LAS PUERTAS QUE ABRE LA GRATITUD PDF

Title LAS PUERTAS QUE ABRE LA GRATITUD
Author Williams Pitter
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LAS PUERTAS QUE ABRE LA GRATITUD Rabbí Dr. Williams Pitter www.luz.academia.edu/WilliamsPitter [email protected] T.S.U. Mariantonieta Portillo de Vásquez [email protected] El agradecimiento tiene una conexión interna con la humildad. Nos ayuda a reconocer, que lo que somos y lo que tenemos se...


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LAS PUERTAS QUE ABRE LA GRATITUD Rabbí Dr. Williams Pitter www.luz.academia.edu/WilliamsPitter [email protected] T.S.U. Mariantonieta Portillo de Vásquez [email protected]

El agradecimiento tiene una conexión interna con la humildad. Nos ayuda a reconocer, que lo que somos y lo que tenemos se debe a otros y, sobre todo, a Dios Rabbí Jonathan Sacks (1948-2020) Basta reconocer que todo es parte de la Providencia Divina, y todo se entiende, y todo se arregla, entonces el hombre puede agradecer y estar alegre Rabbí Zusha de Hanipol (m. 1800) El mundo ha sido hecho y todas las cosas que están en él para que ganemos méritos al darle las gracias al Creador Talmud Baví Sota 40a Si faltara la gratitud y el reconocimiento del bien, el espíritu del hombre quedaría sin chispa y sin brillo. Por tanto, es imposible que la existencia (del hombre) no incluya esta virtud Talmud Baví Sota 40a Gracia y gratitud van juntas como el cielo y la tierra, como la voz y el eco Karl Barth (1886-1968)

INTRODUCCIÓN INGRATITUD Y GRATITUD, por Rabbí Dr. W. Pitter LA GRATITUD EN LA TORÁ Y EN LA TRADICIÓN JUDÍA, por Rabbí Dr. W. Pitter EL DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS, por Rabbí Dr. W. Pitter DE LA AMARGURA A LA GRATITUD, por T.S.U. Mariantonieta de Vásquez LA GRATITUD DEL SAMARITANO, por T.SU. Mariantonieta de Vásquez

Maracaibo, Venezuela. Kislev 5781/Diciembre 2020

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INTRODUCCIÓN En Venezuela tenemos un dicho muy popular que dice: “de mal agradecidos está lleno el mundo”; por lo general este dicho es invocado cuando se observa o se escucha acerca de la conducta de alguien que no dio las gracias por algún bien que ha recibido. También en nuestro país se dice que en nuestro lenguaje hay dos palabras mágicas que abren puertas cuando se pronuncian; ellas son, “por favor” y “gracias”; la primera se refiere al ejercicio de la cortesía antes de solicitar algo, y la segunda, se refiere al agradecimiento luego de ser objeto de un favor. En esta obra mostraremos las puertas que abren los que agradecen de buen corazón. Todo ingrato es rechazado; pues su comportamiento más que verse como un acto o una actitud descortés es visto más bien como una actitud orgullosa. La ingratitud es una acción que recibe rechazo tanto de los hombres como del Eterno, ya sea que ella esté constituida como un rasgo negativo de la personalidad, o cuando ella se convierte en una eventual actitud, motivada por el odio y/o el prejuicio, o por una pobre educación. Estas dos actitudes, la de ingratitud y la de gratitud, las vemos o la experimentamos casi a diario en nuestras vidas, la primera trae disgusto y la segunda paz. Estos asuntos vienen desde la más remota antigüedad, desde los comienzos de la historia del hombre. En las Escrituras hebreas tenemos episodios de pueblos enteros que se han mostrado ingratos ya sea con otro pueblo o con el Creador mismo. Israel, por su parte, no ha escapado del contagio del mal de la ingratitud. Ambos casos mostraremos en el primer artículo de esta obra. Los grandes sabios de la tradición judía, conscientes de los grandes errores de los hijos de Israel durante los tiempos bíblicos hasta los tiempos de la era del Segundo Templo, se han preocupado, no sólo en el ejercicio de reflexionar sobre el tema del agradecimiento, sino también en educar a los judíos en la mitzvá o precepto de la gratitud, entre otros grandes temas. Con respecto a las reflexiones realizadas, el Rabino Yehudá Amital (1924-2010)1, afirma que Muchos de los grandes maestros de ética judía (mussar) y filósofos judíos de todas las generaciones han visto el principio de mostrar gratitud como uno de los pilares del judaísmo. Han argumentado que el servicio divino de una persona debe basarse en el reconocimiento de que Dios ha realizado muchas bondades por él y que merece gratitud. La obra “Los deberes del corazón” introduce el capítulo sobre el servicio de Dios con la afirmación de que, así como toda persona debe tratar bien a alguien que lo ha tratado bien, también debemos servir a Dios, que ha hecho tanto por nosotros. El Rav Kook … analiza la gratitud como una base central del Judaísmo. Que la gratitud sea una base central del Judaísmo no es una simple declaración religiosa, es un hecho en la vida práctica de todo observante de Torá. Prueba de ello son los Sidurim o manuales de oración en los cuales se nos instruye acerca de los motivos, los momentos y aun las palabras que se deben recitar para agradecer al Creador por las bendiciones recibidas. De hecho, las primeras palabras que dice un judío al despertarse son de agradecimiento, que están expresadas en la oración Modé Aní (Te doy Gracias); que dice así: “Te doy gracias, Rey viviente y Padre nuestro, pues con Tú bondad me has permitido despertar a un nuevo día…”. La gran obra de la Torá oral, la Mishná, comienza discutiendo los aspectos halájicos de la aceptación del yugo del reino de los cielos; es decir, del reconocimiento la soberanía divina sobre el mundo y sobre la vida del judío, encriptada en la recitación del Shema Israel (Dt 6:46). Reconocer que el Creador gobierna Su mundo y que dispensa Su gracia sobre todos los 1

Rabbí Yehudá Amital, en su comentario a la parashá Ki Tabó: Showing gratitude https://www.etzion.org.il/

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hombres, es, para el Judaísmo, el fundamento de la gratitud. La Providencia divina2, según lo explica la sabiduría judía, significa que todo viene del cielo y que todo es para bien y, por tanto, debemos estar agradecidos por todo lo que Él hace a nuestro favor. Esta actitud es precisamente una manifestación de la emuná, la confianza en el Creador, que todo cuanto Él hace es santo, justo y bueno. De allí que, la emuná es la que hace posible la gratitud del hombre que ha aceptado la soberanía del Creador. Hoy día, el Judaísmo, en sus diversas corrientes, por medio de libros y las llamadas “redes sociales”, ha difundido ampliamente una cantidad de lecciones importantes sobre la gratitud. Digno de mencionar el es esfuerzo del Jasidismo de Breslov al enfatizar la significancia, importancia y su puesta en práctica de la gratitud; la que trae bendiciones tales como el sustento, sanidad, etc3. En la presente obra se ofrecen cinco reflexiones que abarcan, a grandes rasgos, aspectos de la noción de la gratitud que nos revela la Torá y la tradición judía. Tres de ellas son de mi autoría, y las otras dos son de la escritora y Morá Mari Antonieta de Vásquez. Estas lecciones enseñan cómo ser agradecidos, a cultivar la gratitud a fin de honrar a los que nos bendicen; además se muestra como el espíritu de la gratitud conlleva al crecimiento personal y elevación espiritual, y a una mejor relación con el prójimo y con el Creador. Agradecemos al Eterno por mantenernos con vida, porque nos sostuvo y nos ha permitido llegar a esta ocasión. Rabbí Dr. Williams Pitter Diciembre 2020/Kislev 5781

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Véase la primera edición de esta serie: Providencia Divina del Rabbí Pitter. También se encuentra en el portal www.luz.academia.edu/WilliamsPitter 3 Ver por ejemplo, la obra del Rabbí Shalom Arush, Las puertas de la gratitud, 2013. Editado por Jut shel Jesed (Hilo de Bondad), Jerusalén, Israel.

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INGRATITUD Y GRATITUD Rabbí Dr. Williams Pitter [email protected]

Cuando una persona es ingrata hacia otra, también lo será para para el Creador y eventualmente terminará desconociéndolo Rabbí Elisha Coffman

En la Torá hay varios episodios notables de personas y pueblos enteros que han mostrado una actitud ingrata y hasta agresiva contra aquellos que han sido sus benefactores; y que recibieron el reproche del Creador. Un par de ejemplos servirá para mostrar este caso; veremos también como la Torá revela la mitzvá de la gratitud para enseñar a Israel a ser agradecidos. La Torá describe la reacción del Eterno por las acciones de los moabitas y amonitas cuando Israel, en su tránsito hacia la tierra prometida, pues se empeñaron en destruirlo y también le negaron el paso por la tierra de ellos. Así está escrito4: “No entrará el amoní, ni el moabí en la congregación del Eterno. Aun en la décima generación, ellos no entrarán en la congregación del Eterno por siempre. Por motivo de que no se presentaron a ustedes con pan y agua en el camino, cuando ustedes salieron de Egipto; y porque alquilaron a contra ti (Israel) a Bilam… para maldecirte… No buscarás su paz y su bienestar todos los días por siempre” (Dt 23:3-7).

Este duro y enigmático decreto del Eterno contra estos pueblos no es un acto de retaliación motivado por las acciones emprendidas por ellos contra Israel. Para ello, se necesita caer en cuenta que los amonitas y moabitas eran hijos de Lot (Gn 19:30-38), sobrino de Abraham (Gn 12:5). Rabbí Shmuel Kameneztky5, en su comentario a la parashá Ki Tetzei, citando a Ramban (11941236), explica que el decreto del Eterno es un castigo que tiene su raíz en la permanente actitud ingrata de esos dos pueblos hacia Israel, ya que Abraham, padre de los hebreos, arriesgó su vida para rescatar a Lot y a su familia de las manos de los reyes que los habían secuestrado y tomado como parte del botín de guerra (Gn 14:1-16). Los hijos de Lot, los amonitas y moabitas estaban obligados a mostrar gratitud a los hebreos, hijos de Abraham; o por lo menos respeto. No ocurrió así, y el resultado fue un decreto negativo. De esto aprendemos que, quien no agradece, cierra las puertas de las bendiciones y abre la puerta de la condenación. ¿Y qué pasó con Israel? Bueno, en principio, Israel estaba obligado a exhibir una actitud mucho más elevada que los hijos de Lot. El Rabbí Elisha Coffman6, comenta que, como judíos, nuestra creencia en el Creador se fundamenta en la gratitud, y añade que, cuando Él se presentó ante Israel en el monte Sinaí, no lo hizo como un Dios Creador, sino como un Dios Libertador: ….pues la creación del cielo y la tierra no hubiese evocado en ellos un sentimiento de gratitud tan poderoso como el sacarlos recientemente de la esclavitud egipcia… la motivación adecuada que 4

En esta obra se usará para la edición hebreo española de la Tanaj del Rabbí Yaacob Huerin, El Tanaj Comentado, 2004. Editorial Jerusalén de México. Y para el Nuevo Testamente la Biblia Textual (BTX) de la Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1999. 5 Gratitude Attitude, https://torah.org/torah-portion/drasha-5779-ki-seitzei/ 6 Rabbí E. Coffman, La ingratitud te lleva a negar a Dios, https://www.aishlatino.com/tp/s/la-personalidadhumana/La-ingratitud-te-lleva-a-negar-a-Dios.html

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una persona debe tener hacia Dios es la de la gratitud por todas las incontables bendiciones que le concede.

Israel en su travesía por el desierto tuvo un comportamiento ingrato hacia el Creador, como se lee en la Torá, expresando quejas de todas formas y calibres y aun rebeliones sin sentido. Esta actitud desagradecida la describe Moshé en una crítica que hace a los Benei Israel, cuando, al comienzo del Capítulo 29 Moshé describe las bondades y maravillas divinas que ellos han visto (29:1,2), y entonces les dice: “Pero no ha dado el Eterno a ustedes corazón para conocer, ojos para ver y oídos para oír” (29:3), y luego prosigue contando otros milagros realizados por la Providencia divina (29:4-8). Note que Moshé acusa a Israel de ciego, sordo y de duro corazón. Los jajamim han inferido en esta descripción de Moshé el perfil psicológico de un pueblo desagradecido. Esta interpretación rabínica descansa en el hecho que la palabra hebrea todá, que se traduce como “gracias” o “agradecimiento”, también significa “confesión” o “reconocimiento”, en el sentido de admitir algo, como se puede leer en Josué 7:19; por ejemplo. Por lo que la acción de agradecer supone que se reconoce un favor recibido. De allí que, la acusación de Moshé le hace a Israel es la de su incapacidad de reconocer todas las bendiciones de las cuales ha sido recipiente. Y en base a eso, se puede entender lo que el Talmud explica7: Moshé le dijo a Israel: Ustedes son ingratos, hijos de ingratos… 'Ingratos', como está escrito (en referencia al maná): 'Y nuestra alma aborrece este pan miserable'; 'Hijos de ingratos', como está (de Adam), La mujer que me diste conmigo me dio del árbol y yo comí'

Esta formidable interpretación talmúdica nos enseña que Adam es el padre de la ingratitud y, por tanto, los hijos de Israel, por la actitud que han tomado son hijos de ingratos. Esto es lamentable. Si algún pueblo o etnia en el mundo debe vivir dando gracias todo el tiempo, es el pueblo judío; pues ha sido objeto especial de la bondad del Eterno, sin tener mérito alguno que lucir; como se lee en la Torá (Dt 7:6-11; 9:1-6). La ingratitud encierra un potencial peligro para el hombre, pero lo es más para el judío. Rashí8, citando al Talmud Sota 11a, explica que, al enseñar la Torá que, se levantó un faraón que “no conocía a Yosef” (Ex 1:8), lo que quiere decir es que este nuevo líder “hizo como si no conociera a Yosef”. Más adelante, el mismo faraón, cuando es confrontando con el mensaje de liberación de Moshé, le responde: “¿Quién es el Eterno para que oiga su voz a fin de enviar a Israel? No conozco al Eterno, ni tampoco a Israel enviaré” (Ex 5:2). La actitud del faraón, de no querer reconocer que Yosef y el Dios de Yosef habían salvado a Egipto de la hambruna, tiene la intención de legitimar su plan de esclavizar a los hebreos debido a los temores que sentía hacia ellos (Ex 1:8-10). El faraón pudo haber tenido sus motivos para temer al pueblo hebreo, pero eso no implica que tenía que esclavizar a los descendientes de Yosef y de sus hermanos. No tenía que ser tan ingrato. Estas consideraciones sobre la actitud y acciones del faraón llevan al Rabbí Coffman9 a concluir que la ingratitud, fundada por cualquier motivo, puede deslizar al hombre la negación del Dios de Israel, pues

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Talmud Bavlí Avodá Zará 5a, citado por Rabbí Yehudá Amital en su comentario a la parashá Ki Tabó: Showing Gratitude, https://www.etzion.org.il/ 8 Rabbí E. Coffman, La ingratitud te lleva a negar a Dios, artículo ya citado. 9 Ibid.

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… quien es agradecido, lo será con todos aquellos que lo benefician, ya sea el Creador o cualquier otra persona. Lo mismo aplica para la ingratitud: quien es ingrato hacia alguien, lo será también con Dios, al grado que terminará desconociéndolo.

Y ese el peligro que corren los judíos y cualquier persona religiosa, pues la negación del Creador comienza olvidándose de sus mitzvot, y en particular la de la gratitud, como ya lo advirtió en la Torá en Dt 8:11-20. Y esto es lo que justo enseña Pablo acerca de gente que conoció acerca del Creador, pero que no le glorificaron ni le dieron gracias, por lo que su corazón se llenó de tinieblas al punto de negarlo con sus malas obras (Rm 3:18-32). Con el fin de que los hijos de Abraham no participen del mismo espíritu de ingratitud y de sus terribles consecuencias; por medio de la Torá se les ha revelado instrucciones, a fin de inculcar la gratitud en el corazón de ellos: que el Creador, que los ha redimido, es la fuente absoluta de todas sus bendiciones. Esas instrucciones vienen dadas en un conjunto de mitzvot y rituales que expresan la gratitud del judío al Creador de diversas maneras y por diferentes motivos. Por ejemplo, la manera práctica de introducir la mitzvá de la gratitud la tenemos con la ofrenda de las primicias en Dt 26:1-11, que se realiza en la festividad de Shavuot10: Será que cuando entrares en la tierra que el Eterno, tu Dios, te entrega como heredad, la tomares como posesión, y habites en ella; que tomarás de las primicias de todos los frutos de la tierra… los pondrás en una cesta, e irás al lugar que eligiere el Eterno, tu Dios... Y vendrás al cohen que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy delante del Eterno, tu Dios, que he entrado en la tierra que había jurado el Eterno a nuestros padres para entregarla a nosotros. Entonces tomará el cohen la cesta de tu mano, y la colocará delante del altar del Eterno, tu Dios. Y hablarás (en voz alta) y dirás delante del Eterno, tu Dios: Un aramí (quiso) hacer perecer a mi padre. Y bajó Yaacov a Egipto, peregrinó allí siendo poca gente, y fue allí una nación grande, poderosa y numerosa. Pero nos hicieron mal los egipcios, nos hicieron sufrir, y nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al Eterno, Dios de nuestros padres, y oyó el Eterno nuestra voz, vio nuestro sufrimiento, nuestra fatiga y nuestra opresión. Y nos sacó el Eteno de Egipto con mano fuerte, brazo extendido, con temor grande, con señas y maravillas. Y nos trajo a este lugar, y nos entregó esta tierra... Por eso, ahora, he aquí traído las primicias de los frutos de la tierra que me has entregado ¡Oh Eterno!… Y te alegrarás con todo el bien que te ha dado el Eterno, tu Dios, a ti y a tu casa, tú, el leví y el peregrino que está en tu interior.

No es difícil ver en este texto que la base de la mitzvá de bikkurim (primicias) es la gratitud: una persona que reconoce la gracia del Creador, que fue con Su ayuda logró cultivar su cosecha de frutos, entonces ofrece su agradecimiento 11. Rashí, por su parte, explica que, cuando se presentaba la ofrenda al cohen, la persona debía decir: “Declaro hoy delante…”, lo hacía para demostrar que él no es ingrato12. El Talmud enseña que el hombre no debe disfrutar nada en este mundo sin agradecer al Creador13; de no hacerlo, es como tomar algo de pertenencia ajena, y la persona se convierte además de ingrato, en un ladrón. El artículo que sigue presentará otras mitzvot y rituales de gratitud de la Torá y de origen rabínico, que nos educan en esta mitzvá importante, pero que en verdad son remedios para curar a los ingratos de la idolatría; pues el ingrato, debido a su orgullo, se ha hecho a sí mismo un dios.

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Una festividad alegre como lo menciona la Mishná en el tratado Bikkurim 3:2-6. Rabbí Yehudá Amital, Showing Gratitude, artículo ya citado 12 Aryeh Coffman, La Torá con Rashí, obra citada, p. 372. 11

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Talmud Bavlí Berajot 35a.

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LA GRATITUD EN LA TORÁ Y EN LA TRADICIÓN JUDÍA Rabbí Dr. Williams Pitter El hombre no debe disfrutar nada en este mundo sin decir previamente una bendición Talmud Bavlí Berajot 35a

LA GRATITUD EN LA TORÁ La gratitud de Noaj y los patriarcas El Midrash Bereshit Rabbá14 comenta el episodio cuando el Eterno le dijo a Noaj que saliera del arca junto con toda su familia (Gn 8:1) en conexión con el Salmo 142:7(8) 15 que dice: “Saca mi alma de la prisión, para que dé gracias a tu Nombre. Me rodearán los justos, porque Tú me serás propicio”. Y el Midrash explica que la primera parte de ese Salmo se aplica a Noaj, porque él estuvo encerrado en el arca por doce meses, y al escuchar la voz del Eterno que lo liberaba de aquella prueba, su corazón estalló de alegría, para dar “gracias a Tu Nombre”. El primer acto de agradecimiento al Creador que registra la Torá lo realizó Noaj, y tenía razones para hacerlo, él se había salvado junto con su esposa e hijos de la catástrofe del diluvio que barrió a los hombres de la faz de la tierra. Su gratitud fue expresada por medio de un sacrificio, que luego sería seguida como norma por las tribus semitas, hasta su institución formal y definitiva en el libro de Levítico. Por lo general, la tradición judía, explica de la siguiente manera la actitud de Noáj16. Noah se sintió conmovido a agradecer a Di-s por guardarlo a él y a su familia. Inmediatamente después de dejar el Arca, construyó un altar (mizbeaj) y trajo ofrendas sobre él (Gn 8:20). Di-s estaba complacido con esto, como dice: "Y Di-s olió el olor agradable y se dijo a sí mismo: 'Ya no maldeciré la tierra a causa del hombre, porque el corazón del hombre es malo desde su concepción17 (Gn 8:21).

La siguiente ocasión en la que encontramos la palabra “altar” (mizbeaj) la leemos en Gn 12:7, de donde se infiere que Abraham ha construido ese altar de agradecimiento en virtud del hecho que el Eterno le había revelado que la tierra de Canaán, a donde recién había llegado, era la tierra que Él le había prometido (Gn 12:7). Y la misma tradición seguirían Yitzjak (Gn 26:25), y Yaacov (Gn 33:20; 35:1,3,7). Acá deseamos destacar que Yaacov exhibió el mismo espíritu de gratitud de su...


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