capaces, además, de tener movimientos propios. En los seres unicelulares, estos movimientos son originados por unos orgánulos especiales llamados cilios y flagelos, que se mueven como los remos de una embarcación. En otros casos, como los glóbulos blancos de nuestro cuerpo, la membrana es muy flexible y pueden emitir pseudópodos, es decir, prolongaciones del citoplasma que arrastran a toda la célula. A continuación te presentamos el texto subrayado para que lo compares con el subrayado que tú has realizado. LA CÉLULA El descubrimiento de la célula

En el siglo XVII, Robert Hooke logró perfeccionar algunos instrumentos ópticos, entre ellos el microscopio. Este aparato le permitió observar cuál era la estructura de los seres vivos. En un trozo de corcho vio una disposición en celdillas que él denominó células. Actualmente existen microscopios muy potentes mediante los cuales se ha podido estudiar la estructura y los elementos que integran las células.

Hoy sabemos que todos los seres vivos están compuestos por células, y que son las unidades básicas de la vida. La célula es capaz de nutrirse, de reproducirse, y, en ocasiones, de moverse; es decir: es capaz de realizar las funciones propias de los seres vivos. Estructura de la célula

La forma de las células es muy distinta según se trate de células animales o de plantas y según la función que desempeñen dentro del ser vivo. No obstante todas tienen tres partes fundamentales: membrana, citoplasma y núcleo. La membrana celular separa el interior de la célula del medio externo y tiene como misión permitir o impedir la entrada y salida de sustancias. El citoplasma contiene gran cantidad de sustancias y orgánulos; entre los orgánulos más importantes están: - Las mitocondrias, en cuyo interior se producen reacciones químicas mediante las cuales la célula obtiene energía. - Los ribosomas, en los que se fabrican las proteínas. - Las vacuolas, que son unas bolsitas que le sirven a la célula para almacenar sustancias. El núcleo está separado del citoplasma mediante una membrana: la membrana nuclear. La misión del núcleo es la de dirigir algunas actividades de la célula y controlar la división de la misma cuando llega el momento de su reproducción. El tamaño de las células es muy variable. Algunas, como el microbio de la neumonía, miden la diezmilésima parte de un milímetro. Otras, como el Esténtor, miden de uno a tres milímetros. Las hay que alcanzan el tamaño de una naranja, como la yema del huevo de avestruz. Movimiento de las células

Las células son capaces, además, de tener movimientos propios. En los seres unicelulares, estos movimientos son originados por unos orgánulos especiales llamados cilios y flagelos, que se mueven como los remos de una embarcación. En otros casos, como los glóbulos blancos de nuestro cuerpo, la membrana es muy flexible y pueden emitir pseudópodos, es decir, prolongaciones del citoplasma que arrastran a toda la célula. LA CELESTINA

Fernando de Rojas, bachiller en leyes de La Puebla de Montalbán y alcalde de Talavera (Toledo), escribió La Celestina a partir de un primer auto anónimo. La primera edición, ya en imprenta, apareció en Burgos en 1499, con dieciséis actos que aumentaron a veintiuno a partir de la edición de 1502 (en este caso, bajo el título de Tragicomedia de Calisto y Melibea). Poco más se sabe de Rojas (durante mucho tiempo se creyó que la obra era de autor desconocido); el que fuera de una familia de conversos influyó en la visión del mundo, ya renacentista, de La Celestina. 1.- Género y temas. Todo el texto de La Celestina está dialogado, sin narrador, pero los numerosos escenarios (urbanos) en los que se desarrolla la acción, y la larga duración de la misma, harían imposible su representación teatral en aquella época. Sigue más bien el modelo de la comedia humanística, género muy divulgado en la Edad Media. La Celestina, que cuenta la historia de Calisto y Melibea, refleja una concepción del amor alejada del amor cortés de los cancioneros (aunque a veces utilice sus tópicos). Recoge una pasión real, ciega y egoísta, como muestran algunos diálogos y las actitudes de muchos personajes. Lo mismo sucede con el egoísmo, presente en la codicia y en la relación desapegada de amos y criados. SEMPRONIO.- ¿Qué dices de sirvientes? Parece por tu razón que nos pueda venir a nosotros daño de este negocio, y quemarnos con las centellas que resultan de este fuego de Calisto. ¡Aun al diablo daría yo sus amores! Al primer desconcierto que vea en este negocio no como más su pan. Más vale perder lo servido que la vida por cobrarlo. Si te parece, madre, guardaremos nuestras personas de peligro (...) Ninguna llaga tanto se sintió que por luengo tiempo no aflojase su tormento, ni placer tan alegre fue que no lo amengüe su antigüedad. El mal y el bien, la prosperidad y la adversidad, la gloria y pena, todo pierde con el tiempo la fuerza de su acelerado principio. Pues los casos de admiración y venidos con gran deseo, tan presto como pasados, olvidados. Cada día vemos novedades y las oímos y las pasmos y las dejamos atrás. ¿Qué tanto te maravillarías si dijesen: la tierra tembló, u otra semejante cosa que no olvidases luego? Así como: helado está el río (...), la puente es llevada, aquél es ya obispo, a Pedro robaron, Inés se ahorcó. Cristóbal fue borracho. ¿Qué me dirás, sino que a tres días pasados, o a la segunda vista, no hay quien de ello se maraville? Todo es así, todo pasa de esta manera, todo se olvida, todo queda atrás. Pues así será este amor de mi amo: cuanto más fuere andando, tanto más disminuyendo. Que la costumbre luenga amansa los dolores, afloja y deshace los deleites, desmengua las maravillas. Procuremos provecho mientras pendiere la contienda; (...) y si no, poco a poco les soldaremos el reproche o menosprecio de Melibea contra él. Donde no, más vale que pene el amo que no peligre el mono. (Acto I, escena VII).

2.- Personajes. En todos destacan el egoísmo y la independencia, así como el realismo de sus actitudes y la evolución que experimentan a lo largo de la obra.









Calisto, exaltado y voluble, ya no es el amo medieval y paternalista que se preocupa por sus criados: olvida rápidamente la muerte de éstos mientras teme que sus amores con Melibea se descubran y le acarreen algún mal. Melibea es un personaje muy bien construido que evoluciona desde el modelo virtuoso de mujer hasta el de mujer apasionada por amor. Finalmente, al suicidarse, renuncia a su posición social y se enfrenta a las convenciones morales de la época, sin importarle el estado en que puedan quedar sus padres. La fuerza del personaje de Celestina, uno de los más logrados, ha convertido su nombre en sinónimo de alcahueta, y ha hecho que se conozca la obra por ella. Su antecedente es la Trotaconventos del Libro de Buen Amor. Su vejez le ha dado conocimientos prácticos sobre las enfermedades y gracias a su elocuencia es muy seductora. A cada uno le dice lo que quiere oír y sabe improvisar y aprovecharse de sus debilidades. También es muy codiciosa, lo que la llevará a la muerte. Pleberio, padre de Melibea, que representa a la nueva clase burguesa, expone al final de la obra su desengaño con el mundo.

3.- Lenguaje. El realismo de los personajes se evidencia también en su forma de hablar, pues adecuan su habla al interlocutor y a la situación. Calisto y Melibea utilizan al comienzo de su relación un lenguaje culto y retórico, latinizante, que luego será coloquial y directo. Incluso en los criados aparece esta diferencia si se dirigen a sus amos (correctamente) o a un igual (con espontaneidad y vulgarismos). MELIBEA.- Por Dios, que sin más dilatar, me digas quién es ese doliente, que de mal tan perplejo se siente, que su pasión y remedio salen de una misma fuente. CELESTINA.- Bien ternás, señora, noticia en esta ciudad de un caballero mancebo, gentilhombre de clara sangre, que llaman Calisto. MELIBEA.- ¡Ya, ya, ya! Buena vieja, no me digas más, no pases adelante. ¿Ese es el doliente por quien has hecho tantas premisas en tu demanda, por quien has venido a buscar la muerte para ti, por quien has dado tan dañosos pasos, desvergonzada barbuda? ¿Qué siente ese perdido, que con tanta pasión vienes? (...). ¡Quemada seas, alcahueta falsa, hechicera, enemiga de honestidad, causadora de secretos yerros! CELESTINA.- (¡En hora mala acá vine, si me falta mi conjuro! (...)) MELIBEA.- ¿Aun hablas entre dientes delante de mí para acrecentar mi enojo e doblar tu pena? ¿Querrías condenar mi honestidad por dar vida a un loco? ¿Dejar a mí triste por alegrar a él y llevar tú el provecho de mi perdición, el galardón de mi yerro? PLEBERIO.- ¡Oh duro corazón de padre! ¿Cómo no te quiebras de dolor, que ya quedas sin tu amada heredera? ¿Para quién edifiqué torres? ¿Para quién adquirí honras? ¿Para quién planté árboles? ¿Para quién fabriqué navíos? ¡Oh dura tierra!, ¿cómo me sostienes? ¿Adónde allará abrigo mi desconsolada vejez? ¡Oh fortuna variable, ministra y mayordoma de los temporales bienes!, ¿por

qué no ejecutaste tu cruel ira, tus mudables ondas, en aquello que a ti es sujeto?; ¿por qué no destruiste mis grandes heredamientos? (...) ¡Oh vida de congojas llena, de miserias acompañada; oh mundo, mundo! Muchos mucho de ti dijeron, muchos en tus cualidades metieron la mano, a diversas cosas por oídas te compararon; yo por triste experiencias lo contaré. (...) Yo pensaba en mi más tierna edad que eras y eran tus hechos regidos por alguna orden; agora, visto el pro y el contra de tus bienandanzas, me pareces un laberinto de errores, un desierto espantable, una morada de fieras, juego de hombres que andan en corro, laguna llena de cieno, región llena de espinas, monte alto, campo pedregoso, prado lleno de serpientes, huerto florido y sin fruto, fuente de cuidados, río de lágrimas, mar de miserias, trabajo sin provecho, dulce ponzoña, vana esperanza, falsa alegría, verdadero dolor. (...) ¡Oh amor, amor, que no pensé que tenías fuerza ni poder de matar a tus sujetos (...) ¿Quién te dio tanto poder? ¿Quién te puso nombre que no te conviene? Si amor fueses, amarías a tus sirvientes; si los amases, no les darías pena. Si alegres viviesen, no se matarían, como agora mi amada hija. ¿En qué pararon tus sirvientes y sus ministros? La falsa alcahueta Celestina murió a manos de los más fieles compañeros que ella para tu servicio empozoñado jamás halló. Eellos murieron degollados. Calisto, despeñado. Mi triste hija quiso tomar la misma muerte por seguirle. Esto todo causas. Dulce nombre te dieron; amargos hechos haces. (...) Del mundo me quejo, porque en sí me crió; porque no me dando vida, no egendra en él a Melibea; no nacida, no amara; no amando, cesara mi quejosa y desconsolada postrimería. ¡Oh mi compañera buena, oh mi hija despedazada! ¿Por qué no quisiste que estorbase tu muerte? ¿Por qué no hobiste lástima de tu querida y amada madre? ¿Por qué te mostraste tan cruel con tu viejo padre? ¿Por qué me dejaste, cuando yo te había de dejar? ¿Por qué me dejaste penado? ¿Por qué me dejaste triste y solo in hac lacrhymarum valle?

ACTIVIDADES: 1.- Lee el texto detenidamente y haz un subrayado lineal (destacando la idea principal y las secundarias), estructural y de realce (haciendo anotaciones en los márgenes). 2.- Haz un esquema del texto.

LA CELESTINA

Fernando de Rojas, bachiller en leyes de La Puebla de Montalbán y alcalde de Talavera (Toledo), escribió La Celestina a partir de un primer auto anónimo. La primera edición, ya en imprenta, apareció en Burgos en 1499, con dieciséis actos que aumentaron a veintiuno a partir de la edición de 1502 (en este caso, bajo el título de Tragicomedia de Calisto y Melibea). Poco más se sabe de Rojas

(durante mucho tiempo se creyó que la obra era de autor desconocido); el que fuera de una familia de conversos influyó en la visión del mundo, ya renacentista, de La Celestina. 1.- Género y temas. Todo el texto de La Celestina está dialogado, sin narrador, pero los numerosos escenarios (urbanos) en los que se desarrolla la acción, y la larga duración de la misma, harían imposible su representación teatral en aquella época. Sigue más bien el modelo de la comedia humanística, género muy divulgado en la Edad Media. La Celestina, que cuenta la historia de Calisto y Melibea, refleja una concepción del amor alejada del amor cortés de los cancioneros (aunque a veces utilice sus tópicos). Recoge una pasión real, ciega y egoísta, como muestran algunos diálogos y las actitudes de muchos personajes. Lo mismo sucede con el egoísmo, presente en la codicia y en la relación desapegada de amos y criados. SEMPRONIO.- ¿Qué dices de sirvientes? Parece por tu razón que nos pueda venir a nosotros daño de este negocio, y quemarnos con las centellas que resultan de este fuego de Calisto. ¡Aun al diablo daría yo sus amores! Al primer desconcierto que vea en este negocio no como más su pan. Más vale perder lo servido que la vida por cobrarlo. Si te parece, madre, guardaremos nuestras personas de peligro (...) Ninguna llaga tanto se sintió que por luengo tiempo no aflojase su tormento, ni placer tan alegre fue que no lo amengüe su antigüedad. El mal y el bien, la prosperidad y la adversidad, la gloria y pena, todo pierde con el tiempo la fuerza de su acelerado principio. Pues los casos de admiración y venidos con gran deseo, tan presto como pasados, olvidados. Cada día vemos novedades y las oímos y las pasmos y las dejamos atrás. ¿Qué tanto te maravillarías si dijesen: la tierra tembló, u otra semejante cosa que no olvidases luego? Así como: helado está el río (...), la puente es llevada, aquél es ya obispo, a Pedro robaron, Inés se ahorcó. Cristóbal fue borracho. ¿Qué me dirás, sino que a tres días pasados, o a la segunda vista, no hay quien de ello se maraville? Todo es así, todo pasa de esta manera, todo se olvida, todo queda atrás. Pues así será este amor de mi amo: cuanto más fuere andando, tanto más disminuyendo. Que la costumbre luenga amansa los dolores, afloja y deshace los deleites, desmengua las maravillas. Procuremos provecho mientras pendiere la contienda; (...) y si no, poco a poco les soldaremos el reproche o menosprecio de Melibea contra él. Donde no, más vale que pene el amo que no peligre el mono. (Acto I, escena VII).

2.- Personajes. En todos destacan el egoísmo y la independencia, así como el realismo de sus actitudes y la evolución que experimentan a lo largo de la obra. 



Calisto, exaltado y voluble, ya no es el amo medieval y paternalista que se preocupa por sus criados: olvida rápidamente la muerte de éstos mientras teme que sus amores con Melibea se descubran y le acarreen algún mal. Melibea es un personaje muy bien construido qu...


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