Perseo ante Medusa PDF

Title Perseo ante Medusa
Author dianthe clayton
Course Arte Griego
Institution Universidad Autónoma de Madrid
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Summary

.....................................................


Description

Perseo ante Medusa. IMágenes de la lucha del héroe contra el Monstruo mireiA movellán luis Universidad Complutense de Madrid [email protected] Abstract Changes over time in the meaning and evolutions of the myth of Perseus and 0HGXVDDUHH[DPLQHGIRFXVLQJRQWKHKHUR¿JXUHE\DFRPSDULVRQRIOLWHUDU\ and iconographic sources. Key-Words: Perseus, Medusa, Gorgo, Iconography, Literature. ȝĮțȡ ȝȞ IJ ȆİȡıȑȠȢ ȝij ȂİįȠȓıĮȢ īȠȡȖȩȞȠȢ Píndaro, Nemea 10.41

El relato mítico sobre la vida y las aventuras de Perseo contiene, como otros mitos2, muchos de los elementos arquetípicos de los cuentos fantásticos: un héroe alejado de su familia llega a una tierra extraña donde su antagonista le obliga a partir en busca de un objeto mágico (a menudo custodiado por un monstruo, cuando no es el propio monstruo como en el caso que nos ocupa), al cual solo tendrá acceso tras salir airoso de diversas pruebas que encontrará en su camino. Lo que distingue unas narraciones de otras son, evidentemente, los detalles y características propias de cada una de ellas. En su caso, Perseo, hijo de Dánae y Zeus, es expulsado de su patria junto con su madre porque el abuelo, Acrisio, ha recibido un oráculo que le advierte de que morirá a manos del nieto. Llegados a Sérifos, son acogidos por el hermano del rey Polidectes, quien, al ver a Dánae, se enamora perdidamente de ella y durante un tiempo busca la manera de desembarazarse de Perseo para lograr alcanzarla. El propio Perseo le brindará la solución cuando, de un modo burlón, se ofrezca a ir a buscar 1 2

“Larga es la historia de Perseo con la Gorgona Medusa”. La trad. es mía. En este sentido, véase, por ejemplo, el estudio sobre Jasón de C. GArcíA GuAl, 1996, p. 115-120, o sobre Edipo, en 2012, p. 105-107.

A. Pérez-Jiménez (ed.), Realidad, fantasía, interpretación, funciones y pervivencia del mito griego. Estudios en honor del Profesor Carlos García Gual, Zaragoza: Pórtico, 2014, pp. 135-150.

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la cabeza de la Gorgona Medusa como quien promete la luna sabiendo que no se la van a pedir. Pero, en esta ocasión, Polidectes acepta el reto y Perseo se ve obligado a partir en busca del monstruo. Lo conseguirá gracias a la ayuda de Hermes y Atenea y tras visitar a las Grayas y las Ninfas, quienes le entregarán los objetos necesarios para la labor: unas sandalias aladas, la kíbisis (el zurrón en el que guardará la cabeza de la Gorgona) y el casco de Hades que hace invisible a su portador3. En efecto, de entre todos los episodios que componen la leyenda alrededor de 3HUVHRVLQ GXGD XQRGH ORVPiV FRQRFLGRV HLQÀX\HQWHV LFRQRJUi¿FD\ OLWHUDULDPHQWHHVSUHFLVDPHQWHDTXHOTXHORGH¿QHFRPRKpURHODPXHUWHGHOPRQVWUXRDO que se enfrenta: Medusa, la Gorgona por antonomasia. Mucho se ha escrito ya sobre HOVLJQL¿FDGRGHOD*RUJRQD\VREUHVXIXQFLyQHQHOLPDJLQDULRJULHJR\QRHVHVD la intención de este ensayo, sino que lo es atender a la paralela evolución del héroe y del monstruo en las fuentes para tratar de establecer la relación entre ambos. Esto es, trataremos de mostrar cómo el cambio en la concepción del héroe a lo largo del WLHPSRSXHGHDUURMDUOX]\H[SOLFDUFLHUWRVDVSHFWRVGHODHYROXFLyQLFRQRJUi¿FD\ literaria de la Gorgona. Para ello, lógicamente, empezaremos por los testimonios más antiguos. La imagen aparece en la Ilíada adornando la égida que porta Atenea (Il. 5.738-742) o el escudo de Agamenón (Il. 11.32-37) y como símil para designar al pavoroso brillo de los ojos de los caballos de Héctor (Il. 8.348-349). El mismísimo 2GLVHRVHPXHVWUDDWHPRUL]DGRKDFLDHO¿QDOGHVXYLVLWDDODVVRPEUDVGHO+DGHV ante la posibilidad de que Perséfone lance contra él la cabeza de la Gorgona (Od. 11.633-635)4. Es en la Teogonía de Hesíodo donde aparece la más antigua mención a la muerte de Medusa. Y lo hace en forma de genealogía, como corresponde a la obra en cuestión: Forcis y Ceto, divinidades marinas, tienen entre su descendencia a las Grayas, Penfredo, Enío y las Gorgonas, cuyos nombres son Esteno, Euríale y Medusa. Solamente esta última es mortal y tras unirse a Poseidón quedará embarazada de dos criaturas que nacerán de su cuello cuando Perseo le corte la cabeza: Pegaso y Crisaor. Así lo cuenta Hesíodo (Th. 270-281): ĭȩȡțȣȚį¶ĮȀȘIJઅȖȡĮȓĮȢIJȑțİțĮȜȜȚʌĮȡȒȠȣȢ țȖİȞİIJોȢʌȠȜȚȐȢIJȢįīȡĮȓĮȢțĮȜȑȠȣıȚȞ șȐȞĮIJȠȓIJİșİȠȤĮȝĮȡȤȩȝİȞȠȓIJ¶ȞșȡȦʌȠȚ ȆİȝijȡȘįȫIJ¶İʌİʌȜȠȞȞȣȫIJİțȡȠțȩʌİʌȜȠȞ īȠȡȖȠȪȢș¶ĮȞĮȓȠȣıȚʌȑȡȘȞțȜȣIJȠ૨țİĮȞȠ૙Ƞ ıȤĮIJȚૌʌȡઁȢȞȣțIJȩȢȞ¶ıʌİȡȓįİȢȜȚȖȪijȦȞȠȚ 3 4

El relato completo más antiguo que conservamos, incluyendo los episodios posteriores a la muerte de Medusa, puede leerse en Apolodoro, II 4. Motivo que hará fortuna y encontraremos a la Gorgona, además de enfrentándose a Heracles en el Hades en Apolodoro, también en el inframundo de Virgilio, Dante o Milton. Incluso Rodin representa a Perseo y Medusa en /DVSXHUWDVGHOLQ¿HUQR

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ȈșİȞȞȫIJ¶ǼȡȣȐȜȘIJİȂȑįȠȣıȐIJİȜȣȖȡʌĮșȠ૨ıĮā ȝȞȘȞșȞȘIJȒĮį¶șȐȞĮIJȠȚțĮȖȒȡ૳ ĮįȪȠāIJૌįȝȚૌʌĮȡİȜȑȟĮIJȠȀȣĮȞȠȤĮȓIJȘȢ ȞȝĮȜĮț૶ȜİȚȝ૵ȞȚțĮȞșİıȚȞİĮȡȚȞȠ૙ıȚ IJોȢIJİįȆİȡıİઃȢțİijĮȜȞʌİįİȚȡȠIJȩȝȘıİȞ ȟȑșȠȡİȋȡȣıȐȦȡIJİȝȑȖĮȢțĮȆȒȖĮıȠȢʌʌȠȢ5. No nos cuenta la razón por la que Perseo mata a Medusa y también falta el conocido PRWLYRGHODPLUDGDSHWUL¿FDGRUD(VPiV+HVtRGRFDOL¿FDD0HGXVDFRQHOHStWHWR ȜȣȖȡʌĮșȠ૨ıĮSUHVDJLDQGRVXIXQHVWR¿QDO\FDVLFRPSHOLpQGRQRVDFRPSDGHFHUQRV de ella por ser mortal. Sin embargo, sí aparece en este pasaje hesiódico la ubicación de las Gorgonas en una región lejana, más allá del Océano, donde el sol se pone y se acumulan monstruos por doquier. Como ocurre a menudo con la geografía mítica de los límites del mundo, existe cierta confusión sobre la localización de las Gorgonas. Así, el mitógrafo Ferécides, aunque no está del todo claro en los fragmentos (fr. 11 Fowler), probablemente las situó también en el oeste. Sin embargo, Esquilo parece vacilar y, mientras en el Prometeo Encadenado (791-800) las ubica en el lejano este, de los fragmentos de Fórcides (TrGF III fr. 262) se intuye que la acción se desarrolla en Libia. En cualquier caso, a pesar de que en estos primeros ejemplos literarios parecen IDOWDUDOJXQRVGHORVPRWLYRVTXHPiVWDUGHVHGHVDUUROODUiQ\FRQ¿JXUDUiQHOUHODWR canónico de la muerte de Medusa, es evidente que los artistas los tenían ya muy presentes. Desde el siglo séptimo encontramos representaciones artísticas de la Gorgona en escudos o en el centro de la égida, como los descritos en la épica homérica, y también de su muerte a manos del héroe. De hecho, tres son los motivos más habitualmente representados: la decapitación de Medusa, la huida de Perseo de las dos hermanas restantes y Medusa con sus dos hijos6. En estas primeras representaciones, parece haber cierta vacilación en la iconografía, como en el bajorrelieve de un pithos cicládico en el que Medusa es representada con cuerpo de caballo (Louvre CA 795; ¿J76HKDVXJHULGRTXHVHHVWiWUDWDQGRGH¿MDUXQDLPDJLQHUtDSDUDHOFXHUSRGH 5

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“Ceto, por su parte, engendró con Forcis, a las Grayas, de hermosas mejillas, canosas desde su nacimiento, a las que ancianas llaman los dioses inmortales y los hombres que por la tierra caminan; a Penfredo, de hermoso peplo; a Enío, de azafranado manto, y a las Gorgonas, que habitan al otro lado del famoso Océano, en el límite de la noche, donde las Hespérides, de armoniosa voz, Esteno, Euríale y la desventurada Medusa. Esta era mortal, pero las otras inmortales y exentas de vejez las GRV&RQHOODVROD\DFLyHOGHD]XODGDFDEHOOHUDHQHOVXDYHSUDGRHQWUHSULPDYHUDOHVÀRUHV&XDQGR Perseo le cortó la cabeza surgieron el inmenso Crisaor y el caballo Pegaso”. Trad. de AdelAidA y mAríA ánGeles mArtín sánchez, Alianza, 1986. Algunos de los ejemplos más antiguos de los tres motivos se pueden encontrar en: Louvre CA 795, Eleusis Mus. 2630 y Louvre CA 2588. También la imagen que aparece en una gema de origen fenicio conservada en el British Museum (WA 103307) podría corresponder a una Gorgona centáurica.

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Fig. 1. Pithos beocio, detalle, (c. 670 a.n.e.). (CA 795) ©Musée du Louvre.

la Gorgona y que los artistas utilizan el de un animal como indicador de la monstruoVLGDGGHOSHUVRQDMHHQUHODFLyQFRQ¿JXUDVFRPROD(V¿QJHROD4XLPHUD$GHPiV la elección de un cuerpo de caballo vincularía a Medusa con su amante Poseidón, dada su relación con estos animales, y con su propia descendencia8. En el mismo sentido, la conocida como Ánfora de Eleusis (Eleusis Mus. 2630) presenta a Medusa decapitada y a sus dos hermanas (persiguiendo a Perseo) con una cabeza semejante DXQFDOGHURGHEURQFHÀDQTXHDGRSRUGRVVHUSLHQWHVORFXDOFRQWUDVWDXQWDQWRFRQ ODUHSUHVHQWDFLyQTXHDSDUHFHUi\D¿MDGDHQLPiJHQHVSRVWHULRUHVDSDUWLUGHOVLJOR sexto, pero deja ya clara la frontalidad de la cara y la asociación con las serpientes. 3RUVXSDUWHODLFRQRJUDItDGHOKpURH3HUVHRDSDUHFH¿MDGDGHVGHHOSULQFLSLRHQODV escenas de decapitación, se le representa mirando en sentido opuesto al monstruo9, acercándose con su espada y con la kíbisis, calzado con las sandalias aladas y con algún tipo de sombrero o tocado en la cabeza. A partir del siglo sexto encontramos ya establecida la iconografía de las Gorgonas, que aparecen con cuerpo de mujer y han 8 9

M. hirschberGer, 2000, p. 58, n. 20. De lo que se deduce que en la imaginería ya era evidente que mirar al monstruo suponía la muerte SRUSHWUL¿FDFLyQ

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JDQDGRDODVFRQYHVWLGRFRUWRFRQHOURVWURPLUDQGR¿MDPHQWHDOHVSHFWDGRU\FRQ determinados rasgos animales, como la amplia boca abierta mostrando los dientes y unos pronunciados colmillos, con una gran lengua, e incluso barba10. Hay ciertas diferencias entre las representaciones de cuerpo entero, en las que sostienen un par de serpientes entre las manos o bien las llevan atadas a la cintura y las alas aparecen a su espalda11, y las de la cabeza aislada (motivo habitualmente denominado gorgoneion), donde las serpientes aparecen alrededor de esta, con las colas entrelazadas bajo la barbilla y las cabezas en la parte superior, entre el pelo, y en las que en algunas ocasiones las alas surgen de la cabeza.

Fig. 2. Olpe ático, atribuido al pintor de Amasis, detalle (550-530 a.n.e.). (B 471) ©The Trustees of the British Museum

A menudo se ha tratado de poner en relación el mito de la muerte de Medusa a manos de Perseo con elementos de otras culturas orientales. Uno de los argumentos esgrimidos en este sentido ha sido el instrumento que utiliza Perseo para cercenar la cabeza del monstruo, una espada curva denominada ȡʌȘ por Ferécides12, y que encontramos representada en el mundo oriental entre los hititas o como atributo del dios Marduk. Es el mismo tipo de espada, u hoz dentada, que utilizaba Crono para 10 11 12

Véase el ROSHGHOVLJOR9,GHO%ULWLVK0XVHXP%¿J Cf. por ejemplo, el acroterio de Medusa del Templo de Atenea en Siracusa (Museo Orsi) del siglo VI a.n.e. LIMC sub voce ‘Gorgona’, 271. También Esquilo en la tragedia perdida Fórcides parece que hablaba de unaȡʌȘTrGF III fr. 262).

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castrar a Urano (Th. 175) o que tenemos en las representaciones de la lucha entre Heracles y la Hidra13. Sin embargo, hay que notar que tanto en el bajorrelieve del pithos antes citado (Fig. 1), como en el olpe (Fig. 2), Perseo sostiene una espada no FXUYDGDGHPRGRTXHHVSRVLEOHTXHVHDHVWDXQDLQÀXHQFLDSRVWHULRUDODVSULPHUDV representaciones del enfrentamiento. En cuanto a la propia imaginería de la Gorgona, el dios egipcio Bes se caracteriza también por la frontalidad, algunos rasgos animales y una gran boca enseñando la lengua, aunque no se puede establecer ningún paralelo mítico entre este y Medusa. Asimismo, comparten parecidos atributos las representaciones de Humbaba, asesinado por Gilgamesh, con sus grandes dientes, la boca abierta e, incluso, el gesto de la rodilla hincada como señal de movimiento, así como otros PRWLYRVLFRQRJUi¿FRVGHGLYHUVRVKpURHVµPDWDQGRDOPRQVWUXR¶HQORVPXQGRVKLWLWD babilónico y asirio, que quizá pudieran inspirar los modelos griegos. Por otra parte, también encontramos rasgos parecidos en culturas como la hindú, la china, la japonesa, la indonesia o la azteca, en las que están presentes monstruos o cabezas de monstruos similares al gorgoneion. La mayoría de estos ejemplos pueden ser explicados como PRWLYRVDSRWURSDLFRVFRORFDGRVHQSXHUWDVGLQWHOHVRDQWH¿MDVPLHQWUDVTXHORVUHlatos míticos correspondientes no se asemejan entre las diversas culturas y no parece KDEHUQLQJ~QSDWUyQFODURGHH[SDQVLyQLFRQRJUi¿FDTXHUHIXHUFHODLQÀXHQFLDRULHQWDO en la Gorgona griega, si bien no es totalmente desdeñable. En cualquier caso, parece TXH HVWRVHMHPSORVQRGHEHQXWLOL]DUVHSDUDHVWDEOHFHUUHODFLRQHVGHLQÀXHQFLDVLQR FRPRSDUDOHOLVPRLFRQRJUi¿FRGHODUHSUHVHQWDFLyQGHOWHUURUHQGLVWLQWRVSXHEORV14. Cuestión esta que vendría refrendada por aquellos primeros testimonios literarios griegos, en los que la Gorgona aparece siempre ligada a ĭȩȕȠȢ, lo que reforzaría su función apotropaica, teniendo en cuenta además que ĭȩȕȠȢ, en la lengua épica, además GHGHVLJQDUDOWHUURUSXURVHUH¿HUHWDPELpQDODKXLGD\HOgorgoneion, en el centro de un escudo, o de la égida, serviría, sin duda, para poner en fuga a los atacantes, como parecen apoyar las descripciones antes citadas de la égida de Atenea (Il. 5.738-742): ȝijį¶ȡ¶ȝȠȚıȚȞȕȐȜİIJ¶ĮȖȓįĮșȣııĮȞȩİııĮȞ įİȚȞȒȞȞʌİȡȝȞʌȐȞIJૉĭȩȕȠȢıIJİijȐȞȦIJĮȚ Ȟį¶ȡȚȢȞį¶ȜțȒȞįțȡȣȩİııĮȦțȒ ȞįȑIJİīȠȡȖİȓȘțİijĮȜįİȚȞȠ૙ȠʌİȜȫȡȠȣ įİȚȞȒIJİıȝİȡįȞȒIJİǻȚઁȢIJȑȡĮȢĮȖȚȩȤȠȚȠ15. 13

R. mArtín hernández, 2013, p. 161.

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Cf. M. hirschberGer, 2000, p. 58-59, R. mArtín hernández, 2013, p. 162 y, más ampliamente, S. R. Wilk, 2000, p. 55-85. S.R Wilk, además, postula la independencia de todas estas tradiciones bajo la premisa de que la cara hinchada y el rictus sonriente obedecería a la voluntad de representar la cabeza de un muerto en descomposición, quizá de enemigos decapitados o criminales ejecutados, motivo presente e independiente en cada una de las citadas culturas.

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[Atenea] “Sobre los hombros se echó la borlada égida, pavorosa, coronada en todo su contorno por el Espanto; sobre ella está la Disputa, el Coraje y el escalofriante Asalto, además de la cabeza de la

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Y del escudo de Agamenón (Il. 11.36-37): IJૌį¶ʌȝȞīȠȡȖઅȕȜȠıȣȡ૵ʌȚȢıIJİijȐȞȦIJȠ įİȚȞઁȞįİȡțȠȝȑȞȘʌİȡįǻİ૙ȝȩȢIJİĭȩȕȠȢIJİ16. E, incluso, en el Escudo atribuido a Hesíodo (Sc. 36-37): ʌįįİȚȞȠ૙ıȚțĮȡȒȞȠȚȢ īȠȡȖİȓȠȚȢįȠȞİ૙IJȠȝȑȖĮȢĭȩȕȠȢ17. Es precisamente en esta descripción del escudo de Heracles, que tradicionalmente se ha transmitido bajo la autoría de Hesíodo, donde encontramos la primera referencia literaria a la persecución de Perseo por las dos hermanas de Medusa tras su asesinato, tema ampliamente representado por los artistas. Tanto es así que, en un estudio reciente, Kathryn Topper Source18 ha tratado de demostrar que en las imágenes del HQFXHQWURHQWUH3HUVHR \0HGXVDVHFRQMXJDQGRVSDUDGLJPDVLFRQRJUi¿FRVHOGHO héroe matando a un monstruo y el de la doncella secuestrada, y que es esta confrontación de motivos lo que puede ayudarnos a entender la evolución de la representación GH0HGXVD(QHIHFWR\DGHVGHHOVLJOR;,;VHWUDWyGHHVWDEOHFHUXQDWLSL¿FDFLyQHQ tres estadios cronológicos de las representaciones de la Gorgona, todavía en uso hoy19, según la cual existiría un tipo arcaico, con una exageración de los rasgos más feroces, XQWLSRPHGLRRGHWUDQVLFLyQFDUDFWHUL]DGRSRUODDQWURSRPRU¿]DFLyQGHOPRQVWUXR y un tipo de Gorgona bella, semejante a una hermosa doncella con la boca cerrada, sin colmillos y cuyo máximo exponente sería la Medusa Rondanini20. Topper Source ha mostrado que esta división no es tan hermética como parece y que se conjugan los motivos a lo largo de las épocas, de modo que la iconografía de la Gorgona debe entenderse en un contexto discursivo y no según una cronología dada. Esto es, no es lo mismo la función que se otorga al gorgoneion que la que se debe conferir a las escenas de Perseo decapitando a Medusa o huyendo de sus hermanas. En este sentido, dicha autora propone una lectura un tanto humorística del tema, por cuanto la risa tiene de conjuradora de los miedos. A partir de determinado momento, la iconografía muestra a Perseo atacando a una Medusa dormida y representada como una doncella femenina y deseable, que constituye el elemento débil de la pareja, lo cual convierte la victoria terrible y monstruosa Gorgona, espeluznante y horrible portento de Zeus, que porta la égida”. Trad. de ÓscAr mArtínez GArcíA, Alianza, 2010. 16 17 18 19

 ³/RFRURQDEDODHVSHOX]QDQWH*RUJRQDGHSHWUL¿FDQWHPLUDGDDODTXHÀDQTXHDEDQHO7HUURU\HO Espanto”. Trad. Id. “Sobre las terribles cabezas de las Gorgonas daba vueltas un horrible Temor”. Trad. de AdelAidA y mAríA ánGeles mArtín sánchez, Alianza, 1986. K. toPPer source, 2007.

Cf. LIMC sub voceµGorgona’. También usada, por ejemplo, por R. mArtín hernández, 2013. 20 Glyptothek Munich 252.

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de Perseo en poco más que un triunfo irrisorio. Perspectiva que vendría refrendada, además, por la aparición de sátiros en algunas de las representaciones de la escena. Más aún, el héroe perseguido por las hermanas actuaría como una doncella perseguida por el monstruo, en una especie de mundo al revés (cuestión que podría ponerse en UHODFLyQFRQODLFRQRJUDItDGHOD(V¿QJHYLRODGRUDGHPXFKDFKRV Si bien es aparentemente una interpretación atrevida, no hay que desdeñar el hecho de que la belleza, no menos que la monstruosidad, lleva en sí misma el poder de fascinar y que la belleza de la Gorgona parece ser un elemento de incongruencia en determinadas representaciones. Cosa que ya debieron advertir los propios autores antiJXRVFRPRSRGHPRVGHGXFLUGHO¿QDOGHOUHODWRGH$SRORGRURHQHOTXHUH¿HUH una variante sobre el tema según la cual Medusa fue decapitada a causa del enfado de Atenea porque aquella había tratado de rivalizar con ella en belleza. Sin duda es una reelaboración tardía del tema, que encontramos de manera parecida en Ovidio (Met. 4.798 y ss.), quien cuenta que Atenea castigó a Medusa con sus rasgos de monstruosidad por haber yacido con Poseidón en el templo de la propia diosa. En este sentido, al hablar de una hermosa Medusa, recuérdese que Píndaro (Pítica 12), al convertir la muerte de la Gorgona en un relato etiológico sobreFyPR$WHQHDLQYHQWyODÀDXWDD imitación de los silbidos de las serpientes que acompañan a las Gorgonas, además de GH¿QLUDODVWUHVKHUPDQDVFRPRʌĮȡșİȞȓȠȚȢțİijĮȜĮ૙ȢGHVFULEHD0HGXVDFRPRµODGH EHOODVPHMLOODV¶İʌĮȡȐȠȣ ȂİįȠȓıĮȢ). Si bien no hay que descartar que el epíteto sea simplemente una referencia a las abultadas mejillas con las que se solía representar o ELHQXQDOLFHQFLDSRpWLFDGHODXWRUXQHStWHWRYDFtRGHVLJQL¿FDGRSXHVWDPELpQVLQLU más lejos, en Teogonía (270) Hesíodo describe a las Grayas como țĮȜȜȚʌĮȡȒȠȣȢ. En todo caso, es Píndaro el primero en ofrecernos la descripción clásica de las Gorgonas con la cabellera de serpientes y de mirDGDSHWUL¿FDQWHPítica 10.46 y ss.): ʌİijȞȑȞ IJİīȠȡȖȩȞĮțĮʌȠȚțȓȜȠȞțȐȡĮ įȡĮțȩȞIJȦȞijȩȕĮȚıȚȞȜȣșİȞĮıȚȫIJĮȚȢ ȜȓșȚȞȠȞșȐȞĮIJȠȞijȑȡȦȞ21. Sin embargo, ya por esa misma época, en la transición del siglo VI al V, asistimos efectivamente a la transformación de la imagen de Medusa, especialmente en las escenas de su asesinato por parte de Perseo. En efecto, de repente Medusa empieza a aparecer dormida. En las primeras representaciones de este tipo, aunque todavía con la frontalidad que caracteriza su cabeza y con la boca abierta mostrando en ocasiones VXJUDQOHQJXDDSDUHFHFRPSOHWDPHQWHDQWURSRPRUID\VRORODVDODVODGH¿QHQFRPR monstruosa22. Paralelamente, a mediados del siglo V comienza a aparecer ya no solo 21 22

“Mató a la ...


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