NEUROPSICOLOGÍA (Unidad 1-5) PDF

Title NEUROPSICOLOGÍA (Unidad 1-5)
Author aranhí
Course Neuropsicología
Institution Universidad Católica de Salta
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RESUMEN FINAL NEUROPSICOLOGÍAUNIDAD 1: Introducción al estudio de la Neuropsicología a. Psicología y Neurociencias. b. Dicotomía cerebro-mente. c. Panorama histórico-evolutivo de la Neuropsicología. Teorías localizacionistas y conexionistas. d. Campos Epistemológicos que nutren a la Neuropsicología:...


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RESUMEN FINAL NEUROPSICOLOGÍA UNIDAD 1: Introducción al estudio de la Neuropsicología a. Psicología y Neurociencias. b. Dicotomía cerebro-mente. c. Panorama histórico-evolutivo de la Neuropsicología. Teorías localizacionistas y conexionistas. d. Campos Epistemológicos que nutren a la Neuropsicología: Psicobiología, Neurobiología, Psicofisiología, Neuropsicología, Psicofarmacología, Neurociencia cognitiva, etc. e. Generalidades del Sistema Nervioso. f. Planimetría

a. NEUROPSICOLOGÍA: Es la rama de las neurociencias que estudia las relaciones entre el cerebro y la conducta, tanto en sujetos normales, como en aquellos que han sufrido algún daño cerebral. Características: 1. Estudia las funciones cerebrales superiores. Se enfoca preferentemente en las áreas de la corteza asociativa. Estas son responsables en gran medida de las funciones cerebrales superiores y, a la vez, muy susceptibles de sufrir deficiencias o daños. Estudia los efectos psicológicos de las lesiones cerebrales en pacientes humanos. 2. Utiliza el método científico para el estudio de las relaciones entre el cerebro y la conducta, apoyándose en el método hipotético deductivo, o a través del método analíticoinductivo. 3. Utiliza modelos humanos porque reconoce la especificidad de cada especie. No obstante, puede valerse de estudios de neuropsicología animal (que no son extrapolares), para formular hipótesis ya que no es posible realizar experimentos intrusivos en seres humanos. 4. La neuropsicología por definición es MULTIDISCIPLINAR. NEUROCIENCIAS: Tratan de penetrar el misterio de la relación entre la mente, la conducta y la actividad propia del tejido nervioso. Como la actividad del cerebro se relaciona con la psiquis y el comportamiento. b. DICOTOMÍA CEREBRO-MENTE: “no hay mente sin cerebro, no hay mente sin cultura” Para Slawney, P., la mente y el cerebro no pueden integrarse ni separarse completamente. (1993) DUALISMO: cuerpo y espíritu son dos sustancias diferenciadas.  La función mental no puede reducirse al cerebro, hay algo más, que es lo anímico del hombre, lo espiritual.  La mente se distingue claramente de lo que es el cerebro…1 MONISMO: cuerpo y espíritu constituyen la misma sustancia.  La mente y el cerebro constituyen una unidad.  1… pero se halla tan íntimamente imbricada con él que ambos constituyen una unidad. Ésta es la postura del realismo filosófico. El hombre es una unidad entre cuerpo y espíritu, entre mente y cerebro: realidades que pueden distinguirse entre sí, pero no separarse.

TEORÍA DE LOS TRES MUNDOS: “el yo y su cerebro” -K. Popper y J. Eccles Se trata de una hipotesis EMERGENTISTA, según la cual todo lo que existe y nuestra experiencia está contenida en uno de estos mundos; 1° MUNDO. REALIDAD FISICA: objetos naturales, tanto inanimados, como biológicos y objetos artificiales. Todas las funciones orgánicas están reguladas por el cerebro y hay un permanente flujo de información entre los órganos y el cerebro. El cerebro como centro que recibe los estímulos del medio, los integra con la experiencia acumulada y diversas estructuras, produciendo la respuesta correspondiente. 2° MUNDO. FENÓMENOS MENTALES: percepciones, sentimientos, intenciones, recuerdos, estados de conciencia, etc. La mente, como conjunto de los procesos de recepción y procesamiento de información y de la ejecución o inhibición de las respuestas. a. El sentido externo; percepciones producidas por los datos de los órganos sensoriales: b. El sentido interno; pensamientos, recuerdos, intenciones, representaciones, emociones o sentimientos. c. El “yo” como núcleo del mundo 2; base de identidad y continuidad personal que experimentamos. CEREBRO y MENTE son dos entidades distintas (una perteneciente del Mundo 1, y la otra del Mundo 2), pero que entre ambas coexisten una serie de interacciones. 3° MUNDO. PRODUCTOS CULTURALES: mitos, herramientas, teorías y problemas científicos, instituciones sociales, obras de artes.  Aunque ciertas funciones de la mente están localizadas en determinadas regiones cerebrales, el cerebro y la mente se comportan como un todo unificado.  1. La dualidad mente-cerebro sigue generando un intenso debate entre filósofos, psicólogos y neurofisiológicos. 2. La mente no puede existir sin su soporte material que es el cerebro, sin embargo, sus funciones y capacidades están en un mucho más elevado que la comunicación interneuronal a través de mediadores químicos (neurotransmisores). 3. No se ha logrado definir con exactitud qué es la mente. Comprender el mundo mental en términos del mundo físico no resulta nada sencillo y hasta el momento todo intento ha sido inútil para despejar nuestras dudas. Y es que hay una pregunta vital: ¿puede la mente humana comprenderse a sí misma? c. PANORAMA HISTÓRICO Uno de los primeros intentos de comprender al cerebro llegó con el concepto de hipótesis cerebral; la idea de que el cerebro es el órgano biológico que controla y dirige el comportamiento. Pero, para hablar de la relación entre cuerpo y mente debemos ir antes; en tiempos de la prehistoria. Comenzando por la trepanación, es decir, la apertura quirúrgica del cráneo, un procedimiento que, debido a que muchos cráneos presentaban signos de curación, se podrían denominar importantes en la historia de la neurología.

Los egipcios también mostraron su preocupación por el cerebro humano. En el ritual de la momificación, se removían distintos órganos del cuerpo (incluidos el corazón, el bazo, el hígado, entre otros) los cuales eran colocados en recipientes llamados vasos canopos, por su valor en la vida en el más allá; mientras que el cerebro era desechado. Se cree que se insertaba una barra metálica en la cavidad craneal a través de la nariz y se la hacía girar hasta que el tejido cerebral se volvía líquido, para poder así drenarlo por el mismo orificio. Pese al descarte del cerebro durante la momificación, los egipcios poseen el más antiguo registro de observación de la relación entre el cerebro y la conducta, el Papiro Quirúrgico Edwin Smith, el cual data del segundo milenio a.C. y contiene descripciones de casos médicos, dando como resultado una de las primeras observaciones de la relación mente-cuerpo. Los griegos se dividían en sus opiniones. En el siglo V a.C., Alcmeón de Crotona propuso al cerebro como “asiento del alma” y en el siglo IV a.C., Platón dio un argumento parecido, agregando que la cabeza era la parte del cuerpo más cercana al cielo y por ello, la más probable en tener un órgano divino. Por otra parte, Empédocles en el siglo V a.C. propuso que el corazón era el asiento de alma y, un siglo después, Aristóteles concordó con él, objetando que el cerebro era sólo el órgano encargado de enfriar la sangre. El griego más acertado en sus teorías fue Hipócrates, quien describió al cerebro como el origen de las emociones, luego de amplias observaciones a personas lesionadas. Más tarde, en la época romana, la hipótesis cerebral llegó a ser ampliamente aceptada. El médico romano Galeno se adhirió a esta visión y surgió la pregunta de en qué lugar se ubicaban las funciones psicológicas, esto es el problema de la localización de las funciones. También creyó en los ventrículos cerebrales como punto del pensamiento y otros procesos psicológicos. En el siglo IV, Nemesio elaboró en torno a esta hipótesis ventricular y asignó diversos procesos psicológicos a ubicaciones dentro de diferentes ventrículos. Tiempo después, Leonardo da Vinci (1452-1519) adoptó esa hipótesis y bosquejó la estructura del cerebro en compartimientos ventriculares. Pero Leonardo da Vinci no fue el único artista del Renacimiento que intentó dar imagen al cerebro. A comienzos del siglo XIX, Luigi Rolando proporcionó una descripción precisa del patrón general de las circunvoluciones y surcos corticales. Una de las cuestiones filosóficas que competen en la neurología es el problema mente-cuerpo, la incógnita de la relación entre ambos que ha levantado diferentes posturas, una de ellas es el monismo, que sostiene que solo una parte es verdadera, la física (materialismo) o la espiritual (idealismo). René Descartes fue un filósofo francés que objetó al monismo con el dualismo, afirmando que existe el cerebro y la mente, independientes pero conectados por la glándula pineal. Su visión influenció a aquellos que pensaban que la mente era la base de la conducta, pero no creían en la localización de las funciones, dando lugar al holismo, una postura que sostenía que todo el cerebro se encargaba del funcionamiento, sin funciones particulares. Años más tarde se desarrollaría una de las teorías de localización más acentuadas, pero no muy defendible, la frenología, de la mano de Franz Josef Gall y Johann Casper Spurzheim, un intento por relacionar regiones cerebrales específicas con facultades o funciones particulares, pero terminó por ser defectuosa ya que las protuberancias y hundimientos del cráneo no estaban relacionados con las estructuras cerebrales, además, no tenía evidencia empírica. Aun así, la frenología avanzó en la idea de la ubicación de las funciones cerebrales y engendró el primer trabajo experimental acerca del cerebro. Flourens, fue uno de los primeros en estudiar el cerebro mediante la lesión experimental en animales en un intento de probar las teorías de Gall, en lo cual dedujo que no existe especialización de funciones dentro de la corteza. En los años 50 y con la base de la experimentación animal, Karl Lashley argumentó que todas las partes de la corteza,

contribuyen de igual manera a las funciones complejas como el aprendizaje de laberintos, al cual se refirió como equipotencialidad y concluyó que la magnitud de la deficiencia estaba relacionada con la extensión del daño a la corteza, a lo cual denominó acción de masas. En los primeros años del siglo XIX, Gall reportó un caso de un soldado que había sufrido una herida en el ojo izquierdo con un cuchillo la cual penetró su cráneo, tiempo después, sufrió un deterioro en el lenguaje. Con base a este caso, Jean Baptiste Bouillaud, en 1825, especuló que el lenguaje puede estar representado en la porción anterior del cerebro. También dio un primer concepto acerca de la lateralización de las funciones, es decir, que la especialización del hemisferio izquierdo para la destreza motora subyace al uso preferente de la mano derecha . En 1861, Ernest Auburtin expuso ante la sociedad Antropológica de París otro caso de un hombre perdió el habla luego de aplicársele presión a la región anterior expuesta del cerebro. A mediados del siglo XIX se puede considerar el inicio de la neuropsicología moderna con la primera evidencia empírica de la ubicación de funciones dentro del cerebro humano por Paul Broca en 1865. Antes de este hallazgo y poco después de escuchar la ponencia de Auburtin, Broca conoció a un paciente, de nombre Leborgne, que era incapaz de hablar más que unas pocas palabras a pesar de poder entender y estar sano mental y físicamente, lo único que expresaba eran fonemas como y pero no podía combinarlos, en específico el fonema , el cual dio su sobrenombre. Al morir el paciente, Broca descubrió, al examinar su cerebro, una lesión en el lóbulo frontal izquierdo. Este descubrimiento llevó a Broca a confirmar la idea de Bouillaud, de que el lenguaje se ubica en la parte anterior del cerebro. Al tratar con otros pacientes con afecciones parecidas a la de Leborgne, y al examinar sus cerebros post mortem, todas daban en la misma conclusión, una lesión en el lóbulo frontal izquierdo. Finalmente, en 1865, Broca determinó que el hemisferio izquierdo es dominante en el lenguaje, describiendo así, el síndrome de producción deteriorada de lenguaje en ausencia de deterioro en los mecanismos periféricos del habla y el concepto de dominancia cerebral para el lenguaje. Posteriormente se le dio su nombre al área específica del hemisferio izquierdo y gracias a sus avances se tuvo evidencia empírica de la especialización intrahemisférica de función, la función dentro de un hemisferio. En 1870, una investigación realizada en Alemania por Gustav Frisch y Eduard Hitzig dio como resultado una ulterior especialización de función en la corteza cerebral al estudiar el cerebro expuesto de un perro. Descubrieron que la estimulación de la corteza daba como resultado movimiento de las extremidades contralaterales. Esta corteza fue llamada “corteza motora”. En 1874, Carl Wernicke describió otro tipo de afasia: una afasia de comprensión. A diferencia de la afasia del habla de Broca, los pacientes que Wernicke describió, presentaban dificultad en la combinación de palabras, no en la expresión de estas . Esta lesión se encontraba en la corteza posterior izquierda y se llegó a conocer como área de Wernicke. Tanto Broca como Wernicke apoyaron el concepto de dominancia hemisférica con sus hallazgos y la noción de que el hemisferio izquierdo implica al lenguaje. Wernicke pensó en esto como un procesamiento secuencial. También conceptualizó al área de Wernicke como mediadora de los procesos inversos. Wernicke creyó que estas conceptualizaciones daban cuenta de los trastornos que seguían al daño de las áreas de Broca y de Wernicke y propuso que tal lesión deterioraría la repetición del habla escuchada y dejaría relativamente intactas la producción y comprensión del habla, a esto lo llamó afasia de conducción. Wernicke también introdujo un enfoque que conceptualizó a la corteza como un compuesto de áreas o centros encargados de regular una serie de procesos relativamente discretos que actúan en conjunción para hacer posible los procesos complejos . Los trastornos comprendidos en términos de desconexión fueron conocidos como síndromes de desconexión.

En 1882, Joseph Jules Dejarine, neurólogo francés, reportó un caso de una alexia sin agrafia, es decir, el paciente no podía leer, pero si escribir y más tarde perdería la habilidad de escribir. Al analizar su cerebro, Dejarine encontró una lesión secundaria en la corteza occipital izquierda, extendiéndose por el cuerpo calloso (el cual es el encargado de conectar regiones de la corteza de hemisferio a hemisferio). Debido a esto, las áreas del lenguaje en el hemisferio izquierdo fueron privadas de cualquier entrada visual directa y el paciente podía escribir ya que la salida del área de Wernicke era capaz de tener acceso a la corteza motora. Además de esto, la pérdida posterior de la habilidad de escribir se debía a una segunda lesión situada en la circunvolución angular, justo arriba del área de Wernicke. Hasta aquí, autores como Flourens, Gall, Broca o Wernicke, situaron las bases de una teoría localizacionista pero a finales del siglo XIX y comienzos siglo XX esta teoría fue retomada por los llamados “mapmakers”: teóricos que intentaron explicar trastornos en términos de la interrupción de los centros y las trayectorias que los conectan. Con el tiempo, las explicaciones se alejaron de lo empírico, careciendo de evidencia experimental, provocando una reacción antilocalizacionista. Para ejemplificar esto podemos ver el trabajo de Friedrich Goltz (18341902) quien realizó experimentos en perros y sólo observó una disminución general en función proporcional al tamaño de la lesión, pero no relacionada con la localización. Esto lo condujo a una visión holística del funcionamiento cortical similar al de Flourens. Pero existieron versiones más moderadas, como la de Freud, quien en una de sus últimas incursiones de la neurología adoptó una posición moderna criticando la teorización especulativa de los “mapmakers” sin desechar la noción de localización de función. Sin embargo, uno de los enfoques más útiles fue el que retomó Hughlings-Jackson; conceptualizó al cerebro como un órgano con muchos niveles de control que estaban organizados de manera jerárquica. Observó el desarrollo de esta última como uno de los legados de la evolución, es decir, la complejidad de la organización jerárquica del sistema nervioso de una especie dada está relacionada con el nivel de desarrollo evolutivo de dicha especie. En este contexto, Hughlings-Jackson conceptualizó los efectos de las lesiones de los niveles superiores del cerebro como una reversión del desarrollo evolutivo de esta organización, un proceso al que denominó disolución, lo cual es un marco para la comprensión de los efectos de las lesiones en el cerebro. En la década del 40 y principios de los 50, se comenzó a usar los estudios de grupo para comprender las relaciones cerebro-conducta. El uso de procedimientos estadísticos en estos estudios hizo posibles las definiciones cuantitativas de los deterioros y, en consecuencia, mejoró la sensibilidad de las pruebas específicas para detectar la presencia de un deterioro. Estos estudios tuvieron un gran impacto en la neuropsicología al permitir cuantificar las reacciones grupales, contribuyendo a la comprensión de los procesos psicológicos y revelar la conducta de un grupo control frente a una situación. Aún frente a la eficacia de los estudios de grupo, no se debe perder a los estudios de casos individuales, más cuando se estudia ciertos trastornos de naturaleza rara, el paciente proporciona una vívida y detallada descripción del deterioro, lo cual es difícil en los estudios de grupo ya que suele perderse. Además, los estudios de grupo formados con personas con la misma lesión suelen presentar una sintomatología variada, haciendo imposible una conclusión específica. Hace más de 20 años empezaron a surgir conceptos nuevos, destacando dos; el procesamiento distribuido paralelo y la organización modular de la corteza visual. El primero surgió desde el inicio de la concientización de que la actividad neuronal que media un proceso psicológico específico sólo en raras ocasiones sigue un trayecto secuencial a través del

Sistema Nervioso, como se suponía desde hace tiempo. En vez de ello, esta actividad está distribuida en paralelo a lo largo de muchas redes de neuronas ubicadas en diferentes regiones cerebrales. La organización modular se refiere a descubrimiento de que aspectos específicos del procesamiento cognitivo están representados en diferentes regiones cerebrales especializadas. Estos hallazgos son tan diferentes de los enfoques clásicos de la organización cerebral que alteran de manera radical las viejas hipótesis de cómo trabaja el cerebro.

d. CAMPOS EPISTEMÓLOGICOS QUE NUTREN A LA NEUROPSICOLOGÍA -

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PSICOFISIOLOGÍA: estudia los mecanismos neurológicos del comportamiento por medio de la manipulación directa del cerebro en experimentos controlados. BIOPSICOLOGÍA: estudio científico de la biología del comportamiento. NEUROANATOMÍA: estudia la estructura del sistema nervioso. NEUROPATOLOGÍA: estudia los trastornos del sistema nervioso. NEUROFISIOLOGÍA: estudia las funciones y actividades del sistema nervioso. NEUROQUÍMICA: estudia las bases químicas de la actividad neuronal. NEUROENDOCRONOLOGÍA: estudia las interacciones entre el sistema nervioso y el sistema endócrino. NEUROCIENCIA COGNITIVA: estudia las bases neuronales de la cognición (procesos intelectuales superiores; pensamiento, memoria, atención y procesos de percepción complejos, etc.). PSICOLOGÍA COMPARADA: estudia los mecanismos nerviosos del comportamiento a través de la comparación de distintas especies, centrándose en la genética, la evolución y la adaptabilidad del comportamiento. PSICOFARMACOLOGÍA: estudia los mecanismos neurológicos del comportamiento por medio de la manipulación de la actividad nerviosa mediante fármacos.

e. GENERALIDADES DEL SISTEMA NERVIOSO

El sistema nervioso es el conjunto de estructuras que rigen la coordinación y control de todas las funciones del cuerpo, asegurando así la integridad del organismo como un todo único y su relación con el medio.

DIVISIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO: 1. Desde el punto de vista topográfico o anatómica: Central (encéfalo y medula espinal) y Periférico (nervios, raíces nerviosas, ganglios espinales, troncos nerviosos, plexos nerviosos, terminaciones). 2. Desde el punto de vista funcional: De la vida de relación (Voluntario) y vegetativo (Involuntario). Mantiene la homeostasis (equilibro dinámico) del organismo, regulando las funciones de los órganos internos, por ejemplo, regula el flujo de sangre al tracto gastrointestinal. 3. Desde el punto de vista ontogenético: Somático (el cual se conecta con músculos esqueléticos involucrados ...


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