Leyendas DE Guatemala PDF

Title Leyendas DE Guatemala
Author Pamela Velásquez
Course Literatura Guatemalteca
Institution Universidad Mariano Gálvez de Guatemala
Pages 6
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Leyendas de Guatemala...


Description

LEYENDAS DE GUATEMALA EL SOMBRERON Se dice que el Sombrerón es un ser maligno muy galante, enamorado y seductor empedernido, y que sabe entrar a las casas sin abrir las puertas. Aparece a la hora del crepúsculo y recorre las calles y los barrios de la ciudad. Cuando ve a una hermosa jóven de ojos grandes y cabello largo, amarra su mula al poste de la casa donde vive ésta, toma su guitarra y empieza a cantar una ranchera que acompaña con el taconeo de sus botas. Si la mujer se asoma a su ventana al escuchar la música y mira al Sombrerón, caerá irremediablemente bajo el embrujo de su dulce voz. A partir de ese momento el Sombrerón la visitará todas las noches para darle serenata, hasta ganarse su alma. Las víctimas del Sombrerón parecen hipnotizadas, tienen la mirada perdida y solo piensan en la música de su enamorado. Dejan de comer y dormir, y muchas veces amanecen con el cabello trenzado. Es muy difícil que una mujer hechizada por el Sombrerón salga del embrujo por sí misma, ya que casi nunca reconocen su estado y terminan muriendo de inanición. Por eso es importante siempre estar atentos con el comportamiento de hijas, sobrinas y hermanitas, ya que si el Sombrerón ha elegido a una de ellas para llevarse su alma dependerá de uno deshacer el maleficio. La única manera de salvarle la vida es cortándole muy corto el cabello, ya que esto no le gustará al Sombrerón y la dejará de buscar, aunque nunca la olvidará. Cuando no encuentra una muchacha que le guste, el Sombrerón va a las fincas y se mete en los establos, donde trenza la cola y las crines de los caballos y mulas. Luego, los cabalga durante toda la noche hasta dejarlos agotados. Al día siguiente, los pobres animales no pueden cumplir con sus tareas por el agotamiento y se vuelven hostiles con sus amos. Los campesinos buscan entonces trenzas en los animales para ver si aún son aptos para trabajar. Algunos dicen que si un animal es trenzado por el Sombrerón ya no vuelve a servir para ninguna tarea, mientras que otros dicen que puede ser rescatado cortándole las greñas y descansando durante varias semanas. Una forma de saber si el Sombrerón está visitando la casa o la finca es colocar una silla y una mesa de pino cerca de un balcón de la casa o cerca de la entrada al establo. En la silla debe dejarse una guitarra y en la mesa una botella de aguardiente. En noches de luna llena, todo mundo debe acostarse temprano y permanecer en silencio. Si se escucha la guitarra y el canto del Sombrerón, córtele el cabello a las jóvenes y las greñas de las bestias del establo.

LA LLORONA, LA MUJER FANTASMA QUE RECORRE LAS CALLES DE LAS CIUDADES EN BUSCA DE SUS HIJOS. Cuenta la leyenda que era una mujer de sociedad, joven y bella, que se caso con un hombre mayor, bueno, responsable y cariñoso, que la consentía como una niña, su único defecto... que no tenia fortuna. Pero el sabiendo que su joven mujer le gustaba alternar en la sociedad y " escalar alturas ", trabajaba sin descanso para poder satisfacer las necesidades económicas de su esposa, la que sintiéndose consentida despilfarraba todo lo que le daba su marido y exigiéndole cada día mas, para poder estar a la altura de sus amigas, las que dedicaba tiempo a fiestas y constantes paseos. Marisa López de Figueroa, tuvo varios hijos estos eran educados por la servidumbre mientras que la madre se dedicaba a cosas triviales. Así pasaron varios años, el matrimonio. Figueroa López, tuvo cuatro hijos y una vida difícil, por la señora de la casa, que repulsaba el hogar y nunca se ocupo de los hijos. Pasaron los años y el marido enfermó gravemente, al poco tiempo murió, llevándose " la llave de la despensa ", la viuda se quedó sin un centavo, y al frente de sus hijos que le pedían que comer. Por un tiempo la señora de Figueroa comenzó a vender sus muebles. Sus alhajas con lo que la fue pasando. Pocos eran los recursos que ya le quedaban, y al sentirse inútil para trabajar, y sin un centavo para mantener a sus hijos, lo pensó mucho, pero un día los reunió diciéndoles que los iba a llevar de paseo al río de los pirules. Los ishtos saltaban de alegría, ya que era la primera vez que su madre los levaba de paseo al campo. Los subió al carruaje y salió de su casa a las voladas, como si trajera gran prisa por llegar. Llegó al río, que entonces era caudaloso, los bajo del carro, que ella misma guiaba y fue aventando uno a uno a los pequeños, que con las manitas le hacían señas de que se estaban ahogando.Pero ella, tendenciosa y fría , veía como se los iba llevando la corriente, haciendo gorgoritos el agua, hasta quedarse quieta. A sus hijos se los llevo la corriente, en ese momento ya estarían muertos . Como autómata se retiro de el lugar, tomo el carruaje, salió como "alma que lleva el diablo ", pero los remordimientos la hicieron regresar al lugar del crimen. Era inútil las criaturas habían pasado a mejor vida. Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, se tiro ella también al río y pronto se pudieron ver cuatro cadáveres de niños y el de una mujer que flotaban en el río. Dice la leyenda que a partir de esa fecha, a las doce de la noche, la señora Marisa venia de ultratumba a llorar su desgracia: salía del cementerio (en donde les dieron cristiana sepultura) y cruzaba la ciudad en un carruaje, dando alaridos y gritando ¡ Aaaaay mis hijos ¡ ¡ Donde estarán mis hijos ¡ y así hasta llegar al río de los pirules en donde desaparecía. Todas las personas que la veían pasar a medianoche por las calles se santiguaban con reverencia al escuchar sus gemidos y gritos. Juraban que con la luz de la luna veían su carruaje que conducía una dama de negro que con alaridos buscaba a sus hijos. Las mujeres cerraban las ventanas, y al trasnochador que venia con copas, hasta la borrachera se le quitaba al ver aquel carro que conducía un espectro, donde iba la llorona, del carruaje salían grandes llamaradas y se escuchaba una largo y triste gemido de una mujer, un esqueleto vestido de negro, el que guiaba el carruaje, jalado por caballos briosos. Un día, cuatro amigos, haciéndose los valientes, quisieron seguir al carruaje que corría a gran velocidad por céntrica calle de Aguascalientes que daba al río pirules. Ellos la seguían, temblando de miedo, pero dándose valor con las copitas, dio un ultimo grito de tristeza y dolor ¡ Aaaay mis hijos ¡ y desapareció con todo y carruaje.

LA SIGUANABA

Unhombr edespuésdet r asnocharcami nandocer cadeunf uent e,veí aelci el ol asest r el l as cent el l ant es;nisi qui er ahabí aamaneci docuandovi obañándoseenel aguaf r í adel af uent e unamuj erconunher mosoves t i dobl anco,deher mos afigur a,cabel l ol ar goynegr o. El hombr el epr egunt ó: Quehacesaest ahor abañándot e,qui er esquet eayude ? Laher mosamuj erdej ódebañar se,ysi nmost r ar l eelr ost r ol ehi z ounaseñal . Meest ál l amandodi j oel bor r achí n. Lamuj ercami nóhaci aelcement er i oyelhombr el asi gui ói mpaci ent eei ncansabl ement e, cadav ezquesel eacer caba,l amuj ersedespl azabal ej osdeél . Ent oncesel hombr eporfi nl aal canzóypudocont empl arsur os t r oendemoni ado,par ecí aun cabal l o,és t aseabal anz ósobr eelyt r at ódel l evár sel ogi mi endoungr i t oescal of r i ant e, ent er r ándol el asuñaspar asepul t ar l oenl osbar r ancoscer canos. Desesper adament eel hombr er ecogi óunamedal l i t aquet ení acol gadaenelcuel l o,yempezó aor ary aquenopodí aescapardel amuj er . Cuandol amuj ervi ol amedal l al osol t óysel anzóal bar r anco. El hombr esobr evi v i óal at aqueyl l egóasucasaconsusbr az osyes pal dadesgar r ados .Su f ami l i at r at ódecur ar l oper oelhombr econt ól ahi st or i aymur i óal ospocosdí asdebi doasus her i dasquenuncasanar on.

LA TATUANA

Según las leyendas de Guatemala, la historia de La Tatuana cuenta acerca de una mujer acusada de brujería, motivo por el que fue encarcelada y sometida a las leyes de la santa inquisición. Se dice que por tal acusación, la mujer se volvió loca e hizo un pacto con el diablo, quien la liberó de la cárcel y la condenó a vagar eternamente sobre un barco en los días de lluvia. Una de las versiones de la leyenda más antiguas, afirma que en Guatemala, en la época colonial, existió una mujer joven y bella de origen mulato a la que llamaban Tatuana. Esta mujer disfrutaba de los placeres carnales y placeres de lujo, actitudes que no eran bien vistas en una sociedad como la de ese entonces. Se acusó a la mujer de brujería y de hacer hechizos para atraer a los hombres, además de codicia y de no seguir los preceptos de la Iglesia. Todos esos motivos dieron paso a que La Tatuana fuera juzgada por el tribunal de la Santa Inquisición y fue condenada a muerte. La mujer se rehusó a confesar sus pecados antes de morir y según cuentan, la noche anterior a su ejecución pidió como última favor que le brindaran un trozo de carbón, unas velas y unas rosas blancas. Con los implementos que pidió realizó en su celda un altar en el que hizo un hechizo, con el trozo de carbón pintó en la pared un gran barco mientras recitaba conjuros, por lo que se apareció frente a ella el demonio, quien la sacó de la celda en el barco que había pintado en la pared. En el libro Leyendas de Guatemala de Miguel Ángel Asturias se relata que La Tatuana fue una esclava cuyo amo poseía conocimientos de magia negra e instruyó como su alumna a la misma, con el tiempo le tomó aprecio y la dejó en libertad, tatuándole con la uña un barco en el brazo, con el propósito de que a través de ese símbolo, ella pudiera escapar de cualquier peligro.

EL CABALLO DE 7 COLORES Cuenta la leyenda que una noche en la granja de Don Isidro se escucharon caballos retozando entre las hortalizas. El agricultor y sus 3 hijos salieron con linternas y escopetas a investigar. Para su sorpresa, los caballos resaltaban por ser de todos los colores. Cuando dispararon sus armas para asustarlos las balas se volvieron humo y los caballos escaparon. Al día siguiente pudieron darse cuenta que los cultivos habían quedado destruidos. Así que sembraron todo nuevamente y Don Isidro le ordenó a su hijo mayor que cuidara las siembras durante esa noche. Sin embargo, se quedó dormido y a la mañana siguiente todo había sido destruido de nuevo por los mágicoscaballos. A la noche siguiente lo mismo sucedió con el segundo hijo. A la tercera noche su hijo menor, José fue el encargado de vigilar, quien ideó un plan para capturar a uno de los caballos. Colgó una hamaca, la rellenó de hojas de chichicaste para mantenerse despierto y se recostó a esperar a los seres mágicos. La comezón que le causó aquella irritante planta cumplió su objetivo. Cuando los caballos llegaron, José tomó una soga y la lanzó al más hermoso de todos. El corcel forcejeó pero no pudo soltarse y cuando los otros caballos vieron que su líder había sido atrapado, huyeron. El caballo de siete colores pidió a al joven que lo soltara, ofreciéndole cualquier cosa a cambio. Pero José respondió que debía rendir cuentas con Don Isidro por sus fechorías. Así que el caballo prometió arreglar las cosechas y acudir a él cada vez que José lo llamara. El joven aceptó y el caballo cantó: «Piedras blancas, piedras lisas, ojos del alcaraván aquí se levantarán las mejores hortalizas». Las verduras crecieron más hermosas que nunca y José cumplió su palabra soltándolo. El caballo se desvaneció en el viento. A la mañana siguiente Don Isidro y los hermanos de José vieron el lugar, encontrando las siembras mucho mejor que antes. Rebosando de orgullo, Don Isidro corrió a abrazar al menor de sus hijos y le dijo que era muy valiente. Los hermanos sintieron mucha envidia y decidieron abandonar la casa. El padre enfermó de pura tristeza, así que José decidió salir a buscarlos. Sin embargo, los hermanos lo amarraron y lo lanzaron a un pozo profundo. Los favores del caballo de siete colores José se acordó del caballo de siete colores y lo llamó, quien acudió al instante y lo salvó. Aunque los hermanos no comprendieron cómo pudo salir, decidieron capturarlo y lo hicieron un sirviente. Tiempo después, fue anunciado al pueblo un concurso. Quien ganara una carrera a caballo y lograra alcanzar unaargolla de oro se casaría con la princesa. El trabajo era tan difícil que nadie logró alcanzar la pequeña argolla. Los hermanos de José también asistieron y dejaron al joven haciendo la comida. Acordándose de su amigo, José llamó al caballo. Juntos fueron a participar en la carrera, donde José, gracias a la magia del caballo, alcanzó la argolla de oro. Así que se casó con la princesa y perdonó a sus hermanos, pidiéndoles que fueran

por su padre para estar todos juntos. Finalmente, el caballo desapareció en el viento así como había llegado....


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