¿Que es la investigación histórica? PDF

Title ¿Que es la investigación histórica?
Course Metodología de la Investigación
Institution Universidad Autónoma de Querétaro
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Ensayo sobre la investigación histórica basándose en el texto de Arostegui sobre el tema y el desarrollo de un problema d einvestigación...


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Introducción Este trabajo está dividido en dos partes, la primera es una discusión teórico metodológica para llegar a una conclusión de qué es la investigación histórica, sus características y qué la hace diferente a otra ciencias sociales a partir de los planteamientos de Julio Aróstegui en su libro La investigación histórica: teoría y método. A partir de esta reflexión, en la segunda parte se pretende plantear un problema de investigación histórico centrado en un análisis de caso particular específicamente

a las mujeres pintoras del México posrevolucionario. Para

plantear el problema se tomaran en cuenta tres variables principales: el interés personal y académico del tema, un sondeo historiográfico para poder diagnosticar la situación académica del tema y, a partir de este sondeo, poder responder por qué pude ser un problema de investigación. ¿Qué es la investigación histórica? Julio Aróstegui es un historiador especializado en la historia del presente con una tendencia metodológica altamente antipositivista, además de ser un defensor del estatuto moderno de la historia, es decir, un defensor de la disciplina histórica como ciencia. Aróstegui es uno de los pocos historiadores que se dedica hacer teórica histórica y que propone alternativas a los debates más discutidos dentro de la disciplina. En primer lugar el autor hace una diferenciación entre Historia e Historiografía, refiriéndose a la primera a la disciplina del conocimiento histórico y la segunda como el contenido teórico que discute el objeto de estudio y la forma en la que se le dará tratamiento. Hace esta distinción por el problema que representa llamar al objeto (realidad histórica) y a la ciencia (conocimiento) con el mismo nombre. Aróstegui plantea que la historiografía es una ciencia esencialmente porque utiliza el método científico para su investigación, pero aquí cabe preguntarnos si este elemento, que además no se cumple del todo (observación), es suficiente para considerar a nuestra disciplina como una ciencia. Después de meter a la historiografía dentro del ramo de las ciencias Aróstegui entra en la discusión entre 1

ciencia natural y ciencia social que ha sido tema polémico y especulativo desde que el estudio del hombre se intentó hacer científico. Ambas ciencias, las nomotéticas, que se dedican al estudio de lo natural, y las ideográficas, que estudian la acción del hombre, siguen un camino lógico, creando conceptos, afirmaciones y explicaciones, pero para lograr este camino el primer paso en la búsqueda de conocimiento es iniciar con una pregunta “que para intentar responderla se empieza observando la realidad pertinente al caso y elaborando conceptos”1. Por lo tanto a través de la observación de la realidad y del seguimiento del camino lógico mencionado anteriormente se hacen teorías sobre esa realidad. Pero, ¿la historia o historiografía sigue realmente este camino? Lo que sí es seguro es que lo histórico no constituye un campo autónomo de ciencia en sí mismo pues necesita compaginarse con otras ciencias sociales para comprender y explicar las acciones humanas, además de que en sí misma no produce leyes para explicar fenómenos sociales. Puede ser arriesgado afirmar que la historia es una ciencia pero Aróstegui no lo deja en el aire y argumenta que la idea de que para la historia el conocimiento científico es inalcanzable ya que su objeto de estudio es particular y alejado y que en la historia no se pueden hacer leyes ni predicciones es reduccionista pues no sólo eso es ciencias sino también construcciones cognoscitivas que no tienen que llegar a ese tipo de certezas. Aun así el autor remarca la importancia del seguimiento de una práctica ordenada y metódica a la hora de la búsqueda y obtención de conocimientos para así asegurar la fiabilidad. De esta manera nos introduce al campo teórico y metodológico de la historiografía. Según el autor la teoría es una serie de argumentos que nos permite explicar la realidad, pero como la realidad puede transformarse la teoría debe ser flexible y adaptarse al objeto de estudio; así podemos entender a la teoría de la historiografía como el análisis de lo que explica la historia y de cómo se construye conocimiento histórico, es decir, la discusión epistemológica de la disciplina. 1 Julio Aróstegui, La investigación histórica: teoría y método, Barcelona, Editorial Crítica, 2001, p44.

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Con respecto al método Aróstegui dice que es “el conjunto de prescripciones que deben observarse y de decisiones que deben tomarse en cierta disciplina para garantizar, en la medida que alcance, un conjunto adecuado de su objeto” 2. Así pues, la historia tiene un método específico y su peculiaridad es que el historiador estudia los hechos en relación siempre con su comportamiento temporal por lo que no es posible lo observación directa del objeto de estudio. Pero el método historiográfico también es parte del método de la investigación social. Para poder entender el objeto de estudio de nuestra disciplina que Aróstegui define como “el movimiento temporal de los estados sociales” es necesario ver a la naturaleza de la historia y a la naturaleza de la sociedad como dos realidades inseparables, aunque dentro del análisis pueden ser diferenciadas, que a su vez son atravesadas por las variables sociedad y tiempo. Por lo tanto el sentido de la historia es estudiar la dimensión temporal de lo social donde el hombre participa como un colectivo. Dentro ya de la investigación histórica, y entendiendo a su objeto de estudio como la cualidad temporal de la acontecimientos que ya ocurrieron, es de nodal importancia tomar en cuenta las categorías tiempo y espacio histórico pues son el eje central del conocimiento histórico, entonces debemos entender al tiempo histórico como “la conciencia temporal del hombre relacionado con los fenómenos sociales, el movimiento y la velocidad”3, y al espacio histórico como un ámbito geográfico donde se desarrollan actividades humanas, donde hay una relación recíproca de transformación pues así como influyen las acciones humanas en el espacio, el espacio influye en éstas. A partir de esta reflexión se puede decir que la investigación histórica parte de una pregunta acerca de un problema presente en la realidad social y en específico histórica y que para contestarla se debe seguir una serie de pasos, los cuales en cierta medida se comparten con las ciencias naturales, estos pasos compartidos son la problematización, las hipótesis y la validación, pero la observación directa y la experimentación no pueden ser aplicadas a la realidad social. 2 Aróstegui, ibid, p. 70. 3 ¿?

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La investigación histórica parte de la observación del campo de estudio de lo social en una dimensión temporal para así poder problematizar en forma de preguntas y dependiendo de la complejidad de lo observable y dar respuesta previas a partir del conocimiento del tema donde se encuentra el problema. Estas respuestas preliminares son las hipótesis que en el camino de la investigación se van moviendo y moldeando según la información que se va recopilando. Cuando las hipótesis son bien argumentadas y se pueden comprobar se convierten en tesis. Es importante señalar que no existe un conocimiento neutro pues todo investigador es un sujeto cognoscente con filias y fobias, además que está influido por el contexto donde se desarrolla por lo tanto no se puede hablar de objetividad dentro del sujeto pero sí dentro del procedimiento o método de investigación. En la observación de las fuentes es necesario buscar los comportamientos en el tiempo de fenómenos sociales pues los documentos no dan respuesta por sí solos a las problemáticas planteadas en la investigación, debemos saber intervenirlos y cuestionarlos. En la articulación de una investigación para Aróstegui es fundamental “atender a las fuentes, la organización de la información, su tipología y su uso, así como la relación con otras investigaciones”4 y es que sin estos pasos no se puede llegar a la problematización histórica que está muy alejada a la simple descripción de hechos. La investigación histórica siempre debe dar como resultado una aportación ya sea que se abran nuevos campos históricos, se descubran nuevas fuentes o se aporten nuevos enfoques o líneas de interpretación. Una problemática dentro de la investigación histórica es que partimos del presente para plantear el problema histórico en el pasado pero nunca regresamos a él y mucho menos lo proyectamos hacia futuro, por ello se ve a la historia como una disciplina muerta que poco tiene que ver con las problemáticas actuales, por lo tanto es tarea fundamental del historiador regresar las respuestas que se

4 Aróstegui, ibid, p. 362.

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encuentran a través de la investigación a la sociedad actual y explicar la injerencia del pasado en el presente y futuro. ¿Cómo plantear un problema de investigación histórica? Análisis de caso: Mujeres pintoras en el México posrevolucionario. Tendencias, posturas y particularidades El interés por este tema surge por la inquietud de saber si las mujeres habían participado en la pintura en México después del movimiento revolucionario de principios del siglo XX donde la mayoría de los artistas siguieron el arte nacionalista impulsado y patrocinado por el nuevo Estado para legitimar su ascenso al poder. Actualmente en la memoria colectiva se recuerda al arte de la primera mitad del siglo XX sólo con el movimiento muralista mexicano y con sus tres grandes representantes: Rivera, Orozco y Siqueiros, y poco se vincula a otros y otras artistas con estas obras y mucho menos si su producción artística no estuvo relacionada con este movimiento. En las últimas décadas en todo el mundo occidental ha surgido y tomado fuerza el movimiento feminista gracias al cual el papel de la mujer se ha reivindicado en muchos los ámbitos de la realidad social y hoy no nos parece extraño ver a las mujeres como productoras activas de arte público, pero sería interesante saber cómo impactó la incursión en este ambiente de las mujeres no sólo a nivel artístico sino también social. Para esta, y cualquier otra, investigación histórica es necesario ubicar una temporalidad donde exista una cualidad social, cultural, económica y política donde se ubica una acción social que, en este caso, refleja la emergencia de las mujeres en el arte moderno y preguntarnos cuál fue el motor de cambio que impulsó no sólo una restructuración social sino también artística. Esto se puede deber a la entrada de un nuevo siglo y de un nuevo régimen que abogaba por la igualdad social. Es importante señalar que la historia individual de las artistas es parte y a la vez construye la historia colectiva por lo que no se debe hacer un estudio bibliográfico que en nada reflejaría el impacto social de la incursión de las mujeres en el arte 5

público profesional, más bien, entendiendo al arte como representación y reflejo de la cultura, poder la sacar a flote la red de relaciones culturales, políticas y sociales que impulsaron el motor de cambio y finalmente el impacto socio-cultural en una sociedad donde la lucha por los derechos, no sólo de las mujeres, había tomado un repunte. El estudio de las mujeres implica sacar al objeto de estudio de un estado estático e inamovible para mostrar su relación con todo su entorno mostrándolas como agentes sociales, culturales y políticos dignos de historiarse, no como factores aislados de la sociedad sino como un elemento integral. En el intento por relacionar la historia de las mujeres con la de los hombres y a la vez con la historia general, se ha estudiado a las mujeres como un grupo sociocultural. Pero también hay que tomar en cuenta que las diferencias de género no son las mismas en todas las sociedades pues responden a la construcción del rol de cada sexo según su cosmovisión; el género es específico de su contexto, se debe a él. Ahora bien, la conciencia de diferencias y desigualdades entre hombres y mujeres ha planteado el análisis de estos puntos entre las propias mujeres argumentando que la historia de las mujeres no es toda igual. Esta historia no se puede unificar ni homogeneizar pues existen diferencias de clase, etnia y raza dentro del mismo término. Podemos entender que la historia de las mujeres no es una categoría absoluta al ser un concepto modificable a lo largo del tiempo y del espacio y, al igual que la historia de los hombres, no es lineal ni inmutable. El pensamiento feminista ayudó en la construcción de la historia de las mujeres por el ideal del cambio social, el problema con algunos planteamientos del feminismo es que pueden resultar anacrónicos al querer implantar el pensamiento, los valores y la cultura actual al estudio de las mujeres en el pasado. Al analizar la historia desde el presente sin considerar las condiciones sociales, políticas, económicas y culturales del pasado, nos privamos de mantener un verdadero diálogo con las mujeres del pasado. Se tiene que estudiar a las mujeres dentro de un momento histórico concreto, su 6

posición, su religión, actividades, etcétera; para no enfrascarlas en las perspectivas sociales actuales. Los investigaciones realizadas afines a este tema tiende a victimizar a la mujer y mostrar la opresión que había hacia las artistas, pero hay que tomar en cuenta que, si bien, las mujeres que se desenvolvieron profesionalmente en el ámbito artístico tuvieron dificultades, sobre todo en el muralismo por sus aptitudes físicas y por su vestimenta, pocos trabajos reconocen la aportación de estas mujeres y no se refleja la importancia de su incursión en el ate, sus influencias, tendencias y el impacto que tuvo su trabajo en el ámbito cultural y social de la época. Sondeo historiográfico Elizabeth Vázquez Gómez en su tesis Marian y Grace Greenwood: mujeres muralistas en el México posrevolucionario (1933-1936) pretende “comprender los procesos por los cuales las artistas construyeron una ideología nacional con sus obras”5 desde un enfoque marxista, da un panorama general de la situación de la mujer en México sobre todo en la educación donde la distingue que en esa época las mujeres eran educadas para desarrollarse en un espacio privado teniendo como principal actividad las labores internas del hogar a comparación del hombre que era educado para hablar y desenvolverse hacia el exterior. Si bien estas normas sociales aún estaban vigentes a principios del siglo XX debemos tomar en cuenta que desde finales del siglo XIX, por distintas situaciones, las mujeres ya habían incursionado en el espacio público, incluso en el ambiente artístico profesional y no profesional se tienen registros de la participación más activa de mujeres. La autora da como ejemplo de libertad de la mujer a la Revolución Bolchevique y a sus principales argumentos de igual entre hombres y mujeres.

Dice que las

mujeres no sólo pedían una posición más libre e independiente en la familia, sino que sobre todo pedía hacer valer sus facultades intelectuales en los altos puestos

5 Elizabeth Vázquez Gómez, “Marion y Grace Greenwood: mujeres muralistas en el México posrevolucionario (1933-1936)”, tesis para obtener el grado de Licenciado en Historia, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, 2006, p. 155

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y en la vida pública. Pero que en México las mujeres no pudieron o tal no era su intensión deslindarse de sus ocupaciones genéricas. Esta tesis es interesante y aportadora para el tema que nos ocupa pues nos introduce en el ambiente artístico y en especial del movimiento muralista del México posrevolucionario donde se desarrollaron mujeres como Marion y Grace Greenwood, pero también muestra experiencias de otras artistas. Dice que el muralismo se realizaba de acuerdos con las posibilidades físicas de los y las artistas por lo que señala que las artistas fungieron como inspiradoras y en menor medida creadoras de arte público. Las posturas en torno a la incursión de las mujeres en el muralismo toman dos líneas, por un lado no eran aceptadas e incluso recibieron burlas y faltas de respeto por su vestimenta, y por el otro los grandes artistas del momento como Orozco o Rivera depositaron en ellas la confianza para crear o participar por completo en las obras de la misma forma que los hombres. Es importante señalar que las y los pintores que participaban en los murales producían también obra personal. Dentro del muralismo el trabajo siempre se realizaba en equipos según las aptitudes de cada pintor por lo que además de gran energía física las artistas requerían de mucha decisión para lograr un ambiente de adaptación y respeto. Dentro de este estudio que analiza en especial la obra de las hermanas Greenwood, su formación en Europa y Estados Unidos y su papel como las primeras mujeres en participar dentro del muralismo mexicano se puede ver que este movimiento atrajo la atención de artistas que simpatizaban con las ideas de igualdad y reivindicación social, pero no las relaciona con las mujeres que siguieron con esta tendencia artística, si las influenciaron de alguna manera o si tuvieron una relación profesional.

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