Lúnula y Violeta PDF

Title Lúnula y Violeta
Course Crítica literaria
Institution Universidad de Murcia
Pages 5
File Size 105.2 KB
File Type PDF
Total Downloads 75
Total Views 143

Summary

Comentario sobre el relato corto de Lúnula y Violeta....


Description

UNIVERSIDAD DE MURCIA SEGUNDO DE LENGUA Y LITERATURA ESPAÑOLAS Crítica literaria. El análisis de los textos CURSO 2018/2019

VANESSA ESCOLANO SALVADOR

COMENTARIO DE LÚNULA Y VIOLETA DE CRISTINA FERNÁNDEZ CUBAS

Murcia, abril de 2019

Comentario, Lúnula y Violeta. Este cuento comienza con un impactante “llegué”, un verbo en primera persona del singular que da fuerza al relato, sin embargo, no sabemos quién nos está hablando. Avanzando en la lectura parece ser que se trata no solo del narrador, sino también del protagonista del relato, estamos, por tanto, ante un narrador homodiegético. Esto da una fuerte subjetividad. Al principio de la narración lo único que sabemos de este personaje es que se trata de una mujer, pues los adjetivos aparecen en femenino. Lo primero de lo que nos habla la protagonista es de los pequeños detalles que la llevaron a abandonar su casa y acabar en un bar donde conocería a Lúnula. La 3ª persona del singular aparece cuando habla de este otro personaje, Lúnula, es un pequeño distanciamiento que la narradora hace de sí misma. La desesperada soledad de la protagonista la llevaron a entablar conversación con una desconocida que le había preguntado si el asiento de su lado estaba libre. Es importante apreciar que en ningún momento se nos reflejan las palabras ni pensamientos de Lúnula de forma directa, siempre lo vemos todo a través de la protagonista. Está harta de su vida y de su soledad, de hablar siempre solo con su propia imagen en el espejo, pero eso va a cambiar. Este cambio se refleja en la narración a través de la ruptura del espejo, de ese espejo frente al que siempre hablaba, cansada de ver la misma imagen día tras día rompe la superficie de un puñetazo y abandona la casa. La narradora pasa a releer un fragmento de su cuaderno de notas, estaríamos aquí ante una narración enmarcada que se repetirá varias veces a lo largo del cuento. Es interesante el uso del verbo releer, pues con ella nos indica que lo vuelve a leer otra vez, sin embargo, para el lector es la primera vez, no hay constancia de las otras lecturas. Son vacíos temporales que el lector debe rellenar, elipsis que ayudan a redactar una historia completa en un espacio reducido. En esta ocasión, la narración enmarcada es la descripción de una vivienda, no sabemos de quién es la casa descrita, aunque podemos intuir que la casa pertenece a Lúnula, cuando dice: “Lúnula se propone corregirla en cuanto tenga tiempo (pág. 2, 2.º párrafo, línea 10). Se describen los dos únicos dormitorios que hay en la estancia, tan desiguales uno del otro: Uno es pequeño y sombrío / El otro, amplio y confortable (pág. 2, 2.º párrafo, línea 24 y 25). Estos dormitorios, pueden verse como un reflejo de ambos personajes, de Violeta y Lúnula, tan diferentes tanto física como psicológicamente. Lúnula decide que Violeta por ser la invitada debe permanecer en el mejor de los dormitorios. Volvemos a la cafetería. Ambos personajes charlan sobre sus vidas hasta que nuestra protagonista menciona que vive cerca de una tienda de ropa de segunda mano en la que nunca ha entrado. Seguimos sin tener las palabras de Lúnula expresadas de forma directa, no hay diálogo como tal, tan solo tenemos a la protagonista narrando de forma lineal lo sucedido, incluida, la propia conversación entre ambas. Es decir, nunca existe una interacción entre las dos, se podría entender que solo hay un personaje con dos voces interiores. Lúnula propone ir a esa tienda y ella acepta. Se nos da entonces una descripción física de Lúnula, la cual según la protagonista es obesa y poco agraciada: Lúnula, la primera mujer que conocí en la ciudad, era lo más distante a una mujer hermosa (pág. 4, 1.er párrafo, línea 6 – 8). Tras hacer unas compras y salir de la tienda, Lúnula propone a su nueva amiga que se vaya a vivir con ella unos días al campo. Esta es la primera vez que vemos las palabras de Lúnula, la primera vez que se reflejan sus palabras de forma directa: , dijo. . (pág. 4, 1.er párrafo, línea 12 – 13). Durante la estancia de la protagonista en casa de Lúnula, esta se interesa mucho por la vida de la otra, descubre que es escritora y le pide que le deje leer lo que ha escrito y tras “devorarlo

ávidamente”, le dice: . Es la primera vez que se nos da a conocer el nombre de la protagonista, y por tanto, el nombre de la narradora de la historia, pues se ha ido centrando más la narración en el personaje de Lúnula. Entonces Lúnula enferma y Violeta posterga su regreso a la ciudad para quedarse a cuidarla y ayudar en la casa. Esto hace que ambos personajes cambien de dormitorios, el espacioso es más apropiado ahora para la enferma que para la invitada. Este hecho marca un cambio en la relación de Lúnula y Violeta, se produce un declive en la amistad de ambas que comienza cuando Violeta encuentra las hojas de su manuscrito tiradas por el diván. Reprende a Lúnula por ello y esta le pide perdón y se escusa en su enfermedad. Pero el enfado de Violeta va a peor, cuando, además, descubre que Lúnula se ha tomado la libertad de corregir el manuscrito con sus propias anotaciones y textos superpuestos, en algunas partes es incluso imposible leer lo que en su día había escrito Violeta: mis párrafos han sido tachados y destruidos (pág. 6, 1.er párrafo, línea 3 – 4). Pasamos de nuevo a la lectura por parte de Violeta de su cuaderno, otra narración enmarcada, en esta ocasión nos habla de cómo fueron los primeros días con Lúnula viviendo juntas, cómo la colmaba de atenciones. Es muy probable que esto se nos mencione para ponerlo como contrapunto a lo que va a ser ahora la relación entre ambas, para que veamos lo buena que era antes. Violeta hace una especial mención a la gran habilidad de Lúnula para contar historias, nos la define como una narradora nata: El arte de la palabra, el dominio del tono, el conocimiento de la pausa y el silencio, eran terrenos en los que se movía con absoluta seguridad (pág. 6. 2.º párrafo, línea 20 – 22). Sin embargo, no mostraba su arte al mundo, pues vivía recluida. Violeta, llevada por el enfado que ha sentido al descubrir el trato dado a su manuscrito, decide comunicarle a Lúnula que volverá a la ciudad en cuanto se recupere, en esta ocasión es Lúnula quien reprende a Violeta, le acusa de comportarse como una adolescente y le pide que se tome la molestia de leer sus anotaciones. Mientras Lúnula se recupera, Violeta debe encargarse de la casa y el huerto, tarea que se vuelve imposible de realizar tan bien como debería, pues a pesar de sus esfuerzos las hortalizas están cambiando de aspecto y las reservas de comida menguan. Por esta razón, Violeta se ve en la obligación de matar a un gallo con sus propias manos bajo la dirección de Lúnula, la tarea se le hace casi imposible de concluir, por un momento para Violeta solo existía el rojo de la sangre. Totalmente contraria a esta situación, una mañana Lúnula despierta curada y sobrada en fuerzas y es Violeta la que se encuentra mal. Lúnula vuelve a encargarse de la casa y el huerto y la forma que tiene de hacerlo hace que parezca fácil. Lúnula comenta el mal aspecto que tiene Violeta: (pág. 9, 2.º párrafo, línea 12 y 17) . Se produce aquí un intercambio de roles, ahora es Violeta la que cae enferma y Lúnula la que se encarga de la casa, no obstante, Violeta era tan útil para la casa estando sana como lo es ahora estando enferma, lo que la lleva a sentirse mal, pues no solo Lúnula cuenta historias mucho mejor de lo que lo llegará a hacer ella nunca, sino que también sabe ocuparse mejor de todo lo relativo al huerto y a la casa, si no fuera por ella, seguramente el huerto hubiera muerto y los víveres se hubieran agotado por la incapacidad de Violeta. Lúnula es tan capaz en lo que hace que hasta planta semillas de jacarandá, una planta tropical que necesita de mucha humedad para crecer. Violeta opina que es poco probable que crezca una planta de esas condiciones en un huerto tan seco, pero que no pierden nada por intentarlo y fracasar, y, por el contrario, ganarían una experiencia única si lo consiguen.

Es en este punto del relato cuando Violeta rompe su bloc de notas. Se enfrenta a la realidad de que nunca podrá escribir algo bueno, le parece que todo lo que hay escrito en él es basura. Se siente pequeña en comparación con Lúnula, que es capaz de crear imágenes increíbles en la mente de alguien a través únicamente de sus relatos. También se propone destruir su manuscrito, pero al final solo termina quemando unas cuantas hojas. De repente Lúnula se marcha a la ciudad, lo que siempre había estado postergando Violeta, es Lúnula quien se propone llevarlo a cabo, a pesar de que le dice que será tan solo durante unos días, esta será la última aparición de este personaje, no volveremos a saber de él. Violeta insiste en acompañarla, aunque sea solo hasta la estación, pero Lúnula insiste en que se quede, porque tiene muchas cosas que hacer en la casa y el huerto. Estamos de nuevo ante un importante cambio de los roles, ya que de pronto Violeta nos describe a Lúnula como una mujer bella, una mujer acostumbrada a los cumplidos, cuando al principio del relato se nos había dicho que no era nada agraciada y que Violeta era la que poseía belleza: Cada día que pasa sus ojos son más luminosos y azules, su belleza más serena. Pero Lúnula conoce demasiado los cumplidos. (pág. 12, 1.er párrafo, línea 5 – 6). Violeta pasa a hacer cuenta de todas las cosas que le gustaría hacer en la casa antes de que Lúnula regrese para que lo encuentre todo perfecto, con una subordinación que no habíamos visto hasta entonces en el personaje, totalmente entregada a las tareas de la casa que ahora parece saber hacer a la perfección. Esta entrega es un reflejo de la necesidad psicológica que Violeta ha depositado en Lúnula, la forma que tiene ahora de comportarse casi como un perro fiel, llegando incluso a dormir en el suelo frente a la puerta, esperando su regreso. El relato termina con una nota del editor. El uso aquí de la tercera persona marca una distancia todavía mayor de la que usaba la narradora cuando se refería a Lúnula. En esta parte final del relato predomina la objetividad. El narrador que concluye el cuento es un personaje secundario que hasta entonces había sido completamente ajeno a la trama principal. En este último fragmento se nos cuenta que se ha encontrado un cadáver en la casa, en el suelo frente a la puerta, y junto a él los papeles del relato que conforman este cuento de Lúnula y Violeta. No hay ningún documento encontrado que revele la identidad del cadáver o de la persona que vivía en aquella granja. Algunos trabajadores mencionan haber tenido trato con una mujer que vivía allí llamada Victoria y otros con una señora apellidada Luz. Algunos mencionaron el nombre completo de Victoria Luz, sin embargo, nadie parecía conocer a ninguna Violeta ni a ninguna Lúnula. Podemos postular que este cuento es la perspectiva de una persona que padece de TID, trastorno de identidad disociativo. Esta es una de las psicopatologías más frecuentemente representadas en la ficción. El personaje real, Victoria Luz, desarrolla una doble personalidad, se crean dos personas dentro de ella, una es Lúnula y la otra Violeta, una es la oposición de la otra. Posiblemente esta enfermedad se desarrolló en Victoria por la soledad en la que vivía, totalmente apartada de la sociedad y del contacto con otras personas. Aunque desconocemos la causa de este hecho, pero sabemos que es así, pues casi nadie sabía nada de la persona que vivía en esa casa que tan alejada se encontraba. Los personajes secundarios carecen de importancia en este relato, apenas son mencionados. El papel más relevante sería el del editor, la persona que recogió los papeles que se hallaron junto al cadáver de Victoria Luz, y que, tras la búsqueda de información sobre esta mujer entre los vecino, nos da luz sobre lo acaecido en el relato. Los espacios en los que se desarrolla la historia son dos, ambos se encuentran sobre una nube de suspense, ya que no se nos dice gran cosa sobre ellos ni su localización. Uno sería el espacio urbano, donde comienza la historia y donde se

“conocen” Lúnula y Violeta y otro sería el urbano, donde se desarrolla la trama y termina la historia. Para la protagonista el espacio urbano estaba relacionado con la soledad, hasta en la calle rodeada de gente se sentía sola, y, por el contrario, el espacio rural, en el que realmente estaba alejada de todo ser humano, le es mucho más agradable, se siente mejor allí, a pesar de que allí estaba realmente sola. Esto puede ser el reflejo de una sociedad que discrimina al que es diferente, una sociedad en la que predomina la falta de empatía y lleva a personajes como Victoria Luz a una soledad tan extrema que termina por romper su mente, obligándola a crear un personaje ficticio que le dé compañía, pero en ese momento de ruptura mental, ya todo solo puede ir a peor, pues la mente no hará más que empeorar hasta que termine por comerse toda la realidad y la situación acabe por ser insoportable. Hay tres oposiciones importantes en el relato, primera la de los propios personajes, Lúnula y Violeta, después la de estos dos espacios en los que se desarrolla la historia, el rural y el urbano, y, por último, el que se da en las dos habitaciones que hay dentro de la casa de Lúnula. El tiempo del relato es interno. No se nos da en ningún momento ninguna fecha ni referencia temporal. Predomina el tiempo presente, aunque la protagonista hace alguna explicación del pasado. La forma en la que nunca aparece un diálogo como tal, directo entre los dos personajes, ya nos marca el TID, no puede haber un diálogo, porque solo hay una persona. Hay una clara sucesión de analepsis y prolepsis, sobre todo, al principio del cuento, a pesar de que predomina la linealidad en el texto, esto da dinamismo a la narración. Cristina Fernández Cubas, la autora de este cuento, es autora de novelas y relatos cortos, en los que es frecuentes encontrar temas como la soledad, el crecimiento, los recuerdos y la doble personalidad. En cada uno de sus relatos crea atmósferas impregnadas de misterio y llenas de angustia, y Lúnula y Violeta es un fiel reflejo de todo ello....


Similar Free PDFs