Los dominios de rasgos de personalidad ICD PDF

Title Los dominios de rasgos de personalidad ICD
Course Psicología de la Personalidad
Institution Universidad de Sevilla
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Los dominios de rasgos de personalidad ICD-11 y DSM-5 capturan los trastornos de personalidad categóricos: Encontrar un terreno común Resumen Objetivo: Los cinco dominios de los rasgos de los trastornos de la personalidad en la propuesta de Clasificación Internacional de Enfermedades, 11ª edición y el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 5ª edición son comparables en términos de Afectividad Negativa, Desprendimiento, Antagonismo/Dessocialidad y Desinhibición. Sin embargo, el modelo de la 11ª edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades incluye un dominio separado de Anankastia, mientras que el modelo de la 5ª edición del Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales incluye un dominio adicional de Psicoticismo. Este estudio examinó las asociaciones de la Clasificación Internacional de Enfermedades, 11ª edición, y el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 5ª edición, dominios de rasgos, simultáneamente, con los trastornos categóricos de la personalidad. Método: A los pacientes externos de psiquiatría (N = 226) se les administró la Entrevista Clínica Estructurada para la Entrevista de Trastornos de Percepción del Eje II del DSM-IV y el Inventario de Personalidad para el DSM-5. La Clasificación Internacional de Enfermedades, 11ª edición y el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, 5ª edición, se obtuvieron las puntuaciones del dominio de los rasgos utilizando los algoritmos de puntuación pertinentes para el Inventario de Personalidad para el DSM-5. Se examinaron las asociaciones entre los trastornos categóricos de la personalidad y los dominios de rasgos mediante análisis de correlación y regresión múltiple. Resultados: Tanto la Clasificación Internacional de Enfermedades, 11ª edición, como el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 5ª edición, los modelos de dominio de rasgos mostraron una continuidad relevante con los trastornos categóricos de la personalidad y capturaron una cantidad sustancial de su información. Como era de esperar, el modelo de la 11ª edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades fue superior para captar el trastorno de la personalidad obsesivo-compulsiva, mientras que el modelo de la 5ª edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales fue superior para captar el trastorno esquizotípico de la personalidad. Conclusión: Estos hallazgos preliminares sugieren que se "pierde" poca información en la transición a los modelos de dominio de los rasgos y que potencialmente contribuye a reducir la brecha entre el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 5ª edición, y el modelo propuesto de la Clasificación Internacional de Enfermedades, 11ª edición. En consecuencia, los modelos de dominio de la Clasificación Internacional de Enfermedades, 11ª edición, y el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 5ª edición, pueden utilizarse para delinearse mutuamente, así como las características de los tipos de trastornos categóricos de la personalidad conocidos. En el artículo se proporciona un "recorrido transversal" preliminar de categoría a dominio.

INTRODUCCIÓN Está bien establecido que los diagnósticos categóricos de trastornos de la personalidad (DP) de la Clasificación Internacional de Enfermedades, 10ª edición (CIE-10) y el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (4ª y 5ª edición; DSM-IV/5) se ven comprometidos por graves limitaciones, entre ellas la gran heterogeneidad, los umbrales arbitrarios y el solapamiento de los diagnósticos, lo que lamentablemente complica el tratamiento y la investigación (por ejemplo, Widiger y Samuel, 2005). Además, no hay suficientes pruebas que apoyan que las EP son verdaderamente categóricas (Trull y Durrett, 2005) o que hay 8-12 tipos de EP discretos (Eaton et al., 2011). Por el contrario, un modelo dimensional de EP que delimita el nivel de deficiencia (gravedad) junto con los rasgos de personalidad (estilo) para dictar su manifestación tiene una conexión significativa tanto con la evidencia científica como con la utilidad universal (Bender, 2013; Bernstein y otros, 2007; Tyrer y otros, 2015). En consecuencia, el comité de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la próxima Clasificación Internacional de Enfermedades, 11ª edición (ICD-11) y el comité de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) para el DSM-5 han avanzado hacia modelos dimensionales de EP. El modelo propuesto de DP del CIE-11 implica la evaluación de la severidad (DP leve, moderada o severa) y una descripción separada de cinco dominios de rasgos estilísticos que comprenden la Afectividad Negativa, el Desprendimiento, la Desinhibición, la Disocialidad y la Anankastia (OMS, 2017). Las descripciones de los dominios de rasgos del CIE-11 se pueden utilizar para caracterizar los rasgos de personalidad de los individuos a los que se les ha diagnosticado EP (en el capítulo sobre Trastornos mentales y del comportamiento) o Dificultad de personalidad (en el capítulo sobre Factores que influyen en el estado de salud y el contacto con los servicios de salud). Sin embargo, un dominio de rasgos debe codificarse sólo si sus características son prominentes en la composición de la personalidad del individuo diagnosticado con dificultad o trastorno de la personalidad, y hay pruebas de que las características descritas por el dominio de rasgos están asociadas con el deterioro de la función psicosocial. Se pueden especificar múltiples dominios de rasgos para captar las características del individuo que son relevantes para los problemas de la persona (OMS, 2017). De manera similar, el modelo alternativo de trastornos de la personalidad (AMPD)1 publicado en el DSM-5 Sección III incluye la evaluación del funcionamiento/deterioro (criterio A) y una descripción separada de 25 rasgos estilísticos (criterio B) que se organizan en cinco dominios de afectividad negativa, desapego, antagonismo, desinhibición y psicoticismo (Krueger et al., 2012). A diferencia de la propuesta del CIE-11, estos dos criterios se combinan para representar seis tipos individuales de EP retenidos del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (4ª ed., texto rev.; DSM-IV-TR) así como un diagnóstico de EP que es un rasgo específico para aquellos casos en los que un individuo no se corresponde con ningún tipo particular. Este estudio sólo se centra en el componente de rasgos de estos sistemas de clasificación y no en el componente de gravedad/funcionamiento. Los dominios de Afectividad Negativa, Desprendimiento, Antagonismo/Dessocialidad y Desinhibición son concordantes a través de los dos sistemas, mientras que el dominio DSM-5 de Psicotismo y el dominio ICD-11 de Anankastia no lo son. En el modelo CIE-11, las dimensiones de rasgos del Psicoticismo no se incluyen porque la OMS considera que esos rasgos (es decir, los trastornos del espectro de la esquizofrenia) están segregados de los fenómenos de la EP (Parnas y otros, 2005). Asimismo, en el modelo DSM-5, el dominio de Anankastia se encarna en las facetas de perfeccionismo rígido y perse- veración de los dominios de (baja) desinhibición y afectividad negativa, respectivamente (Bach y otros, 2017c). Hasta la fecha, los cinco dominios de rasgos de PD de la C IE-11 propuestos han sido parcialmente apoyados por evaluaciones empíricas iniciales que posteriormente han dado lugar a nuevas revisiones y adaptaciones del modelo (Kim y otros, 2015; Tyrer y otros, 2014).

En un ensayo preliminar sobre el terreno, Kim y otros (2015) informaron de que los dominios de Anankastia, Desapego y Disocialidad emergieron como dominios sólidos, mientras que dos dominios separados de ansiodependiente y emocionalmente inestable se superponían demasiado, dando lugar a un dominio combinado de Afectividad Negativa, como se evidencia en la actual propuesta de ICD-11. El modelo de cinco dominios propuesto actualmente en el ICD-11 ha sido probado en una muestra total de 606 pacientes psiquiátricos, donde la Entrevista Clínica Estructurada para los síntomas de la EP clasificados como Trastornos de la Personalidad del Eje II del DSM-IV (SCID-II) fueron asignados a uno de los cinco dominios propuestos en el ICD-11 (Mulder et al., 2016). Los hallazgos de este estudio no pudieron confirmar la presencia de un dominio de desinhibición distinto, mientras que los cuatro dominios ICD-11 propuestos restantes fueron apoyados empíricamente (Mulder et al., 2016). Sin embargo, la desinhibición (o baja conciencia) ha surgido de forma consistente en otros estudios de rasgos analíticos de factores y ha aparecido de forma fiable en investigaciones sobre el sistema de rasgos del DSM-5 AMPD así como en otros modelos de rasgos. Por consiguiente, puede haber una representación insuficiente de la desinhibición dentro de los conjuntos de criterios del DSM-IV para su aparición en un factor discreto (Widiger y Oltmanns, 2016). Además, Oltmanns y Widiger (2017) han desarrollado recientemente un inventario de autoinforme para los dominios de rasgos del ICD- 11, que muestra una convergencia conceptualmente significativa con otras medidas establecidas de la personalidad y la patología de la personalidad, incluyendo y el Cuestionario de Personalidad de Eysenck - Revisado (EPQR) MMPI-2 Personality Psychopathology Five (PSY-5) (Oltmanns y Widiger, 2017). Por último, Bach y otros (2017c) han desarrollado un algoritmo para generar puntuaciones de dominio de la CIE-11 a partir del Inventario de Personalidad para el DSM-5 (PID-5), que se empleó en este estudio (véase el cuadro 1). La base empírica del modelo propuesto de CIE-11 y el modelo alternativo de DSM-5 se examina en detalle en otra parte (véanse los puntos de vista de Morey et al., 2015; Tyrer et al., 2015). En particular, a diferencia del sistema DSM, el sistema DCI es el sistema oficial de clasificación mundial para todas las enfermedades, incluida la EP. Aunque tanto el modelo de rasgos de la CIE-11 como el del DSM-5 tienen el potencial de proporcionar una muy necesaria renovación del problemático sistema de clasificaciones categóricas, es también vital que la valiosa información clínica de las EP categóricas no se pierda en la transición. En este estudio, reconocemos que el cambio de los modelos categóricos a los nuevos modelos dimensionales será más fácil en la medida en que las conexiones entre los modelos se entiendan y se articulen empíricamente. Por consiguiente, es imperativo investigar la continuidad entre las DP categóricas establecidas y los dominios propuestos de la OMS para la CDI-11, así como la corres-pondencia con los dominios de rasgos de la APA DSM-5 AMPD.

El objetivo de este estudio fue explorar la asociación (es decir, la continuidad) de los cinco dominios de la CDI-11 frente a los cinco dominios del DSM-5 con los 10 tipos de DP categóricos.2 Esto sirvió como el primer examen de la capacidad de los dominios de personalidad de la CDI-11 para capturar los tipos de DP categóricos utilizando un nuevo algoritmo de puntuación que ya se ha establecido (véase Bach y otros, 2017c) que trata de armonizar entre los sistemas de rasgos del DSM-5 y los dominios de DP de la CDI-11 propuestos. Las asociaciones en negrita de la Tabla 4 indican relaciones hipotéticas de dominio-trastorno de acuerdo con conceptualizaciones previas y hallazgos empíricos (por ejemplo, Anderson y otros, 2014; Hopwood y otros, 2012; Skodol y otros, 2011).

MÉTODO Participantes y procedimiento Este estudio se basó en los pacientes externos reclutados consecutivamente (N = 226), de los cuales 142 pacientes procedían de una unidad hospitalaria psiquiátrica especializada en la evaluación y el tratamiento de EP y trastornos emocionales (entorno 1), y 84 pacientes procedían de una clínica psiquiátrica de enlace especializada en el tratamiento de trastornos funcionales (entorno 2). Las edades de la muestra total oscilaron entre 18 y 58 años (M=32,54; SD = 10,02). Aproximadamente el 58% eran mujeres; el 57% tenían una relación; el 35% tenían un empleo regular o eran estudiantes, mientras que el 65% estaban desempleados o con licencia por enfermedad de larga duración; el 64% habían terminado la escuela secundaria y/o la universidad, mientras que el 36% sólo habían terminado la escuela primaria. Todos los pacientes (escenarios 1 y 2) se incluyeron en el estudio en términos de un diseño naturalista y fueron examinados con entrevistas diagnósticas estructuradas realizadas por un psicólogo clínico (primer autor) y un psiquiatra (tercer autor), como parte de su programa de evaluación clínica con fines de investigación y clínicos. Los pacientes del entorno 1 fueron examinados con Mini International Neuropsychiatric Interview (MINI; Sheehan y otros, 1998), mientras que los pacientes del entorno 2 fueron examinados con Schedules for Clinical Assessment in Neuropsychiatry (SCAN; Wing y otros, 1990). Ambas entrevistas se utilizaron para operacionalizar y caracterizar los criterios del DSM-IV/5 para los trastornos mentales comunes que se presentan en el cuadro 2. Los datos de los rasgos de personalidad y la información sociodemográfica se obtuvieron mediante un programa informático de cuestionario en línea seguro. Como se presenta en la tabla 2, todos los pacientes cumplieron los criterios para al menos un trastorno no psicótico del DSM-IV/5, y dos tercios de los pacientes cumplieron los criterios de diagnóstico de un EP. Los pacientes sospechosos de tener un desorden cerebral orgánico actual, una condición inducida por sustancias, un desorden psicótico, depresión severa, autismo o episodio maníaco no habrían sido incluidos; sin embargo, ningún paciente fue excluido en este estudio ya que todos fueron correctamente referidos a nuestras clínicas. Todos los pacientes dieron su consentimiento informado y el estudio fue aprobado por el Comité Regional de Ética de Zelandia. Los datos utilizados en este estudio no son de libre acceso debido a las regulaciones de la Agencia Danesa de Datos, pero están disponibles a petición individual.

INSTRUMENTOS. SCID-II. El SCID-II se usó para medir los PDs, categóricamente y dimensionalmente. Las puntuaciones dimensionales se calcularon sumando el número de criterios politéticos cumplidos para cada categoría (es decir, recuento de criterios; First et al., 1994). Todas las intervisiones del SCID-II se realizaron y registraron independientemente de la administración y puntuación de las dimensiones de los rasgos patológicos autoinformados (PID-5). En el entorno 1, 13 entrevistas del SCID-II seleccionadas al azar fueron intercaladas simultáneamente por un psicólogo ciego. En el entorno 2, 10 entrevistas seleccionadas al azar fueron grabadas en vídeo y posteriormente intercaladas por un psicólogo ciego. Las dos

clasificadoras e interclasificadoras fueron minuciosamente entrenado y supervisado en el procedimiento de evaluación del SCID-II. Se identificó una fiabilidad aceptable entre los evaluadores sobre la base de recuentos de criterios, con coeficientes de correlación intraclase aleatorios de dos vías de 0,977 y 0,823, respectivamente. Las estadísticas descriptivas de los recuentos de criterios del SCID-II se presentan en las tablas suplementarias S1 y S2.

PID-5. El PID-5 es un mea- inventario de 220 elementos de autoinforme sobre los rasgos patológicos (es decir, 25 facetas de rasgos y cinco dominios de rasgos de alto orden) del modelo alternativo DSM-5 para PDs, así como los rasgos correspondientes en el modelo propuesto de ICD-11 (Bach y otros, 2017c; Krueger y otros, 2012). Se pidió a los pacientes que calificaran cada elemento del EPI-5 en una escala Likert de 4 puntos, de 0 (muy falso o a menudo falso) a 3 (muy verdadero o a menudo verdadero). Utilizamos la versión danesa del PID-5, que ha demostrado propiedades psicométricas aceptables (Bach y otros, 2016, 2017b; Bo y otros, 2016) y continuidad a nivel de facetas con PD categóricas (Bach y otros, 2016, 2017a; Bach y Fjeldsted, 2017; Bach y Sellbom, 2016). En este estudio, utilizamos el algoritmo de puntuación oficial para calcular los dominios de rasgos del DSM-5 (APA, 2013) y un algoritmo de puntuación de reciente desarrollo para calcular los dominios ICD-11 proposicionados (Bach et al., 2017c).3 Como se muestra en la Tabla 1, los dos algoritmos incluyeron 15 y 16 facetas del PID-5, respectivamente. En este estudio, los coeficientes alfa de todas las facetas del PID-5 utilizadas en los dos algoritmos oscilaron entre 0,74 (Irresponsabilidad) y 0,95 (Excentricidad) con una mediana alfa de 0,87. Se presentan estadísticas descriptivas de las escalas PID-5 en la tabla suplementaria S1, y las interrelaciones entre los dominios DSM-5 y ICD-11 se presentan en la tabla 3.

RESULTADOS. Asociaciones bivariadas La Tabla 4 presenta correlaciones bivariadas entre los dominios de rasgos de PD (ICD-11 y DSM-5 Sección III) y los PD categóricos.4 Aunque las correlaciones por encima de 0,23 fueron estadísticamente significativas en el nivel de 0,001, nos centramos principalmente en los coeficientes con un tamaño de efecto al menos medio (por encima de 0,30) dado el número de comparaciones. En general, los dominios de los rasgos muestran una fuerte convergencia con los PD que, según la hipótesis, indicaban (según los coeficientes en negrita). Para los dominios

ICD- 11, la correlación mediana en negrita (es decir, dominio con tamaño hipotético) fue de 0,46, mientras que la correlación mediana sin negrita (es decir, dominio sin tamaño hipotético) fue de 0,26. Para los dominios DSM-5, la correlación mediana en negrita (es decir, dominio hipotético) fue de 0,43, mientras que la correlación mediana no en negrita (es decir, dominio no hipotético) fue de 0,24. Sin embargo, algunos coeficientes fueron inferiores a los previstos, como la correlación entre la Afectividad Negativa y la DP obsesivo-compulsiva (0,23), y algunas correlaciones que no se hipotetizaron para indicar ciertas DP fueron bastante elevadas, como la Desinhibición y la DP Paranoica (0,48/0,49). En general, los patrones fueron consistentes con el trastorno de rasgo "cruce" proporcionado por Skodol y otros (2011).

Asociaciones únicas Para explorar más a fondo la adecuación de los dominios de rasgos para captar la información de los 10 tipos de DP, hemos hecho una regresión de cada una de las 10 construcciones de DP en los cinco dominios de rasgos para el ICD-11 y el modelo DSM-5, por separado, mediante el recuento de criterios y el diagnóstico binario de EP. Como se muestra en las dos columnas de la izquierda de la Tabla 5, primero

investigamos la capacidad de los dominios ICD-11 y DSM-5 para predecir las dimensiones de la DP (es decir, los recuentos de criterios del SCID-II). Para este propósito, nosotros empleamos un modelo de regresión binomial negativa múltiple (regresión de conteo) para dar cuenta de la dis- tribución de conteo no normal de los datos del SCID-II. Los pesos de regresión reportados reflejan el cambio en la variable dependiente (puntaje de conteo PD) para un incremento de la desviación estándar en las variables independientes (dominios de rasgos). Como se presenta en las dos columnas de la derecha de la Tabla 5, a continuación investigamos la capacidad de los dominios ICD-11 y DSM-5 para predecir los diagnósticos binarios de DP (es decir, las cate- gorías del SCID-II según los umbrales establecidos). Para este propósito, empleamos un modelo de regresión logística múltiple con cada categoría de DP como variable dependiente y los dominios de rasgos como variables independientes. Se utilizaron los odds ratios (OR) para caracterizar la magnitud de los pre-dictadores de los dominios individuales. Un OR>1 indica que el riesgo de que el resultado caiga en la categoría PD en relación con el riesgo de que el resultado no caiga en la categoría PD aumenta a medida que la variable de dominio de rasgo aumenta. Asimismo, un OR...


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