Práctica 2 Judith PDF

Title Práctica 2 Judith
Author Jennifer Rodríguez
Course Introducción a la historia del arte
Institution Universidad de La Laguna
Pages 3
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Summary

Basada en elegir una imagen de la historia de Judith y resumirla...


Description

PRÁCTICA 2. ANÁLISIS ICONOGRÁFICO-ICONOLÓGICO - Judith in the tent of Holofernes - Johann Liss, 1622 - Óleo sobre lienzo - 128,5 X 99 cm - National Gallery of London, UK.

Primer nivel: análisis pre-iconográfico. En esta pintura llamada “Judith en la tienda de Holofernes” podemos observar una figura masculina en posición horizontal que en este caso es, Holofernes en su tienda, y debido a la posición que posee podemos suponer que estaba durmiendo; y una figura femenina abalanzada sobre él que es Judith, vestida con ropa de la época en la cuál fue pintada esta obra. Tal y como vemos, él fue ejecutado por ella, ya que no tiene cabeza en esta imagen, porque ella la está introduciendo en una cesta. En este caso Johann Liss utiliza unos tonos en blanco y en dorado, porque era lo común en el siglo XVII, para darle un toque de realismo a la pintura. Segundo nivel: análisis iconográfico. En un pueblo llamado Nínive, reinaba por duodécimo año el rey Nabucodonosor, y otro rey llamado Arfaxad que gobernaba en Ecbátana rodeó el otro pueblo con muros altos y anchos de manera que pudiesen salir sus guerreros. Nabucodonosor proclamó la guerra pidiendo así el llamamiento de mucha gente de otros pueblos y ciudades pero nadie acudió, no le temían, no tenía ningún apoyo; por tanto quiso vengarse de ello. En el año dieciocho se puso en contacto con Holofernes, que era jefe supremo del ejército, para destruir a todo aquel que no hubiera aceptado su invitación. Éste, siguiendo sus órdenes, cogió a sus mejores hombres y fueron saqueando ciudad por ciudad a la vez que matando a sus jóvenes… y la gente, frente a esto, se postraron ante él poniéndole a su disposición sus campos, rebaños y campamentos. En cambio los israelitas alarmaron a un par de pueblos más y, juntos, ocuparon las montañas más altas e hicieron más fuertes a sus soldados. Holofernes, al enterarse de lo ocurrido, quiso saber quienes eran los pueblos responsables, como era su poder y su fuerza y quien era su rey, para ver por qué no habían salido a recibirle como todos los demás pueblos. Ajior (el general de los amonitas) le contó los problemas que habían tenidos los egipcios con Dios, y le aconsejó que no tomaran represalias por si acaso se pudiesen convertir en la irrisión de todo el mundo. Pero por suerte o por desgracia, Holofernes no le hizo caso, y mandó a llevarlo a Betulia. Días después ordenó luchar contra los israelitas, y éstos, al ver que sus

posibilidades se estaban acabando, empezaron a desanimarse, pues recursos como el agua se estaban acabando y estaban todos sedientos. Entonces, todo el pueblo se reunió ante Ozías, uno de los que estaba al mando, y les dijo que serían sus esclavos simplemente para no morir. Judit, la protagonista de la historia que además llevaba siendo viuda tres años y cuatro meses, se enteró de lo ocurrido, y fue a hablar con los ancianos del pueblo, manifestando que no le parecía justo lo que había oído de entregarse si al cabo de cinco días Dios no les enviaba ayuda. Y como ella era tan temerosa de Dios y tan creyente, Ozías le pidió que le pudiese a Dios agua para sus cisternas y no morirse de sed, y ella lo que le respondió fue que iba a hacer algo por ellos que se iba a transmitir durante todas las generaciones, poniendo como plazo los cinco días que habían establecido. Judit fue a cumplir lo que les había dicho, y empezó primero a rezarle una oración a Dios pidiéndole una palabra seductora para poder matar a Holofernes. Cuando acabó, se vistió, se puso perfumes y una diadema, sandalias y más accesorios, y se dirigió al campamento en el que estaba Holofernes. Habló con los asirios que estaban allí, y ellos la mandaron a la tienda donde se encontraba el jefe del ejército, y como no, la voz de que ella se encontraba allí se corrió muy rápido entre todos los del campamento. Estaba descansando en su tienda, pero salió fuera a recibir a esa hermosa mujer, hablándole muy bien y diciéndole que no le iba a hacer daño. Ella, con aires persuasivos, le dijo que quería quedarse con él, y que por las noches, cuando Dios le dijese sus pecados, ella se lo comunicaría para que él pudiera mandar a todo su ejército contra el pueblo. Él, convencido, le ofreció todos sus manjares y su vino, aunque ella lo rechazó. Durmió hasta media noche y le pidió permiso para salir a orar, y así durante tres días seguidos. Al cuarto, quería que comiese con él, y ella accedió, comió y bebió cuanto quiso. Por beber más de la cuenta se fueron todos a dormir y en la tienda solo quedaban Judit, que había ordenado a su sierva que se quedase fuera, y a su lado tumbado en la cama, Holofernes. Se acercó al lecho, dijo una oración, y seguidamente se acercó a su cabeza, lo agarró por el pelo y con dos golpes secos le cortó la cabeza al general. Al salir, se la entregó a su sierva para que así la metiese en la alforja de las provisiones que habían traído con ellas. Se fueron hasta Betulia aprovechando que cada noche salían a orar, gritando que abrieran las puertas. Entró en el poblado, y con todas las gentes alrededor, sacó la cabeza de la alforja y la mostró, y empezaron a alabar a Dios por haber matado a Holofernes de mano de aquella bella mujer. Ella, les ordenó que la colgaran, cogieran sus armas y salieran, para que los asirios se alarmasen y terminaran yendo a la tienda de su jefe, y como no iban a encontrarlo, porque ella había tirado su cuerpo del lecho donde se encontraba, huirían ante ellos. Primero, mandó a llamar a Ajior para enseñarle lo que había hecho, y él, la bendijo, y después empezó a contar todo lo que había ocurrido en el campamento. Al día siguiente, los asirios fueron en busca de Holofernes para informarle de la situación, y al verlo decapitado en el suelo, empezaron a maldecir a Judit y a la sierva que le acompañaba, tenían miedo. En Betulia, llegó el sacerdote Joaquín, bendiciendo a ésta por lo que había hecho. Llegaron a Jerusalén y le ofrecieron a Dios lo que tenían, ofreciendo así ella el mobiliario del difunto jefe del ejército y las colgaduras de su lecho, y durante tres meses, el pueblo estaba festejando lo ocurrido. Pasado todo aquel revuelo, cada uno volvió a su hogar, muchos hombres intentaron cortejar a Judit pero ésta los rechazaba porque después de que muriera su marido no había querido compartir su vida con ningún otro hombre. Vivió hasta los ciento cinco años y murió en Betulia, siendo luego sepultada en la cueva donde yacía su marido. (Relato procedente de la Biblia de Jerusalén, editorial Desclée de Brouwer) REFLEXIÓN: La representación de esta historia ha cambiado mucho a lo largo de los siglos. En los primeros, las pinturas en las que se representaba eran más sencillas, algunas con solo un color o dos, sobre todo el dorado. En los siglos siguientes, los autores de las obras se daban la libertad de hacer ciertos cambios como por ejemplo en la ropa de Judit, al principio era más formal, y luego rompiendo un poco los prototipos de lo común por así decirlo, todo dependiendo de la época en que fuera pintada y de la ropa que se usara en aquel entonces, aunque, en algunas pinturas, la protagonista carece

directamente de ropa, la presentan desnuda como dando a entender que hubieran mantenido relaciones o que hubiera querido engatusarlo. También lo que cambia es que en algunas pinturas, está acompañada de su sirvienta a la hora de la decapitación y en otras no, y como hemos leído en esta biblia, la sirvienta se encontraba fuera en ese instante. Un objeto cambiante también durante los siglos, es el depósito donde ponen la cabeza después de cortársela, unos pintan un cesto, otros una bolsa… pero al fin y al cabo, todas las diferencias que hay en las obras que representan la historia de “Judit y Holofernes” varían dependiendo de la época de ese autor, ninguno la representa igual debido a que no se basan en la época en la cuál ocurrió la historia, sino en la que ellos vive, no digo que esté mal, pero deberían pintar las obras tal cuál y como ocurrieron, para darle un toque más de realismo a esa historia que quieren enseñar.

Jennifer Rodríguez Bethencourt...


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